Contracorriente
2009 

7,1
2.344
28 de septiembre de 2012
28 de septiembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Directo al grano. EL directo Fuentes-León logra transmitir sentimientos, como el amor, celos, esperanza... e ideas que se mantienen al margen en un bello y humilde pueblo del norte peruano. La intromisión de elementos espirituales no es para nada desacertada ya que muchos de estos casos se oyen en el país y región, cuestión que el director lo ha sabido introducir de una manera correcta y sencilla. Los personajes transmiten lo que deben, en especial la pareja de hombres protagonistas.
Y es que sencillo en argumento, trama y recursos, esta película logra conmoverte y entretenerte sin caer en tópicos, fantasía, o grandes líos. Lo sencillo al final dío un gran y brillante resultado.
Y es que sencillo en argumento, trama y recursos, esta película logra conmoverte y entretenerte sin caer en tópicos, fantasía, o grandes líos. Lo sencillo al final dío un gran y brillante resultado.
30 de julio de 2015
30 de julio de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine peruano no es tomado en serio a nivel internacional y con razón, las películas nacionales son de baja calidad, sin guión, sumamente vacías y con el estandarte "mentadas de madre y calatas" (a excepción de una que otra).
Javier Fuentes-León decidió luchar contra la corriente e hizo esta obra maestra, luciéndose tanto en la dirección, como en el guión. El modo en que llevó una historia cruda de homosexualidad con tanta veracidad mezclándolo con un poco de "realismo mágico" es notable.
Las actuaciones de los protagonistas fueron increíbles e irreprochables: el boliviano Cristian Mercado (Miguel), el colombiano Manolo Cardona (Santiago) y la peruana Tatiana Astengo (Mariela). Mención honrosa todos los actores secundarios, pero qué calidad, ¡carajo! Cuando las cosas se hacen con ganas salen resultados tan gratificantes y sorprendentes como este. Los diálogos retrataron al peruano de verdad, lleno de lisuras, pero tal como es, no por exagerar ni impactar. La banda sonora fue deliciosa.
La historia nos lleva a algún lugar costeño de Perú donde un pescador llamado Miguel vive un romance secreto con Santiago, a pesar de estar casado con Mariela y que ella este esperando un hijo. Vemos como la pobreza de ese lugar y sus pobladores no es solo económica ni educativa, si no humana: cuando descubren que Miguel es homosexual lo ignoran y cambian definitivamente con él, como si la homosexualidad fuera el pecado más vil que exista. Sumamente curiosa la parte en que Mariela al ver que Miguel veía novelas, se sienta y cambia de canal a uno que dan fútbol, demostrándonos que en esos lugares las mujeres son las más machistas.
El realismo mágico se hace presente cuando Santiago por más que quería (estaba muerto) no podía irse de ese lugar. El final es potente y nos muestra a un Miguel sumamente decidido haciendo algo que debía hacer, sin egoísmo ni cobardía, siendo por fin, un hombre de verdad.
Javier Fuentes-León decidió luchar contra la corriente e hizo esta obra maestra, luciéndose tanto en la dirección, como en el guión. El modo en que llevó una historia cruda de homosexualidad con tanta veracidad mezclándolo con un poco de "realismo mágico" es notable.
Las actuaciones de los protagonistas fueron increíbles e irreprochables: el boliviano Cristian Mercado (Miguel), el colombiano Manolo Cardona (Santiago) y la peruana Tatiana Astengo (Mariela). Mención honrosa todos los actores secundarios, pero qué calidad, ¡carajo! Cuando las cosas se hacen con ganas salen resultados tan gratificantes y sorprendentes como este. Los diálogos retrataron al peruano de verdad, lleno de lisuras, pero tal como es, no por exagerar ni impactar. La banda sonora fue deliciosa.
La historia nos lleva a algún lugar costeño de Perú donde un pescador llamado Miguel vive un romance secreto con Santiago, a pesar de estar casado con Mariela y que ella este esperando un hijo. Vemos como la pobreza de ese lugar y sus pobladores no es solo económica ni educativa, si no humana: cuando descubren que Miguel es homosexual lo ignoran y cambian definitivamente con él, como si la homosexualidad fuera el pecado más vil que exista. Sumamente curiosa la parte en que Mariela al ver que Miguel veía novelas, se sienta y cambia de canal a uno que dan fútbol, demostrándonos que en esos lugares las mujeres son las más machistas.
El realismo mágico se hace presente cuando Santiago por más que quería (estaba muerto) no podía irse de ese lugar. El final es potente y nos muestra a un Miguel sumamente decidido haciendo algo que debía hacer, sin egoísmo ni cobardía, siendo por fin, un hombre de verdad.
7 de julio de 2011
7 de julio de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Representante a los Oscar de Perú, país que el año anterior consiguió su primera nominación con La teta asustada. Nominada al Goya a la mejor cinta hispanoamericana. Proyectada y premiada en sinfín de festivales. Había muchas ganas por ver Contracorriente. Pero, me tendrán que perdonar, todo me ha parecido una soberana tontería. La historia de Miguel, casado y a punto de tener un hijo, pescador y aspirante a predicador de un pueblecito costero, enamorado en secreto de Santiago, es una de las historias de amor más alicaídas de los últimos años. Una película que se ahoga toda sola: empieza bien, y se desvía de su ruta al seguir una senda mística innecesaria.
Un intento ñoño por describir la represión que viven muchos homosexuales en zonas tan apartadas, fuera de las grandes ciudades, en las que todos se conocen entre todos y en las que al individuo no le queda otra que seguir los modelos familiares perpetuados por los demás: eso es al menos lo que inspira la escena más representativa, a su manera también la más simplona, de todo el film: el momento en el que la mujer de Miguel, cómplice y testigo callado de las dudas de su pareja, cambia el canal de la televisión para que su marido vea fútbol y no un culebrón sudamericano (una idea muy básica de lo que significa para sociedades muy primitivas los conceptos de 'macho' y 'hetero'). Lástima que su historia no cale hondo.
Un intento ñoño por describir la represión que viven muchos homosexuales en zonas tan apartadas, fuera de las grandes ciudades, en las que todos se conocen entre todos y en las que al individuo no le queda otra que seguir los modelos familiares perpetuados por los demás: eso es al menos lo que inspira la escena más representativa, a su manera también la más simplona, de todo el film: el momento en el que la mujer de Miguel, cómplice y testigo callado de las dudas de su pareja, cambia el canal de la televisión para que su marido vea fútbol y no un culebrón sudamericano (una idea muy básica de lo que significa para sociedades muy primitivas los conceptos de 'macho' y 'hetero'). Lástima que su historia no cale hondo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hay que decir que Contracorriente copia el encuentro final de Brokeback Mountain: si Heath Ledger sosteniendo la americana azul de su amante emociona sin aspavientos, la charla con la madre y la hermana del fallecido y el entierro de Contracorriente me deja totalmente frío. Eso aunque haya gente que salió de la sala llorando. ¿Irá todo esto a contracorriente de todo lo visto, escrito y leído sobre la película?
Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities, http://cachecine.blogspot.com
Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities, http://cachecine.blogspot.com
15 de septiembre de 2010
15 de septiembre de 2010
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mejor de la película, es el tono surrealista con el que se muestra el conflicto que, el protagonista tendrá que afrontar, al tener que aceptar su verdadera esencia, esto la convierte en una película extraordinaria, que rompe con los cánones del lo que era el cine gay hasta el momento, en ningún momento la película cae en algún acto grotesco o similiar, esta es una manera diferente de mostrar el conflicto, quedó muy bien, y en donde se pueden resaltar también sobre todo las magníficas actuaciones, no hay alguna actuación que desentone, algunas sólo están mejores que otras, pero todas están muy bien.
Si bien es cierto, el tema del conflicto del protagonista frente a su sociedad, pudo haberse abordado de alguna manera más profunda, también es cierto que, la película no buscaba eso, sólo estuvo centrada siempre en mostrar de una manera artistica la homosexualidad, no tanto los conflictos internos del protagonista, y no la crisis de valores que el protagonista atravieza frente a su sociedad.
En mi opinión con la óptica surrelista estuvo bastante bien lograda, bastó eso, para hacer de esta película una cinta que merece ser vista por todos, van a ver ustedes
Si bien es cierto, el tema del conflicto del protagonista frente a su sociedad, pudo haberse abordado de alguna manera más profunda, también es cierto que, la película no buscaba eso, sólo estuvo centrada siempre en mostrar de una manera artistica la homosexualidad, no tanto los conflictos internos del protagonista, y no la crisis de valores que el protagonista atravieza frente a su sociedad.
En mi opinión con la óptica surrelista estuvo bastante bien lograda, bastó eso, para hacer de esta película una cinta que merece ser vista por todos, van a ver ustedes
23 de septiembre de 2010
23 de septiembre de 2010
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
«Contracorriente» trata sobre la homosexualidad y consigue, con su bello análisis, superar la temática de partida, elaborando un cuadro de personajes redondo.
El peruano Javier Fuentes-León, debutante con este film en la sección «Horizontes Latinos» del pasado Festival de San Sebastián, refleja el punto de vista de cada vértice del polígono que forma todo grupo humano, atendiendo siempre a la faceta emocional de sus cuidados caracteres.
Las convicciones personales, el afán de justicia, los compromisos grupales cumplen un importante papel motriz en la conducta de los protagonistas. Tanto como el amor familiar y el deseo. Pero también como el egoísmo y la cobardía. Difícilmente pueden todos estos factores ser atendidos sin que surja el conflicto.
El acierto de la propuesta radica en la clara exposición de las consecuencias para cada personaje que seguirán a las posibles soluciones.
El film sigue un ritmo vivo y se apoya en una imagen muy atractiva. La fotografía del litoral del norte peruano, entre al azul del mar y el albo del desértico Cabo Blanco, en el muy fotogénico departamento de Piura combinan magníficamente con la belleza de la pintura y las estampas tomadas por los propios personajes.
Las interpretaciones de todo el elenco ensalzan un resultado que refleja la necesidad de comunicar por parte de un director que dedica la cinta a sus progenitores, clara muestra del tinte autobiográfico de su precioso trabajo.
El peruano Javier Fuentes-León, debutante con este film en la sección «Horizontes Latinos» del pasado Festival de San Sebastián, refleja el punto de vista de cada vértice del polígono que forma todo grupo humano, atendiendo siempre a la faceta emocional de sus cuidados caracteres.
Las convicciones personales, el afán de justicia, los compromisos grupales cumplen un importante papel motriz en la conducta de los protagonistas. Tanto como el amor familiar y el deseo. Pero también como el egoísmo y la cobardía. Difícilmente pueden todos estos factores ser atendidos sin que surja el conflicto.
El acierto de la propuesta radica en la clara exposición de las consecuencias para cada personaje que seguirán a las posibles soluciones.
El film sigue un ritmo vivo y se apoya en una imagen muy atractiva. La fotografía del litoral del norte peruano, entre al azul del mar y el albo del desértico Cabo Blanco, en el muy fotogénico departamento de Piura combinan magníficamente con la belleza de la pintura y las estampas tomadas por los propios personajes.
Las interpretaciones de todo el elenco ensalzan un resultado que refleja la necesidad de comunicar por parte de un director que dedica la cinta a sus progenitores, clara muestra del tinte autobiográfico de su precioso trabajo.
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