Odette, una comedia sobre la felicidad

Me da un poco de cosa decir que me ha encantado, por si eso me hace parecer un poco “Odette” (en el sentido de persona sin gusto y sin cultivar), pero me ha parecido muy bonita…
No te descubre nada nuevo, y la forma en que entran en contacto los dos protagonistas resulta forzada y no muy creíble, pero para mí desprende un “run-run” mágico encantador y terapéutico.
Muy conseguido también el estilo “todo a cien” que adorna el piso de la protagonista (feo pero sin perder el sentido estético y de “cuento” que preside la película)
Sin duda dos cosas ayudan a redondear un guión y una dirección discretos: una es la notabilísima actuación de Catherine Frot (una mala interpretación de ese personaje y habría que tirar la película a la basura); y otra es la maravillosa música de Nicola Piovani. Alguna “Odette” de las que me rodeaban abandonó la sala marcándose unos pasitos al son de esa partitura, y parecía que iba a ponerse a levitar como el personaje; mientras otra le decía a la señora de la taquilla (otra “Odette”) lo preciosa que le había parecido, agradeciéndole su recomendación. Vamos, que pude comprobar “in situ” que es una película muy para “Odettes”.
En cualquier caso a mí me ha entretenido, divertido (qué risa la escena del pijama) y enternecido.
Ah, muy mal el doblaje de Catherine Frot (le han endosado una voz demasiado grave y seria para el papel)

Esta película hay que verla sin corazas, como un niño. Si no eres capaz de disfrutar de las cosas sencillas, de la ausencia de malicia, de las personas buenas y, sobre todo, si no crees en ellas; no es tu película.
Sin embargo, si eres capaz de despojarte de toda armadura de la que te has revestido por las puñaladas de la vida desde que dejaste de ser niño, podrás disfrutar, reír y llorar, si se tercia.
La película es una escuela de felicidad, aunque solo ofrece algunas pinceladas de lo que se requiere para ello.

Para sentirse reconfortado. Con una protagonista que de buena parece tonta. Su bondad mejora a los que están a su alrededor. Confrontación con personaje de otro estrato social, con los choques imaginables. Pinceladas de fantasía dentro de un realismo de clase media baja. Buenas interpretaciones, con un final edulcorado en demasía. Se deja ver, pero lejos realmente de su referente nada disimulado: la excelsa "Amelie".
Nota: 5,65.

Ya al final de una conversación de mesa entre el escritor y su editor, éste, muy serio, le pregunta al primero: ¿Qué es para ti la felicidad?.
El escritor, abatido y melancólico, vacila durante unos breves instantes, y, de pronto, con un tenue destello en sus ojos le contesta: “DESCUBRIRLA”.

No será un peliculón, y a veces desconcierta alguna reacción, pero a mí me gustó y me hizo pasar un buen rato.
Aída pero más chic, una lástima no poderlas ver haciendo de hermanas :)