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Sinuhé, el egipcio

Drama Estando Egipto bajo el gobierno de los faraones de la XVIII dinastía, Sinuhé, un pobre huérfano, se convierte en un brillante médico que dedica su vida a ayudar a los pobres. Él y su fornido amigo Horemheb no sólo son testigos de un ataque epiléptico del nuevo faraón, sino que lo salvan de las garras de un león. Cuando el faraón se recupera, les agradece su gesto introduciéndolos en la Corte. (FILMAFFINITY)
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9
23 de diciembre de 2021 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esperaba una de esas superproducciones elefantinas tipo Cleopatra o Quo Vadis y si, lo es en sus formas escénicas: cinemascope, música, grandilocuentes discursos épicos...
Pero su fondo, su mensaje, me pareció actual y aplicable a los tiempos que vivimos.
¿Acaso no es la ambición del hijo del quesero parecida a la de estos políticos actuales, que alimentan el odio, mienten y roban y asesinan para poder llegar a las faraonicas cumbres del poder?
A ese faraón decadente que elige diálogo frente a batalla, lo presentan como loco, débil. Lo dice su propia madre! :"engendré hijo e hija y los dioses se equivocaron pues ella es fuerte y guerrera y el sensible y pacificador".
Ese relato da para un debate con perspectiva de género:
lo que se espera de un hombre y de una mujer. O también en cómo se opone de forma maniquea a las dos féminas secundarias la "mala" malísima Nefer y la buena y sacrificada mujer Mary,... en fin que no caeré en mirar el pasado con los ojos del presente
pero da para reflexionar como estos argumentos son de un eterno que aterra.
Me fascina el discurso final, ante el nuevo y traidor faraón, hombre bueno, hombre malo. Cada uno con su argumentario.
Y es que, 33 siglos antes del nacimiento de Jesús, como indican los creditos finales, o 23 de diciembre del 2021, hoy, siempre es el mismo cuento chino.
El bien y el mal. La Fe o la Desesperanza. Dios o el hombre.
La ruina de la humanidad. El ocaso de un mundo sin dioses a los que aferrarse.
Sinuhé (me) representa.
Prefiero el destierro en soledad, la libertad de no creer absolutamente en nada y, a pesar de ello o quizá por ello , nunca deje de preguntar "¿por qué?"

Apunte final: el médico Sinuhé también tiene largas colas de espera :)
7
6 de diciembre de 2013
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Leí la novela en mis años de juventud, pero no la recuerdo como para afirmar si es una buena adaptación o no. Tampoco sé si la novela tiene alguna base histórica o es simple invención. Desde luego, situarla justo en el cambio de la edad de bronce a la edad de hierro es, cuando menos, chocante.

Me ha parecido entretenida, con esa mujer fatal, Nefer Nefer Nefer, sensualmente interpretada, y esa Jean Simmons, la camarera a la que le sienta tan bien el estilo egipcio.

La versión que he visto ha sido sin censurar, con fragmentos de otros dobladores ahí donde el franquismo metió las tijeras.

Sólo el final, con ese alegato judeocristiano en favor del dios, estropea esta odisea particular de Sinuhé.
4
16 de junio de 2020
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es muy fácil meterse con Mature, uno de esos actores que parece que sufre interpretando. No es muy original decir que se le considera uno de los peores actores de la historia del planeta porque es algo que se ha dicho en muchos lados. Mi opinión es que el tío se esforzaba tanto que era imposible hacerlo bien, le sobra artificiosidad y le falta talento. Opinar sobre Mature no es lo más grave, aquí en esta película no es lo peor: Edmund Purdom. ¿He dicho Edmund Purdom?; ¿Edmund qué?; pues eso, el que haya visto "Sinhué el egipcio" ahí lo tiene, y en el resto de su extensa filmografía también lo verá, pero no creo que lo haga peor que aquí. Ustinov por ejemplo, apenas sale un rato en comparación y sí es excepcional...

No sé cuál es el problema exacto de esta película pero el caso es que no funciona, no por los decorados de cartón piedra, que molan muchísimo, tal vez sea la indefinición del protagonista, que empieza como una roca con las cosas bien claras, luego cae en un valle lamentable de pagafantas con la cachonda Nefer y acaba siendo poco menos que un mesías. Y por en medio el culebrón típico de niño abandonado y sorpresas que no sorprenden. Ah claro, y los egipcios bien blanquitos, sólo eran negros los esclavos. Venga va, ¿de quién es la culpa?; pues del director de "Casablanca", que para eso es el que firmó. Unos con ganas de darlo todo (Mature, ese suplente de faraón) y otro trabajando con pereza (el director): así no podían salir bien las cosas.
7
21 de enero de 2022 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La medicina y la literatura han hecho siempre muy buenas migas, mejores que la medicina y el cine.
Ahí está para demostrarlo la novela de Mika Waltari que en su adaptación cinematográfica no es capaz de levantar mucho el vuelo lastrada por la densidad del texto y la por la necesidad de recrear la magnificencia de la corte faraónica.
Y sin embargo tiene su belleza decadente la grandiosidad del antiguo Egipto. También su aire de misterio y de intriga que no hemos sabido todavía desentrañar. Y es que "Todo el que ha bebido agua del Nilo ya no sacia su sed en otra parte".
Ya lo dice en su reflexión el saqueador de tumbas, "Veinte años para construir una pirámide o diez minutos para cavar una fosa". Al final, la tierra acaba conquistando todo, inmortalidad incluida, solo ella es capaz de triunfar sobre la muerte. Magnifica escena en medio del desierto con la ciudad de los Muertos al fondo.
Algo así pasa también con la cinta. Los palacios, las ricas vestimentas, el oro y las piedras preciosas, el oropel de los años de esplendor hollywootiano quedan hoy reducidos a cenizas. Sí, pero qué cenizas comparadas con la mugre cursi de las series televisivas actuales. Vale más un paseo en el carro de Horenheb (Mature) en medio de los leones que los seriales de pago que tan de moda están ahora.
A dónde va a parar la presencia de Víctor, de acuerdo, tieso y envarado pero también imponente, con los galanes de noche actuales. Lo mismo cabe decir de Simmons o de Darvi en los papeles de la bondadosa Merit y de la malvada Nefer, como de Ustinov como el genial Kaptar. Sobresalientes todos.
La realización para nosotros falla al quedar sepultada por lo gigantesco del proyecto. A pesar de su largura los personajes no terminan de cuajar, desde luego quedan muy lejos de la riqueza de matices que ofrecen en la novela.
Sobra para nosotros toda la carga filosófica y moralizante del discurso que se hace pesada y enlentece el ritmo. Una especie de sermón pueril que aburre, "Un hombre bueno es mejor que un hombre malo, la justicia mejor que la injusticia ..."
Correcta la ambientación médica que abordamos in extenso en spoiler.
En resumen una gran película histórica donde lo literario se impone a lo cinematográfico. Desmesurada, pero también bella en su desmesura. Imprescindible para conocer la época dorada de Hollywood.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Teniendo a un médico como protagonista, la medicina ocupa una parte fundamental en la cinta. Y está pulcramente tratada.
Sinuhé (Purdom), "el que está solo", hijo de Senmut (Reid) médico de los pobres que conoce el arte de abrir los cráneos. No era ni es raro que el hijo siga la profesión sanitaria del padre. Tampoco que se formara durante diez años en la Casa de la vida de Tebas, la casa de la ciencia y de los sacerdotes.
¿Y no es actual la dificultad que encuentra el médico novel para conseguir sus primeros clientes? Como no vienen a su consulta marcha al puerto a buscarlos en sus casas, algo parecido a lo que hacen ahora con las mutuas y los seguros libres. Y allá va Sinuhé con su caja de medicinas y los instrumentos, "valiosos como piedras preciosas".
Lo veremos componer sus remedios mezclando en vino las drogas medicinales, haciendo trepanaciones por donde debe escapar el mal del paciente rasurando y pintando el cráneo para abrirlo luego a golpes delicados de maza. Manos hábiles de cirujano que purifica con fuego su instrumental antes de las intervenciones, que administra sedantes e inmoviliza con ataduras a sus pacientes.
Perfecta la descripción del ataque epiléptico de nuevo faraón Akhnaton (Wilding) y las medidas prudentes que toma Sinuhé manteniendo abierta la boca para facilitar la respiración durante la crisis. Como el reconocimiento que hace a su madre en la corte interesándose por las pupilas, las sienes, los ganglios del cuello o el pulso.
Lo mismo entablilla una pierna fracturada, que protege las heridas con vendas de lino, trata las fiebres, cura los ojos o los dientes. Sin olvidar las enfermedades del alma ... y de la mente.
Y es que también salen a escena los aspectos éticos de la profesión diez siglos antes que apareciera el Juramento hipocrático. "Para un médico es más fácil quitar la vida que salvarla".
Ahí se le plantea el dilema moral de la salud mental del faraón. Los generales ("Si mi brazo tuviera gangrena lo amputaría"), los sacerdotes, hasta la misma madre proponen al médico que acabe con su vida, "por los dioses, por Egipto, por su propio bien ..." Es fácil, se trata de "fingir una intervención quirúrgica en la que muere el paciente". Después de recordar Sinuhé que "la misión del médico es prolongar la vida, no acortarla", de denunciar el egoísmo que encierra la propuesta, en una escena poco clara aceptará administrar a Akhnaton el veneno en una copa de vino. Por si acaso, tiene preparado también el correspondiente antídoto vomitivo.
Médico de los pobres primero y de los ricos después, consultas repletas de pacientes que deben esperar días a ser atendidos. ¿Nos suena esto de algo? Lo mismo que este práctico consejo: "El médico debe ser firme con sus pacientes, hacen más caso y pagan mejor"
De pasada vemos la Casa de la muerte donde trabajará Sinuhé durante noventa días. Lugar maldito al que nadie quiere acudir, donde sus sirvientes quedaban contaminados de por vida por el contacto con la impureza del cadáver, con sus vasos cánopes para guardar las vísceras, la preparación del natrón que en la cinta parece jabón, los vendajes de las momias ...
En fin, todo sea para alcanzar la inmortalidad.
6
28 de abril de 2024 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas tan moralistas que vuelven estúpido cualquier argumento magistral.

Michael Curtiz sabía adaptarse a películas de género con o sin mensaje moralista. La década de los 50 fue una época muy diversa con las obras maestras del género negro, del suspense, con buenas comedias y con esta obra que a pesar de estar en Cinemascope a todo color no fue un gran éxito comercial, lo cual era previsible.

Vi este drama, con tintes de bondad misericordiosa, en mi adolescencia y me llamó la atención. Ya de adulto y con experiencia en la vida lo he vuelto a ver y me fastidia su adoctrinamiento moralista. Es una película de cómo deberían ser las personas y cómo solo serán las personas débiles e ingenuas.

Argumento típico: Estaos en el Antiguo Egipto durante la revolución monoteísta de Atón. Sinuhé el egipcio (Edmund Purdom) desde niño quiere ser médico para ayudar a los pobres incluso a los que no les pueden pagar, se enamora de una cortesana y le roba sus ahorros a la familia para estar con ella, aunque no consiga gran cosa de ella. Aunque hay una camarera de buen corazón que está sinceramente enamorado de él (Jean Simmons), pero él no se atreve a entrarle por la arrogancia de la juventud, por el "yo merezco más" y por cierta timidez.

Al final, ni sus padres se pueden enterrar en una tumba porque les ha arruinado, pero éstos le escriben una carta diciéndole que le quieren y que no sufra remordimientos. Se va al extranjero como médico y se vuelve rico y famoso, por lo que el Faraón cansado de batallas pide su ayuda y consigue gran influencia en su Corte. El Faraón es un pusilánime, un débil místico, que cree en Atón un dios único monoteísta que predica hacer el bien, pero Egipto está rodeado de conquistadores enemigos, los cortesanos buscan un Faraón guerrero y fuerte que les proteja y conspiran para conseguir un nuevo Faraón.

La cortesana arruinada que le destrozó la vida en su juventud, ahora tiene una enfermedad terminal y le busca para pedirle ayuda, él puede vengarse, sin embargo no lo hace (porque es buena gente o un blandito). Y se ofrece para hacerle un tratamiento curativo explícitamente gratuito.
¿Por quéééééé? porque es una película de propaganda con detalles idiotas donde el prota es maravilloso y trabaja gratis con mucho amor a quien le destrozó la vida y se la volvería a destrozar. ¿Esto puede ocurrir? por supuesto que excepcionalmente puede ocurrir, pero resulta demasiado extraño.

Ya pasado el tiempo se da cuenta que debió enamorarse de Jean Simmons que siempre estuvo enamorada de él, pero se cansó de esperarle y tuvo un hijo con otro. La tragedia llega al summum. O sea, la mujer de su vida ha tenido un hijo con otro que no aparece ¿puede haber mayor drama? El niño lo primero que le dice es que él quiere ser un médico, Sinuhé le contesta que podrá hacer mucho dinero, pero el niño repelente le responde "que no, que quiere ser un médico para pobres". O sea, lo que él quería ser de niño.

Sigue en spoiler. Sigue en spoiler.

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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Se entera que es un niño adoptado, y que su padre realera un antiguo Faraón y entonces otra cortesana (que se insinúa que es su hermana),le dice que dé un Golpe de Estado para derribar al Faraón que es débil, indeciso y acomplejado. Él descubre el complot y es su amigo (Victor Mature) quien decide dar el Golpe, que triunfa.

Por tanto, él acaba en el bando derrotado y siendo considerado un traidor. Sin embargo, su amigo convertido en Faraón lo perdona, pero él se pone a criticarlo. El Faraón le llama para pedirle explicaciones, pero Sinuhé ya pasa de todo, y el Faraón en vez de condenarlo a muerte decide exiliarlo en una cárcel donde escribe las memorias de su vida en una tienda en medio del desierto.

¿Qué es Sinuhé? ¿un pringado idiota? Al final, Sinuhé no tiene hijos ni ninguna relevancia política, ha causado la desgracia de sus padres, pero ha servido como un buen médico a los pobres. ¿Demasiado explícitamente cristiano, no?
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