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El Ministerio del TiempoSerie

Serie de TV. Aventuras. Fantástico Serie de TV (2015-2020). 4 temporadas. 42 episodios. El Ministerio del Tiempo es una institución gubernamental, autónoma y secreta, que depende directamente de Presidencia de Gobierno. Así cómo en Estados Unidos se guardan los secretos y la llave para un posible ataque nuclear, de presidente a presidente, lo mismo ocurre con este ministerio español, y sólo reyes, presidentes y un número muy exclusivo de personas saben de él. El paso ... [+]
Críticas 105
Críticas ordenadas por utilidad
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6
30 de julio de 2020
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo lo que me gustaría criticar de esta serie no cabe en el espacio que me deja FilmAffinity, así que seré breve.

Voy a empezar por el guión. Tiene un montón de contradicciones.
Es absurdo que haya unas puertas del tiempo que comunican con otros periodos históricos de España pero que si ese territorio deja de ser español, sus puertas desaparezcan (como cuando se independizan las colonias americanas). Sin embargo, sí que puedes llevarte a esos territorios armarios o baúles que son puertas del tiempo. A ver, o puedes o no puedes, pero no inventes. Y hay un episodio que van a Atapuerca, cuando por esa época a aquello se le podía llamar de cualquier manera, pero desde luego 'España' no era.

A veces, cuando ocurre un cambio en el pasado, en el siglo XXI todos lo han asimilado (p.e. cuando es otro distinto de Colón quien descubre América). Otras veces, no lo asimilan, si no que "salta una alarma" (p.e. cuando asesinan a Einstein). Por favor, un poco de coherencia.

Aparte de las contradicciones, centrar la trama en la historia de España hace que la serie no sea vendible al extranjero. Como mucho pueden vender la idea, pero no hay tantos países con una historia larga, gloriosa e imperial como para tener desarrollos de todo tipo. Inglaterra sin duda, Estados Unidos con sus mitos pop y tal vez Italia y Francia. Y para de contar.

Otra china en el zapato es que las historias empiezan y acaban en el mismo episodio. Apenas hay subtramas de larga duración. Eso la convierte en una serie juvenil, en la que no pasa nada si te pierdes un episodio, y no te atrae especialmente ver el siguiente.

Respecto a los enemigos del Ministerio que también viajan en el tiempo, parecen sacados de la chistera ad hoc. Deberían haberlo meditado un poco antes de empezar a rodar para darle más cohesión a la historia.

Vamos a los actores. Imagino que esta serie la han hecho con cuatro duros y que por eso los actores desaparecen de la serie cada dos por tres, en cuanto les sale algo mejor. Pero eso le ha venido bien a la serie, que si no fuese por ese detalle, podría haberse convertido en un peñazo monotemático. La mayoría están bien en sus papeles, incluso los secundarios. Juan Gea y Jaime Blanch a veces no vocalizan bien, pero sus interpretaciones son correctas.
En la parte positiva están Macarena García, Nacho Fresneda y Aura Garrido. Saben definir sus personajes, darles carácter y el tono que debe acompañar a cada escena.

A los de la parte negativa voy a darles caña por separado. Empecemos por Rodolfo Sancho, hijo de Sancho Gracia. Se nota a la legua que ha sido un niño de papá toda la vida, que no ha necesitado esforzarse, y que se ha dedicado a decirle a la chacha lo que le apetecía de comer. Y eso se deja ver en sus actuaciones: demasiado soberbio, y demasiado vago. Ni siquiera hace el esfuerzo de meterse en el papel.

Luego tenemos a Hugo Silva, ese señor que se hizo famoso en una serie cómica española, haciendo de poli guaperas que se ligaba a la niñata. Este licenciado en filosof... Que no, que lo que tiene en casa colgado es una etiqueta de anís del mono. Pero él no necesita diplomas, porque ha aprendido en la universidad de la calle. Y eso es lo que tenemos, un macarrilla de barrio madrileño metido a actor que para lo que puede dar es para un papel hecho a medida de poli kinki de los 80. Da el pego, y p'alante. Cada dos episodios se encargan de recordarnos lo guapo e irresistible que es, y por ende, por qué está en la serie. Pues que se cuide, que tiene ya 43 añazos y le queda poca vida de galán. Y ahora los gustos son más... Can Yaman. En muchas escenas me daba la impresión de estar viendo actuar a mi primo el de Parla.

Y qué decir de Cayetana Guillén Cuervo. Otra a la que le sobra soberbia, pero peor, porque sólo tiene un tono de voz. Es el mismo para expresar sorpresa, angustia, felicidad o eructo. Si no fuera porque viene de la familia de la que viene, se hubiese comido un mojón en este mundillo. Pero no todo es malo, Cayetana: para la edad que tienes (sobrepasado el medio siglo), todavía estás para darte unos empujones.

Y luego tenemos algunos muy buenos actores secundarios dignos de mención, como Ramón Langa (Spinola), Pere Ponce (Cervantes), Ángel Ruíz (Lorca) y Victor Clavijo (Lope de Vega). Incluso algunos de pequeños cameos están geniales (a mí Elena Rivera como Reina Margarita me ha enamorado). Hay buenos actores en este país.

Por último, recalcar que la cuarta temporada es la mejor, lo que debería haber sido la serie desde el principio. Centrada en la época actual con sus misiones al pasado, con imágenes de una distopía futura, y que poco a poco la trama le fuese dando sentido a esa distopía (desaparecen niños, cosechas, etc.), necesaria de evitar. Pero estamos en España. Aquí la serie se echa a andar, y según vaya, así haremos. No se sabe si se cancelará en el episodio 5, ó en el 11.

Dicho lo dicho, es una serie interesante, que entretiene y a la vez forma, donde vemos lo más granado del panorama actoril actual y para toda la familia, que se permite incluso hacer chistes sobre la actualidad, sobre la vida personal de sus actores, y crítica con la historia y la actualidad españolas. Muy recomendable.
5
19 de julio de 2017 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Veo muchas series y busco en ellas siempre lo mismo: entretenimiento. Esta producción española cumple con creces el objetivo. Trata las paradojas del tiempo sin complicaciones y mantiene al espectador permanentemente enganchado. Los ramalazos de tinte político, inevitables en toda creación española (no sé por qué), son moderados y aceptables.

El único pero es, quizás en un intento de darle un toque humorístico a la trama, el trato que se le da a las grandes figuras artísticas de la historia. Cervantes, Lope de Vega, Becquer, Goya y, sobre todo, a Velazquez quedan caricaturizados hasta casi el ridículo en contraposición con personajes similares cuando estos son extranjeros, como Shakespeare. Realmente me resulta molesto este aspecto que, en mi modesta opinión, resta categoría al conjunto de la obra.
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spoiler:
He bajado la puntuación que en su día le puse, debido al espantoso capítulo final. No se puede justificar algo así.
6
8 de mayo de 2020 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buenas interpretaciones. Aura Garrido está maravillosa, como siempre, esta chica es un encanto, grandísima actriz y serena y elegante belleza, la Audrey Hepburn española. En mi opinión, la serie además ganó mucho con las incorporaciones de Hugo Silva, que aporta vitalidad y diversión, y la no menos encantadora y buena actriz Macarena García.
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Viajar por el tiempo, ay, quién pudiera. Sin embargo los protagonistas de la serie lo hacen a diario con una ligereza sorprendente. Uno se imagina viajando por el tiempo con gravedad, observando cada detalle del tiempo al que viaja. Esta serie, en cambio, destila costumbrismo y buen humor, esto último no está mal, hay muchos momentos más que divertidos en la misma, incluyendo bromas de funcionarios. Tratándose de viajes en el tiempo, como cualquiera que se siente por primera vez a verla ya sabe que se va a tratar, no esperen ver la seriedad ni el rigor de Dark o Counterpark, sino más bien Un Yanqui en la Corte del Rey Arturo. Hay quien menciona a Doctor Who, pero no tengo el gusto de conocer esa serie. Una serie sobre esta temática no puede ser barata, ya que hay mucho decorado y vestuario nuevos en cada capítulo, y hay que hacer un gran trabajo de localizaciones, pero la serie se ve que se ajusta bien para que no se noten deficiencias a este respecto sin disparar el gasto.
Yo, personalmente, echo en falta mayor calidad en los guiones a la hora de fijar a la realidad el viaje temporal, de justificar la existencia de los mismos, así como de tratar las posibles paradojas temporales. Ahí se lo han currado bien poco. Se trata más bien de aportar una lección de historia en cada capítulo. Estamos hablando de un tema con muchas posibilidades y que da mucho de sí, y la serie parece haberse quedado simplemente en lo evidente y lo fácil, lo chusco. Hay que estrujarse más la cabeza, la serie hubiera ganado con ello.
3
15 de enero de 2019
14 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este fin de semana terminé de ver la primera temporada de "El Ministerio del Tiempo". Desde que se estrenó esta serie siempre tuve miedo de verla. Tras bastante tiempo reticente, me autoconvencí. ¿El motivo? Historia y ciencia ficción, dos de mis grandes pasiones. Los siempre sugerentes viajes en el tiempo. A priori, debía encantarme. ¿Qué podía salir mal? Pues lo de siempre, su autoría patria.

(continúa)
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Ya desde el principio se vaticina el desastre. El guión hace aguas por todos los lados. Desde una perspectiva de ciencia ficción, no se respeta una premisa básica: las líneas temporales no se alteran solas.

Buen ejemplo de ello ocurre en el segundo capítulo, donde un irrisorio y baboso Lope de Vega en pleno siglo XVI embarca, de repente, en otro galeón de la Armada Invencible que no es el suyo y cuyo destino es la destrucción. Así, por las buenas. Se modifica la historia por arte de magia, sin intervención alguna del futuro. Y allí que va el trío calavera a solucionar el entuerto.

Otro caso de incongruencia en forma de paradoja se da en el quinto capítulo, esta vez en los 80. Cómo no iban a explotar esta década una vez más... Julián, el prota, se encuentra a su padre en un concierto de Leño liándose con una tipa que no es su madre. Julián interviene impidiendo que su progenitor se vaya a vivir con la susodicha. En resumidas cuentas, Julián nunca debió nacer. Es una especie de qué fue antes, el huevo o la gallina. Pero a lo cutre. Sin ninguna consistencia argumental.

Mención aparte merece el filtro de corrección política con el que analizan la Historia, sometiendo la serie a continuos chascarrillos simplones en busca de un forzado paralelismo con la actualidad. Que si las pagas extras de los funcionarios (barriendo para casa, claro), que si las mujeres han evolucionado y los hombres no, que si los españoles venden su honor por dinero, etc. Cosas que no voy a someter a debate, pero que son tópicos ramplones al fin y al cabo. Y eso es lo último que busco en un producto de ciencia ficción con contexto histórico.

Y ya puestos a hablar de tópicos y chascarrillos, no podían faltar los clásicos: los futboleros. Que si el "Aleti" ganó al Madrid en 1996, que si a Di Estéfano lo fichó el Barcelona... Todo siempre tan inocente y gracioso, como gusta al espectador más mediocre. Con condescendencia y limando asperezas, que no se note la doble intención. Manual básico de cómo tratar a la audiencia como subnormales. Ese es el nivel de la serie.

En el cuarto capítulo llega la hora de parodiar a las figuras ridiculizables por antonomasia. Y estas no pueden ser otras que las de Franco y Hitler. Más allá de todo rigor histórico, la serie reduce a estos dos personajes y a toda su comitiva al bufoneo estereotipado más estridente. Y no es que yo no disfrute con una buena comedia, sino que me chirría este espectáculo vulgar con aspiraciones a tal cosa. Una vez más, no es lo que he venido a buscar aquí.

Otro elemento habitual que no aguanto de los productos españoles de esta índole es la continua verbalización de todo lo que acontece. En el capítulo donde aparece un pícaro llamado Lázaro que nació en Tormes, no basta con eso. Hay que dejar claro desde bien temprano quién es el personaje en cuestión, por si queda alguna oveja descarriada al otro lado de la pantalla. Sólo falta un rótulo gigante que ponga "SUBNORMAL". En fin.

Para terminar, nada de esto hubiera sido posible sin el ansia devoracámaras de la ególatra por excelencia del cine español: Cayeta Guillén Cuervo. Lo suyo es un ejercicio de humildad en toda regla. Un ir y venir de pecheras desbocadas y primeros planos traseros aderezados con escenas lésbicas sin ton ni son. El sexo gratuito siempre fue un elemento identitario del cine patrio y Cayetana lo sabe. Lo sabe y lo pide, que para eso manda. Y para eso se sube a la elíptica. Y para eso se opera. Y, qué cojones, que para eso es la diva por los siglos de los siglos. Amén.

En conclusión, la próxima vez que vea en Filmaffinity las etiquetas de ciencia ficción e historia acompañadas de una bandera de España, no seré tan ingenuo. No volveré a caer en la trampa de "El Ministerio del Tiempo" . Aunque, como a gilipollas nadie me gana, no descarto ver la segunda temporada. Quizá, manipulado por alguna mano negra que venga del futuro. Si es que algo así fuese necesario para cambiar de parecer y desafiar al destino.
6
18 de mayo de 2016
8 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera parte de esta serie de TVE la valore con un notable, pero dada la negativa evolución de su contenido he reconsiderado la nota a “regular”. Me pareció muy interesante su sentido del humor, pero lo que valore especialmente fueron las “historias de nuestra historia”, que permite llegar a los televidentes partes de nuestra rica historia que de otra forma no conocerían, un filón que bien aprovechado puede resultar muy útil ya que muchas veces España se han vivido avatares que hacen realidad la frase “La realidad supera la ficción”.
Pero desafortunadamente el cambio ha sido notable, ya no hay mención a hechos curiosos de nuestra historia y me parece desmesurado y demasiado repetitivas las escenas de lesbianismo de Cayetana Gillen Cuervo, no estoy en contra de la homosexualidad, es una opción que respeto, pero ocupar una parte prominente en todos los capítulos, con mas escenas que la hetero me parece exagerado e improcedente a una hora de TV familiar, innecesario a no ser que se busque propaganda.
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