A veces, el amor va más alla de lo que esperamos de él, se convierte en algo sublime por encima de todas las cosas, cuando el que lo siente lo guarda en silencio, encerrado entre las paredes de su propio corazón.

En "Carta de una mujer desconocida" la protagonista experimenta el amor como un tesoro secreto, una reliquia silenciosa que sólo ella y nadie más conoce. Un talismán que acompaña sus dias desde la infancia hasta su final.

Amor con mayúsculas, amor con letras doradas, luminosas, brillantes pero silenciosas, amor total.. TOTAL y verdadero, más alla de convencionalismos, un amor de esperas, de entregas y de casi nulas compensaciones.

Una preciosa película que no te dejará indiferente....

Carta de una mujer desconocida es, además de un debut impecable, una preciosista fantasía lírica.

Filmación estética hasta la médula, agradable y amena de ver, que nos conduce a traves de los sentimientos, la pasión y el amor más platónico.

Grandes cincuenta primeros minutos tras los cuales todo queda algo empañado por lo pretencioso y coincidista, sin embargo, nos deja un maravilloso sabor de boca tras su secuencia final.

Lo ideal es afrontarla abiertamente y dejarse arrastrar por sus cuadros, la música y la narración tratando de perdonar las pequeñas faltas que sin duda tiene.

Aunque no es creíble, ya que se narra un amor que, a pesar de no ser correspondido, perdura a lo largo de la vida sin interferencias. Y, a pesar de (o justamente por) el platonismo rezumante en estado puro, su fotografía, sus escenas tiernas, su bella estética plástica y su calidez casi minimalista hacen de ella una obra que supera la mediocridad con creces.

Totalmente recomendable, no sabría que decir sobre tal película, tanto sentimiento y belleza plasmado de un forma tan sencilla y también compleja como es el amor, explicarla con unas breves palabras sería insuficiente e injusto para comentar esta gran película (sobretodo sin llegar a contar más de la cuenta), sencillamente hay que verla.

Preciosista cine oriental que sigue la corriente de la sutilidad y perfección estética, para relatarnos cálidamente una fascinante historia romántica. El poso "Kar-Waiano" emana constantemente sin caer en el mimetismo, pero llegando a delatar la deuda contraída por este enfoque, incluyendo una banda sonora a la altura de las circunstancias. La historia trasciende a un segundo plano una vez acabada la cinta, pero durante la misma logra atrapar la atención del espectador, con un ritmo pausado y constante.