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Voto de Francesca:
7
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7,1
1.561
Drama. Thriller
Monsieur Hire lleva años viviendo en el mismo piso. Alice, que ocupa el estudio de enfrente, se da cuenta de que el hombre la observa desde hace meses. Él, que lo sabe todo de la joven, se ha enamorado de ella. Sin embargo, la situación de Hire se complica cuando se convierte en el principal sospechoso del asesinato de una adolescente. (FILMAFFINITY)
22 de noviembre de 2013
22 de noviembre de 2013
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basado en un relato de Simenon, Les fiançalles de Monsieur Hire, cuenta la vida de un hombre solitario y que despierta poca simpatía. En este sentido, la elección de Michel Blanc como actor es ideal. Con su rostro neutro, sin rasgos destacables, de estatura más bien baja y mirada anodina, Blanc lo tiene todo para no seducir. Del otro lado (de la ventana) Sandrine Bonnaire, sin ser una belleza posee un rostro que se suaviza con su sonrisa dulce y algo pícara.
Por eso cuesta creer en que estos dos personajes se puedan enlazar. El tacto de Hire parece gélido y es en apariencia poco probable que Alice, una chica joven que tiene la vida por delante, se sienta atraída por este personaje distante. Pero una vez que se admite esto (Hire hace múltiples declaraciones de sus sentimientos), acabamos por admitir la premisa (se gustan). Entonces, la cosa se complica porque la historia nos habla del amor y sus contradicciones, nos habla de una atracción que va más alla de las apariencias, nos habla del amor ciego.
Leconte consigue crear un ambiente incómodo; colores fríos (blancos, grises, niebla, piel pálida, escenas nocturnas). Sin embargo, el relato de los sentimientos no puede hacer olvidar la otra historia: ¿quién ha matado a Pierrette?
Al final, se sabe quién es el culpable. Mucho más complicados son los sentimientos. Querer, querer proteger, huir, parecen acciones incompatibles. Hire será víctima de un amor incomprendido (o comprendido demasiado tarde).
MÁS
Patrice Leconte es autor de títulos diversos que incluyen cine comercial (Les bronzés , 1978; Les bronzés font du ski), comedias populares (Viens chez moi, j’habite chez une copine, 1980) ; también se adentra en dramas sensuales (Le mari de la coiffeuse, 1990) o la parodia (Ridicule, 1996). El hombre del tren (2002), con Johnny Halliday y Jean Rochefort recrea un cuento policial e intimista.
Por eso cuesta creer en que estos dos personajes se puedan enlazar. El tacto de Hire parece gélido y es en apariencia poco probable que Alice, una chica joven que tiene la vida por delante, se sienta atraída por este personaje distante. Pero una vez que se admite esto (Hire hace múltiples declaraciones de sus sentimientos), acabamos por admitir la premisa (se gustan). Entonces, la cosa se complica porque la historia nos habla del amor y sus contradicciones, nos habla de una atracción que va más alla de las apariencias, nos habla del amor ciego.
Leconte consigue crear un ambiente incómodo; colores fríos (blancos, grises, niebla, piel pálida, escenas nocturnas). Sin embargo, el relato de los sentimientos no puede hacer olvidar la otra historia: ¿quién ha matado a Pierrette?
Al final, se sabe quién es el culpable. Mucho más complicados son los sentimientos. Querer, querer proteger, huir, parecen acciones incompatibles. Hire será víctima de un amor incomprendido (o comprendido demasiado tarde).
MÁS
Patrice Leconte es autor de títulos diversos que incluyen cine comercial (Les bronzés , 1978; Les bronzés font du ski), comedias populares (Viens chez moi, j’habite chez une copine, 1980) ; también se adentra en dramas sensuales (Le mari de la coiffeuse, 1990) o la parodia (Ridicule, 1996). El hombre del tren (2002), con Johnny Halliday y Jean Rochefort recrea un cuento policial e intimista.