El acantilado rojo (versión internacional)

Yo tampoco he leído "El romance de los tres reinos", base de la película que nos muestra Woo, aunque tuve la fortuna hace una década de leer "A la orilla del agua", el libro más leído de la Historia (sí, eso he dicho), el cual consta de cuatro tomos y que sería impensable para cualquier autor condensar en una película de dos horas y media, la cual relata las peripecias de 108 héroes chinos que tardan unas 1.500 páginas en reunirse en su totalidad. Acantilado rojo pretendía dar cabida a todos los acontecimientos posibles, meta que no logra en absoluto.

John Woo acomete la obra pensando en el público que podrá disfrutar de cinco horas de malabarismos militares, es decir, el oriental, aunque según dicen las malas lenguas, lo que se nos amputa no es precisamente una maravilla. Los occidentales, ignoro si por nuestra limitada capacidad de aguante o por la escasa viabilidad económica de una peli de cinco horas, hemos soportado el tijeretazo brutal de la cinta, que lejos de aliviar el supuesto estrés que sería ver dos pelis seguidas, nos lo ha aumentado al intentar comprender y sintetizar las tramas, subtramas, y peripecias de nuestros héroes.

Por tanto, Acantilado rojo (versión de los de la boina) se reduce a un sinfín de piruetas artísticas bellamente filmadas que carece del margen necesario para realizar una sintesis adecuada de los acontencimientos que se trasladan ante nuestros ojos. Hasta que transcurre una hora no sabes si Pi-Kao está enfadado con Jo-Lin, el porqué de la pronta retirada de Me-Cagao, o la vuelta de éste y sus compinches junto a Ma-Tao. Todo es confuso, acelerado y variopinto, amén de que no te quedas con los caretos de los protagonistas ni cuando van ya dos horas de peli.

¿Las batallas? Pues eso, pasables.

Vistosa. Complicada. Repleta de un montón de personajes históricos chinos sacados del conocido episodio de la batalla de Chi Bi, extraído del Romance de los Tres Reinos.

Lo bueno: John Woo cada vez se atreve a más, y se ha puesto morado. Grandes despliegues y una vistosidad increible.

Lo malo: Que se carga el mito de San Guo, no respetando la esencia de éstos. cosa que para el espectador occidental no significa nada. Nombres con Zhuge Lian, Guan Yu o Liu Bei, pero que ha horrorizado a muchos chinos que conozco.

Comparativamente es como si al Quijote lo volvieran lúcido de golpe y empezara a repartir tortas. O Sancho se convirtiera en un caballero como Amadís. O incluso que los Gigantes fueran de verdad.

Es bonita y vistosa. Pero para los que tenemos el handicap de haber leído el Romance, nos parece demasiado Hollywoodesca y carente de profundidad.

Y no me estoy tirando el pegote, conste.

Espléndida película bélica, desarrollada con una narrativa sugerente de imagen y batallas épicas bien condimentadas con una puesta coreografía excelente y unas bellas pautas entre las mismas...pero...el guión... ridículo, todo se pierde, todo, en el difuso e irrealista contexto del mismo, lástima.

Precedida por grandes expectativas, y a pesar de una notable fotografía y vestuario, por no hablar de alguna "coreografia de guerra" casi poética, nos llega una versión "mutilada" y algo decepcionante de lo que (quizá algunos nunca veamos) probablemente pueda ser una gran película épica asiática. Es inconcebible eliminar dos horas y media del proyecto original y pretender que funcione igual. El montaje es pésimo, con continuos saltos, detectables hasta por el más profano, y se intuyen lagunas en el devenir de la historia que nos muestran. Finalmente no faltan algún guiño típico del cine de acción de John Woo.

Lo mejor: la fotografía, el vestuario, la escena de la formación en tortuga y lo que probablemente sea la película en su metraje original.

Lo peor: el montaje y la brillante idea de exportar solo "media película".

Es muy probable que las expectativas creadas en torno al resultado final de una película de John Woo vengan lastradas por el desértico panorama que presenta su historial filmográfico. Sin embargo la realidad puede superar a lo esperado cuando por algún motivo oculto esas expectativas han sido suavizadas.

Son necesarios solamente unos minutos para comprobar que algo no funciona en la manera en que se nos muestra la película. Un comienzo demasiado explícito (con los personajes siendo presentados ante el espectador para proporcionar el esquema mental necesario en el que encajar lo que se nos va a mostrar a continuación, sin tener que reparar mucho más en ello de ahí en adelante) y totalmente falto de intensidad narrativa, deviene en la consumación de lo esperado: la historia no es sino una vacuidad constante en lo que lo único que interesa al director es recrear una misma idea (el intento descarado de proporcionar a un público ávido de secuencias de acción una dosis extrema que deje aletargada la capacidad de respuesta), que si bien puede llegar a resultar aceptable durante la primera mitad de la película, se torna insoportable cuando la explosión de repeticiones alcanza su clímax y la saturación de imágenes de batalla comienza a sobrepasar los límites que el ser humano puede llegar a asumir. El apenas existente argumento desaparece y la violencia bañada en una finísima y adulterada dosis de épica, pasa a ser el objeto mismo de una película que se convierte así en una caricatura de lo podría haber sido.

Nada puede reparar el daño infringido al espectador; ni si quiera la intensidad visual de la imágenes es capaz de reponernos del desasosiego que nos produce el aluvión de violencia alterada digitalmente y que además va acompañada de ridículos intentos de incrustar un humor de poca monta: gags desgajados por la irrisoria cantidad de talento que de ellos se desprende.

Todo hace aguas en esta pretenciosa producción. No hay nada más peligroso que deslizarse por terrenos que no se adaptan a tus características; porque utilizar mimbres demasiado ligeros para soportar el peso de la fatuidad pueden llevarnos al fracaso más absoluto.