El artista
7,6
60.341
Comedia. Drama. Romance
Hollywood, 1927. George Valentin es una gran estrella del cine mudo a quien la vida le sonríe. Pero con la llegada del cine sonoro, su carrera corre peligro de quedar sepultada en el olvido. Por su parte, la joven actriz Peppy Miller, que empezó como extra al lado de Valentin, se convierte en una estrella del cine sonoro.
2 de enero de 2012
2 de enero de 2012
19 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
El "tic ocular" que "The Artist" tiene con otras obras reconocidas no perjudica la historia ni la entorpece, la alimenta; hace de combustible y le brinda una dosis de humildad al autor. Es un sello de respeto.
En la obra se procuran las pautas de antaño: se suprime el aspecto panorámico del fotograma, se ralentiza la cantidad de planos por minuto y se incrementan los cortos y generales. Los actores se ajustan al rol teatral. Se escatiman los efectos especiales, y de haberlos, son siempre primarios.
La música lleva en volandas las imágenes en momentos críticos, evadiendo el efectivo instrumental propio de la etapa no sonora cuando conviene. Como en cualquier película que aspire a un mínimo de notabilidad, se permite sus estridencias. No es algo positivo, pero a mí no me estorba, culpa seguramente de que coincida siempre con un protagonista acertadísimo.
El guion será muy simple, pero tu tía Conchi no sabría escribirlo. De todos modos hay un argumento, y como lo hay, solo queda contarlo de forma elegante y pasional; lo que te sugirió en un principio el tráiler y el cartel, que a veces, para milagro, pasa que no engañan.
"The artist" es una historia fácil, sí, la tienes en la sinopsis, no está repleta de grandes frases (elemental, querido...) ni de giros que te dejen los cuartos mojados, pero recoge tus últimos cinco años e introduce en cien minutos los momentos personales más intensos y remarcables. El film hace lo mismo...
... y cualquier persona que priorice ponerse un film mudo en sus ratos libres antes que otro plan, debería considerar al menos un segundo de visionado de esta película, y más a estas alturas, como un pequeño regalo personal.
En la obra se procuran las pautas de antaño: se suprime el aspecto panorámico del fotograma, se ralentiza la cantidad de planos por minuto y se incrementan los cortos y generales. Los actores se ajustan al rol teatral. Se escatiman los efectos especiales, y de haberlos, son siempre primarios.
La música lleva en volandas las imágenes en momentos críticos, evadiendo el efectivo instrumental propio de la etapa no sonora cuando conviene. Como en cualquier película que aspire a un mínimo de notabilidad, se permite sus estridencias. No es algo positivo, pero a mí no me estorba, culpa seguramente de que coincida siempre con un protagonista acertadísimo.
El guion será muy simple, pero tu tía Conchi no sabría escribirlo. De todos modos hay un argumento, y como lo hay, solo queda contarlo de forma elegante y pasional; lo que te sugirió en un principio el tráiler y el cartel, que a veces, para milagro, pasa que no engañan.
"The artist" es una historia fácil, sí, la tienes en la sinopsis, no está repleta de grandes frases (elemental, querido...) ni de giros que te dejen los cuartos mojados, pero recoge tus últimos cinco años e introduce en cien minutos los momentos personales más intensos y remarcables. El film hace lo mismo...
... y cualquier persona que priorice ponerse un film mudo en sus ratos libres antes que otro plan, debería considerar al menos un segundo de visionado de esta película, y más a estas alturas, como un pequeño regalo personal.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La escena de la chaqueta, el sueño de Valentín, las bocas gritando en silencio, el celuloide del baile... sean unas sí u otras no originales, son momentos de procesión.
Y el desenlace:
La historia avanza, el tiempo pasa con los años, y al final, bailando, llega el sonido.
BANG!
Y la propia peli te devuelve a la realidad.
Y el desenlace:
La historia avanza, el tiempo pasa con los años, y al final, bailando, llega el sonido.
BANG!
Y la propia peli te devuelve a la realidad.
29 de enero de 2012
29 de enero de 2012
19 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
No imaginé que después de tanto recorrido y tantos kilómetros de celuloide y tanto que se ha probado ya, aún se podía rodar un homenaje tan esplendoroso a aquella época extinguida del filmstar silencioso.
Hay alguna similitud con “El crepúsculo de los Dioses”: La antigua estrella que no asumió el cambio y que por soberbia y orgullo se negó a adaptarse a la novedad del sonido. Hasta ahí llega la semejanza, porque “The Artist” no se queda en un lúgubre manto polvoriento de nostalgia, sino que resucita con toda la pompa una etapa que ya sabemos que no puede ni debe volver, pero cuyo recuerdo es estupendo sacar del desván y airear para que no se lo coma el moho. Para no permitir que aquellas maravillas de Méliès, Chaplin y otros tantos que dieron su talento se releguen como inútiles piezas de museo que las nuevas generaciones miren de reojo con ligera compasión. No hay el menor signo de vejez en esta producción que nos trae al presente con absoluta frescura una forma de concebir el cine que triunfó hasta 1930, como si hubieran cogido un estudio cinematográfico completo con todo el personal, incluyendo todo el entorno urbano, la moda y el instante histórico, lo hubiesen congelado y hubieran esperado hasta ahora para descongelarlo y volver a darle vida para una nueva película muda, la definitiva, la que un siglo después de que las originales empezaran a sacudir el mundo artístico todavía es más que capaz de emocionar sin palabras.
Regresemos a las muecas de los actores, a los intertítulos, a la orquesta sinfónica que pone la voz musical, a los locos años 20, a la depresión de principios de los treinta, al brusco batacazo de unos años dorados que cayeron frente a otros de vacas flacas, al galán romántico y aventurero, a la diva coqueta y seductora, a las salas de cine repletas de público entusiasta, y vayamos un paso más allá, contemplemos el después de, el fracaso del veterano actor en peligro de extinción y el triunfo de la joven estrella que se adapta a lo que viene sin olvidarse nunca de quien la ayudó a empezar.
Reuniendo pasado y presente, final y comienzo, emotiva tragedia y dulce comedia, amor y soledad, amargura y esperanza, silencio y sonido, “The Artist” es un regalo de añoranza concedido a los que tienen un poquitín alma de dinosaurio, a esa pequeña parte que permanece anclada en un fondo sepultado.
Hay alguna similitud con “El crepúsculo de los Dioses”: La antigua estrella que no asumió el cambio y que por soberbia y orgullo se negó a adaptarse a la novedad del sonido. Hasta ahí llega la semejanza, porque “The Artist” no se queda en un lúgubre manto polvoriento de nostalgia, sino que resucita con toda la pompa una etapa que ya sabemos que no puede ni debe volver, pero cuyo recuerdo es estupendo sacar del desván y airear para que no se lo coma el moho. Para no permitir que aquellas maravillas de Méliès, Chaplin y otros tantos que dieron su talento se releguen como inútiles piezas de museo que las nuevas generaciones miren de reojo con ligera compasión. No hay el menor signo de vejez en esta producción que nos trae al presente con absoluta frescura una forma de concebir el cine que triunfó hasta 1930, como si hubieran cogido un estudio cinematográfico completo con todo el personal, incluyendo todo el entorno urbano, la moda y el instante histórico, lo hubiesen congelado y hubieran esperado hasta ahora para descongelarlo y volver a darle vida para una nueva película muda, la definitiva, la que un siglo después de que las originales empezaran a sacudir el mundo artístico todavía es más que capaz de emocionar sin palabras.
Regresemos a las muecas de los actores, a los intertítulos, a la orquesta sinfónica que pone la voz musical, a los locos años 20, a la depresión de principios de los treinta, al brusco batacazo de unos años dorados que cayeron frente a otros de vacas flacas, al galán romántico y aventurero, a la diva coqueta y seductora, a las salas de cine repletas de público entusiasta, y vayamos un paso más allá, contemplemos el después de, el fracaso del veterano actor en peligro de extinción y el triunfo de la joven estrella que se adapta a lo que viene sin olvidarse nunca de quien la ayudó a empezar.
Reuniendo pasado y presente, final y comienzo, emotiva tragedia y dulce comedia, amor y soledad, amargura y esperanza, silencio y sonido, “The Artist” es un regalo de añoranza concedido a los que tienen un poquitín alma de dinosaurio, a esa pequeña parte que permanece anclada en un fondo sepultado.
26 de diciembre de 2011
26 de diciembre de 2011
18 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Crítica breve de "The Artist" (2011)
Estoy seguro que el 2011 será recordado por ser un año de buen cine. Prueba de ello es que ha habido joyas como “The Artist” que han logrado cautivar y emocionar al espectador por igual y ser de esas películas en las que sales del cine con un buen sabor de boca.
Personalmente, los diez últimos minutos son pura maestría. Y si tenéis la ocasión de ver el film de Michel Hazanavicius sabrán porque lo digo. Hasta entonces sólo puedo hablarles y recomendarles una y otra vez que vean “The Artist”.
Porque aparte de ser una historia que engancha al espectador, sus personajes son cercanos, humanos y entrañables. Los protagonistas (Jean Dujardin/Bérénice Bejo) están de diez, pero también destaco que las interpretaciones secundarias de la cual he llegado a sentir un pelín más de aprecio. Hablo de James Cromwell que da vida a Clifton, el chofer de George Valentin. Un hombre increíblemente fiel y noble a su amigo Valentine.
Me gusta todo lo de este film, desde sus créditos iniciales hasta su ambientación en la cual vamos viendo la transición del cine mudo al sonora pasando por la crisis del Crac del 29.
Estoy seguro que el 2011 será recordado por ser un año de buen cine. Prueba de ello es que ha habido joyas como “The Artist” que han logrado cautivar y emocionar al espectador por igual y ser de esas películas en las que sales del cine con un buen sabor de boca.
Personalmente, los diez últimos minutos son pura maestría. Y si tenéis la ocasión de ver el film de Michel Hazanavicius sabrán porque lo digo. Hasta entonces sólo puedo hablarles y recomendarles una y otra vez que vean “The Artist”.
Porque aparte de ser una historia que engancha al espectador, sus personajes son cercanos, humanos y entrañables. Los protagonistas (Jean Dujardin/Bérénice Bejo) están de diez, pero también destaco que las interpretaciones secundarias de la cual he llegado a sentir un pelín más de aprecio. Hablo de James Cromwell que da vida a Clifton, el chofer de George Valentin. Un hombre increíblemente fiel y noble a su amigo Valentine.
Me gusta todo lo de este film, desde sus créditos iniciales hasta su ambientación en la cual vamos viendo la transición del cine mudo al sonora pasando por la crisis del Crac del 29.
26 de febrero de 2012
26 de febrero de 2012
21 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues sinceramente, a mi me ha aburrido muchísimo. Desconocía totalmente el argumento y todo lo relacionado con la película antes de verla, y ahora después de vista entro en "Filmaffinity" para ver qué opinaba la gente de ella y me encuentro con un 8 de nota global. No lo entiendo, he visto películas realmente mudas que le dan mil vueltas a esta.
8 de noviembre de 2011
8 de noviembre de 2011
20 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
He leído más de un debate sobre si es necesario hacer esta película muda. No hay duda que se podía haber contado de forma sonora, pero si el resultado es excepcional, ¿para qué debatir? Además el recurso es consecuente con el argumento
Tengo que reconocer que he tenido la suerte de verla en una sala grande y repleta (Festival de Cine de Sevilla), creándose un gran ambiente de cine, escuchándose risas habitualmente durante toda la proyección, pero sobre todo, era impactante los silencios que se creaban cuando paraba la música.
En la cinta, hay 6/7 escenas memorables, de las que se te quedan en la retina.
Todo el mundo pone genial a los 2 actores principales (que están muy bien), pero los que me han llamado la atención son los 2 secundarios: John Goodman y James Cromwell.
Tengo que reconocer que he tenido la suerte de verla en una sala grande y repleta (Festival de Cine de Sevilla), creándose un gran ambiente de cine, escuchándose risas habitualmente durante toda la proyección, pero sobre todo, era impactante los silencios que se creaban cuando paraba la música.
En la cinta, hay 6/7 escenas memorables, de las que se te quedan en la retina.
Todo el mundo pone genial a los 2 actores principales (que están muy bien), pero los que me han llamado la atención son los 2 secundarios: John Goodman y James Cromwell.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
- De las 6/7 escenas memorables, me quedo con la del despido del chófer.
- ¿por qué está Malcolm McDowell quinto en los títulos de crédito de la propia película, si sale 10 segundos?
- ¿por qué está Malcolm McDowell quinto en los títulos de crédito de la propia película, si sale 10 segundos?
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