Contracorriente
2009 

7,1
2.344
26 de septiembre de 2010
26 de septiembre de 2010
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Influenciado por las buenas criticas, me decidí ir a ver este largometraje, y lo que me encontré fue una mezcla de Brokeback Mountain y Ghost, llevado a un país latinoamericano. El largometraje es correcto, con unas interpretaciones bastante creíbles y una buena fotografía y localizaciones, con un guión que en ningún momento se hace pesado. Aunque he de decir que a mí no me cuadra mucho en este tipo de largometrajes, el tema de las apariciones y los fantasmas, pues creo que les quitan seriedad a la trama.
En resumen: cine para gente sin prejuicios y con un poco de sensibilidad.
En resumen: cine para gente sin prejuicios y con un poco de sensibilidad.
1 de septiembre de 2010
1 de septiembre de 2010
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llegar a Cabo Blanco no es fácil. Dependiendo de donde se viene, si no se tiene movilidad propia, hay que hacer al menos dos conexiones en ómnibus, colectivo o mototaxi. La caleta donde pasó una temporada el escritor Ernest Hemingway no progresó mucho desde su estancia y conserva su ambiente pueblerino y austero. Pero, sobre todo, se trata de un sitio escondido, de ahí que en la jerga peruana, la palabra “caleta” se refiera a un lugar, hecho o sentimiento oculto.
Por este motivo escoger el sitio como locación para rodar el filme, fue una decisión acertada. Al igual que involucrar a la población del lugar porque le da una textura de autenticidad a la ambientación.
También lo es atribuirle al lugar cualidades mágicas espirituales por la tradición que aporta el departamento de Piura, donde está ubicado Cabo Blanco, respecto al “chamanismo” o la comunicación con los espíritus; expresado esto en la película en rituales mortuorios y fúnebres en el mar.
El filme tiene también inspiraciones biográficas y literarias del propio Hemingway expresadas en Santiago, el extranjero solitario, pintor, fotógrafo, enamorado del lugar, del mar y de Miguel, el pescador de bolichera, quien junto a su esposa conforman el triángulo amoroso de la historia con una buena actuación de sus protagonistas.
Es así que la estructura narrativa describe primero el entorno anotado para luego detallar el giro. Después de que Santiago muere, lo que nos es mostrado mediante una elipsis, y se le aparece como un fantasma a Miguel, la película se torna previsible en cuanto a su compromiso en la defensa de la diversidad en una época de reivindicación de la “dignidad gay” y de la polémica sobre los matrimonios homosexuales ; pero también se registran las mejores escenas, Miguel y Santiago caminando como pareja invisible en un pueblo lleno de prejuicios homo fóbicos o las escenas íntimas con su esposa y, por otro lado, el director alarga el metraje para complementar su propuesta con reflexiones acerca de la vida y la muerte, la familia, la felicidad y el amor.
La película tiene muchos referentes en cuanto a la cinemateca mundial, por ejemplo “Brokeback Mountain” de Ang Lee pero se le percibe como usada y trivial en cuanto a la dirección de la relación carnal que no aporta mucho. En cambio cuando Miguel se confronta con su esposa, interpretada por Tatiana Astengo, sacamos en claro que lo suyo es un amorío culposo provocado por las circunstancias y por la búsqueda de nuevas sensaciones.
Pero yendo más allá, ese triángulo recuerda también a otros de tipo heterosexual como el de “Doña Flor y sus dos maridos” y como relación prohibida también evoca el de “Los puentes de Madison County”.
Por este motivo escoger el sitio como locación para rodar el filme, fue una decisión acertada. Al igual que involucrar a la población del lugar porque le da una textura de autenticidad a la ambientación.
También lo es atribuirle al lugar cualidades mágicas espirituales por la tradición que aporta el departamento de Piura, donde está ubicado Cabo Blanco, respecto al “chamanismo” o la comunicación con los espíritus; expresado esto en la película en rituales mortuorios y fúnebres en el mar.
El filme tiene también inspiraciones biográficas y literarias del propio Hemingway expresadas en Santiago, el extranjero solitario, pintor, fotógrafo, enamorado del lugar, del mar y de Miguel, el pescador de bolichera, quien junto a su esposa conforman el triángulo amoroso de la historia con una buena actuación de sus protagonistas.
Es así que la estructura narrativa describe primero el entorno anotado para luego detallar el giro. Después de que Santiago muere, lo que nos es mostrado mediante una elipsis, y se le aparece como un fantasma a Miguel, la película se torna previsible en cuanto a su compromiso en la defensa de la diversidad en una época de reivindicación de la “dignidad gay” y de la polémica sobre los matrimonios homosexuales ; pero también se registran las mejores escenas, Miguel y Santiago caminando como pareja invisible en un pueblo lleno de prejuicios homo fóbicos o las escenas íntimas con su esposa y, por otro lado, el director alarga el metraje para complementar su propuesta con reflexiones acerca de la vida y la muerte, la familia, la felicidad y el amor.
La película tiene muchos referentes en cuanto a la cinemateca mundial, por ejemplo “Brokeback Mountain” de Ang Lee pero se le percibe como usada y trivial en cuanto a la dirección de la relación carnal que no aporta mucho. En cambio cuando Miguel se confronta con su esposa, interpretada por Tatiana Astengo, sacamos en claro que lo suyo es un amorío culposo provocado por las circunstancias y por la búsqueda de nuevas sensaciones.
Pero yendo más allá, ese triángulo recuerda también a otros de tipo heterosexual como el de “Doña Flor y sus dos maridos” y como relación prohibida también evoca el de “Los puentes de Madison County”.
30 de septiembre de 2010
30 de septiembre de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine que trata sobre la temática homosexual y su aceptación (o no) social, sigue casi siempre un patrón muy parecido, o al menos aquel que trata sobre una historia de amor: normalmente, uno de los componentes, presiona al otro para que se acepte tal cual es y para que ame con libertad a su enamorado, en un sencillo inicio por una aceptación y una normalización social de cara a su entorno.
Eyes Wide Open (en Jerusalén), Mi hermosa Lavandería (en Gran Bretaña), Bent (en la Alemania Nazi) o Brokeback Mountain (en los páramos centrales de E.E.U.U.) trataban de esta manera el oscurecido concepto del Orgullo Gay: la homosexualidad no será aceptada hasta que aquél que ama a alguien de su mismo sexo no se acepte a si mismo; o bien aquél que ama a alguien de su mismo sexo, no podrá aceptarse hasta que la sociedad no lo acepte.
Está claro, que pese a la evolución sobre el tema que tengan ciertos países, el debate sigue presente. Por eso Contracorriente es un ejemplo loable de algo que merece la pena contarse, aunque su originalidad o su carácter rompedor no sean sus puntos fuertes.
El amor, roto por el entorno, sucede aquí en un pueblo de pescadores de Cabo Blanco, Perú, y por su localización geográfica, el director se permite ciertas licencias, como su inconfundible realismo mágico, que refuerzan la historia; o su atención al costumbrismo y las maneras de vivir de este país y de la profesión de pescador y fotógrafo.
Hay que agradecer al cineasta que pese a tratarse de su primera película, de ser independiente, y de no necesitarlo, aproveche la belleza de sus paisajes naturales y sepa captar la fugacidad y la belleza del momento, con una espectacular fotografía que se acaba convirtiendo en de lo mejor de la película.
Y lo que le pesa a Contracorriente es que su discurso ya ha sido explotado, y por lo tanto el factor sorpresa, y en muchos puntos, la emoción, se pierde, pero es un buen ejemplo de cine social y de muestra de culturas ajenas pero con las que se comparten, en base, los mismos problemas.
Eyes Wide Open (en Jerusalén), Mi hermosa Lavandería (en Gran Bretaña), Bent (en la Alemania Nazi) o Brokeback Mountain (en los páramos centrales de E.E.U.U.) trataban de esta manera el oscurecido concepto del Orgullo Gay: la homosexualidad no será aceptada hasta que aquél que ama a alguien de su mismo sexo no se acepte a si mismo; o bien aquél que ama a alguien de su mismo sexo, no podrá aceptarse hasta que la sociedad no lo acepte.
Está claro, que pese a la evolución sobre el tema que tengan ciertos países, el debate sigue presente. Por eso Contracorriente es un ejemplo loable de algo que merece la pena contarse, aunque su originalidad o su carácter rompedor no sean sus puntos fuertes.
El amor, roto por el entorno, sucede aquí en un pueblo de pescadores de Cabo Blanco, Perú, y por su localización geográfica, el director se permite ciertas licencias, como su inconfundible realismo mágico, que refuerzan la historia; o su atención al costumbrismo y las maneras de vivir de este país y de la profesión de pescador y fotógrafo.
Hay que agradecer al cineasta que pese a tratarse de su primera película, de ser independiente, y de no necesitarlo, aproveche la belleza de sus paisajes naturales y sepa captar la fugacidad y la belleza del momento, con una espectacular fotografía que se acaba convirtiendo en de lo mejor de la película.
Y lo que le pesa a Contracorriente es que su discurso ya ha sido explotado, y por lo tanto el factor sorpresa, y en muchos puntos, la emoción, se pierde, pero es un buen ejemplo de cine social y de muestra de culturas ajenas pero con las que se comparten, en base, los mismos problemas.
5 de junio de 2011
5 de junio de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los rituales de enterramiento son algo de gran arraigo en la cultura y las tradiciones de un determinado lugar, así en mi pueblo, como en el resto de España, es en un cementerio y, en la costa del Perú, se arroja el cuerpo al mar con su mortaja para que su alma se libere al caer al mar, y vaya a descansar junto a Dios. Quizás empezando así no parece lo que en realidad luego resulta, pero es muy curiosa esta práctica que, de hecho, es una de las primeras cosas que apreciamos de la vida en el pueblo de pescadores. A decir unas últimas y liberadoras palabras para esos difuntos, antes de que abandonen definitivamente su dimensión más terrenal, es a lo que se dedica Miguel, un pecador que vive con su mujer y está esperando un níño. Lo que nadie sospecha, por la cuenta que le trae con eso de los rumores, es que tiene una aventura con un pintor local, Santiago, al que la gente del pueblo parece evitar. Su relación amorosa no se ve truncada ni aún cuando ocurre algo terrible, pero a partir de se momento se combinarán su amor por Santiago, con una existencia cotidiana en la que tiene que ocultar sus sentimientos y seguir su vida como padre de familia.
Interesante, serena, hermosa, espectral, en el mejor y más romántico de los sentidos imaginables, son los apelativos más acertados que se me ocurren para esta cinta peruana que llavaba bastante tiempo intentando ver y que, una vez que lo he conseguido, consigue llegar a ser una pequeña y agradable perla fílmica, con las dosis justas de drama, como las que se encuentran en el fondo del mar al que los pescadores dedican su vida y en el que acabarán sus días.
Interesante, serena, hermosa, espectral, en el mejor y más romántico de los sentidos imaginables, son los apelativos más acertados que se me ocurren para esta cinta peruana que llavaba bastante tiempo intentando ver y que, una vez que lo he conseguido, consigue llegar a ser una pequeña y agradable perla fílmica, con las dosis justas de drama, como las que se encuentran en el fondo del mar al que los pescadores dedican su vida y en el que acabarán sus días.
5 de septiembre de 2012
5 de septiembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película se merece una puntuación más alta de la que le doy, pero en las películas suelo guiarme más por lo que siento en el momento que por lo que veo. Buen cine peruano.
Muy buenos actores, a destacar a Cristian Mercado que en todo momento me pareció ver a un pescador en su personaje. Muy buena ambientación y vestuario.
Es una película que me asombró por la naturalidad con que trata la homosexualidad, la dificultad de mostrarla por los prejuicios existentes de los demás y propios (tanto en la película como en la vida real) y el respeto a la última despedida del ser humano.
Un final que logró arrancarme unas cuantas lágrimas.
Me emocionó también los comentarios de Tatiana Astengo en la entrevista que incluye el DVD y me agradó ver actuar por primera vez al alctor Manolo Cardona.
Muy buenos actores, a destacar a Cristian Mercado que en todo momento me pareció ver a un pescador en su personaje. Muy buena ambientación y vestuario.
Es una película que me asombró por la naturalidad con que trata la homosexualidad, la dificultad de mostrarla por los prejuicios existentes de los demás y propios (tanto en la película como en la vida real) y el respeto a la última despedida del ser humano.
Un final que logró arrancarme unas cuantas lágrimas.
Me emocionó también los comentarios de Tatiana Astengo en la entrevista que incluye el DVD y me agradó ver actuar por primera vez al alctor Manolo Cardona.
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