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Calvary

Drama El Padre James Lavelle (Brendan Gleeson) se esfuerza por conseguir un mundo mejor. Le preocupa ver la cantidad de litigios que enfrentan a sus feligreses y a la gente de su parroquia, y le entristece que sean tan rencorosos. Un día, mientras está confesando, recibe una amenaza de muerte de un feligrés anónimo. (FILMAFFINITY)
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Críticas 93
Críticas ordenadas por utilidad
15 de agosto de 2014
19 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película en esencia es eso, Brendan Gleeson, es un actor tan magnífico que justifica toda la película, el resto no es gran cosa.
La dirección es buena, la fotografia y el uso de los desolados paisajes irlandeses genial, las interpretaciones magníficas, y el comienzo y el final, especialmente el comienzo, geniales.
Después de haber dicho todo esto cualquiera diría que la nota deberia ser un 9 o un 10, pues no lo es, y la razón es que el desarrollo es muy decepcionante, cree que dice más de lo que en realidad dice, y el ambiente es denso y deprimente hasta el punto de resultar surrealista, uno no sabe si es una comedia negra mal hecha o un drama peor hecho aún.
Los personajes no estan bien dibujados, son demasiado absurdos y sobredimensionados, al comienzo parece que van a ser interesantes pero después descubres que no aportan absolutamente nada.
Por eso no pasa del 6 y por eso mi critica se titula Brendan Gleeson, porque la película se cimenta en su genial interpretación.
john_m_kane
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9 de septiembre de 2014
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
124/16(28/08/14) Tras la refrescante y prometedora comedia de acción “The Guard” (“El Irlandés”), el mismo tándem de director-guionista John Michael McDonagh junto a su protagonista el gran Brendan Gleeson, se vuelven a unir para hacer una obra más profunda y oscura, un triste canto a la pérdida de valores de la sociedad irlandesa, a la perdida de la fe.
El escenario es un pueblo costero irlandés, arranca un domingo cualquiera en un confesionario, vemos en un plano sostenido al protagonista, el padre James Lavelle (gran Brendan Gleeson), alguien fuera de plano le relata que sufrió abusos sexuales de un sacerdote desde los 7 años a los 12, Lavelle no sabe que decirle, el desconocido le dice que para compensar el daño sufrido va a matar a un cura bueno, o sea el padre Lavelle, le dice que lo hará el siguiente domingo en la playa, le da una semana para que para que arregle sus asuntos personales. A partir de aquí se irán marcando los días de la semana, veremos al sacerdote relacionarse con sus problemáticos vecinos, en una especie de radiografía de la fe o la ausencia de esta, está su cínica hija Fiona (buena Kelly Reilly), que ha venido a visitarle tras su intento de suicidio, Jack Breennan (buen Chris O’Dowd), un carnicero al que su esposa le engaña, Veronica (correcta Orla O’Rourke), su esposa con síntomas de maltrato, Simon (buen Isaach De Bankolé), el arrogante mecánico de color con él se acuesta Veronica, Frank Harte (buen Aidan Gillen), médico ateo que gusta de enfurecer al padre, Michael Fitzgerald (buen Dylan Moran), millonario local bastante excéntrico, Milo (correcto Killian Scott), desorientado chico que quiere enrolarse en el ejército, el padre Leary (buen David Wilmot), un cándido primerizo sacerdote, Freddie Joyce (buen Domhnall Gleeson, hijo de Brendan), un preso por violador y canibalismo al que el padre Lavelle intenta comprender, Teresa (buena Marie-Josée Croze), esposa de un tipo al borde la muerte al que el padre Lavelle le da la extrema unción, Gerard Ryan, (buen M. Emmet Walsh), escritor anciano que anhela acabar con su vida, Gerry Stanton (buen Gary Lydon), policía retorcido al que el padre interrumpe con un chapero local, Leo (buen Owen Sharpe), o Brendan Lynch (buen Pat Shortt), barman local acuciado por un desahucio bancario.

La historia se mueve por el filo puntiagudo de la comedia agridulce, se desarrolla con un cinismo retorcido una desoladora radiografía de la sociedad irlandesa actual, se pone de vuelta y media, se destrozan los estereotipos preestablecidos, una sociedad ultracatólica que aquí quema iglesias, el cliché del racismo se contradice con el mecánico negro que se acuesta con una casada blanca, los padres no quieren que sus hijas hablen con los sacerdotes, donde la gente ha perdido su fe, se disecciona este microcosmos del pueblo como un todo trasladable a toda la nación, saliendo malparada este país en la actualidad en todas sus instituciones. La narración no se adentra en el facilón terreno del thriller para que averigüemos quien es el amenazador del cura, lo obvia en pos del análisis de compleja naturaleza humana, se nos sumerge en la batalla del padre por mantener su fe. Discurre mediante especie de set-pieces en las que el padre compone el rompecabezas de una sociedad corrupta, desesperanzada, aletargada, decadente, cada personaje es el reflejo de una circunstancia. Es una obra que nos habla del poder de la fe y como la gente deja de tenerla por diferentes motivos, unos por que los adalides de infundirla (los curas) han abusado de ellos, otros por vejez, otros por ver tanta muerte en su trabajo, otros por sociopatía patológica, otros por la voracidad bancaria que la Iglesia no condena. El tono del film es bastante caustico, con ritmo sereno pero pétreo, se mueve por la introspección de un pueblo carcomido por la mezquindad espiritual, tiene toques existencialistas que le otorgan calado emocional tremendo. Se hace un retrato punzante de la Condición Humana, se nos habla de sus debilidades, la ira, los sentimientos de culpa, la venganza, la doble moral, el suicidio, los abusos sexuales, la pedofilia, la hipocresía, el pecado, y de cómo intenta el padre Lavelle combatir la falta de fe de su entorno sonsacando de la gente lo bueno, la compasión, el perdón, la comprensión, la búsqueda de la felicidad, o el sacrificio, esto lo hace mediante una gran capacidad de síntesis en la construcción de secundarios, con diálogos intensos, divertidos, agudos, y sobre todo inteligentes, llegando en muchos momentos a conmovernos la fuerza emocional de las situaciones , escarbando de modo caustico en cuestiones de fe, de maldad intrínseca, sobre la crueldad, sobre el nihilismo. El director ha llegado a describir su film una especie de versión de “Diario de un cura rural” de Robert Bresson añadiéndole algunos gags, yo le añado a brocha gorda un cruce con “Solo ante el peligro” de Fred Zinnemann sobre cómo debe hacer frente al peligro el solo.

La historia parte del brutal choque entre la arraigada fe católica irlandesa, probablemente la más fuerte de el mundo, colisionando con las noticias que surgen día tras día de cómo muchos sacerdotes abusaron de la confianza dogmática de sus parroquianos niños para abusar de ellos, y de cómo la Iglesia pretendió cubrir con un tupido velo estos actos miserables, derivando en una crisis de valores en la sociedad irlandesa.

Calvario es el lugar donde Jesucristo fue crucificado, metáfora el título del sufrimiento que padece el protagonista, siendo la semana que refleja la narración una especie de Vía Crucis en la que el padre Lavelle arrastra la cruz de los pecados de su pueblo por diferentes estaciones, lo que es una especie de repasos vital a lo que han sido sus decisiones (su maravillosa relación con su hija, la única nota de esperanza), y el modo de afrontar la podredumbre moral que le rodea. (continua en spoiler sin)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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18 de agosto de 2015
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hete aquí al hombre inocente por antonomasia, que recibe un aviso de una muerte en breve y sin posible exculpación. Nuestro protagonista es un párroco de vocación tardía tras suceso familiar luctuoso que dista bastante de ser ejemplar: es un ser humano normal, con cierta tendencia bondadosa pero que conoce sobradamente los fallos -pecados en su jerga- que tenemos los que habitamos este mundo.
La que parece en su arranque una historia sombría y dramática está plagada de momentos sorprendentes, lúcidos, y a ratos hilarantes sin dejar de tener la espada de Damocles pendiente del cuello del inmenso actor en tamaño y capacidad que es Brendan Gleeson.
Transcurre la historia en una semana donde nuestro párroco visita a varios de sus parroquianos con resultados dispares y disparatados: a cada cual, mayor rareza, animadversión hacia todo lo católico, y menosprecio personal por lo que el cura representa. El estoicismo que mantiene ante ciertas provocaciones es hilarante en muchas ocasiones, aunque lo que se cuente no sea precisamente gracioso. También tiene encuentros con el obispo de la zona y con su compañero de parroquia que son demoledores por lo que reflejan de la jerarquía y comportamientos eclesiales.
Una hija que regresa de visita -fruto de su vida anterior-, y una Extremaunción salpican los momentos de este capellán irlandés que vive una vida estoica en un paraje precioso y solitario a la vez.
Está muy bien contada y resuelta en mi opinión, con un reparto acertado y con el notable protagonismo del mencionado Gleeson que recogió un par de premios del todo justificados por su interpretación.
¿Recomendable? Absolutamente. Mantiene la intriga del desenlace hasta sus últimas consecuencias, y trata al espectador con inteligencia en todo momento.
Nota: 7,25.
Feldon
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26 de julio de 2014
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un recóndito pueblo costero de Irlanda, durante otro monótono domingo mientras escucha la confesión uno de sus contados feligreses, el Padre James es amenazado de muerte.
Su confidente predice que lo matará el próximo domingo por la mañana, en la playa, su único motivo es la singular bondad del cura en un entorno privado de tal virtud.
Desde ese momento, el relato se escalona en cada uno de los días de la semana venidera, donde el sacerdote interactuará con los pocos pobladores y dos ocasionales visitantes, una de ellas su hija suicida fallida -concebida antes de tomar los votos- y la otra una circunstancial sobreviviente de un accidente de tránsito -en el que perdió la vida su esposo- producto de la negligencia de un conductor local ebrio.
Los desgraciados lugareños, entre ellos el autor de la amenaza, se enmarcan dentro de estereotipos conocidos: su colega un sacerdote mediocre y sin vocación, un millonario narcisista desconsoladamente pobre de afectos; un infeliz cantinero que destila permanentemente odio; un joven mesero sexualmente deprimido y desahuciado; un anciano escritor que anhela su muerte, un mecánico inmigrante egoísta y engreído; un médico insulso y cínico; un policía desconsiderado y corrupto; un asesino encarcelado, un homosexual prostituto, un carnicero golpeador y su esposa promiscua y frívola.
Todos ellos, en distintos grados, víctimas de sus circunstancias.
Todos le reprochan en sus hediondos parlamentos al cura sobre lo desagradable que resulta su existencia, las falencias del cristianismo y la carencia de esperanzas.
Éste no tiene respuestas precisas, y en algunos casos reacciona de manera mundana hasta agresiva.
Muy humano, encomendado en un oficio divino, el padre James durante el ultimo domingo nos da una lección sobre el destino y el perdón, en una parábola literaria sobre Jesús de Nazaret en el Gólgota.
Agaromba
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3 de agosto de 2014
24 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
La magnífica presencia de Brendan Gleeson, la preciosa fotografía, la destreza del director para colocar la cámara y, sobre todo, ese arranque de contundencia narrativa, crean desde el principio una enorme expectativa. Y ahí queda todo. Porque las virtudes que acabo de enumerar están ahí, todo el rato, pero el resto es paja.

La peli tiene más relleno que el sujetador de Keira Knightley. Navega por las turbulentas aguas de la fe, del perdón y de la pederastia eclesiástica, nada menos, como el que navega por filmaffinity, sin orden ni concierto. Todo se limita a una consecución de conversaciones compungidas entre desdibujados personajes, que no aportan nada a la trama y se limitan a ocupar metraje. Así que me pasé toda la peli esperando impaciente a que llegase el puñetero domingo, como cuando era cani, que me hacían tragarme un tostón de misa, pero al salir me daban veinte duros para chuches, que no tenía muy claro si me compensaba, pero lo disfrutaba.

Una peli muy pintona, pero poco efectiva.
VALDEMAR
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