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La morgue

Terror. Thriller El dueño de una funeraria de una pequeña localidad y su hijo, que trabaja con él, reciben un día el cadáver de la víctima de un misterioso crimen: una bella joven que no tiene ninguna causa aparente de muerte. Ambos intentarán desvelar los intrigantes motivos del fallecimiento de la joven. (FILMAFFINITY)
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Críticas 139
Críticas ordenadas por utilidad
18 de febrero de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como casi siempre en películas de su mismo pelaje, las premisas se antojan bastante más interesantes que sus consecuencias. Con lo que no contaba y, por ende, me ha supuesto una agradabilísima sorpresa, es que aquéllas resultasen tan deliciosamente aterradoras.
Con escenografía y elenco mínimos, el danés André Øvredal erige un crescendo insalubre que, pese a su resolución —insisto— un tanto convencional, pondrá los pelos como escarpias al espectador más curtido. No me importa reconocer que, varias horas después del escalofriante desenlace, sigo con los huevos de corbata. Todo un mérito, más si cabe habida cuenta de los despropósitos con los que se ha venido degradando el subgénero de un tiempo a esta parte.
Sin inventar nada, pero haciendo gala de un hondo conocimiento de los códigos, Øvredal dosifica los sustos con mesura desacostumbrada. De hecho, podría afirmarse que la mayor virtud de “La autopsia de Jane Doe” es algo tan aparentemente sencillo —y a la vez poco habitual— como el sentido común.
De sentido común es, asimismo, haber dedicado un dinero normalmente malgastado en vacuos efectos —efectismos— especiales a contratar los servicios de dos actores de la talla de Emile Hirsch y, sobre todo, Brian Cox. Ambos dotan a la película de un empaque y una seriedad igualmente desusadas.
En fin, estupenda vuelta de tuerca al terror sobrenatural por parte de un debutante a cuyo eficaz minimalismo conviene seguir la pista muy de cerca.
Carorpar
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21 de octubre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Thriller de terror entretenido y lleno de sorpresas durante el transcurso de la historia. Para mi la primera parte es sencillamente genial y promete mucho mas de lo que ofrece a continuación, la segunda parte sobrevive a base de un giro inesperado en la historia e intenta sostenerse durante la misma, pero para mi , no lo consigue. Película bien dirigida, interpretaciones correctas y visualmente buena. Película recomendable para amantes del genero especialmente.
juanmartin2705
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27 de noviembre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo bien que iba y termina de aquella manera...Es lo que tiene cambiar el género a media hora del final.

Empezamos bien, durante una hora nos meten en lo que podemos llamar un "thriller sobrenatural" con un ritmo y ambientación excelentes. Vas siguiendo la trama, descubriendo pistas y secretos mientras la autopsia se va realizando.
Pero llegamos a la media hora final...

Dan un giro al cine de terror (con todo lo malo que puedas imaginar sobre el género visto la última década) que intentan enlazar de forma burda con lo visto la hora anterior.
Todo se vuelve anodino, mil veces visto y dando un final de aquellos que dices "bueno, es un final".

Cuando terminas de ver la película no tienes la sensación de haber perdido el tiempo pero si queda ese sentimiento de que se ha desaprovechado lo mejor de la obra.
FOR8NER
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8 de enero de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Existe algo mejor que un largometraje de tu predilección te coja desprevenido? En lo personal, no lo creo. Tal sobrecogimiento lo han vivenciado una considerable porción de quisquillosos cinéfilos que asistieron desidiosos a la proyección de una las joyas contemporáneas que sale de la cuna del Festival de Sitges, certamen del cual últimamente dimanan las únicas ofertas dignas de miramiento dentro del género. Ganadora del Premio Especial del Jurado en la pasada edición del festival, “The Autopsy of Jane Doe” es la flamante ambrosia de aquel realizador que adquirió distinción universal hace siete años con una reformación del actualmente inficionado mockumentary o también conocido como found footage con “Trolljegeren”. Øvredal se apellida el artífice de esta auténtica y delirante cinta, que germinó en un pase para el estreno de “The Conjuring” del horrísono James Wan. ¡Qué obra más excelsa para concebir su aspiración!, pero ¿Por qué le inspiró este clásico moderno? Los relatos de terror de antaño siempre estarán en boga. El director habló con su representante ipso facto, quien con acertada selectividad se hizo con el guion de Ian B. Goldberg y Richard Naing, entorno a una mujer cuyo cadáver no muestra vestigio alguno de violencia o contusión, muerta como por arte de magia.

El largo manipula una progresión de cualidades radicalmente impracticables hoy en día en la materia. Es un experimento de horror formidablemente elaborado que se lucra de las compatibles interpretaciones de Brian Cox y Emile Hirsch como Sherlock y su correligionario, una relación tanto paterno-filial como médico-laboral que conduce con fascinante afabilidad el hilo narrativo, promoviendo que los personajes congenien con el espectador en la cuasi excelsa primera mitad del relato.

Este es un ejemplo de que una sólida historia narrada de forma acertada no presupone de efectos visuales estrambóticos o vueltas de tuerca descabelladas, nueva tendencia proporcionada por las excelentes cintas independientes, numerosas en cuantía pero parvas en reconocimiento, que a duras penas ganan unos cuantos dólares en taquilla o incluso que tienen el honor de conseguir una imperceptible presencia en los teatros. Catalogada como “cine arte” o “cine de autor”, la película de Øvredal me resulto verdaderamente electrizante, no como un filme indie, tenía la fachada de una obra a manos de un estudio con bajo presupuesto, con giros y conclusiones propiamente americanas pero con desarrollos, extrañezas y resoluciones estimulantes, capaces de generar estupor.

La puesta en escena es de primera línea, una magistral clase, obteniendo provecho de los lúgubres e irrespirables sets mediante la retumbante musicalidad incidental, las tomas atmosféricas de las crujías de madera lacadas, los metálicos labios de la morgue o el anticuado y tétrico elevador. Merecedora de un vistazo por Alfred Hitchcock debido al dominio del tempo, su atemperado e inquietante ritmo, el manejo prolijo del suspense, el crujido en la autopsia neuropatológica que provoca un cierto malestar en nuestras cabezas evidenciando la fenomenal edición de sonido y la indiscutible efectividad transmitiendo sensaciones. La revelación paulatina de la información y la inconsciente ignorancia por parte de la audiencia entorno a lo que realmente está sucediendo conjura un trabajo que arranca con diplomacia y finaliza consistente, sin embargo lo hace saliéndose por la tangente. La congratulación por la manipulación del espacio merece su propio segmento, sin duda, uno de los aspectos mejor logrados del todo el filme, valiéndose de espejos, resplandores, claroscuros, distorsiones visuales, puntos ciegos y sobre todo de la opacidad con el fin de ponerle de punta los pelos a cada asistente, desprevenidos y con la concepción de que presenciarían un bodrio fílmico. ¡Que sorpresa!

Empero, la cinta no es del todo redonda y en el final se siente una vacilación, que simboliza la confusa conclusión narrativa, esta, un arma de doble filo. Además, no se desliga de los tópicos, los sustos injustificables, los golpes de efecto y caracteres comunes del género, no obstante, son soportables aunque frustrantes. Solo imagínate embebido por la más remota oscuridad, sin embargo, no eres el único en el lugar, tienes el deleite de tener como acompañantes a seis interfectos que no ya no se encuentran dentro de sus correspondientes cámaras frigoríficas, vislumbras entre la negra maraña a tu alrededor que todo está patas arriba y en mitad del escenario yace una mujer tan pálida como la nieve, desencadenante de horrores inimaginables, pero de repente, giras 180° grados y una rostro con la boca cocida te pilla por sorpresa. Simplemente, decepcionante. Como puedes tener tanto, y luego nada. Adicionalmente, el filme se toma ciertas licencias como el funcionamiento inexplicable de bombillas quebradas, apariciones y desvanecimientos de niebla según conveniencia o la disipación de las llamas en la morgue, no obstante, del mismo modo que los jump-scares, estas son tolerables.

“The Autopsy de Jane Doe” emplea inteligentemente como McGuffin a la dama que da nombre al largometraje, mientras, Øvredal realiza en nosotros una satisfactoria autopsia de los temores más espantosos que se prendan a nuestras mentes como parásitos, los cuales pueden sintetizarse con dos escuetas palabras: lo desconocido. No conocemos absolutamente nada, lo único que sabemos con certeza es que en cualquier momento este péndulo de situaciones puede venirse abajo. Un relato que se intenta desinflarse en el final, pero que manufactura un trabajo de autor acreedor de ditirambos, una obra anexada a lo mejor de los últimos años en cuanto a horror, una propuesta de grand guignol tan electrizante como inesperada con un excitante aroma ochentero que no dejara indiferente a ninguno que page por un largometraje de calidad.
Felipe Critic
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22 de diciembre de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
y algo en este filme que hace que sea destacada dentro del género. Tal vez sea cierto aire retro, muy de cine de los ochentas, en donde con un par de actores, un ambiente clautrofobico y una muy buena idea, se logra una mezcla que desemboca en tensión, misterio y terror como hace rato no se veía en pantalla.

Un padre e hijo, forenses, reciben un cuerpo que alguien enterró, pero todo es muy misterioso , ya que el cuerpo está extrañamente conservado a la perfección. Averiguar la causa de muerte se transforma en todo un desafío, cuando nada de lo que van viendo al abrirlo tiene lógica…

Comenzará una real pesadilla para ambos, que en ciertas escenas logra una maestría visual similar a John Carpenter. Saltando entre la locura y la realidad, con buenas tomas e impecable fotografía.

Todo está muy bien narrado, habrá que seguirle los pasos a este director, que es el mismo del divertido Mockumentary ¨Troll Hunter¨. Tiene buena mano, al momento de contar la secuencia y manejar los sentimientos del espectador, con una narración correcta, profunda, pero muy para las masas.

La decoración, la locación, y sobretodo los efectos de maquillaje, calzan como anillo al dedo a la visualidad de los acontecimientos y si a ello sumamos buenas interpretaciones, logramos un filme que atrapa, con un giro sorprendente y bien explicado.

Si te gusta el terror-Suspense con aires ochenteros, con sólo dos actores y un ambiente pesadamente clautrofobico… No lo dudes, ésta es tu película.

Recomendada… A mi me ha encantado.
ilustrador
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