Ready Player One: Comienza el juego
6,7
40.596
Ciencia ficción. Aventuras. Acción
Año 2045. Wade Watts es un adolescente al que le gusta evadirse del cada vez más sombrío mundo real a través de una popular utopía virtual a escala global llamada "Oasis". Un día, su excéntrico y multimillonario creador muere, pero antes ofrece su fortuna y el destino de su empresa al ganador de una elaborada búsqueda del tesoro a través de los rincones más inhóspitos de su creación. Será el punto de partida para que Wade se enfrente a ... [+]
12 de abril de 2018
12 de abril de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
He visto "Ready Player One" dos veces en la pantalla grande, y el segundo visionado no pierde fuerza, esto es algo que hace años no me pasaba con una película (con un revisionado en tan poco tiempo)
Steven Spielberg nos muestra un futuro en el que la humanidad está sumergida en la realidad virtual y este futuro a día de hoy no es tan descabellado como parece. Dejando aparte todo esto, Spielberg nos enseña su amor por la cultura pop, algo que cada vez gana más adeptos. La multitud de referencias culturales de las últimas décadas del siglo pasado, incluso algunas de este siglo, acompañan a nuestro protagonista, Wade Watts( o Parzival), en esta gran aventura.
En esta aventura, tenemos la parte virtual y la parte de la realidad. El montaje es un acierto ya que se compaginan a la perfección las dos partes. Lo visual destaca sobre un guión plano y lineal, y aunque tiene un bajonazo en la parte central de la película, dónde toda la acción se frena en seco, poco importa, porque al final, como producto, es pura magia y entretenimiento.
No te dejes engañar por las pegas, las quejas, "le falta algo", dirán. Ya nada será como antes, el concepto de película buena o mala lo dictan las masas y las redes sociales, el odio en internet está a la orden del día. Ten tu propio criterio, ves al cine y disfruta.
Destaco el esfuerzo y el cariño de Steven Spielberg de intentar hacer una película para todo el mundo.
Steven Spielberg nos muestra un futuro en el que la humanidad está sumergida en la realidad virtual y este futuro a día de hoy no es tan descabellado como parece. Dejando aparte todo esto, Spielberg nos enseña su amor por la cultura pop, algo que cada vez gana más adeptos. La multitud de referencias culturales de las últimas décadas del siglo pasado, incluso algunas de este siglo, acompañan a nuestro protagonista, Wade Watts( o Parzival), en esta gran aventura.
En esta aventura, tenemos la parte virtual y la parte de la realidad. El montaje es un acierto ya que se compaginan a la perfección las dos partes. Lo visual destaca sobre un guión plano y lineal, y aunque tiene un bajonazo en la parte central de la película, dónde toda la acción se frena en seco, poco importa, porque al final, como producto, es pura magia y entretenimiento.
No te dejes engañar por las pegas, las quejas, "le falta algo", dirán. Ya nada será como antes, el concepto de película buena o mala lo dictan las masas y las redes sociales, el odio en internet está a la orden del día. Ten tu propio criterio, ves al cine y disfruta.
Destaco el esfuerzo y el cariño de Steven Spielberg de intentar hacer una película para todo el mundo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
2 cosas:
-Cuándo entran en la película de "El Resplandor".
-Cuándo ha salido el póster de Zelda en la habitación.
SUBLIME!!!
-Cuándo entran en la película de "El Resplandor".
-Cuándo ha salido el póster de Zelda en la habitación.
SUBLIME!!!
16 de abril de 2018
16 de abril de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que tendrían los años 80 que últimamente todo lo que funciona, respecto a cine y a televisión, gira en torno a aquella fascinante década, que además vivió el inicio del boom de los ordenadores y los videojuegos. Aquella época, la de la cultura POP, repleta de títulos de culto que rebosan originalidad y buen rollo a partes iguales. Spielberg la vivió, triunfó y, en buena parte, puede sentirse precursor de todo aquello por lo que parecía, sin dudas, el tipo indicado para sumergirse en la novela de Ernest Cline (que no he leído y desconozco).
Así nace ‘Ready Player One’, como un homenaje a todo aquello que nos hizo felices, nos amenizó y nos sumergió en mundos de fantasía. No le busquemos más lecturas porque Spielberg se ha relajado en su territorio y ha decidido hacer un film para pasárselo bien.
Orquestada bajo un apabullante despliegue visual que solo él es capaz de crear y con unos efectos especiales realmente impresionantes (y al pasaje sobre cierta obra de Kubrick me remito y que esconde sus mejores momentos), Spielberg nos sumerge en un mundo que funciona, completamente, conectado online a una plataforma virtual, lo que además le permite dar un pequeño toque de atención a las generaciones venideras sobre los riesgos que esto conlleva.
Difícil evaluar, bajo tanta capa digital, el trabajo de los Tye Sheridan u Olivia Cooke. Además, el film tiene un trasfondo completamente plano y de manual. Tampoco hay que engañar a nadie, es una historia simple, con héroes y villanos, con historia de amor de por medio que no puede ser más normalucha. Es a la hora de entretener donde ‘Ready Player One’ funciona como un reloj, dándonos carreras de coches, viajes imposibles y originales artefactos.
Spielberg lo ha vuelto a hacer, y ya van unas cuántas veces. ‘Ready Player One’ es una obra menor en su carrera sí, pero a más de uno le gustaría tener una obra menor como esta en su filmografía.
Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/
Así nace ‘Ready Player One’, como un homenaje a todo aquello que nos hizo felices, nos amenizó y nos sumergió en mundos de fantasía. No le busquemos más lecturas porque Spielberg se ha relajado en su territorio y ha decidido hacer un film para pasárselo bien.
Orquestada bajo un apabullante despliegue visual que solo él es capaz de crear y con unos efectos especiales realmente impresionantes (y al pasaje sobre cierta obra de Kubrick me remito y que esconde sus mejores momentos), Spielberg nos sumerge en un mundo que funciona, completamente, conectado online a una plataforma virtual, lo que además le permite dar un pequeño toque de atención a las generaciones venideras sobre los riesgos que esto conlleva.
Difícil evaluar, bajo tanta capa digital, el trabajo de los Tye Sheridan u Olivia Cooke. Además, el film tiene un trasfondo completamente plano y de manual. Tampoco hay que engañar a nadie, es una historia simple, con héroes y villanos, con historia de amor de por medio que no puede ser más normalucha. Es a la hora de entretener donde ‘Ready Player One’ funciona como un reloj, dándonos carreras de coches, viajes imposibles y originales artefactos.
Spielberg lo ha vuelto a hacer, y ya van unas cuántas veces. ‘Ready Player One’ es una obra menor en su carrera sí, pero a más de uno le gustaría tener una obra menor como esta en su filmografía.
Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/
17 de abril de 2018
17 de abril de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocos directores han marcado el devenir del cine de los últimos cuarenta años como Steven Spielberg, uno de las realizadores más populares de la prodigiosa generación americana de los 70. Como otros compañeros de la talla de Scorsese o De Palma, sigue activo hoy en día y estrenando películas con regularidad (no en vano, ésta y la estupenda Los archivos del pentágono han estado separadas en la taquilla española por apenas dos meses). Sigue trabajando tanto en la vertiente académica para adultos como en el entretenimiento familiar. Dado que sigue trabajando en su zona de confort, y registros de sobra conocidos, ya no se valoran sus obras, y se reciben con recelo por ser de él. Lo cual es muy triste, pues sigue filmando excelentes películas. Las que nos ocupa, una ambiciosa adaptación de una obra literaria de culto, es de sus películas más esperadas de los últimos años. Se trata del filme de aventuras y ciencia ficción Ready Player One, adaptación libre del libro homónimo de Ernest Cline. Una película de jugosa premisa y atractivo aspecto visual, que prometía ser más que un puñado de referencias pop. El recibimiento crítico no fue unánime, pero sí positivo, así como cálida fue la recepción entre el público y óptima fue la respuesta en taquilla. Aún con dudas, la confianza en Steven me hizo tener buenos presagios, y acudí a la sala de cine con apertura de miras y sin juicios preconcebidos. Y aunque no hablemos de una obra maestra, ni de una de las grandes producciones de su padre, es necio negar y despreciar las evidentes virtudes de un relato de visionado sorprendentemente disfrutable y visualmente explosivo. De duración excesiva, deficientes personajes y fluir convencional, pero imaginativa en sus soluciones visuales y portentosa en el manejo de los recursos estructurales de un blockbuster autoreferencial. Un tributo a muchos niveles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Wade Watts (Tye Sheridan, emocionalmente entregado) vive en un barrio humilde y cochambroso de la superpoblada Ontario del gris 2045. Para evadirse de esta triste realidad, se sumerge a diario en el fascinante e inabarcable mundo virtual de OASIS, realidad poblada de referencias a la cultura pop de los 80 creada por la compañía de Ogden Morrow (Simon Pegg) y su diseñador, ya fallecido, James Hallyday (estupendo Mark Rylance) dónde puedes ser lo que quieras y jugar a lo que sea. En esta realidad la mayoría de la población se conecta para obtener bienes, convirtiéndose en el foco principal del capitalismo global. Con la forma de su avatar Parzival y de algunos amigos, Wade se adentrará en un peligroso juego de búsqueda de las tres llaves escondidas por Hallyday y caza del Huevo de Pascua que le dará el completo control de OASIS, arrebatándole así a la pérfida compañía tecnológica IOI de Nolan Sorrento (ridículo Ben Mendelsohn) la posibilidad de dominar el mundo. Una trepidante historia sobre la narrativa de los videojuegos y la inmersión en las realidades virtuales, enmarcada de lleno en la presente corriente retromoderna. Es muy oportuno el mensaje y reflexión sobre las VR, y Spielberg aprovecha la ocasión para citar con aprecio y como guiño a múltiples propiedades culturales de los 80, en muchos casos, estrechamente relacionados con su propio corpus creativo. Sorprende el espectacular apartado formal, y la pericia audiovisual a la hora de poner en escena estos mundos de frondosos e imposibles escenarios y personajes (la secuencia de la primera carrera es extraordinaria, cómo lo es en general sus 15 primeros minutos introductorios), sin perder nunca las texturas del viodejuego. Hecho con un sentido del espectáculo vigoroso pero también bucólico y alegre, propio de relatos juveniles de otra era. Si no fuera por su puntera tecnología digital, es un filme que por espíritu, estilo y maneras bien podría haber sido rescatado del año 1983. Un tono trasnochado y una atmósfera mágica que, unido al ingenio con el que se gestiona la intriga, la acción y la investigación sobre la vida pasada de Hallyday, desemboco en un filme extremadamente entretenido aderezado de secuencias de acción diseñadas con mucho oficio y plagadas de innumerables elementos juguetones con los códigos del mundo viodejueguil. Todo un placer geek de captura de homenajes visuales y, además, una traslación fastuosa de un relato infantil de aventuras dentro de la esfera digital a la gran pantalla con todo lujo de recursos de imagen.
De una manera consciente pero también acomodada, la película cae en profundidad en todos los defectos estructurales del cine familiar que homenajea. En unos tiempos más nihilistas y solemnes, el cine blanco y ligero ya no se comprende de la misma manera, y quizás se esperaba de esta película una mayor profundidad en su discurso tecnológico y una mayor entidad para sus personajes. El romance es ridículo, cómo chusco es el villano y cansino es el tercer acto, que estira el clímax de un metraje ya largo de por sí. El argumento es, contrastando con el aspecto visual, demasiado simple, y absolutamente predecible. Una película que abraza clichés del mainstream de hoy y muchos otros de un mainstream ya abandonado. Pero son defectos, numerosos, puestos en escena con un humor de tinte clásico y sagaz. Un elemento más de esa autoconsciencia y coherencia con el propio imaginario que me invita a perdonarlos, compensados sobremanera por sus nada desdeñables virtudes. Pese a que es evidente que el proyecto ha sido encarado con una evidente falta de ambición textual, limitándose a un discurso de la imaginación contra las corporaciones un poco manidos
Fantástica, inocente y juguetona, Ready Player One es un espectacular divertimento con poca profundidad pero un extraordinario entendimiento de la aventura y del uso de los referentes retro y el lenguaje de los videojuegos. Todo un placer culpable.
De una manera consciente pero también acomodada, la película cae en profundidad en todos los defectos estructurales del cine familiar que homenajea. En unos tiempos más nihilistas y solemnes, el cine blanco y ligero ya no se comprende de la misma manera, y quizás se esperaba de esta película una mayor profundidad en su discurso tecnológico y una mayor entidad para sus personajes. El romance es ridículo, cómo chusco es el villano y cansino es el tercer acto, que estira el clímax de un metraje ya largo de por sí. El argumento es, contrastando con el aspecto visual, demasiado simple, y absolutamente predecible. Una película que abraza clichés del mainstream de hoy y muchos otros de un mainstream ya abandonado. Pero son defectos, numerosos, puestos en escena con un humor de tinte clásico y sagaz. Un elemento más de esa autoconsciencia y coherencia con el propio imaginario que me invita a perdonarlos, compensados sobremanera por sus nada desdeñables virtudes. Pese a que es evidente que el proyecto ha sido encarado con una evidente falta de ambición textual, limitándose a un discurso de la imaginación contra las corporaciones un poco manidos
Fantástica, inocente y juguetona, Ready Player One es un espectacular divertimento con poca profundidad pero un extraordinario entendimiento de la aventura y del uso de los referentes retro y el lenguaje de los videojuegos. Todo un placer culpable.
26 de abril de 2018
26 de abril de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Su planteamiento es claro, la realidad no tiene por qué restringirse al mundo tangible y perceptivo. Si bien la moraleja nos alude a una llamada de alerta ante la deshumanización a la que puede llevarnos una realidad reprogramada, caprichosa e ilimitada de expectativas, en el primer 90% se vende un producto totalmente opuesto; la prácticamente total conquista de la satisfacción personal y por ende de la felicidad está al alcance de nuestras manos con tan solo decidir jugar a un juego. Solo un cínico no entendería este planteamiento como una elección entre una falsa felicidad o por el contrario elegir una dolorosa y poco atractiva realidad. Y es que la coyuntura en la que se encuentra la sociedad no quedaría muy lejos, la tecnología se ha afirmado como un medio de evasión donde la conciencia se encontraría en constante movimiento entre dos mundos, dos mundos en los que uno se ha superpuesto al otro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Ready player one, una película no tan futurista como a priori se podría etiquetar, nos hace adentrar durante más de dos horas en constante viaje entre el pasado y el futuro, situados en un periodo de máxima proyección individual.
Su planteamiento es claro, la realidad no tiene por qué restringirse al mundo tangible y perceptivo. Si bien la moraleja en el trecho final del film nos alude a una llamada de alerta ante la deshumanización a la que puede llevarnos una realidad reprogramada, caprichosa e ilimitada de expectativas, en el primer 90% se vende un producto totalmente opuesto; la prácticamente total conquista de la satisfacción personal y por ende de la felicidad está al alcance de nuestras manos con tan solo decidir jugar a un juego. Solo un cínico no entendería este planteamiento como una elección entre una falsa felicidad o por el contrario elegir una dolorosa y poco atractiva realidad. Y es que la coyuntura en la que se encuentra la sociedad no quedaría muy lejos, la tecnología se ha afirmado como un medio de evasión donde la conciencia se encontraría en constante movimiento entre dos mundos, dos mundos en los que uno se ha superpuesto al otro.
Acudiendo de nuevo a la cita de la moraleja final, nos gustaría incidir de nuevo en aquella llamada de atención de no dejar de lado plenamente el mundo real, pues, como se puede apreciar de principio a fin, el nuevo mundo siempre repercute sobre el antiguo, y sin éste último, no se daría el nuevo; desgraciada o afortunadamente, todavía no hemos llegado a aquella predicción de que Ross Gueller nos hacía sobre el futuro ( como se puede ver en el capítulo de San Junípero de Black Mirror ) y la consciencia no es todavía traspasable o almacenable.
Pero todo no deben ser malas noticias para los amantes de la realidad virtual, algunos personajes se alzarán como individuos autónomos capaces de sobrellevar y administrar las posibilidades de disfrute que ofrece Oasis. En este caso el papel femenino será el encargado de mantener los pies en la tierra; su desarrollo como personaje le conducirá a una realización personal verdadera.
Por tanto, entendemos esta superproducción como una buena plasmación de lo que supone esta nueva era virtual que crece exponencialmente a pasos agigantados, adaptada a todos los públicos muy pocas generaciones se podrán quedar al margen en cuanto a sentirse aludidos, pues las referencias y alusiones respecto a la era de los videojuegos serán constantes.
Steven Spielberg, de nuevo ha estado a la altura.
Su planteamiento es claro, la realidad no tiene por qué restringirse al mundo tangible y perceptivo. Si bien la moraleja en el trecho final del film nos alude a una llamada de alerta ante la deshumanización a la que puede llevarnos una realidad reprogramada, caprichosa e ilimitada de expectativas, en el primer 90% se vende un producto totalmente opuesto; la prácticamente total conquista de la satisfacción personal y por ende de la felicidad está al alcance de nuestras manos con tan solo decidir jugar a un juego. Solo un cínico no entendería este planteamiento como una elección entre una falsa felicidad o por el contrario elegir una dolorosa y poco atractiva realidad. Y es que la coyuntura en la que se encuentra la sociedad no quedaría muy lejos, la tecnología se ha afirmado como un medio de evasión donde la conciencia se encontraría en constante movimiento entre dos mundos, dos mundos en los que uno se ha superpuesto al otro.
Acudiendo de nuevo a la cita de la moraleja final, nos gustaría incidir de nuevo en aquella llamada de atención de no dejar de lado plenamente el mundo real, pues, como se puede apreciar de principio a fin, el nuevo mundo siempre repercute sobre el antiguo, y sin éste último, no se daría el nuevo; desgraciada o afortunadamente, todavía no hemos llegado a aquella predicción de que Ross Gueller nos hacía sobre el futuro ( como se puede ver en el capítulo de San Junípero de Black Mirror ) y la consciencia no es todavía traspasable o almacenable.
Pero todo no deben ser malas noticias para los amantes de la realidad virtual, algunos personajes se alzarán como individuos autónomos capaces de sobrellevar y administrar las posibilidades de disfrute que ofrece Oasis. En este caso el papel femenino será el encargado de mantener los pies en la tierra; su desarrollo como personaje le conducirá a una realización personal verdadera.
Por tanto, entendemos esta superproducción como una buena plasmación de lo que supone esta nueva era virtual que crece exponencialmente a pasos agigantados, adaptada a todos los públicos muy pocas generaciones se podrán quedar al margen en cuanto a sentirse aludidos, pues las referencias y alusiones respecto a la era de los videojuegos serán constantes.
Steven Spielberg, de nuevo ha estado a la altura.
3 de mayo de 2018
3 de mayo de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La nueva película de Steven Spielberg 'Ready Player One: Comienza el juego' está consiguiendo gustar a la mayor parte de la crítica y del público. Esta historia de ciencia ficción con múltiples referencias a la cultura pop de diferentes épocas ha buscado provocar un sentimiento de nostalgia a las generaciones de los 80 y 90; aunque también atraer a un público más joven.
El relato narra como Wade Wats, un chico al que le gusta evadirse del mudo real accediendo a un universo virtual llamado "Oasis", intenta superar las pruebas propuestas por el excéntrico creador del juego para hacerse con el control de su creación. Para llevar a cabo esta misión no solo es necesario saber jugar en "Oasis" sino que también hay que conocer a su creador.
En esta historia del año 2045 conviven una realidad pésima para gran parte de la sociedad con un avance de la tecnología y del mundo virtual asombroso que muchos soñamos pero que difícilmente podremos ver. El principal mensaje que quiere transmitir la película es precisamente ese, por muy bonito y divertido que sea ese mundo virtual no hay que dejar de vivir en el mundo real.
El punto fuerte primordial de la cinta es la gran cantidad de referencias sobre películas, música y videojuegos entre otras cosas, que consiguen atraer al público aficionado a los elementos a los que se hace alusión. La inclusión en ese mundo virtual lleno de ingredientes que nos gustan hacen de la película bastante entretenida. Como polo opuesto diría que creo que la parte final no encaja con la personalidad transmitida por los personajes durante la narración y eso le restado puntos en mi valoración final del filme.
http://depeliculas.online/ready-player-one-critica/
Si has visto la película deja tu opinión en un comentario, si no la has visto y te gusta la cultura pop te recomiendo que la veas para que pases un rato agradable. Si te ha gustado el artículo comparte y deja un comentario.
El relato narra como Wade Wats, un chico al que le gusta evadirse del mudo real accediendo a un universo virtual llamado "Oasis", intenta superar las pruebas propuestas por el excéntrico creador del juego para hacerse con el control de su creación. Para llevar a cabo esta misión no solo es necesario saber jugar en "Oasis" sino que también hay que conocer a su creador.
En esta historia del año 2045 conviven una realidad pésima para gran parte de la sociedad con un avance de la tecnología y del mundo virtual asombroso que muchos soñamos pero que difícilmente podremos ver. El principal mensaje que quiere transmitir la película es precisamente ese, por muy bonito y divertido que sea ese mundo virtual no hay que dejar de vivir en el mundo real.
El punto fuerte primordial de la cinta es la gran cantidad de referencias sobre películas, música y videojuegos entre otras cosas, que consiguen atraer al público aficionado a los elementos a los que se hace alusión. La inclusión en ese mundo virtual lleno de ingredientes que nos gustan hacen de la película bastante entretenida. Como polo opuesto diría que creo que la parte final no encaja con la personalidad transmitida por los personajes durante la narración y eso le restado puntos en mi valoración final del filme.
http://depeliculas.online/ready-player-one-critica/
Si has visto la película deja tu opinión en un comentario, si no la has visto y te gusta la cultura pop te recomiendo que la veas para que pases un rato agradable. Si te ha gustado el artículo comparte y deja un comentario.
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