Ni uno menos

Cuando la realidad es gris y no quedan medios para combatirla el tesón cobra una fuerza inusitada, de esa circunstancia se da cuenta Yimou para dejarnos una nueva fábula, en donde, el tesón de una jovencísima e inexperta maestra, puede más que todos los métodos pedagógicos de cualquier maestro experto, y es que, pese a que desde un principipo el espectador visiona la cinta con la sensación de que en cualquier momento la protagonista se derrumbará ante una situación que parece desbordarla por completo, esta se empeña con todas sus fuerzas en demostrarnos los contrario. ¡Bien de nuevo Yimou!.

Yimou en esta ocasión nos presenta la realidad social de su país. El contraste entre el mundo rural pleno de precariedad y escasez de recursos económicos donde el tiempo se ha detenido dando lugar a la China profunda y el mundo urbano y da lugar a una película de corte social donde denuncia la situación de la educación en la China rural y el abandono escolar por causas económico familiares.
Esto lo hace con un planteamiento inicial sencillo como suele hacer a través de un argumento simple y de unos personajes directos.
Una interpretación de una niña de 13 años, Wei Minzhi, que asume de manera plena y responsable el rol de profesora sustituta de unos alumnos casi de su edad pero que se compromete y que va a luchar por ellos hasta el final de una manera plena y enternecedora y que crea en el espectador una empatía directa por la tenacidad que emplea.
Yimou nos presenta este personaje sin importancia aparente y lo desgrana haciendo un estudio meticuloso de él sacándole partido al máximo al ponerle a prueba desde el momento cero de la película y haciéndole pasar por un montón de vicisitudes de las cuales nos hace participes acompañándole hasta que sale airoso de todas ellas para conseguir el fin que nos quiere comunicar en el filme.
Dos escenas sublimes: la de las coca-colas y la de la entrevista en la tv.
Sólo decir que nuevamente de un planteamiento sencillo Yimou nos cuenta una historia grande y logra también una película estupenda sin grandes presupuestos ni aspavientos.

Wei Minzhi es algo más que una niña coherente, responsable y cabezona; es la constatación de que los mayores no tienen razón, de que son poco serios y cambian de opinión cada vez que las cosas se les complican. Ella representa a la inocencia, al camino recto, a la verdad....a todos esos valores que hemos ido intercambiando por intereses materiales, dejando a un lado cualquier molesto atisbo de lógica y espiritualidad.

La pequeña profesora, desde su indomable candidez, desnuda a una sociedad supuestamente organizada, pone en entredicho sus avances y saca los colores a más de un erudito de ciencias sociales.

Como siempre, la profusión del color convierte esta sencilla historia de Zhang Yimou en una sinfonía en la que consigue, a brochazos recargados, elevar la pobreza a la consideración de vistosa e interesante cualidad.

Una vez más, damos con una de esas pelis que parece que no han sido rodadas nunca, que de tan reales que resultan, no nos creemos que allí había unas cámaras, unos focos y unos micros, y un director diciendo "corten" o "repetimos", ya que parece que todo ha sido grabado a la primera. Me parece imposible que alguien no se conmueva con los problemas de la pobre desgraciada que es la protagonista de este 'Drama urbano' (aunque se desarrolle mayormente en una zona rural).

Hacía tiempo que no me emocionaba tanto…
Un pueblo remoto en medio de grandiosas montañas de la China, una escuela pobre, rancia y sucia con unos treinta alumnos de unos diez años, con una profesora de trece, sustituyendo al profesor oficial… Todo esto nos muestra una cara triste y dura de la vida. La niña va a cobrar si cuida bien a todos sus alumnos durante el mes en que el profesor no estará. Al escaparse un alumno a la ciudad para encontrar faena, las esperanzas que la profesora tiene de encontrarlo nos hacen dar cuenta de que lo que se tiene que tener en esta vida son ilusiones y ganas de cumplir con aquello que te has propuesto. "Ni uno menos" nos enseña lo que la perseverancia nos puede traer; todo lo que nos propongamos. Un 10 de 10.