Monsieur Hire
7,1
1.561
Drama. Thriller
Monsieur Hire lleva años viviendo en el mismo piso. Alice, que ocupa el estudio de enfrente, se da cuenta de que el hombre la observa desde hace meses. Él, que lo sabe todo de la joven, se ha enamorado de ella. Sin embargo, la situación de Hire se complica cuando se convierte en el principal sospechoso del asesinato de una adolescente. (FILMAFFINITY)
24 de enero de 2011
24 de enero de 2011
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Monsieur Hire resulta un personaje desgradable porque no hace lo que se espera de él, no colabora en las farsas habituales, no es agraciado y encima hace bien su trabajo. Es el prototipo del chivo expiatorio a quien todos podemos odiar y despreciar para sentirnos mejor. En la película a todos les atrae la persona equivocada, la fascinación por lo oscuro. Al fondo está la incapacidad de vivir nuestras verdades sin miedo y la mal llevada soledad.
7 de abril de 2011
7 de abril de 2011
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película que nos hace pensar y llenarnos de rabia. Nos encontramos ante un retrato del poco amor verdadero existente en el mundo contemporáneo.
Cómo una persona puede llegar a amar hasta perdonar lo imperdonable, hasta no ver más allá de esa persona. Es algo que, una vez acabado el film, no dará coraje por las consecuencias en la persona que ama de esta manera.
La trama es simple a la vez que complicada. Una sucesión de eventos típicos de Hitchcock son, más o menos predecibles sin que haga falta un estrujón de cabeza. Y en cuanto al actor principal, Michel Blanc, decir que es digno de Oscar. Nos crea una sensación de asco que, conforme avanza la película, no varía demasiado, pero que nos da cierta lástima en cuanto a que una persona, sean cual sean sus aficiones, pueda sufrir tanto.
Como final de mi modesta crítica dejo una reflexión para los que la hayan visto: ¿seremos nosotros aquellos que miran las caídas de los demás?
¡Saludos!
Cómo una persona puede llegar a amar hasta perdonar lo imperdonable, hasta no ver más allá de esa persona. Es algo que, una vez acabado el film, no dará coraje por las consecuencias en la persona que ama de esta manera.
La trama es simple a la vez que complicada. Una sucesión de eventos típicos de Hitchcock son, más o menos predecibles sin que haga falta un estrujón de cabeza. Y en cuanto al actor principal, Michel Blanc, decir que es digno de Oscar. Nos crea una sensación de asco que, conforme avanza la película, no varía demasiado, pero que nos da cierta lástima en cuanto a que una persona, sean cual sean sus aficiones, pueda sufrir tanto.
Como final de mi modesta crítica dejo una reflexión para los que la hayan visto: ¿seremos nosotros aquellos que miran las caídas de los demás?
¡Saludos!
22 de noviembre de 2013
22 de noviembre de 2013
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basado en un relato de Simenon, Les fiançalles de Monsieur Hire, cuenta la vida de un hombre solitario y que despierta poca simpatía. En este sentido, la elección de Michel Blanc como actor es ideal. Con su rostro neutro, sin rasgos destacables, de estatura más bien baja y mirada anodina, Blanc lo tiene todo para no seducir. Del otro lado (de la ventana) Sandrine Bonnaire, sin ser una belleza posee un rostro que se suaviza con su sonrisa dulce y algo pícara.
Por eso cuesta creer en que estos dos personajes se puedan enlazar. El tacto de Hire parece gélido y es en apariencia poco probable que Alice, una chica joven que tiene la vida por delante, se sienta atraída por este personaje distante. Pero una vez que se admite esto (Hire hace múltiples declaraciones de sus sentimientos), acabamos por admitir la premisa (se gustan). Entonces, la cosa se complica porque la historia nos habla del amor y sus contradicciones, nos habla de una atracción que va más alla de las apariencias, nos habla del amor ciego.
Leconte consigue crear un ambiente incómodo; colores fríos (blancos, grises, niebla, piel pálida, escenas nocturnas). Sin embargo, el relato de los sentimientos no puede hacer olvidar la otra historia: ¿quién ha matado a Pierrette?
Al final, se sabe quién es el culpable. Mucho más complicados son los sentimientos. Querer, querer proteger, huir, parecen acciones incompatibles. Hire será víctima de un amor incomprendido (o comprendido demasiado tarde).
MÁS
Patrice Leconte es autor de títulos diversos que incluyen cine comercial (Les bronzés , 1978; Les bronzés font du ski), comedias populares (Viens chez moi, j’habite chez une copine, 1980) ; también se adentra en dramas sensuales (Le mari de la coiffeuse, 1990) o la parodia (Ridicule, 1996). El hombre del tren (2002), con Johnny Halliday y Jean Rochefort recrea un cuento policial e intimista.
Por eso cuesta creer en que estos dos personajes se puedan enlazar. El tacto de Hire parece gélido y es en apariencia poco probable que Alice, una chica joven que tiene la vida por delante, se sienta atraída por este personaje distante. Pero una vez que se admite esto (Hire hace múltiples declaraciones de sus sentimientos), acabamos por admitir la premisa (se gustan). Entonces, la cosa se complica porque la historia nos habla del amor y sus contradicciones, nos habla de una atracción que va más alla de las apariencias, nos habla del amor ciego.
Leconte consigue crear un ambiente incómodo; colores fríos (blancos, grises, niebla, piel pálida, escenas nocturnas). Sin embargo, el relato de los sentimientos no puede hacer olvidar la otra historia: ¿quién ha matado a Pierrette?
Al final, se sabe quién es el culpable. Mucho más complicados son los sentimientos. Querer, querer proteger, huir, parecen acciones incompatibles. Hire será víctima de un amor incomprendido (o comprendido demasiado tarde).
MÁS
Patrice Leconte es autor de títulos diversos que incluyen cine comercial (Les bronzés , 1978; Les bronzés font du ski), comedias populares (Viens chez moi, j’habite chez une copine, 1980) ; también se adentra en dramas sensuales (Le mari de la coiffeuse, 1990) o la parodia (Ridicule, 1996). El hombre del tren (2002), con Johnny Halliday y Jean Rochefort recrea un cuento policial e intimista.
20 de febrero de 2016
20 de febrero de 2016
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este sencillo thriller tiene todos los ingredientes del título, en una muy buena adaptación de la novela de Georges Simenon. El adjetivo de sencillo no significa simpleza ni mediocridad, por el contrario, a través de esa sencillez, Patrice Leconte ha logrado una excelente puesta en escena valiéndose de un Michel Blanc que aparece con una excelente carga de inexpresividad pero al mismo tiempo intensamente demostrativo para vestir las ropas de un personaje que resulta extraño y no amigable para los demás, pero a quien también los demás le resultan extraños y no amigables. Hay aquí un juego sicológico que lleva al espectador a desesperarse por algo más de acción, cuando en realidad la acción está explícitamente contenida en un ritmo y cadencia adecuados de la propia trama. Y con un muy buen final redondeando los 81 minutos de duración.
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