La mentira infame

Drama psicológico protagonizado por las guapas Audrey Hepburn y Shirley MacLaine en el que las difamaciones de una alumna del colegio que ambas regentan, pondrá patas arriba su trabajo, su amistad y su reputación social. Dirigida por el gran William Wyler, el filme se apoya en las excelentes interpretaciones (obtuvo una nominación al Oscar de una actriz secundaria) y el guión. 'La calumnia' hace hincapié en las consecuencias de la mentira y en cómo puede ésta afectar a un gran grupo de personas cual efecto dominó. El planteamiento resulta interesante aunque se aborda de manera algo lenta en la primera mitad de metraje. Hay que destacar la valentía que tuvo Wyler en la época (corría el año 1961) que ya veréis el por qué cuando finalice la película.

El interés de "La calumnia" es predominantemente arqueológico. Cuesta creer, pero así fue y sigue siendo en muchas partes de mundo, que la homosexualidad se viva con vergüenza, trauma o algo sórdido contra natura. Pero como reflejo de una sociedad en determinado tiempo es una pieza que provoca repelús.

La pelicula refleja una realidad, que actualmente vemos en los programas de TV sobre el cotilleo y el vivir la vida de los demas mediante un medio de comunicación. Lamentablemente en los pueblos de Andalucía, un suceso como el contado en la película, te obligaría la sociedad a marcharte y a cambiar de vida.

Al ver esta película no pude evitar compararla con la danesa "La caza", y tengo que decir que esta (La caza) gana por goleada.

En ambas películas vemos nefastas consecuencias por admitir sin ninguna duda la palabra de una niña. En La caza asistimos a una destrucción gradual del hombre, a la evolución de las emociones, vemos los pensamientos de las personas que rodean al protagonista, sus cambios de actitud, su desprecio...Está todo perfectamente elaborado y tenemos una película brillante. En La calumnia, la que nos ocupa, vemos que una niña por pura maldad difama a las protagonistas. Como en el caso anterior vemos la repercusión y el daño que hace a las afectadas. Sin embargo, y aquí está la gran diferencia, la forma de tratar la historia, la manera de reflejar los pensamientos, las emociones, la evolución de los personajes, el daño moral, el desprecio...está a años luz de la película danesa.

La calumnia tiene buenas actuaciones pero tampoco veo nada notable, Mads Mikkelsen en La caza sencillamente lo borda.

La calumnia es de 1961 y trata la homosexualidad, La caza es del 2012 y aborda el abuso infantil. Supongo que cada historia encaja con su contexto histórico, hoy en día no nos escandalizaríamos si unas profesoras son lesbianas (vamos, digo yo). Ambas historias son interesantes pero La caza llega a ser desgarradora.

Una diferencia, bastante notable, es que en la peli danesa la acusación carecía totalmente de fundamento. La niña no sabe ni lo que dice, y más tarde, cuando intenta decir a los adultos que están equivocados, no la creen. En La calumnia, en cambio, la niña es totalmente consciente y actúa por despecho y maldad, aunque en este caso sí que hay fundamento.

Pese a que La calumnia pierda en el duelo sigue siendo una buena película, con un buen desenlace.

Muy recomendable.

Esta es el remake que el propio William Wyler realizó de su película "Esos tres" (1936), que a su vez era la versión de la obra de teatro de Lillian Hellman, "The Children's Hour" (1961). La película tiene estilo, una buena pareja protagonista, Audrey Hepburn y Shirley MacLaine, y una trama interesante, pero adolece de un defecto: que me cuesta entender a los personajes. Pero no sólo porque se llevan las manos a la cabeza por una tontería, sino también porque la abuela crea a pies juntillas a una nieta tan mentirosa y sin ninguna evidencia, que el interrogatorio se desarrolle de esta guisa y con la otra "amenazándola", que el novio responda así o directamente el final. ¿Para qué tanto? (SPOILER).

La obra toca dos asuntos: la mentira y la homosexualidad femenina. En la primero, todos estamos de acuerdo en que puede ser muy dañina, así que poco que comentar. Pero en lo segundo sí. Recuerdo que a principios de los sesenta tal desviación sexual estaba penada con la cárcel en todos los Estados Unidos, incluidas las mujeres, aunque en la práctica había pocas condenas. Sin embargo, dada mi mentalidad reaccionaria, me cuesta muchísimo comprender la aprensión que despierta el presunto lesbianismo. Dicho de otro modo, en la inmensa mayoría de los casos, no me lo temo en serio. Curiosamente, eso mismo es lo que pensaba en la retrógrada España de Franco: que no era nada.