Chantaje contra una mujer

Excepcional muestra de cine negro de la mano de Blake Edwards, director más dado a la comedia y responsable de la inmortal “Desayuno con diamantes” (1961).

Kelly Sherwood (Lee Remick) es una empleada de banco que se ve asaltada por un desconocido en el garaje de su casa. El siniestro hombre la obliga a robar el banco para él, chantajeándola con matar a su hermana pequeña. Kelly decide denunciar el caso al FBI. El agente Ripley (Glenn Ford) se encargará del caso, pero el acosador es metódico y escurridizo, lo cual dificulta considerablemente su identificación.

A pesar de ser su primer largo alejado de la comedia, Blake Edwards cumple con los tópicos del cine negro y policíaco y elabora una trama de inusitada tensión, llegando a tocar incluso el terror psicológico. La maestría de la ambientación, sórdida y deprimente, logra meter al espectador en la historia y consigue inquietarlo con escenarios hostiles y siluetas oscuras. La voz asmática del chantajista (Ross Martin) le da otro aliciente más que incrementa la sensación de tensión.

Los escenarios son parte principal e importante del desarrollo de la trama. Desde el garaje de Kelly, donde por primera vez se encuentra con el acosador, pasando por un inquietante taller de maniquíes, un bar de copas repleto de gente desconocida, o un estadio vacío (puede que Don Siegel se inspirara en esto último para el final de “Harry el sucio”, 1971). Recuerda mucho en estilo al Alfred Hitchcock de “Psicosis” (1960), muy próxima en el tiempo y aún en la mente de los espectadores.

Las interpretaciones son correctas, destacando a un siempre interesante Glenn Ford y una encantadora y asustada Lee Remick.

Para incondicionales del cine negro.

Además de asesino, violador y sádico, Red Lynch es un comodón. En lugar de devanarse los sesos y arriesgarse atracando un banco, chantajea a una empleada para hacerse con el botín. El hecho de que sea muy amable y generoso con Lisa y su hijo no es para mí un atenuante, pero sí hace al personaje más interesante. Y que sea asmático no le da un punto vulnerable, sino al contrario. Esa respiración dificultosa cuando habla por teléfono hace que me dé más miedo aún.

Lo único que no me gusta es que el personaje de Nancy Ashton no me parece muy bien desarrollado.

Esta no es una película de grandes actuaciones, ni de un guión maravilloso, ni de una banda sonora inolvidable. Es la puesta en escena lo que destaca, y mucho. Con elegancia pero sin contemplaciones, logra que el interés y el terror psicológico no decaigan un momento.

Hay directores con mucho talento. Hacen comedia de la grande y thrillers de los grandes. Dos me vienen a la memoria: Blake Edwards y Stanley Donen además de los grandes genios del cine: Wilder y Hawks. El señor Edwards consumado creador de gags de primera categoría demostró que tenía un talento fascinante para hacer cine de calidad. Y el señor Glenn Ford debería estar catalogado como el mejor policía/agente federal del cine ya que lo demostró sobradamente en Los sobornados y en Relato criminal. Y luego está una de las grandes actrices infravaloradas del cine: Lee Remick. De belleza y de talento está sobrada. Y a eso le sumamos los primeros quince minutos del cine junto con El hombre atrapado. Y no nos olvidemos de la gran escena de los maniquíes, parecida a la de Los crímenes de museo de cera, pero más genial. Por esa escena se pagaría en el mercado negro lo que fuera. Y me demostró que no hace falta poner la música a tope, ni primeros planos para hacer una las escenas más sobrecogedoras del cine. Y queda la escena en donde el soplón llamado "Palomitas" está comiendo palomitas en el cine viendo una peli de cine cómico mudo. Blake Edwards se da una licencia de humor en donde él era un maestro. Y el famoso final en el partido de béisbol entre San Francisco y Los Angeles. Por eso y por mucho más Chantaje contra una mujer es un clásico del cine negro y de la historia. Negro estoy al ver el 7. Chapeau Mr. Edwards dejaste al de los trucos de 1960 en gallumbos. No le veo en tanga la verdad.

Con una actriz principal de una belleza despampanante (Lee Remick), dirección de Blake Edwards (recordemos a la Pantera Rosa, Tiffany's, Guateque...) y música de Mancini, se nos presenta una historia del chantaje de un misterioso hombre a una mujer para que robe $100.000 del banco donde trabaja. Es algo larga, pero la narración de la historia no es pesada y convincente, suficiente para conseguir el interés del espectador.

Infravalorada muestra de cine policíaco del conocido autor de comedias Blake Edwards, que aquí nos demuestra que también sabía moverse en otros géneros. He leído algunas valoraciones de otros usuarios y no doy crédito.
Estoy seguro de que si esta cinta la hubieran firmado otros autores consagrados del género, otro gallo cantaría en la nota final que se le ha otorgado en esta página.
Pero claro, es de Edwards, el cachondo de Edwards y hay que restarle credibilidad a la cinta. Que si no tiene la negrura de Lang, o que si Hichtcock era mejor prestidigitador, o que Huston era más amargo. JA.
Pues yo creo que aquí Edwards alcanza una cumbre. Nos mantiene en vilo a los espectadores desde un magnífico principio, una investigación policial de primer orden, una fotografía estupenda, unas escenas originales y una narrativa clara y precisa y con un final fantástico que hace que me duela en el alma ver como se minusvalora y se olvida una película que realmente merecería un puesto más destacado en esta página.
Realmente animo a los usuarios a que vean esta película, un trabajo bien hecho, y no hagan caso de la nota ni de los escasos votantes. Es un policíaco a reivindicar.