El artista
7,6
60.340
Comedia. Drama. Romance
Hollywood, 1927. George Valentin es una gran estrella del cine mudo a quien la vida le sonríe. Pero con la llegada del cine sonoro, su carrera corre peligro de quedar sepultada en el olvido. Por su parte, la joven actriz Peppy Miller, que empezó como extra al lado de Valentin, se convierte en una estrella del cine sonoro.
7 de marzo de 2012
7 de marzo de 2012
23 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y los Oscars siguen quedando por el suelo. Y sí, sabemos que la elección de "mejor película" por la academia es siempre muy discutible, los criterios que influyen en esta decisión parecen frecuentemente alejarse de la apreciación artística de las obras en competencia y obedecen diversos intereses propios de Hollywood y de la industria. Pero aún considerando los antecedentes que ostentan estos premios y el hecho de que para cualquier persona que haya visto un par de películas en su vida estos no son una guía de lo mejor del año ni nada por el estilo, la premiación a "The Artist" en cinco categorías me parece no solo excesiva sino injustificable. Hasta el día de hoy no me explico el gran favoritismo que tenía el film antes de la ceremonia y los numerosos reconocimientos que se llevó en varias instancias previas, cuando la película no pasa de ser un mal chiste y una curiosidad para la gran masa que no acostumbra a ver cine de otras épocas, o una oportunidad de la academia para recordar antiguas glorias.
La historia que se nos presenta es al menos simplona, básica, y en varios momentos bastante aburrida. Un par de risas, un par de momentos "emotivos" (muy débiles) y eso sería. Hazanavicius entrega una caricatura del cine de antaño y es en esta característica en la que pretende sustentarse de forma absoluta, disimulando su falta de ideas con un disfraz de homenaje y de nostalgia que funcionó a la perfección para la academia. La banda sonora no aporta nada y se limita a acompañar la acción y el drama pudiendo haber sido mucho más protagónica. El blanco y negro no recrea de ningún modo el de la época y en ningún momento da la sensación de estar viendo una cinta antigua, se ve extraño desde el primer fotograma. Los personajes son totalmente olvidables, incluso Dujardin, quién a mi gusto realiza un papel a ratos divertido, que parece simpático en un comienzo y se diluye hasta que al final nos importe poco y nada lo que ocurra con él. Una actuación muy alabada que la verdad, no es para tanto.
En fin, una propuesta fallida en casi todos sus aspectos, un ejemplo de falta de inspiración y/o dedicación que ha recibido cuanto premio pudo haber ganado, premios que me parece ni el propio Hazanavicius esperaba por su trabajo. Una mala copia de los tiempos dorados de Hollywood, una historia sin chispa, sin vida, que debería pedir disculpas a las cintas que intenta homenajear.
Le pongo un tres por el perro.
La historia que se nos presenta es al menos simplona, básica, y en varios momentos bastante aburrida. Un par de risas, un par de momentos "emotivos" (muy débiles) y eso sería. Hazanavicius entrega una caricatura del cine de antaño y es en esta característica en la que pretende sustentarse de forma absoluta, disimulando su falta de ideas con un disfraz de homenaje y de nostalgia que funcionó a la perfección para la academia. La banda sonora no aporta nada y se limita a acompañar la acción y el drama pudiendo haber sido mucho más protagónica. El blanco y negro no recrea de ningún modo el de la época y en ningún momento da la sensación de estar viendo una cinta antigua, se ve extraño desde el primer fotograma. Los personajes son totalmente olvidables, incluso Dujardin, quién a mi gusto realiza un papel a ratos divertido, que parece simpático en un comienzo y se diluye hasta que al final nos importe poco y nada lo que ocurra con él. Una actuación muy alabada que la verdad, no es para tanto.
En fin, una propuesta fallida en casi todos sus aspectos, un ejemplo de falta de inspiración y/o dedicación que ha recibido cuanto premio pudo haber ganado, premios que me parece ni el propio Hazanavicius esperaba por su trabajo. Una mala copia de los tiempos dorados de Hollywood, una historia sin chispa, sin vida, que debería pedir disculpas a las cintas que intenta homenajear.
Le pongo un tres por el perro.
25 de noviembre de 2011
25 de noviembre de 2011
22 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda, estamos ante una película atípica, con ciertas dosis de anacronismo, a un tiempo que se articula como un intenso homenaje al incipiente cine sonoro de finales de los años 20 y principios de los años 30. No es de extrañar que usemos el calificativo atípico dado que estamos ante un caso de cine silente, algo poco característico de los tiempos que corren, consiguiendo igualmente gozar del apoyo del público, en su mayoría absorto ante las imágenes que está contemplando y que logra olvidar de forma mágica la úlcera que este tipo de películas le produciría a priori. Digamos también que no deja de ser también un poco paradójica la propuesta: una película muda sobre los inicios del sonoro.
Es incuestionable que el éxito de la película reside principalmente en el soberbio trabajo de dirección por parte del francés Michel Hazanavicius, conocido hasta el momento por sus filmes sobre el agente francés OSS 117, mediocres realizaciones a medio camino entre un 007 y un Austin Powers a la francesa. Es en esta película que nos ocupa donde logra un perfecto equilibrio cuya segunda baza principal recae en el buen hacer de su equipo de actores.
Como no podía ser de otra forma, las propuestas cinéfilas existentes en la película son muchas y variadas. De entrada, el propio protagonista tiene un claro referente real que no es otro que Douglas Fairbanks (aparece una escena de “The Mark of Zorro” simulando una película del protagonista), además de contar con una trama próxima a "A Star is Born" entrecruzada con "Singing in the Rain" (1952). Puesto que estamos ante un magnífico ejemplo de metacine, el recuerdo de "Sunset Boulevard" (1950) es inevitable en aquellas escenas de plató que se asemejan a los rodajes de Cecil B. DeMille en el título clásico. Además, la propia presencia canina de la película también rememora la saga de "The Thin Man", junto con algunos planos que son una reconstrucción del gran clásico de Orson Welles "Citizen Kane" (1941). Tampoco faltan homenajes al nacimiento del cine musical mostrado como si de "42nd Street" (1933) o alguna de las coincidencias del tándem Astaire-Rogers se tratara. La banda sonora tampoco escatima en referencias, ahí estaría la cita del tema de amor completo de "Vertigo" (1958), presente en la escena de clímax de la película creada mediante un montaje paralelo al estilo del slapstick americano, muy en la línea Harold Lloyd o Buster Keaton.
Tras todo lo dicho, es innegable que la película sólo puede ser fruto de un innegable cinéfilo (esperemos que no llegue al extremo cinéfago de un Quentin Tarantino). A todo ello se sumaría la impecable factura técnica que rodea a toda la película en cada uno de sus planos, cuidando al milímetro todos los aspectos que nos hacen replantearnos si la película es del 2011 o de la propia época de la Gran Depresión. Con casos como estos, la añoranza a tiempos pasados como tiempos mejores perdidos puede convertirse en una gran realidad. Definitivamente, "The Artist" es una joya.
Es incuestionable que el éxito de la película reside principalmente en el soberbio trabajo de dirección por parte del francés Michel Hazanavicius, conocido hasta el momento por sus filmes sobre el agente francés OSS 117, mediocres realizaciones a medio camino entre un 007 y un Austin Powers a la francesa. Es en esta película que nos ocupa donde logra un perfecto equilibrio cuya segunda baza principal recae en el buen hacer de su equipo de actores.
Como no podía ser de otra forma, las propuestas cinéfilas existentes en la película son muchas y variadas. De entrada, el propio protagonista tiene un claro referente real que no es otro que Douglas Fairbanks (aparece una escena de “The Mark of Zorro” simulando una película del protagonista), además de contar con una trama próxima a "A Star is Born" entrecruzada con "Singing in the Rain" (1952). Puesto que estamos ante un magnífico ejemplo de metacine, el recuerdo de "Sunset Boulevard" (1950) es inevitable en aquellas escenas de plató que se asemejan a los rodajes de Cecil B. DeMille en el título clásico. Además, la propia presencia canina de la película también rememora la saga de "The Thin Man", junto con algunos planos que son una reconstrucción del gran clásico de Orson Welles "Citizen Kane" (1941). Tampoco faltan homenajes al nacimiento del cine musical mostrado como si de "42nd Street" (1933) o alguna de las coincidencias del tándem Astaire-Rogers se tratara. La banda sonora tampoco escatima en referencias, ahí estaría la cita del tema de amor completo de "Vertigo" (1958), presente en la escena de clímax de la película creada mediante un montaje paralelo al estilo del slapstick americano, muy en la línea Harold Lloyd o Buster Keaton.
Tras todo lo dicho, es innegable que la película sólo puede ser fruto de un innegable cinéfilo (esperemos que no llegue al extremo cinéfago de un Quentin Tarantino). A todo ello se sumaría la impecable factura técnica que rodea a toda la película en cada uno de sus planos, cuidando al milímetro todos los aspectos que nos hacen replantearnos si la película es del 2011 o de la propia época de la Gran Depresión. Con casos como estos, la añoranza a tiempos pasados como tiempos mejores perdidos puede convertirse en una gran realidad. Definitivamente, "The Artist" es una joya.
18 de diciembre de 2011
18 de diciembre de 2011
19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los que amamos el cine, el cine con mayúsculas, siempre esperamos que nos sorprenda con grandes historias aunque al final muchos se queden en el intento.
Confieso que me siento tan atrapada y enamorada de la película de Michel Hazanavicius que no sé si puedo ser objetiva.
Una historia sencilla de las de siempre, con dosis medidas de optimismo,ternura,pasión por la vida, amor así como también de ocaso, frustración y decadencia. Todo envuelto con una asombrosa elegancia, inteligencia e ingenio dan como fruto una de las mejores películas de las últimas décadas.
No sólo es un cariñoso y emocionante tributo al cine mudo también es una sofisticada evocación al "cine dentro del cine".
El reparto es sencillamente soberbio así como el guión, la fotografía y la dirección artística sin olvidar el montaje y la definición de los personajes.
Cada escena es un equilibrado y simétrico ejercicio de amor al cine. Cada metraje un regalo inolvidable a los espectadores de todo el mundo y un guiño a la crítica.
Resulta cuanto menos curioso que esta joya cinematográfica que podríamos calificar sin rubor como obra maestra fruto esplendoroso del Hollywood dorado, esté hecha por franceses aunque con producción norteamericana.
"The artist" es una ilusionante bocanada de aire fresco en un mundo necesitado de optimismo e imaginación a la que no le sobra ni falta nada. Hasta el perro es el mejor actor canino que he visto en mucho tiempo.
Los Oscar pueden y deben estar a sus pies.
La sutileza, el fino sentido del humor y la grandeza de esta película nos da a todos una hermosa lección no sólo de estilo sino de vida.
Confieso que me siento tan atrapada y enamorada de la película de Michel Hazanavicius que no sé si puedo ser objetiva.
Una historia sencilla de las de siempre, con dosis medidas de optimismo,ternura,pasión por la vida, amor así como también de ocaso, frustración y decadencia. Todo envuelto con una asombrosa elegancia, inteligencia e ingenio dan como fruto una de las mejores películas de las últimas décadas.
No sólo es un cariñoso y emocionante tributo al cine mudo también es una sofisticada evocación al "cine dentro del cine".
El reparto es sencillamente soberbio así como el guión, la fotografía y la dirección artística sin olvidar el montaje y la definición de los personajes.
Cada escena es un equilibrado y simétrico ejercicio de amor al cine. Cada metraje un regalo inolvidable a los espectadores de todo el mundo y un guiño a la crítica.
Resulta cuanto menos curioso que esta joya cinematográfica que podríamos calificar sin rubor como obra maestra fruto esplendoroso del Hollywood dorado, esté hecha por franceses aunque con producción norteamericana.
"The artist" es una ilusionante bocanada de aire fresco en un mundo necesitado de optimismo e imaginación a la que no le sobra ni falta nada. Hasta el perro es el mejor actor canino que he visto en mucho tiempo.
Los Oscar pueden y deben estar a sus pies.
La sutileza, el fino sentido del humor y la grandeza de esta película nos da a todos una hermosa lección no sólo de estilo sino de vida.
13 de febrero de 2012
13 de febrero de 2012
25 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante (6), esto es lo máximo que me sugiere esta película. Aún estoy estupefacto por las "notazas" que le dá mucha gente. La primera media hora aún estaba intentando acostumbrarme a la forma de contar la historia que tiene la película, la gente habla pero tú no oyes qué dicen... tan solo cuando el director cree que dicen algo relevante la pantallla muestra con fondo negro lo que debes saber. Pero no, la historia discurre mientras tu pierdes uno de tus sentidos, en lugar de oir los diálogos oyes música, cuando no molestos silencios. Para mí el cine mudo son gestos, son situaciones que se desarrollan rápidamente, son risas, son no necesitar diálogo porque las escenas no lo necesitan, no son ver la mandíbula de los actores conversando. La película entonces cambia con homenajes (en las situaciones y en las música) de grandes clásicos del cine. Luego me encuentro con una pesadilla del protagonista a la que yo no encuentro la gracia, una parte final trillada y un final auto-complaciente. Si, película interesante, original, pero no la gran obra maestra que mucha gente cree haber visto (con todos mis respetos a los demás).
6 de enero de 2012
6 de enero de 2012
20 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que enganchan al espectador mediante el poder de seducción. Da igual los ríos de dólares o euros que se hayan invertido en publicidad con ese fin. Y eso se nota sobre todo durante la proyección y se verifica a la salida del cine, en la cara de satisfacción de los espectadores y sus comentarios. La lástima es que la producción cinematográfica es tan frenética que ya no se sostiene en cartelera ninguna película el tiempo suficiente para que el “boca a boca” tenga su efecto, sobre todo en rendimiento de cara a la taquilla.
“El artista” llega a nosotros, además de otros premios como en Cannes y Sevilla, con sus seis nominaciones a los globos de oro a la espera de sus nominaciones al Oscar, lo cual evidentemente ha ayudado a su carrera, pero corre el riesgo en España de no obtener en taquilla el éxito que merece como le ocurre en otros países. Las deprimentes razones que cada cual las deduzca. Y el caso, para centrarnos, es que “The Artist” tiene ese poder, independientemente vista como película. Quizás origine que nuevas generaciones que no han visto nunca una película muda en pantalla les dé por ver cine mudo, que ojalá. Pero “The Artist” maneja los elementos del cine mudo hechizando al espectador, incluso devolviéndole durante casi dos horas, un estado de inocencia que se creía perdido e implicándose como en cualquier película. No hay estado de nostalgia o añoranza, lo que hay, además de un homenaje a ese cine perdido, es una historia muy bien contada y desarrollada con mucha eficacia, con un final maravillosamente bien resuelto. Su extraordinaria ambientación y las actuaciones del reparto incluyendo a Uggie, el perro, y sobre todo de la pareja protagonista, Jean Dujardin como el guapo galán y Bérénice Bejo, como la bella chica, terminan por meterse al público en el bolsillo. Quizás lo menos acertado (para mi gusto) es la utilización del tema de amor de “Vértigo” de Bernard Herrmann en su banda sonora, pero por lo demás “The Artist” es un ejemplo de producción arriesgada y de buen gusto que merece tener la resonancia que está teniendo, suerte que no tuvo por ejemplo la notable “La última locura” de Mel Brooks la última película (salvo error) que Hollywood produjo muda, casualmente era el mismo año que rodaba Bogdanovich su homenaje a los pioneros del cine en otra gran película, “Nickelodeon (Así empezó Hollywood)”.
“El artista” llega a nosotros, además de otros premios como en Cannes y Sevilla, con sus seis nominaciones a los globos de oro a la espera de sus nominaciones al Oscar, lo cual evidentemente ha ayudado a su carrera, pero corre el riesgo en España de no obtener en taquilla el éxito que merece como le ocurre en otros países. Las deprimentes razones que cada cual las deduzca. Y el caso, para centrarnos, es que “The Artist” tiene ese poder, independientemente vista como película. Quizás origine que nuevas generaciones que no han visto nunca una película muda en pantalla les dé por ver cine mudo, que ojalá. Pero “The Artist” maneja los elementos del cine mudo hechizando al espectador, incluso devolviéndole durante casi dos horas, un estado de inocencia que se creía perdido e implicándose como en cualquier película. No hay estado de nostalgia o añoranza, lo que hay, además de un homenaje a ese cine perdido, es una historia muy bien contada y desarrollada con mucha eficacia, con un final maravillosamente bien resuelto. Su extraordinaria ambientación y las actuaciones del reparto incluyendo a Uggie, el perro, y sobre todo de la pareja protagonista, Jean Dujardin como el guapo galán y Bérénice Bejo, como la bella chica, terminan por meterse al público en el bolsillo. Quizás lo menos acertado (para mi gusto) es la utilización del tema de amor de “Vértigo” de Bernard Herrmann en su banda sonora, pero por lo demás “The Artist” es un ejemplo de producción arriesgada y de buen gusto que merece tener la resonancia que está teniendo, suerte que no tuvo por ejemplo la notable “La última locura” de Mel Brooks la última película (salvo error) que Hollywood produjo muda, casualmente era el mismo año que rodaba Bogdanovich su homenaje a los pioneros del cine en otra gran película, “Nickelodeon (Así empezó Hollywood)”.
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