Tu última oportunidad
5,7
5.009
Romance. Drama. Comedia
Harvey Shine (Dustin Hoffman), un neoyorquino maduro que compone música publicitaria, está pasando por un mal momento tanto profesional como personal. De repente, surge una novedad en su vida: durante un viaje a Londres para asistir a la boda de su hija, conoce a Kate (Emma Thompson), una peculiar soltera cuya vida social es bastante anodina. Harvey se siente inmediatamente atraído por su inteligencia y su espontaneidad, y pronto se ... [+]
11 de diciembre de 2009
11 de diciembre de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Permítame que diga de entrada, que “Last chance Harvey” (“Nunca es tarde para enamorarse”), de Joel Hopkins, es una película para corazones solitarios (y por supuesto que para todo aquel seguidor de Hoffman o Emma Thompson). La idea del film de mostrarnos en tono grácil y nada dramático, sobre las posibilidades de amar de nuevo en ese último tercio de vida, sirve para aquellos que creen que ya en ella, no hay nada que hacer.
Con dos actuaciones convincentes de Dustin Hoffman como un reservado Harvey Shine y Emma Thompson como la solterona Kate, la película nos muestra cómo en el camino que transitamos por la vida, siempre se superarán traumas y nos enfrentaremos a “eso” que el destino siempre nos tiene reservado. Con esa ironía británica y melancólica, en una puesta en escena sencilla y funcional al relato en la historia que hoy nos ocupa, Kate y Harvey se funden de pronto con ausencia de arrebato, ya que el ego es muy listo y puede adaptarse a cualquier circunstancia.
Gonzalo Restrepo Sánchez (Film critic. Barranquilla, Colombia)
Con dos actuaciones convincentes de Dustin Hoffman como un reservado Harvey Shine y Emma Thompson como la solterona Kate, la película nos muestra cómo en el camino que transitamos por la vida, siempre se superarán traumas y nos enfrentaremos a “eso” que el destino siempre nos tiene reservado. Con esa ironía británica y melancólica, en una puesta en escena sencilla y funcional al relato en la historia que hoy nos ocupa, Kate y Harvey se funden de pronto con ausencia de arrebato, ya que el ego es muy listo y puede adaptarse a cualquier circunstancia.
Gonzalo Restrepo Sánchez (Film critic. Barranquilla, Colombia)
23 de enero de 2012
23 de enero de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una película sencilla sobre personas que también lo son. Pequeñas historias que suelen ser cálidas y estupendas para ver antes de dormir. Optimistas y tiernas, con las que es muy fácil empatizar y ver sin sobresaltos ni angustia. Películas relajantes y nostálgicas como de paseo de otoño cuando la tarde es corta pero la noche no es todavía demasiado larga, fría ni oscura. Escrito suena cursi, pero, vivido, es agradable. Yo me entiendo porque es un género que me gusta mucho siempre que estén en el término medio del realismo mágico y la fantasía creíble, o sea, que el paseo en cuestión sea tan bueno que no te deje con el mal cuerpo de la triste realidad ni tan fantástico que no puedas imaginarte que esos milagritos de amores imprevistos no puedan sucederte a ti. Bueno, soñar es casi gratis y por el precio de una entrada de cine o las dos horas de pase de televisión, puedes ver una historia sencilla sobre personas pequeñas como tú, con una gabardina parecida a la tuya, con las mismas botas, idéntico libro para leer en un autobús semejante, con parecidas ojeras, sueño, madrugones, rutina, desengaños, ilusiones, murria y vida gris sin perspectivas, a las que una mañana cualquiera alguien les alegre el día (¡ay, no, que eso es de otra película!) para siempre.
Claro que todo es más fácil si él es Dustin y ella es Emma, porque entonces te apetece empatizar todavía más con ellos, e imaginarte que eres una mujer interesante e independiente, muy sensible e inteligente, aunque un poco solitaria, que un día inesperado conoce fortuitamente a alguien parecido de quién ya no podría volver a separarse nunca. Es tan romántico como absurdo y necesario también, porque si nunca nos contarán historias así el cine sería mucho peor de lo que es… Y la vida también.
Claro que todo es más fácil si él es Dustin y ella es Emma, porque entonces te apetece empatizar todavía más con ellos, e imaginarte que eres una mujer interesante e independiente, muy sensible e inteligente, aunque un poco solitaria, que un día inesperado conoce fortuitamente a alguien parecido de quién ya no podría volver a separarse nunca. Es tan romántico como absurdo y necesario también, porque si nunca nos contarán historias así el cine sería mucho peor de lo que es… Y la vida también.
12 de febrero de 2012
12 de febrero de 2012
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
No, nunca es tarde para muchas cosas: ni para caer en el amor, ni para volver a los tópicos de siempre, ni para hacer más de lo mismo, ni para apagar el DVD en mitad de la película, ni para terminar una película solo para escribir su crítica… igual que tampoco es tarde para dar una oportunidad a una cosa que apunta a rollo amoroso con la siempre encantadora (y se ve que altísima) Emma Thompson y el siempre simpático (y reconocido bajito) Dustin Hoffman.
Pero más allá del encanto, no esperemos grandes sorpresas en una cinta protagonizada por dos actores ya maduros y un título como “Nunca es tarde para enamorarse”. Hay que ser muy ingenuo para no intuir por donde va a ir la película y más ingenuo aún para esperar que te vaya a contar algo que no hayas visto, aunque eso sí, con cierta solvencia y cierta sobriedad narrativa pseudobritánica que no deja cabos sueltos en cuanto al ‘quién’ (dos adultos que han dejado de creer en el amor), al ‘qué’ (conseguir que vuelvan a creer), al ‘dónde’ (Londres), al ‘cuándo’ (en el presente) y al ‘por qué’ (para engatusar a poco exigentes con viejos tópicos).
El ‘cómo’, por el contrario, se merece un capítulo aparte. Durante una hora Dustin Hoffman y Emma Thompson, en dos historias paralelas padecen por separado una humillación tras otra, sufriendo lo indecible en situaciones que parecen escritas por un sádico emocional, haciéndonos pasar una vergüenza ajena espantosa en la que no se termina de tocar fondo. Luego claro, llega un momento en que nada de lo ocurra puede ser peor que lo ya vivido, el azaroso azar se vuelve previsible, ocurre lo esperado y las sonrisas de alivio afloran con facilidad sin que nos hagamos muchas preguntas. Muy simple, muy visto, muy discutible pero una forma segura de conseguir el objetivo de emocionar al más duro de los duros.
¿Qué puedo decir? Una obra menor pero de fácil y agradable consumo. Un rayo de esperanza, falsa o no, entre tanta miseria que nos rodea. Y Emma Thompson es tan adorable...
Pero más allá del encanto, no esperemos grandes sorpresas en una cinta protagonizada por dos actores ya maduros y un título como “Nunca es tarde para enamorarse”. Hay que ser muy ingenuo para no intuir por donde va a ir la película y más ingenuo aún para esperar que te vaya a contar algo que no hayas visto, aunque eso sí, con cierta solvencia y cierta sobriedad narrativa pseudobritánica que no deja cabos sueltos en cuanto al ‘quién’ (dos adultos que han dejado de creer en el amor), al ‘qué’ (conseguir que vuelvan a creer), al ‘dónde’ (Londres), al ‘cuándo’ (en el presente) y al ‘por qué’ (para engatusar a poco exigentes con viejos tópicos).
El ‘cómo’, por el contrario, se merece un capítulo aparte. Durante una hora Dustin Hoffman y Emma Thompson, en dos historias paralelas padecen por separado una humillación tras otra, sufriendo lo indecible en situaciones que parecen escritas por un sádico emocional, haciéndonos pasar una vergüenza ajena espantosa en la que no se termina de tocar fondo. Luego claro, llega un momento en que nada de lo ocurra puede ser peor que lo ya vivido, el azaroso azar se vuelve previsible, ocurre lo esperado y las sonrisas de alivio afloran con facilidad sin que nos hagamos muchas preguntas. Muy simple, muy visto, muy discutible pero una forma segura de conseguir el objetivo de emocionar al más duro de los duros.
¿Qué puedo decir? Una obra menor pero de fácil y agradable consumo. Un rayo de esperanza, falsa o no, entre tanta miseria que nos rodea. Y Emma Thompson es tan adorable...
24 de mayo de 2010
24 de mayo de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando un buen actor, diríamos que excepcional, como en el caso de Dustin Hoffman, irrumpe en una inesperada película romántica, pues hay que ver de qué se trata. Y si además, le agregamos a una recuperada Emma Thompson, y un guión “adulto” que no cede a los usuales clichés dentro del género romántico, todo se conjuga en una película redonda. Hoffman y su presencia lo monopolizan casi todo. Su abatimiento y tristeza es real. Su personaje vaga por el mundo a la deriva y sin afectos sólidos; el trabajo con su empobrecedora rutina le sirve de protección ante una existencia solitaria y sin asideros; a su contraparte femenina le sucede otro tanto, aunque sus anclas son de otra naturaleza. Londres, con sus esplendorosos jardines, es el escenario ideal, para ésta historia de amor otoñal con un guión de contenidos que no deja indiferente a nadie.
14 de febrero de 2012
14 de febrero de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Diálogos inteligentes en situaciones comunes y paisajes maravillosos de Londres. ¡Hermosa! Dustin Hoffman me encanta, pero es que Emma me parece simplemente... ¡genial!
Esta película es como el té de las 5. Predecible pero no por eso deja de gustar... me pareció muy ligera y reconfortante... la disfruté.
Esta película es como el té de las 5. Predecible pero no por eso deja de gustar... me pareció muy ligera y reconfortante... la disfruté.
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