Muerte a medias
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Western
Owen Merritt (Randolph Scoth) es un hombre de pocas palabras, extraordinaria puntería y principios firmes, que ha de tragarse su orgullo cuando la mujer a la que ama se casa con otro por dinero. Pero cuando el marido, celoso, jura destrozar el rancho de Merrit, éste tendrá que defenderse. (FILMAFFINITY)
11 de abril de 2016
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Difiero de quienes me han precedido con sus comentarios sobre esta película. Y difiero porque creo un deber decir que se trata de un western muy, muy flojo, aunque hasta con mi puntuación (5) no lo parezca.
El libreto lo hemos visto mil veces: un ranchero malo que quiere quedarse con todos los colindantes, ademas de con la chica del "bueno". Y, ademas, llena de múltiples detalles que la hacen todavía peor: incomprensibles comportamientos y cambios de actitud de Laura (principal personaje femenino); todavía mas incomprensibles los últimos y cobardes del pistolero... Y, sin embargo, el buen hacer de André de Toth, apoyándose en las numerosas escenas de acción, concluye en un producto muy entretenido.
De Randolph Scott (que co produce la cinta) recibimos lo que esperamos ¡ya sabemos como es! y las dos actrices femeninas le dan una replica adecuada.
De la música entresaco la bonita canción "Man in the sadle" así como que sabe subrayar las escenas que la precisan: la boda,la guitarra en la noche cuidando las vacas, las de acción ...
Está filmada en un bonito y muy cromático technicolor que resalta muy bien los también hermosos exteriores, valles, montañas nevadas, cascadas ...
El director alterna con acierto los distintos ambientes y tras unos 20' de decorados del saloon, el hotel, el salón de la boda, el rancho etc, rueda en escenarios naturales que dan frescor a la cinta. Destaco, también la estampida nocturna y su detención con un carro en llamas; escena muy larga y muy bien hecha, a mi juicio.
A partir de ahí, lo dicho, animada alternancia de exteriores y decorados, muy dinámica y con repetidas escenas de acción de peleas a puñetazos o a tiros.
Casi que lo peor es el final que, no por esperado, pudo hacerse con alguna menor prisa y resolviendo con un duelo mejor planteado que con el cobarde comportamiento del pistolero, nada predecible de su planteamiento inicial.
Y destaco, como siempre, el hermoso animal que monta Scott y que llena las pantallas con su presencia.
El libreto lo hemos visto mil veces: un ranchero malo que quiere quedarse con todos los colindantes, ademas de con la chica del "bueno". Y, ademas, llena de múltiples detalles que la hacen todavía peor: incomprensibles comportamientos y cambios de actitud de Laura (principal personaje femenino); todavía mas incomprensibles los últimos y cobardes del pistolero... Y, sin embargo, el buen hacer de André de Toth, apoyándose en las numerosas escenas de acción, concluye en un producto muy entretenido.
De Randolph Scott (que co produce la cinta) recibimos lo que esperamos ¡ya sabemos como es! y las dos actrices femeninas le dan una replica adecuada.
De la música entresaco la bonita canción "Man in the sadle" así como que sabe subrayar las escenas que la precisan: la boda,la guitarra en la noche cuidando las vacas, las de acción ...
Está filmada en un bonito y muy cromático technicolor que resalta muy bien los también hermosos exteriores, valles, montañas nevadas, cascadas ...
El director alterna con acierto los distintos ambientes y tras unos 20' de decorados del saloon, el hotel, el salón de la boda, el rancho etc, rueda en escenarios naturales que dan frescor a la cinta. Destaco, también la estampida nocturna y su detención con un carro en llamas; escena muy larga y muy bien hecha, a mi juicio.
A partir de ahí, lo dicho, animada alternancia de exteriores y decorados, muy dinámica y con repetidas escenas de acción de peleas a puñetazos o a tiros.
Casi que lo peor es el final que, no por esperado, pudo hacerse con alguna menor prisa y resolviendo con un duelo mejor planteado que con el cobarde comportamiento del pistolero, nada predecible de su planteamiento inicial.
Y destaco, como siempre, el hermoso animal que monta Scott y que llena las pantallas con su presencia.
14 de febrero de 2021
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el principio fue la boda. El mayor propietario de la zona, Will Isham (Knox), reafirma su poderío en una misma noche casándose con la bella y ambiciosa Laurie Bidwell (Leslie) y comprando un pequeño rancho con el que comparte el acceso al agua. La celebración es por todo lo alto: "Con el champán que hay aquí se ahogaría un caballo".
De nada vale el postrer intento del antiguo novio Owen Merrit (Scott) por frenar la ceremonia, "Siempre has creído que la cabeza podía someter al corazón", le espetará a Laurie mientras se retira resignado. Pero lo que le falta a este de resolución le sobra a Isham de ambición y de afán de dominio, por eso, consciente de los antiguos amores de su esposa, quiere dejar bien claro quien es el que manda allí en un tenso diálogo premonitorio de lo que va a ocurrir: "Apártate de lo mío y de lo que me pertenece. -Procura no tomarte tu más de lo que te pertenece".
La suerte está echada, o lucha o muerte. El planteamiento del drama es impecable. Otra cosa es su desarrollo que pierde fuelle poco a poco. Con todo vamos a asistir a preciosas escenas como las del fuego de campamento, la estampida de las vacas resuelta en una valerosa acción que acaba con el carro de los pertrechos ardiendo, la pelea en la cabaña de la montaña mientras se derrumba pilar a pilar o la siniestra ambientación del tiroteo final mientras el viento barre las calles de la ciudad llenándolas de polvo y de hierbas rodadoras. Nos quedamos sin embargo con otra escena, con otro tiroteo, el que tiene lugar al principio en el saloon completamente a oscuras, únicamente iluminado por el pequeño contraluz que deja al fondo la puerta de entrada. Preciosas imágenes.
Más flojo nos parece el desarrollo de la trama sentimental donde los personajes, con la excepción de Isham que parece ser el único con las ideas claras, quedan bastante poco definidos, sus comportamientos son cambiantes y un tanto inexplicables.
En cuanto a las interpretaciones ninguno alcanza la talla de Knox, ni de lejos, cumplen las dos protagonistas y Scott en su línea de sobriedad característica. Suerte que secundarios como el cocinero Cultus Charley (Bedoya) saben ponerle ese punto ameno y picante como cuando responde a los que critican sus guisos, "Yo cebaba los cerdos y enfermaron". Otros secundarios, sin embargo, ofrecen una penosa sobreactuación.
Una herida de bala se resolverá sobre la marcha con whisky por dentro y por fuera, en este caso para lavar bien el orificio de entrada que luego se venda convenientemente.
Buena realización y ambientación tanto de interiores como de exteriores, donde resalta sobre todo un gran colorido. Todo lo cual hace que nos encontremos con una película interesante y recomendable.
De nada vale el postrer intento del antiguo novio Owen Merrit (Scott) por frenar la ceremonia, "Siempre has creído que la cabeza podía someter al corazón", le espetará a Laurie mientras se retira resignado. Pero lo que le falta a este de resolución le sobra a Isham de ambición y de afán de dominio, por eso, consciente de los antiguos amores de su esposa, quiere dejar bien claro quien es el que manda allí en un tenso diálogo premonitorio de lo que va a ocurrir: "Apártate de lo mío y de lo que me pertenece. -Procura no tomarte tu más de lo que te pertenece".
La suerte está echada, o lucha o muerte. El planteamiento del drama es impecable. Otra cosa es su desarrollo que pierde fuelle poco a poco. Con todo vamos a asistir a preciosas escenas como las del fuego de campamento, la estampida de las vacas resuelta en una valerosa acción que acaba con el carro de los pertrechos ardiendo, la pelea en la cabaña de la montaña mientras se derrumba pilar a pilar o la siniestra ambientación del tiroteo final mientras el viento barre las calles de la ciudad llenándolas de polvo y de hierbas rodadoras. Nos quedamos sin embargo con otra escena, con otro tiroteo, el que tiene lugar al principio en el saloon completamente a oscuras, únicamente iluminado por el pequeño contraluz que deja al fondo la puerta de entrada. Preciosas imágenes.
Más flojo nos parece el desarrollo de la trama sentimental donde los personajes, con la excepción de Isham que parece ser el único con las ideas claras, quedan bastante poco definidos, sus comportamientos son cambiantes y un tanto inexplicables.
En cuanto a las interpretaciones ninguno alcanza la talla de Knox, ni de lejos, cumplen las dos protagonistas y Scott en su línea de sobriedad característica. Suerte que secundarios como el cocinero Cultus Charley (Bedoya) saben ponerle ese punto ameno y picante como cuando responde a los que critican sus guisos, "Yo cebaba los cerdos y enfermaron". Otros secundarios, sin embargo, ofrecen una penosa sobreactuación.
Una herida de bala se resolverá sobre la marcha con whisky por dentro y por fuera, en este caso para lavar bien el orificio de entrada que luego se venda convenientemente.
Buena realización y ambientación tanto de interiores como de exteriores, donde resalta sobre todo un gran colorido. Todo lo cual hace que nos encontremos con una película interesante y recomendable.
4 de enero de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entretenido y poco ambicioso film, con un esquema argumental bastante básico del que, creo, que se podía haber sacado bastante más jugo, se sostiene, principalmente, porque De Toth le confiere bastante dinamismo, llenando la película de múltiples escenas de acción, tiroteos, cabalgadas, estampidas, duelos, que proporcionan agradable entretenimiento a pesar del poco trabajado guion que ofrece muy poco conflicto y sólo es una mera excusa al servicio de la acción.
Las actuaciones de sus intérpretes tampoco son nada destacables. Exceptuando la escena de la pelea entre John Rusell y Randolph Scott, larga, emocionante y bien rodada, en todas las demás escenas, los intérpretes se mueven con torpeza. De Toth no tenía que haberles permitido bajarse del caballo, que es donde mejor están.
Por contra, las dos únicas mujeres del film lo hacen bastante bien y es una pena que no se haya profundizado un poco más en el conflicto del triángulo amoroso entre ellas y el señor Scott o el que se da entre Scott, Leslie y Knox. Otro gallo hubiera cantado en la calidad de la película. Tal y como está concebida, la película resulta llevadera pero muy previsible.
A Scott, su novia ( Joan Leslie), le da plantón para largarse con un tío con más pasta ( Alexander Knox). Scott, lejos de guardarle rencor a su chica, se retira caballerosamente brindando por su felicidad.
Sin embargo, el vencedor del premio no se queda en absoluto satisfecho ya que sabe que su mujer sigue enamorada de su rival. Además, también ambiciona sus tierras así que, matará dos pájaros de un tiro si se lo quita de en medio. Para ello contratará a un pistolero con la intención de provocar la lucha. Ellen Drew, por su parte, es la hermosa vecina y amiga de Scott al que ama en silencio, pretendida a su vez, por otro pistolero del rancho enemigo.
Las actuaciones de sus intérpretes tampoco son nada destacables. Exceptuando la escena de la pelea entre John Rusell y Randolph Scott, larga, emocionante y bien rodada, en todas las demás escenas, los intérpretes se mueven con torpeza. De Toth no tenía que haberles permitido bajarse del caballo, que es donde mejor están.
Por contra, las dos únicas mujeres del film lo hacen bastante bien y es una pena que no se haya profundizado un poco más en el conflicto del triángulo amoroso entre ellas y el señor Scott o el que se da entre Scott, Leslie y Knox. Otro gallo hubiera cantado en la calidad de la película. Tal y como está concebida, la película resulta llevadera pero muy previsible.
A Scott, su novia ( Joan Leslie), le da plantón para largarse con un tío con más pasta ( Alexander Knox). Scott, lejos de guardarle rencor a su chica, se retira caballerosamente brindando por su felicidad.
Sin embargo, el vencedor del premio no se queda en absoluto satisfecho ya que sabe que su mujer sigue enamorada de su rival. Además, también ambiciona sus tierras así que, matará dos pájaros de un tiro si se lo quita de en medio. Para ello contratará a un pistolero con la intención de provocar la lucha. Ellen Drew, por su parte, es la hermosa vecina y amiga de Scott al que ama en silencio, pretendida a su vez, por otro pistolero del rancho enemigo.
7 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con un marcado perfil del hombre ambicioso sin remedio, Will Isham, es la clase de individuo que no quiere nada a medias. “Nunca poseo nada a la mitad sino del todo, por completo. Lo que tengo es mío y de nadie más. No lo comparto con nadie”. Así se confiesa ante el viejo, Pay, cuando decide comprarle su rancho… y resulta que entre las cosas que Isham desea ésta, Laurie, la bella exnovia de Owen Merritt, que ha aceptado casarse con él convencida de que vale más el dinero que el amor… además nadie le quita que pueda seguir viendo a Merritt y tenerlo cuando desee. Pero con esa mentalidad insaciable, tras haber comprado la parcela de Pay, Isham quiere la tierra de Merritt que es la que ahora linda con la suya. El problema es que Merritt no vende, pero con tal de librarse de él, el “poderoso” Isham está dispuesto a cualquier cosa.
Así comienza esta llamativa película que vuelve a ocuparse de uno de los temas que más han atraído al llamado cine western: el terrateniente ambicioso y sin escrúpulos. Me atrae ver como nadie aprende por cabeza ajena y aunque verse ante el espejo puede motivar alguna reflexión, el ambicioso siempre cree que, “ese no es mi caso”. Pero, es un hecho que la prepotencia obnubila y en la medida que se sale con la suya, el prepotente se infla más… y más… y más… y entonces comienza a creerse una suerte de diosecillo, olvidando por completo que, todo lo que se infla en exceso, un día termina por estallar.
El director, André De Toth, quien ya se había ejercitado en el cine de caballitos con, “Ramrod” (1947) -la cual contiene otro triángulo amoroso con algo de parecido, pero mucho menos logrado-, reincide aquí con otra historia de amor en tres esquinas, y los cuatro años que pasaron entre uno y otro filme es evidente que le sirvieron porque, lo que vemos ahora, es un filme mejor procesado; con una puesta en escena y una fotografía de primera línea; unos personajes capaces de transmitirnos intensas sensaciones; y unos intérpretes de marcada fuerza interpretativa.
Lo mejor de todo son, quizás, las escenas de acción donde, De Toth, da cuenta de una gran creatividad, ofreciéndonos ingeniosas tomas realizadas con recursos muy realistas y sorprendentes. Como ejemplo: la demostración que hace, Fay Dutcher, de su puntería; la pelea entre Merrit y Clagg… o el enfrentamiento de Merrit (apoyado por Charley) contra los hombres de Isham.
El guion de Kenneth Gamet, quien adapta otra de las tantas novelas de, Ernest Haycox, llevadas al cine, aunque resulta un tanto predecible, está bien dosificado con toques de comedia muy entretenidos, gracias a la simpática presencia de actores como el mexicano, Alfonso Bedoya, Guinn Williams y Frank Sully; y en la parte dramática, el reparto es bien calificado en cabeza de Randolph Scott (Merritt), como el hombre al que quieren quitarle todo. Alexander Knox (Isham), el tipo que quiere quedarse con todo. Joan Leslie (Laurie), la chica que quiere quedarse con el rancho y su galán; y Ellen Drew (Nan), la chica que solo quiere dar, pero a lo mejor termina quedándose con algo.
La lección que nos deja la historia vale la pena verla. <<LUCHA A MUERTE>>, es una buena película.
Título para Latinoamérica: MUERTE A MEDIAS
Así comienza esta llamativa película que vuelve a ocuparse de uno de los temas que más han atraído al llamado cine western: el terrateniente ambicioso y sin escrúpulos. Me atrae ver como nadie aprende por cabeza ajena y aunque verse ante el espejo puede motivar alguna reflexión, el ambicioso siempre cree que, “ese no es mi caso”. Pero, es un hecho que la prepotencia obnubila y en la medida que se sale con la suya, el prepotente se infla más… y más… y más… y entonces comienza a creerse una suerte de diosecillo, olvidando por completo que, todo lo que se infla en exceso, un día termina por estallar.
El director, André De Toth, quien ya se había ejercitado en el cine de caballitos con, “Ramrod” (1947) -la cual contiene otro triángulo amoroso con algo de parecido, pero mucho menos logrado-, reincide aquí con otra historia de amor en tres esquinas, y los cuatro años que pasaron entre uno y otro filme es evidente que le sirvieron porque, lo que vemos ahora, es un filme mejor procesado; con una puesta en escena y una fotografía de primera línea; unos personajes capaces de transmitirnos intensas sensaciones; y unos intérpretes de marcada fuerza interpretativa.
Lo mejor de todo son, quizás, las escenas de acción donde, De Toth, da cuenta de una gran creatividad, ofreciéndonos ingeniosas tomas realizadas con recursos muy realistas y sorprendentes. Como ejemplo: la demostración que hace, Fay Dutcher, de su puntería; la pelea entre Merrit y Clagg… o el enfrentamiento de Merrit (apoyado por Charley) contra los hombres de Isham.
El guion de Kenneth Gamet, quien adapta otra de las tantas novelas de, Ernest Haycox, llevadas al cine, aunque resulta un tanto predecible, está bien dosificado con toques de comedia muy entretenidos, gracias a la simpática presencia de actores como el mexicano, Alfonso Bedoya, Guinn Williams y Frank Sully; y en la parte dramática, el reparto es bien calificado en cabeza de Randolph Scott (Merritt), como el hombre al que quieren quitarle todo. Alexander Knox (Isham), el tipo que quiere quedarse con todo. Joan Leslie (Laurie), la chica que quiere quedarse con el rancho y su galán; y Ellen Drew (Nan), la chica que solo quiere dar, pero a lo mejor termina quedándose con algo.
La lección que nos deja la historia vale la pena verla. <<LUCHA A MUERTE>>, es una buena película.
Título para Latinoamérica: MUERTE A MEDIAS
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