La última seducción

Es irresistible te lleva por el camino que quiere, no escatima medios para conseguir lo que quiere, pone todo en el asador para lograr su objetivo. Femme fatale fría, calculadora, sin alma, sin escrúpulos. Te coje una de estas, te atrapa, te absorbe y te destruye sin remordimientos alguno. Ambiciosa, cruel, despiadada, la avaricia y la seducción llevada al limite. Buena película, un placer.

Si, tiene buen ritmo. El asunto parece interesante hasta que se estanca en un noir ¿moderno? Yo creo que un poco pueril. La intriga relajada que nos entrega, nunca sobresale, tampoco lo necesita. Acabas acostumbrándote a ella.

La parte erótica con el roll dominante de ella, resulta atractiva, aunque nada novedosa. También tenemos que considerar que han transcurrido alrededor de 27 años y durante ese tiempo el cine ha evolucionado... Vemos ahora mucho más cine que entonces y estamos bastante "malpervertidos"

Para pasar el rato y recordar la estética de los 90. Entretenida sin más. Supera el cinco, no alcanza el seis.

Linda Fiorentino es un hembrón. Le faltan pechos, no tiene una cara especialmente bonita, pero tiene un cuerpo de escándalo, una cara resultona y sobretodo da mucho morbo. Presenta un personaje frío y calculador. Su marido vende un maletín repleto de coca y ella le birla la pasta y se da a la fuga. Entonces él la busca para recuperar el dinero. Mientras tanto, en la huída va a parar a un pueblucho donde uno de los catetos del lugar se enamora de ella, situación que aprovecha para manipularlo a su antojo. A él y a todo el que se topa con ella.
Esta es la parte menos convincente. Habría que desarrollarla más, dado que para acceder a las órdenes de Linda habría que estar muy pillado.
Otra parte que cojea un poco son las escenas eróticas. Duran poco y enseñan aún menos. Linda tiene buena figura, buen trasero, caderas sensuales... sin embargo apenas se ven unas nalgas y unas tetillas como mandarinas.

Recuerda a "Atracción fatal", pero la historia está mejor currada.

Interesante película del género Cine Negro, lo mejor: Linda Fiorentino, bien guapa y convincente, lo más resaltante h a veces absurdo es la candidez de los personajes masculinos de la película, en una serie de situaciones todo parece muy fácil para delinquir y salirse con la suya.

La película es un disparate, la caracterización de los personajes es de lo más caricaturesca. Se limita a mostrarnos lo segura, independiente y fascinante que es esta mujer, que abandona a su marido, un tontísimo, empalagoso Pullman, personaje que el director se asegura de que resulte lo más patético posible para que así se aprecie aún mejor el contraste que hay con la 'femme fatale', que debe de ser idolatrada. Más de tres cuartos de lo mismo ocurre con el amante que se hecha ésta una vez que huye de la ciudad con el dinero de su marido, un bobo y aún más ridículo si cabe Peter Berg, al que solo le falta decir a Linda Fiorentino que se muere por sus huesos, cual un colegial. Y mientras tanto, claro, la mujer se aprovecha de él como la viene en gana siendo el colmo de que el propio amante es consciente de ello y como tal lo manifiesta numerosas veces en la película. Es decir, la película peca de una exageración insultante, y de ahí viene una progresiva pérdida de interés pues lo que se ve en pantalla es completamente absurdo e inverosímil. Y el personaje de la mujer, el supuesto punto fuerte del filme no me cae bien básicamente por lo mismo, porque tiene una actitud exagerada rozando lo grotesco y con la cual es imposible que en la realidad llegue a alguna parte con ella, en cambio la película está dispuesta de tal modo para que siempre se abra camino.

Concluyendo: como la función tampoco escatima en clichés el espectáculo resulta carente de enjundia, ver como una mujer superpoderosa pero plana emocionalmente;-su personaje no tiene nada de profundidad, el único rasgo descriptivo que uno acierta a determinar acerca de ella es que es banal,- manipula como le da la gana a hombres exageradamente estúpidos con unas tretas infumables no presenta demasiada emoción. Todo es demasiado forzado, pero el colmo es que el público se percata de todos esos desajustes y los consideran como una conducta coherente.

El primer tercio se sigue con interés, el segundo con indiferencia y si bien el desenlace vuelve a generar emoción, el cierre es risible.