The Guest
5,8
8.086
Thriller. Acción
Los Peterson siguen llorando el fallecimiento de su hijo Caleb en la guerra de Afganistán. En pleno duelo, David (Dan Stevens) irrumpe en el hogar familiar y conquista a cada uno de sus miembros hasta que uno de ellos comienza a intuir que David no es quien parece ser. (FILMAFFINITY)
1 de noviembre de 2015
1 de noviembre de 2015
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película muy irregular, con un buen comienzo pero que se desploma por completo con el desenlace. Las actuaciones son todas bastante flojas, de serie B diria yo. La película solo se salva por una estupenda banda sonora nada convencional. Me queda la sensación de que con un mejor reparto y un desenlace minimamente trabajado, podria haber sido un buen film.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Nada creible que un psicópata de esas caracteristicas sea perseguido solo por 8 policias militares de las fuerzas especiales que además son abatidos por el mismo de la forma mas tonta, siga matando gente y digan que la policia esta muy ocupada para seguir persiguiendole, y despues puede con el un niño, que además es un personaje muy debil acosado por sus compañeros de clase.
11 de marzo de 2016
11 de marzo de 2016
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las grandes sorpresas de 2014, perteneciente a esa ola de cine independiente que pretende rescatar a los grandes directores de culto de los ochenta, y una de las que lo consigue con más éxito.
Una trama interesante y que te mantiene en vilo durante todo la cinta, apoyada por una interpretación de un Dan Stevens en estado de gracia que hará que ames y odies a su personaje a partes iguales. Atractivo y perturbador al mismo tiempo. Maika Monroe está también a la altura, pero su personaje no tiene la misma carisma (se podría decir).
Aunque sin duda la otra gran protagonista de la cinta es esa fantástica banda sonora que busca apoyar toda esa estética ochentera y que sin duda es uno de los elementos que mejor la refleja en la película.
The Guest es un thriller de acción que bebe de una época en la que eran no solo más abundantes, sino mucho mejores de los que hoy podemos disfrutar.
Una trama interesante y que te mantiene en vilo durante todo la cinta, apoyada por una interpretación de un Dan Stevens en estado de gracia que hará que ames y odies a su personaje a partes iguales. Atractivo y perturbador al mismo tiempo. Maika Monroe está también a la altura, pero su personaje no tiene la misma carisma (se podría decir).
Aunque sin duda la otra gran protagonista de la cinta es esa fantástica banda sonora que busca apoyar toda esa estética ochentera y que sin duda es uno de los elementos que mejor la refleja en la película.
The Guest es un thriller de acción que bebe de una época en la que eran no solo más abundantes, sino mucho mejores de los que hoy podemos disfrutar.
12 de junio de 2015
12 de junio de 2015
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Guest es de esas películas que veo sin saber nada de ella ni haber visto tráilers y sorprendentemente logran estar presentes en mi memoria y al momento de terminar no pude acordarme de películas recientes del thriller, cine de acción como John Wick pero un poco más elaborada aunque evidentemente grandilocuente y exagerada en su contenido. Dan Stevens emula a cualquier ídolo de los 80 pero interpretando de manera más creíble que esos míticos actores. Quizás The Guest no cuente con una historia original e innovadora pero el espectáculo que ofrece y por supuesto su trepidante ritmo hacen una película realmente impactante y terrorífica sobretodo en su último acto donde el actor saca todo su potencial solventado gracias al arte de rodar de Adam Wingard que toma escenas de acción impecables y visualmente arrolladoras. Combinadas de una maravillosa fotografía y banda sonora acorde con el oscuro tono de la cinta. El resto del reparto no sobresale aunque ya se veía a Maika Monroe haciendo sus pinitos para ir creciendo poco a poco.
No voy a desvelar nada de la trama, solo que el protagonista es más carismático y oscuro de lo que de primeras parece. Una cinta archiconocida en cuanto a la historia pero impactante y sobretodo envolvente. Notable.
No voy a desvelar nada de la trama, solo que el protagonista es más carismático y oscuro de lo que de primeras parece. Una cinta archiconocida en cuanto a la historia pero impactante y sobretodo envolvente. Notable.
15 de abril de 2015
15 de abril de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adam Wingard se postula como uno de los directores jóvenes a los que hay seguir con detenimiento. Después de You’re Next (Tú eres el Siguiente, 2011) el cineasta vuelve tras tres largos años de travesías en diversos proyectos que incluían cortometrajes (Para la Saga ABC’S of the Death y V/H/S) a un largometraje, como es el caso de The Guest (The Guest, 2014) una película que si bien no está a la altura de Tú eres el Siguiente, sigue presentando una sólidas credenciales, que Wingard deberá acabar de cumplir en un futuro próximo.
The Guest es una película claramente Wingard. El director sigue en su línea de hacer obras autoconscientes que se revelan tanto como un homenaje a la serie B de la que tanto ha bebido el director como espectáculos disfrutables por sí mismos. The Guest nos presenta una trama singular, que puede recordarnos en ciertos aspectos a alguna película de los años cincuenta de ciencia ficción, en tanto que la suplantación de identidad es el eje principal del filme. Dan Stevens interpreta un soldado que de repente aparece en la casa de una familia media estadounidense alegando que conoció a su hijo en el ejército. Consigue quedarse con ellos que le ofrecerán alojamiento por unos días, y se ganará su confianza. Sin embargo, el personaje que interpreta Maika Monroe, la hija de los padres que acogen al protagonista, pronto empieza a sospechar.
The Guest es una película claramente Wingard. El director sigue en su línea de hacer obras autoconscientes que se revelan tanto como un homenaje a la serie B de la que tanto ha bebido el director como espectáculos disfrutables por sí mismos. The Guest nos presenta una trama singular, que puede recordarnos en ciertos aspectos a alguna película de los años cincuenta de ciencia ficción, en tanto que la suplantación de identidad es el eje principal del filme. Dan Stevens interpreta un soldado que de repente aparece en la casa de una familia media estadounidense alegando que conoció a su hijo en el ejército. Consigue quedarse con ellos que le ofrecerán alojamiento por unos días, y se ganará su confianza. Sin embargo, el personaje que interpreta Maika Monroe, la hija de los padres que acogen al protagonista, pronto empieza a sospechar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Gran parte de la primera mitad del filme es un juego de suspense aderezado con toques de humor juveniles y autoconscientes. Dan Steves se presenta como el yerno perfecto, que ayuda a todos los miembros de la familia en sus respectivos problemas. Casi como un ayudante perfecto, consigue ganarse la confianza de todos. Algunos guiños parecen evidentes, como el caso de la magistral secuencia en el Bar, donde Stevens al más puro estilo Terminator de James Cameron imparte su propia justicia en ayuda del más joven de la casa. Y así transcurre esta parte, entre gags que podrían habitar perfectamente en un cómic y primeros planos de nuestro protagonista. En realidad The Guest se explaya en un discurso que pretende autoimpostarse como postmoderno.
Nuestro protagonista principal es prácticamente una estrella de Rock. Secuencias muy claras como aquella en la que se enfoca descaradamente a nuestro protagonista (mientras suena una canción de fondo), con la intención de ensalzar su pose evidencian el alma del filme. La película es una oda a esta mitomanía del estilo chulesco, tan propia del cine de los Estados Unidos (rastreable prácticamente desde el Western o el cine de gánsteres) donde nuestro protagonista, al que la moral no le importa absolutamente nada, es el hombre capaz de todo. Un villano configurado con mucho desparpajo, pensado para mostrar su lado oscuro como un elemento innegablemente atractivo, incluso desde el punto de vista físico (sus coqueteos con la hija de la familia son buena muestra en este sentido). El personaje acaba siendo atractivo, no sólo para todos los miembros de la familia, sino también al espectador. Y todo esto a sabiendas de la catadura moral del personaje e intuyendo que algo oscuro se oculta detrás de su figura.
Adam Wingard se sirve especialmente de la música, de una banda sonora compuesta de diversos temas, tanto provenientes de la música electrónica más movida (especialmente de este género subgénero musical, como la canción que abre la película, el tema Haunted when The Minutes drag de Love and Rockets) como del Rock. Temas que precisamente pretenden subrayar el carácter “Cool” de nuestro protagonista. Una figura realmente consistente o una estrategia de puro marketing, eso son cuestiones que deberá resolver el propio espectador.
La segunda parte de la película se convierte en un tour de acción, aunque Wingard sabe mantener el pulso narrativo. Una vez desarrollado el primer apartado del filme, donde no sorprende que nuestro protagonista se convierta en una auténtica máquina de matar, capaz de enfrentarse a cualquier enemigo, el segundo bloque recoge la iniciativa para aumentar el nivel de adrenalina.
A pesar de que parece que estamos en un Thriller, siempre se palpa el género de terror de manera etérea sobre la película. The Guest camufla inteligentemente sus intenciones, casi un paralelismo con el propio personaje principal. A parte, tenemos el final del filme, donde, ahora sí, The Guest destapa totalmente su identidad como película de terror. La secuencia final es un tren de la bruja, que en parte puede evocarnos algunas películas de los años ochenta del mainstream de terror, con Hopper y Carpenter a la cabeza, con la persecución en una instalación hecha por la festividad de Halloween (Recordemos también que Halloween de Carpenter aparece con algún guiño en algún momento) es un clímax bastante adecuado para cierra el filme.
En definitiva The Guest es una película más que excitante, que con los años irá ganando un status de culto, si bien no por sus calidades intrínsecas, sino por ciertas características muy singulares.
https://neokunst.wordpress.com/2015/04/14/the-guest-2014/
Nuestro protagonista principal es prácticamente una estrella de Rock. Secuencias muy claras como aquella en la que se enfoca descaradamente a nuestro protagonista (mientras suena una canción de fondo), con la intención de ensalzar su pose evidencian el alma del filme. La película es una oda a esta mitomanía del estilo chulesco, tan propia del cine de los Estados Unidos (rastreable prácticamente desde el Western o el cine de gánsteres) donde nuestro protagonista, al que la moral no le importa absolutamente nada, es el hombre capaz de todo. Un villano configurado con mucho desparpajo, pensado para mostrar su lado oscuro como un elemento innegablemente atractivo, incluso desde el punto de vista físico (sus coqueteos con la hija de la familia son buena muestra en este sentido). El personaje acaba siendo atractivo, no sólo para todos los miembros de la familia, sino también al espectador. Y todo esto a sabiendas de la catadura moral del personaje e intuyendo que algo oscuro se oculta detrás de su figura.
Adam Wingard se sirve especialmente de la música, de una banda sonora compuesta de diversos temas, tanto provenientes de la música electrónica más movida (especialmente de este género subgénero musical, como la canción que abre la película, el tema Haunted when The Minutes drag de Love and Rockets) como del Rock. Temas que precisamente pretenden subrayar el carácter “Cool” de nuestro protagonista. Una figura realmente consistente o una estrategia de puro marketing, eso son cuestiones que deberá resolver el propio espectador.
La segunda parte de la película se convierte en un tour de acción, aunque Wingard sabe mantener el pulso narrativo. Una vez desarrollado el primer apartado del filme, donde no sorprende que nuestro protagonista se convierta en una auténtica máquina de matar, capaz de enfrentarse a cualquier enemigo, el segundo bloque recoge la iniciativa para aumentar el nivel de adrenalina.
A pesar de que parece que estamos en un Thriller, siempre se palpa el género de terror de manera etérea sobre la película. The Guest camufla inteligentemente sus intenciones, casi un paralelismo con el propio personaje principal. A parte, tenemos el final del filme, donde, ahora sí, The Guest destapa totalmente su identidad como película de terror. La secuencia final es un tren de la bruja, que en parte puede evocarnos algunas películas de los años ochenta del mainstream de terror, con Hopper y Carpenter a la cabeza, con la persecución en una instalación hecha por la festividad de Halloween (Recordemos también que Halloween de Carpenter aparece con algún guiño en algún momento) es un clímax bastante adecuado para cierra el filme.
En definitiva The Guest es una película más que excitante, que con los años irá ganando un status de culto, si bien no por sus calidades intrínsecas, sino por ciertas características muy singulares.
https://neokunst.wordpress.com/2015/04/14/the-guest-2014/
29 de agosto de 2015
29 de agosto de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
133/10(14/08/15) Muy sugestivo thriller con inconfundible aroma ochentero, el realizador Adam Wingard ofrece un film de acción inspirándose en esta década donde se producían como churros cintas b de este género, despreocupadas de dar hondura, donde lo importante era ofrecer tiroteos, peleas, sangre, muertos y algo de sexo, en este caso mezclado con el subgénero de problemas de instituto, con sus abusones, chicas sexys, macarrillas malotes, añadiéndole dosis de western, por aquello del forastero que llega a la ciudad a revolucionarla. Es puro entretenimiento, sin más aspiraciones que hacerte pasar un rato ameno, y lo consigue, lo hace cogiendo los lugares comunes del género y exagerarlos, como su potente música tecno, su ultracolorido, su clímax en un escenario de Halloween. Cinta partida en dos claramente, en la primera es donde despliega sus más atractivas armas, cuando aún no sabemos quien es David, de intensidad apreciable, antes que se desencadene la desproporcionada y desmadrada acción, en la segunda todo se sume en disparos, explosiones, y demasiadas muertes, con un epílogo un tanto manido, aunque supongo es paródico, y todo enmarcado en faceta visual cautivadora.
El escenario es un pueblo en el medio oeste americano, allí vive la familia Peterson, el padre es Spencer (Leland Orser), la madre es Laura (Sheila Kelley), tienen dos hijos adolescentes, la hija mayor es Anna (Maika Monroe), y el menor es Luke (Brendan Meyer), tratan de superar la pérdida del hijo mayor, Caleb, en la Guerra de Afganistán. Un día reciben la visita de un joven, David Collins (Dan Stevens), es un muchacho muy amable que dice haber sido compañero y amigo de Caleb en el ejército, los Peterson le invitan a quedarse en su casa unos días, revolucionando a la familia.
El guión de Simon Barrett (“V/H/S”) consigue atrapar tu atención desde su enigmático arranque con un electrizante plano de un tipo corriendo por una carretera desierta hacia un lugar indeterminado, luego llega a un típico hogar americano de clase media, y vamos descubriendo a un ser misterioso, con modales caballerosos y sonrisa encantadora que parece haber llegado para solucionar los problemas familiares, para ser un Ángel protector, los laborales del padre, los de bulling del hijo, o los románticos de la hija, hasta que a mitad del metraje la historia da un tremendo viraje hacia la acción desenfrenada, salvaje brutal, y todo ello salpicado de humor negro picarón, donde el equilibrio narrativo salta por los aires, en lo que esun superficial análisis sobre la ambigüedad entre el bien y el mal, sobre el encanto de cruzar al lado oscuro. Un producto escapista con claros referentes ochenteros en John Carpenter, Wes craven o en su estética en Dario Argento, film que se mueve entre los géneros del thriller, la acción o el terror, con divertidos toques de suspense e intriga. Este juego de géneros queda patente en su inicial desarrollo, comienza de modo tramposo como un drama familiar sobre el hueco que deja una muerte, pero a medida que discurre por terrenos análisis de los problemas de la juventud, para desembocar en el thriller propia de la época del videoclub, y en su tramo final adentrarse en el “slasher”, en el terror juvenil, aderezado con un humor desengrasante que le resta toda la hondura que pudiera tener, ello restando cualquier capacidad de calado a los personajes.
Cine desenfadado, sin aspiraciones, sin descubrir algo nuevo, una puesta al día del cine que nos entretuvo en la que se dice fue la peor década para el séptimo arte, un apreciable ejercicio de cinefilia, consigue magnetizar al espectador con un ingenioso ritmo increscente de tensión, primero sereno, dejando fluir a los personajes en su cotidianidad invadida por este “alíen”, haciendo crecer la tensión alrededor del protagonista y su aura cuasi-mística, en este metraje con matones de instituto, trifulcas en bares estudiantiles, fiestas juveniles con chicos de lujuria facilona, hasta que llega el giro y nos sumerge en otro film, este atiborrado de tiroteos, explosiones, muertes rozando lo gore, con su clímax final espléndidamente enmarcado en el guiño a Carpenter y su “La noche de Halloween”, esto lo va sembrando durante todo el metraje, con profusión de calabazas por todas partes, hasta desembocar en su cuasi-onírico clímax final, en un decorado teatral con motivos terroríficos a la Noche de Halloween, muy adecuado a su tono festivo-lúdico.
Como tara cabe achacarle que su viraje ultraviolento chirría, aparece el agente Carver (Lance Reddick), todo se desboca, es un tren a toda velocidad sin control que entra en una curva, sabemos descarrilará, nos mantenemos atentos por el morbo pero eso no quiere decir que este al nivel del resto, se pierden en una marea de sin sentidos, de lagunas, de escenas abigarradas, aunque estéticamente bien llevadas.
El actor londinense Dan Stevens (rol diametralmente diferente al que hace en Downton Abbey) borda su personaje de anti-héroe, de ambiguo, de sibilino, se mueve por la pantalla llenándola, con un encanto canallesco, mezclando con mucha empatía caballerosidad con malicia, una encarnación turbadora que derrocha con pose inquietante, gran carisma despliega. Entre el resto del reparto destaco a Maika Monroe, dota a su Anna de una miscelánea entre candidez y sensualidad.
La puesta en escena es uno de su sólidos pilares, con una buen diseño de producción de Thomas S. Hammock (“You’re next”), una atmósfera rural-vintage, rodada en el estado de Nuevo Mexico, en Estancia, Moriarty y Edgewood, con la típica casa aislada americana, y sobre todo con el barroco escenario final de la Fiesta Halloween, espectacular la fotografía de Robby Baumgartner (“Los Juegos del Hambre”), remarcando el aire irreal de la historia en colores chillones, saturados, ultracromáticos, sobresaliendo los rojos, verdes y morados, con una iluminación potente de neones, sumiéndonos en esta susodicha irrealidad,... (sigue en spoiler)
El escenario es un pueblo en el medio oeste americano, allí vive la familia Peterson, el padre es Spencer (Leland Orser), la madre es Laura (Sheila Kelley), tienen dos hijos adolescentes, la hija mayor es Anna (Maika Monroe), y el menor es Luke (Brendan Meyer), tratan de superar la pérdida del hijo mayor, Caleb, en la Guerra de Afganistán. Un día reciben la visita de un joven, David Collins (Dan Stevens), es un muchacho muy amable que dice haber sido compañero y amigo de Caleb en el ejército, los Peterson le invitan a quedarse en su casa unos días, revolucionando a la familia.
El guión de Simon Barrett (“V/H/S”) consigue atrapar tu atención desde su enigmático arranque con un electrizante plano de un tipo corriendo por una carretera desierta hacia un lugar indeterminado, luego llega a un típico hogar americano de clase media, y vamos descubriendo a un ser misterioso, con modales caballerosos y sonrisa encantadora que parece haber llegado para solucionar los problemas familiares, para ser un Ángel protector, los laborales del padre, los de bulling del hijo, o los románticos de la hija, hasta que a mitad del metraje la historia da un tremendo viraje hacia la acción desenfrenada, salvaje brutal, y todo ello salpicado de humor negro picarón, donde el equilibrio narrativo salta por los aires, en lo que esun superficial análisis sobre la ambigüedad entre el bien y el mal, sobre el encanto de cruzar al lado oscuro. Un producto escapista con claros referentes ochenteros en John Carpenter, Wes craven o en su estética en Dario Argento, film que se mueve entre los géneros del thriller, la acción o el terror, con divertidos toques de suspense e intriga. Este juego de géneros queda patente en su inicial desarrollo, comienza de modo tramposo como un drama familiar sobre el hueco que deja una muerte, pero a medida que discurre por terrenos análisis de los problemas de la juventud, para desembocar en el thriller propia de la época del videoclub, y en su tramo final adentrarse en el “slasher”, en el terror juvenil, aderezado con un humor desengrasante que le resta toda la hondura que pudiera tener, ello restando cualquier capacidad de calado a los personajes.
Cine desenfadado, sin aspiraciones, sin descubrir algo nuevo, una puesta al día del cine que nos entretuvo en la que se dice fue la peor década para el séptimo arte, un apreciable ejercicio de cinefilia, consigue magnetizar al espectador con un ingenioso ritmo increscente de tensión, primero sereno, dejando fluir a los personajes en su cotidianidad invadida por este “alíen”, haciendo crecer la tensión alrededor del protagonista y su aura cuasi-mística, en este metraje con matones de instituto, trifulcas en bares estudiantiles, fiestas juveniles con chicos de lujuria facilona, hasta que llega el giro y nos sumerge en otro film, este atiborrado de tiroteos, explosiones, muertes rozando lo gore, con su clímax final espléndidamente enmarcado en el guiño a Carpenter y su “La noche de Halloween”, esto lo va sembrando durante todo el metraje, con profusión de calabazas por todas partes, hasta desembocar en su cuasi-onírico clímax final, en un decorado teatral con motivos terroríficos a la Noche de Halloween, muy adecuado a su tono festivo-lúdico.
Como tara cabe achacarle que su viraje ultraviolento chirría, aparece el agente Carver (Lance Reddick), todo se desboca, es un tren a toda velocidad sin control que entra en una curva, sabemos descarrilará, nos mantenemos atentos por el morbo pero eso no quiere decir que este al nivel del resto, se pierden en una marea de sin sentidos, de lagunas, de escenas abigarradas, aunque estéticamente bien llevadas.
El actor londinense Dan Stevens (rol diametralmente diferente al que hace en Downton Abbey) borda su personaje de anti-héroe, de ambiguo, de sibilino, se mueve por la pantalla llenándola, con un encanto canallesco, mezclando con mucha empatía caballerosidad con malicia, una encarnación turbadora que derrocha con pose inquietante, gran carisma despliega. Entre el resto del reparto destaco a Maika Monroe, dota a su Anna de una miscelánea entre candidez y sensualidad.
La puesta en escena es uno de su sólidos pilares, con una buen diseño de producción de Thomas S. Hammock (“You’re next”), una atmósfera rural-vintage, rodada en el estado de Nuevo Mexico, en Estancia, Moriarty y Edgewood, con la típica casa aislada americana, y sobre todo con el barroco escenario final de la Fiesta Halloween, espectacular la fotografía de Robby Baumgartner (“Los Juegos del Hambre”), remarcando el aire irreal de la historia en colores chillones, saturados, ultracromáticos, sobresaliendo los rojos, verdes y morados, con una iluminación potente de neones, sumiéndonos en esta susodicha irrealidad,... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
...y todo esto maximizado por su sugestiva banda sonora de música de Steve Moore (“V/H/S 2”), realzando los sintetizadores, sonidos tecno, propios de la década referida, con claras reminiscencias a los sonidos de los films de Carpenter, asimismo se ñaden temas de la típica música electrónica de los 80, como el que abre el film “Haunted when The Minutes drag” de Love and Rockets, imprimiendo al protagonista un aura de estrella.
Momentos recordables: La enigmática presentación del protagonista David, la tensión se masca a su alrededor; La secuencia en el bar de carretera donde David con sorna y mucho cinismo invita a las chicas de los gamberrotes a beber, desencadenándose un paliza brutal; El turbador viaje de vuelta de David con Anna después de la fiesta como él la engatusa con sensibilidad halándole de la música; Tras llegar de la fiesta vemos Anna en su dormitorio pensativa por la huella que le está dejando David, hay un sugerente travelling y la cámara pasa a un David que observa al horizonte con sonrisa pícara, y de fondo un tema pegadizo tecno; Cuando David compra armas en una cantera solitaria, y como acaba en tiroteo frío del protagonista; Lo que le dice David a Luke <Si se meten contigo en clase, lleva un cuchillo al colegio, prende fuego a sus casas con sus familias dentro, ¿qué es lo peor que pueden hacer?>; Cuando va David con la Sra. Peterson al instituto porque Luke ha pegado a otro alumno, David lo defiende ante el director con un argumento delirante sobre la homofobia; El imponente tiroteo que se produce con la llegada del agente Parker a casa de los Peterson, hasta entonces todo era perdonable a David, pero traspasa la línea, asesina sin motivo aparente a la Sra. Peterson, y arranca la orgia de salvajismo violento; El muy bien diseñado clímax ya referido, aunque con un epílogo bastante rancio, cuando después de que le han apuñalado en el cuello, vemos a David huir , no sin antes pararse a “saludar” a los hermanos Peterson.
El primer montaje del film tenía 20 minutos más que el corte final. Tras proyectarse a una audiencia de prueba, se redujo su metraje cerca del tiempo final, tras otra proyección el público estaba confundido con la llegada repentina del Major Richard Carver y su equipo al hogar de los Peterson, por lo que se añadieron algunas escenas con Carver en la sede KPG para el corte definitivo del film. Algunas escenas eliminadas explican quien es "David", lo que le hicieron, por qué hace algunas cosas, y más detalles e información sobre el programa KPG el que estaba involucrado. Fueron sesgadas porque la audiencia de prueba sentía era demasiada información, Wingard y el guionista Simon Barrett admitieron odiaban explicar el carácter de David y su fondo, querían dejar gran parte información en la ambigüedad.
Interesante propuesta para pasar 100 minutos desenchufado del mundo, nada nuevo bajo el sol, pero divertida. Fuerza y honor!!!
Momentos recordables: La enigmática presentación del protagonista David, la tensión se masca a su alrededor; La secuencia en el bar de carretera donde David con sorna y mucho cinismo invita a las chicas de los gamberrotes a beber, desencadenándose un paliza brutal; El turbador viaje de vuelta de David con Anna después de la fiesta como él la engatusa con sensibilidad halándole de la música; Tras llegar de la fiesta vemos Anna en su dormitorio pensativa por la huella que le está dejando David, hay un sugerente travelling y la cámara pasa a un David que observa al horizonte con sonrisa pícara, y de fondo un tema pegadizo tecno; Cuando David compra armas en una cantera solitaria, y como acaba en tiroteo frío del protagonista; Lo que le dice David a Luke <Si se meten contigo en clase, lleva un cuchillo al colegio, prende fuego a sus casas con sus familias dentro, ¿qué es lo peor que pueden hacer?>; Cuando va David con la Sra. Peterson al instituto porque Luke ha pegado a otro alumno, David lo defiende ante el director con un argumento delirante sobre la homofobia; El imponente tiroteo que se produce con la llegada del agente Parker a casa de los Peterson, hasta entonces todo era perdonable a David, pero traspasa la línea, asesina sin motivo aparente a la Sra. Peterson, y arranca la orgia de salvajismo violento; El muy bien diseñado clímax ya referido, aunque con un epílogo bastante rancio, cuando después de que le han apuñalado en el cuello, vemos a David huir , no sin antes pararse a “saludar” a los hermanos Peterson.
El primer montaje del film tenía 20 minutos más que el corte final. Tras proyectarse a una audiencia de prueba, se redujo su metraje cerca del tiempo final, tras otra proyección el público estaba confundido con la llegada repentina del Major Richard Carver y su equipo al hogar de los Peterson, por lo que se añadieron algunas escenas con Carver en la sede KPG para el corte definitivo del film. Algunas escenas eliminadas explican quien es "David", lo que le hicieron, por qué hace algunas cosas, y más detalles e información sobre el programa KPG el que estaba involucrado. Fueron sesgadas porque la audiencia de prueba sentía era demasiada información, Wingard y el guionista Simon Barrett admitieron odiaban explicar el carácter de David y su fondo, querían dejar gran parte información en la ambigüedad.
Interesante propuesta para pasar 100 minutos desenchufado del mundo, nada nuevo bajo el sol, pero divertida. Fuerza y honor!!!
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