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Blackfish

7,3
6.448
Documental Tilikum es una orca que fue responsable de la muerte de tres personas, entre ellas una experimentada entrenadora. "Blackfish" muestra las consecuencias, a veces devastadoras, de mantener a esas inteligentes y sensibles criaturas en cautiverio.
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Críticas 26
Críticas ordenadas por utilidad
18 de noviembre de 2013
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Son muchos los directores que cuando descubren el pastel de un asunto digno de dar a conocer al mundo, lo hacen sin tapujos empleando el cine de denuncia a través de su género natural, el documental.

La documentalista Gabriela Cowperthwaite se fijó en un suceso acaecido durante el verano de 2010 en el parque SeaWorld de Orlando (compañía estadounidense dedicada a la explotación de varios parques temáticos relacionados con los animales marinos) en el que una entrenadora murió atacada por una de sus orcas.

Tiene mérito aquí la amiga porque conseguir poner en tela de juicio a una empresa como 'Seaworld', que haciendo el símil podemos decir que es el 'Disneyworld' marino, no debe resultar fácil. Dos años investigando hechos aterradores, autopsias, entrevistados (doloridos unos y arrepentidos otros) y animales completamente infelices aunque se nos venda lo contrario dan como resultado este documental (con muchas papeletas para meterse en el quinteto finalista de los Oscar) en el que se nos explica que aquel 'accidente' (tal y como lo calificaron los mandatarios del Parque) tenía su origen, sus precedentes y su casuística encubierta.

Aunque algo impersonal en su estilo e incompleto en su contenido, pues falta que algún dirigente de la empresa se hubiese dignado a dar la cara (y no porque la directora no lo intentara), estamos ante un buen documental, muy necesario, osado, con imágenes aterradoras, hechos reveladores (uno ya no puede ver con los mismos ojos este tipo de 'ocio') y una sensación final de satisfacción tras descubrir mucha de la verdad oculta sobre la muerte de aquella pobre chica (muy guapa por cierto) en aquel fatídico show de Florida.
Sanjuan
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27 de enero de 2014
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Documental que centra en SeaWorld y su espectáculo con orcas enfocándose en los ataques que han recibido algunos de sus entrenadores, precisamente se encuentra relatado mediante un grupo de ex entrenadores de esta compañía que hacen una crítica a como se manejan los animales y por ende a los shows.

Blackfish presenta un panorama correcto de lo que desea presentar, y logra informar a las personas que quizá no conocían lo que en realidad sucede en ese tipo de lugares, el estrés que sufren los animales por no encontrarse en su hábitat natural, es triste e impactante.

Ahora SeaWorld sale diciendo que este documental no ofrece una versión completa, pero no dicen las múltiples veces en que rechazaron ser partícipes de este trabajo, así que no es hora de excusarse cuando pudieron haber dado la cara y defenderse.

A hoy 26 de enero las acciones de SeaWorld han comenzado a bajar, al igual que los precios para las funciones debido a la baja en el público que han tenido tras la publicación de este documental, así debe ser una obra de esta índole, de protesta, con sentido y buscando abrir los ojos de las personas.
10P24H
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6 de noviembre de 2014
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las cosas más sorprendentes (o mejor dicho, que puede sorprender al público español) es el caso que describe el documental Blackfish (Blackfish, 2013) respecto al Loro Parque, parque temático animal ubicado en Canarias, y el ataque de una orca que acabó con la vida de su cuidador, Alexis Martínez, en dicho lugar. Y digo esto, porque como muchos otros espectadores del documental, me quedé totalmente atónito al ver la noticia, porque no tenía ni idea de semejante tragedia. Investigando un poco sobre el tema, uno se da cuenta de que la noticia fue silenciada por la mayoría de medios de comunicación (denle las gracias al propietario alemán de Loro Parque, Wolfang Kiessling, un personaje de lo más siniestro) y que si no fuera por el documental, tal hecho habría acabado en el olvido.

Y no es que la tragedia de Loro Parque no tenga nada que ver con lo que en gran parte cuenta BlackFish, sino todo lo contrario. Un simple ejemplo: El mismo día en que el joven Alexis Martínez falleció, Loro Parque siguió con sus espectáculos con orcas. Uno sólo tiene que ponerse en la piel de los derrumbados cuidadores, que aún sabiendo la tragedia que había tenido lugar horas antes, siguieron como si nada hubiera pasado. A Kiessling le dio igual, porque simplemente seguía con la máxima de la sociedad del espectáculo de hoy en día, Show Must go on.

En esencia, queda simplificado gran parte del mensaje que pretende la directora del documental, Gabriela Cowperthwaite: a los jefazos de Sealand, Seaworld o Loro Parque les da absolutamente igual tanto la vida humana como la animal. Las repetidas desgracias (víctimas mortales) que han sucedido en los diversos parques acuáticos no son más que pequeños infortunios, impedimentos para el objetivo principal: Hacer dinero. Por ese mismo motivo Loro Parque no habilitó correctamente las piscinas para que un animal como una orca pudiera habitar en ellas, ni el adiestramiento que se le dio a los cuidadores fue el adecuado. Pero eso eran minucias en comparación con el dinero que por ejemplo, el parque sigue facturando hoy en día. Mientras algunos se hacen de oro, otros se ven sepultados al olvido. Queda vuelva a quedar patente que servidor no había oído el nombre de Alexis Martínez en su vida.

Después de esta pequeña disertación que seguramente no le interesará a nadie, hay que decir que Blackfish es un documental muy acertado. La película nunca expone los hechos desde un punto de vista radical y sesgado, sino que nos muestra los hechos desde diversos puntos de vista (incluso se permite entrevistar a diversos miembros que forman parte activa de Seaworld) aunque siempre con una actitud crítica. La directora recoge los hechos y los presenta ordenadamente para que al finalizar la obra sea el propio espectador quien decida investigar más sobre el asunto y luego recomponer lo que ha visto.

Y son más de uno los debates que nos plantea el documental. La película nos presenta un terrible caso que tuvo lugar en los Estados Unidos, cuando una orca en un parque acuático atacó a una de sus cuidadoras, causándole la muerte. A partir de este desgraciado hecho la película reconstruye la historia de cómo se fundó el negocio de estos parques y como las empresas buscaron rápidamente la rentabilización de los peces negros (tal y como denominaron muchas culturas antiguas a las orcas[1]). Desde el problema de la cautividad (la película, a través de diversos expertos, apunta a que muchos de estos animales acaban cambiando su conducta al estar encerrados), hasta el ya comentado de las responsabilidades de empresas como Seaworld. Las entrevistas con muchos de los cuidadores son fundamentales en el desarrollo de Blackfish y sirven para que el espectador de a pie y que está muy poco relacionado con el tema adquiera unos interesantes conocimientos.

Desde luego resulta bastante chocante la manera en como Blackfish nos presenta las diferencias entre las orcas que se encuentran en cautividad y las que están encerradas en este tipo de parques temáticos. Más allá de la conducta peligrosa que pueda acarrear el tener prisionero a estos animales, la comparación puramente estética que realiza la película entre los dos grupos (con una magnífica secuencia en la que la película se dedica filmar las orcas en libertad) es de las más deliciosas que se pueden ver en un documental.

Por cierto, curioso cuanto menos que desde la propia empresa Seaworld se haya criticado que lo que busca Blackfish es hacer polémica y audiencia a partir de una trageia y acentuando el morbo, cuando precisamente da la sensación de lo contrario. Porque si se buscara el morbo fácil la película habría ahondado en las imágenes violentas de las orcas atancando a Dawn Brancheau o a otros cuidadores, y sin embargo la película se encarga muy bien de dosificar esas imágenes y sólo colocando las necesarias.

[1] Inteligentemente el documental se titula Blackfish antes que el nombre americano con el que se designan las orcas, Killer Whales (Ballenas asesinas)

http://neokunst.wordpress.com/2014/11/06/blackfish-2013/
Kyrios
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14 de marzo de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Blackfish” es un documental que habla de las orcas que se capturan y se adiestran para los parques acuáticos. Estas ballenas son animales enormes que tienen que vivir en unas piscinas (grandes, pero piscinas al fin y al cabo) durante toda su vida. Allí les adiestran para poder hacer números circenses en estos parques acuáticos, como se hace también con los delfines.

A veces, estas orcas atacan a sus cuidadores. En uno de los más famosos parques acuáticos estadounidenses, “Seaworld”, en Florida, hay una orca llamada “Tillikum” que ya ha matado a varias personas. En 2010, durante una actuación, mató a Dawn Brancheau, una de las mejores y más expertas adiestradoras de orcas que trabajaban en “Seaworld”. Los informes del parque decían que había sido por un error de la cuidadora, pero testigos del incidente contradecían este informe.

La directora Gabriela Cowperthwaite reune en este documental imágenes verdaderamente impactantes de éste y otros incidentes que ha habido con “Tillikum” y otras orcas a lo largo de los años. Hay imágenes de los años 70, cuando se inicia la caza de orcas para llevarlas a estos parques. Las orcas, que son animales muy sensibles e inteligentes, tratan de esquivar a los barcos haciendo que sigan a las más mayores mientras las crías escapan por otro sitio, pero un helicóptero se da cuenta de la jugada y da aviso a los barcos. Cuando los barcos capturan a las crías, las orcas adultas no se van, sino que se quedan allí al lado de los barcos, chillando.

El documental investiga la extraordinaria naturaleza de estos animales y su comportamiento. Las orcas jamás atacan a los seres humanos en el mar. Pero en cautividad la cosa cambia. Se vuelven irascibles, no tienen espacio para moverse, solo comen cuando les alimentan, es normal que se vuelvan más agresivas. Además, la forma de adiestrarlas es mediante la comida, con recompensas en forma de peces o castigos en forma de hambre. Por supuesto, también indaga a fondo en lo insensible que es la industria de los parques acuáticos y la presión que realiza tanto a los adiestradores como a los medios de comunicación para silenciar ciertas cosas y seguir ganando dinero con esto.

Para mi, lo mejor de la película son las entrevistas a los cuidadores del parque y un marinero de los que cazaban las orcas, y sobre todo las imágenes de archivo, que son auténticos documentos estremecedores. También resulta impresionante ver como los dueños de los parques acuáticos quieren hacer creer a la opinión pública que los animales son mucho más felices en cautividad que estando libres en el mar. Llegan a decir abiertamente que su esperanza de vida es mucho más grande estando encerrados en esas piscinas que nadando libremente en el mar. Totalmente falso, por supuesto.

El documental descubre que las orcas tienen un cerebro grande y muy desarrollado, es por esto que son animales muy familiares, las crías están con las madres varios años. En la película se puede apreciar el problema que tienen estas ballenas viviendo en espacios tan reducidos, separados de sus crías, juntándolas con otras orcas con las que no tienen nada en común, por lo que no son felices en absoluto (de hecho, se atacan unas a las otras) al contrario de lo que nos quieren hacer creer los dueños de los parques. Hay una escena totalmente dramática, cuando separan a una cría de su madre para llevarla a otro parque. La madre llora con un grito desgarrador durante mucho tiempo, y luego se pasa los días en un rincón de la piscina, inmóvil, llorando y totalmente abatida. A mí me impresionó tanto como los ataques a los cuidadores.

Lógicamente, como todos los documentales, hay una cierta manipulación al espectador, esto es inevitable. Aquí el mensaje es claro en favor de los animales y en contra de la industria. Pero es lógico que sea así, por lo que tampoco nos importa que nos manipulen un poco. Y por supuesto, la forma más fácil de ponerte del lado que quieren que te pongas es mediante imágenes impactantes que te hagan ver rápidamente cómo son las cosas. En fin, como digo, la falta de objetividad es un mal necesario en los documentales, así que no me importa mucho, aunque mejoraría sin la moraleja, a mi juicio.

La película está muy bien pero le falta algo. No sabría decir qué es. Quizá hace demasiado poco que la he visto como para averiguarlo. Es como si le faltara alma, A pesar de la crudeza de algunas imágenes y de la belleza de otras, no sales del cine tan “tocado” como un tipo impresionable como yo debería salir. No obstante, es muy interesante y merece la pena ser vista, aunque (o precisamente porque) hay imágenes bastante duras y declaraciones impactantes.

Resumiendo, un documental que recomiendo, que creo que debería ver mucha gente, porque no deja indiferente a nadie, sino más bien estupefacto de que estas cosas ocurran en nuestros días, y que para ganar dinero se juegue así con la vida de personas y animales.

http://keizzine.wordpress.com/
keizz
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22 de marzo de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este documental debería ser de obligado visionado en todas partes, porque demuestra lo que el hombre debió aprender hace mucho tiempo (o al menos en los 90 con Parque Jurásico): la naturaleza no se puede controlar. La vida siempre se abre camino, y a veces lo hace de forma trágica.
Es fácil culpar a la orca Tilikum o a las otras ballenas de la especie de los ataques fatales y no fatales ocurridos en los parques acuáticos que las mantienen en cautividad para su exhibición pública, pero lo que demuestra Blackfish es que el hombre, en su infinita codicia, es responsable de las muertes de varios entrenadores por su afán de controlar una fuerza incontrolable, un animal salvaje que es arrancado de la libertad de la vida en el mar para meterlo en una piscina normalmente compartida con otros animales con los que no tiene por qué llevarse precisamente bien. De eso trata este documental, de cómo el hombre se mete en el agua con animales salvajes sometidos a un tremendo stress y todavía espera que las cosas siempre salgan bien. Terrible. ¿De verdad la culpa es de las orcas?
Un excelente documental, quizá algo soso en la forma y muy efectista, que cumple perfectamente con su propósito de remover conciencias. Y a quien no se la remueva, que se lo haga mirar.


Lo mejor: Casi todo y muy especialmente la habilidad de Gabriela Cowperthwaite para transmitir el mensaje en favor de la libertad de las orcas.
Lo peor: El acabado formal del documental es algo frío a pesar de lo efectista que resulta (atención a la profusión de escenas y testimonios de los ataques, no obstante necesarios para ilustrar el mensaje).
Sibila de Delfos
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