Más fuerte que el orgullo

Exactamente tengo que decir lo mismo que Kaori, solo que él le pone un 7 y yo un 9. He leído la novela un par de veces, y siempre la he considerado una obra de denuncia feminista escrita con altas dosis de ironía. Esta película, ciertamente, omite cualquier tipo de reivindicación explícita o implícita, y convierte la ironía en comicidad; inteligente, pero comicidad. A su vez los pasajes realmente cómicos de la novela, los que hacen sangre, están muy rebajados en intensidad; me refiero concretamente al papel del pastor (el cura, vaya), a quien los americanos del siglo XX no se atrevieron a plasmar como al gran imbécil -petulante, ignorante, ambicioso y dependiente- que tan bien y valientemente describió la autora, mujer y todo, en el siglo XVIII (y con eso lo digo todo, y luego a ver a quién votáis en las próximas elecciones, que parece que hay más momias en el s. XXI que del XVIII).

Dicho lo cual, y a pesar de que el argumento se toma muchas licencias, hasta el punto de hacer la novela irreconocible en algunos puntos y cambiar completamente la intención del original, debe reconocerse sobre todo el excelente guión, sobresaliente sin duda, de modo que, aunque el resultado no sea una adaptación 'stricto sensu', de la misma, resulta brillante.

La interpretación es excelente. El vestuario sin embargo digno de la hoguera; sólo en ocasiones como esta se da uno cuenta de la importancia del vestuario: Si se ve es que está de más.

En resumen, si eres fan de la novela a lo mejor no te gusta la película; espérate unos años después de la lectura para verla. Es muy buena.

Punto final en esta trilogía a color de Greer Garson, después del asombroso filme inglés con Keira las demás versiones han quedado bastante relegadas, ya los personajes pueden tomar unas largas vacaciones...

El filme empieza con una ridícula parodia bastante penosa en este mejor romance de confrontaciones, en una época de arreglos matrimoniales antes que el sentimiento, de respeto, decoro ante las circunstancias, de escándalos y honras. Aún trasmite la magnificiencia de su ironía de la novela de Jane Austen de 1813!, lleno de lenguaje sarcástico y dobles sentidos.

Los dramas paralelos contiene todo un enredo de emociones con la crédula Elzabeth (Greer Garson) , la pedante Caroline Bingley (Frieda Inescort), el incomprendido Darcy (Laurence Olivier), el humor inglés de Sr. Collins (Melville Cooper), la soñadora Jane Bennet (Maureen O'Sullivan) y el inseguro Mr. Bingley (Bruce Lester), la novata Lydia Bennet (Ann Rutherford) y el jugador Sr. Wickham (Edward Ashley), la divertida ojona de Mary Bennet (Marsha Hunt), además minimizaron a Kitty Bennet ( Heather Angel) y a Charlotte (Karen Morley). A pesar de su extenso contenido meloso, puedo decir que sale indemne de cursilería por su ironía y frases memorables, donde los actos valen más que un florido verso y cuya fotografía en colores me parece decente, compagina con la época del Año 1835.

Originalmente, la iba a dirigir Irving Thalberg en 1936 nada menos que con Clark Gable y Norma Shearer en MGM, tras su muerte pasaría a manos de George Cukor, con Robert Donat y nuevamente Shearer en Inglaterra, ya en la etapa de guerra fue reemplazado por Robert Z. Leonard.

Ahora bien, para la gente "sana" voy a ir por el género de terror, va perfecto para los sobrevivientes del Covid como yo.

Orgullo y Prejuicio es una película que se ve algo extraña en estos tiempos, desde el punto de vista de los valores que se debían tener para estar en la nobleza: saber bailar, tocar algún instrumento, los modales al hablar y en fin muchos otros. Hoy vemos a miembros de las diferentes monarquías inmiscuidos en todo tipo de escándalos, haciendo apología de las malas maneras y llevando una vida libertina. Pero esto se puede aplicar también a nuestra sociedad, la cual ha hecho de lo truculento y desagradable toda una cultura y esto se refleja en la música, el cine, la TV, revistas etc. La película según he leído desvirtúa las características de varios personajes, aunque se destaca su vestuario, musicalización y las actuaciones de sus personajes. Y un mensaje que aunque ocurre mucho, no comparto, esa prepotencia de la mujer y el querer que todo hombre que conoce se incline a sus pies, las relaciones humanas se deben basar en el respeto, la comprensión y el valorar a la pareja.