Lunas de hiel
1992 

7,1
12.418
Drama
Nigel (Hugh Grant) y su mujer Fiona (Kristin Scott-Thomas) son un matrimonio británico de crucero para celebrar su séptimo aniversario de boda. A bordo conocen a la atractiva y deshinibida Mimi (Emmanuelle Seigner) y a su marido Oscar (Peter Coyote), un norteamericano que está inválido en una silla de ruedas. Nigel empieza a sentirse atraído por Mimi, y Oscar, que se da cuenta, le propone que intente seducirla, pero antes le cuenta cómo ... [+]
29 de octubre de 2013
29 de octubre de 2013
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es mi percepción pero sigo sin encontrar una película erótica magnifica, ilimitada, capaz de encontrar un nicho en la pequeña videoteca que voy construyendo a lo largo de doce años. A mi mente llegan algunos títulos fallidos en el que todo aquello característico de este género sigue siendo decorativo y de menor valor para hacerlas destacar.
Para "Luna Amarga" podría ser un buen intento, ya que deambula entre la fascinación por la narratofilia, la vulnerabilidad de las buenas costumbres y zaherir el orgullo ante el arrebato, aunado al tema de la codependencia y rematar con el lesbianismo.
Hoy aun con giros inesperados y recta final sorpresiva, la cinta se permea como una oda a los relatos sexuales, con escenas en flash back tentadas a la transgresión, pero siempre aguardando la mesura. Otro de los aspectos que la traban es la insistencia empeñada en detalles (supongo para reforzar el amor-odio), lo cual la prolonga y conduce a vaguedades en quien se encuentra visionándola. Por aquí leo "La historia atrae tanto como repuna"... atrapó mi atención y creo que me repugna más su pausado transcurrir que lo planteado.
Cada quien sus parafilias! No es de las mejores del director.
Para "Luna Amarga" podría ser un buen intento, ya que deambula entre la fascinación por la narratofilia, la vulnerabilidad de las buenas costumbres y zaherir el orgullo ante el arrebato, aunado al tema de la codependencia y rematar con el lesbianismo.
Hoy aun con giros inesperados y recta final sorpresiva, la cinta se permea como una oda a los relatos sexuales, con escenas en flash back tentadas a la transgresión, pero siempre aguardando la mesura. Otro de los aspectos que la traban es la insistencia empeñada en detalles (supongo para reforzar el amor-odio), lo cual la prolonga y conduce a vaguedades en quien se encuentra visionándola. Por aquí leo "La historia atrae tanto como repuna"... atrapó mi atención y creo que me repugna más su pausado transcurrir que lo planteado.
Cada quien sus parafilias! No es de las mejores del director.
16 de junio de 2015
16 de junio de 2015
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Roman Polanski exiliado aún seguía trabajando, y en 1992 vio la luz su nueva película, con los prometedores Hugh Grant y Kristin Scott Thomas, el ya experimentado Peter Coyote y la nueva esposa del director, Emmanuelle Seigner. Una película sobre el amor, en su mejor y peor lado. Y es que, lo que parecía un simple viaje hacia la India por parte de un matrimonio que celebraba su séptimo aniversario, termina en un encuentro turbio con dos pasajeros.
Así es esta película, un viaje que empieza bien y que empezará a desviarse mostrando lo mejor y lo peor del amor. Con Polanski, este viaje dejará pasajes que no dejarán indiferentes, y un final sorprendente.
Si bien el director francés es conocido por haber trabajado en algunas de las mejores películas del siglo XX y XXI como 'La semilla del diablo', 'Chinatown' o 'El pianista', aquí no se deja ver salvo contadas excepciones su talento. En alguna escena que otra, gracias también al uso ingenioso de temas conocidos como 'Faith', de George Michael, si se ve rasgos de lo que Polanski puede llegar a ser; sin embargo, la mayoría de veces, la indiferencia y el asombro sin ninguna sensación de ver una gran película son lo normal en esta cinta.
La historia está bien contada, los actores no brillan, pero no desentonan, y la música atmosférica de Vangelis acompaña perfectamente a la cinta (diría que esto es lo mejor de este largometraje). Como resultado final, es una película que pasa sin pena ni gloria en mi historial de películas vistas. Correcta a secas.
Así es esta película, un viaje que empieza bien y que empezará a desviarse mostrando lo mejor y lo peor del amor. Con Polanski, este viaje dejará pasajes que no dejarán indiferentes, y un final sorprendente.
Si bien el director francés es conocido por haber trabajado en algunas de las mejores películas del siglo XX y XXI como 'La semilla del diablo', 'Chinatown' o 'El pianista', aquí no se deja ver salvo contadas excepciones su talento. En alguna escena que otra, gracias también al uso ingenioso de temas conocidos como 'Faith', de George Michael, si se ve rasgos de lo que Polanski puede llegar a ser; sin embargo, la mayoría de veces, la indiferencia y el asombro sin ninguna sensación de ver una gran película son lo normal en esta cinta.
La historia está bien contada, los actores no brillan, pero no desentonan, y la música atmosférica de Vangelis acompaña perfectamente a la cinta (diría que esto es lo mejor de este largometraje). Como resultado final, es una película que pasa sin pena ni gloria en mi historial de películas vistas. Correcta a secas.
15 de abril de 2025
15 de abril de 2025
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas películas se atreven a descender con tanta elegancia a los infiernos del deseo, la obsesión y la decadencia moral como Lunas de hielo (Bitter Moon). Bajo la mirada afilada y sin concesiones de Roman Polanski, esta obra maestra se convierte en una exploración brutalmente honesta de los rincones más oscuros de la intimidad humana, un juego de espejos en el que los personajes –y nosotros con ellos– se ven enfrentados a lo que quizás nunca querrían admitir: que el amor, el placer y el dolor están irremediablemente entrelazados.
Basada en la novela de Pascal Bruckner, Lunas de hiel se presenta como un melodrama erótico, pero pronto revela su verdadera naturaleza: es un thriller psicológico disfrazado de relato pasional, una autopsia quirúrgica de una relación que ha cruzado todos los límites. La historia entre Oscar (Peter Coyote) y Mimi (Emmanuelle Seigner) es una espiral descendente hacia el abismo, narrada en flashbacks a bordo de un crucero donde un matrimonio británico (Hugh Grant y Kristin Scott Thomas) asiste, atónito, al espectáculo de la destrucción amorosa.
La estructura narrativa, fragmentada y casi hipnótica, es uno de los grandes logros de Polanski. Oscar narra su historia con una mezcla de cinismo, tristeza y perverso orgullo, atrapando tanto a su interlocutor como al espectador en una trampa de seducción sádica. La elección de un narrador poco fiable no sólo enriquece el relato, sino que añade capas de ambigüedad: ¿cuánto hay de verdad en lo que cuenta? ¿Es Mimi víctima, verdugo o ambas cosas?
Emmanuelle Seigner entrega aquí una de las interpretaciones más magnéticas del cine europeo de los 90. Su Mimi es salvaje, frágil, vengativa, infantil, sensual y monstruosa. Seigner se mueve entre la inocencia y el sadismo con una naturalidad perturbadora. Es un personaje que, en otras manos, podría haber sido caricaturesco, pero bajo la dirección de Polanski y con su talento instintivo, se convierte en un símbolo de lo incontrolable: el deseo cuando deja de ser juego y se convierte en necesidad.
La dirección de Polanski es, como siempre, precisa y calculada. Cada plano está cargado de tensión emocional, cada movimiento de cámara revela más de lo que parece. La música de Vangelis aporta una dimensión onírica, casi espectral, que subraya el tono decadente y embriagador de la película. No es casual que el viaje transcurra en un barco: Lunas de hiel es, en esencia, una travesía sin retorno hacia la pérdida de la inocencia.
Pero lo más brillante de esta película es su total falta de moralismo. Polanski no juzga a sus personajes, simplemente los observa. Nos obliga a acompañarlos hasta el final, incluso cuando el relato se torna insoportable. Y lo hace con una mezcla de elegancia, humor negro y desgarro emocional que muy pocos cineastas dominan. En lunas de hiel, el amor no redime; el amor devora.
Esta obra es un canto oscuro a la complejidad del alma humana, una sinfonía de deseo y destrucción, y una de las películas más audaces, sensuales y crueles de su autor. Quien la mire esperando una historia de amor al uso saldrá herido. Quien se atreva a sumergirse en sus aguas turbulentas, encontrará un testimonio brutal –y hermosamente filmado– de lo que ocurre cuando el amor se convierte en una luna de hiel.
Basada en la novela de Pascal Bruckner, Lunas de hiel se presenta como un melodrama erótico, pero pronto revela su verdadera naturaleza: es un thriller psicológico disfrazado de relato pasional, una autopsia quirúrgica de una relación que ha cruzado todos los límites. La historia entre Oscar (Peter Coyote) y Mimi (Emmanuelle Seigner) es una espiral descendente hacia el abismo, narrada en flashbacks a bordo de un crucero donde un matrimonio británico (Hugh Grant y Kristin Scott Thomas) asiste, atónito, al espectáculo de la destrucción amorosa.
La estructura narrativa, fragmentada y casi hipnótica, es uno de los grandes logros de Polanski. Oscar narra su historia con una mezcla de cinismo, tristeza y perverso orgullo, atrapando tanto a su interlocutor como al espectador en una trampa de seducción sádica. La elección de un narrador poco fiable no sólo enriquece el relato, sino que añade capas de ambigüedad: ¿cuánto hay de verdad en lo que cuenta? ¿Es Mimi víctima, verdugo o ambas cosas?
Emmanuelle Seigner entrega aquí una de las interpretaciones más magnéticas del cine europeo de los 90. Su Mimi es salvaje, frágil, vengativa, infantil, sensual y monstruosa. Seigner se mueve entre la inocencia y el sadismo con una naturalidad perturbadora. Es un personaje que, en otras manos, podría haber sido caricaturesco, pero bajo la dirección de Polanski y con su talento instintivo, se convierte en un símbolo de lo incontrolable: el deseo cuando deja de ser juego y se convierte en necesidad.
La dirección de Polanski es, como siempre, precisa y calculada. Cada plano está cargado de tensión emocional, cada movimiento de cámara revela más de lo que parece. La música de Vangelis aporta una dimensión onírica, casi espectral, que subraya el tono decadente y embriagador de la película. No es casual que el viaje transcurra en un barco: Lunas de hiel es, en esencia, una travesía sin retorno hacia la pérdida de la inocencia.
Pero lo más brillante de esta película es su total falta de moralismo. Polanski no juzga a sus personajes, simplemente los observa. Nos obliga a acompañarlos hasta el final, incluso cuando el relato se torna insoportable. Y lo hace con una mezcla de elegancia, humor negro y desgarro emocional que muy pocos cineastas dominan. En lunas de hiel, el amor no redime; el amor devora.
Esta obra es un canto oscuro a la complejidad del alma humana, una sinfonía de deseo y destrucción, y una de las películas más audaces, sensuales y crueles de su autor. Quien la mire esperando una historia de amor al uso saldrá herido. Quien se atreva a sumergirse en sus aguas turbulentas, encontrará un testimonio brutal –y hermosamente filmado– de lo que ocurre cuando el amor se convierte en una luna de hiel.
7 de mayo de 2025
7 de mayo de 2025
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacía tiempo que tenía ésta película pendiente de ver, no porque me guste el cine del director en cuestión, ya que es más conocido por todo lo que le ha rodeado en su vida personal, que por su cine. Ojo, no todo es para tirar al contenedor de la basura.
Pero se ve el interés sexual en la mayoría de sus historias. Lunas de hiel refleja bastante a la perfección con lo que veremos poco después en la película. Hay una gran diferencia entre una luna de miel y una de hiel.
En principio la trama no hay quién se la crea y no estoy hablando de esos encuentros casuales durante un viaje con otra pareja que se caen bien y se intercambian las parejas para tener una experiencia sexual diferente, total, jamás volverán a coincidir. De hecho ocurre más de lo que nos podemos imaginar.
La que no me creo es ésta. Un tipo paralítico con un bombón de mujer, que se dedica a contar sus hazañas sexuales con su mujer cuando estaba capacitado, como una especie de prueba a ver si da la talla para que sea el próximo en conquistar a su mujer y llevársela a la cama.
Si lo que quería conseguir es una historia con sexualidad y erotismo ha fracasado estrepitosamente, la rubia bailarina cañón (que es la mujer del director) sube la temperatura con sus bailes, pero luego su conducta es tan infantil que hace que se te baje aquello de forma instantánea.
Por otro lado, el descuidar a tu propia mujer, en lugar de investigar si ella es capaz de llegar a esos límites sexuales es otro camino por explorar, aunque en ésta ocasión por el narrador.
A mi personalmente me ha aburrido bastante.
Pero se ve el interés sexual en la mayoría de sus historias. Lunas de hiel refleja bastante a la perfección con lo que veremos poco después en la película. Hay una gran diferencia entre una luna de miel y una de hiel.
En principio la trama no hay quién se la crea y no estoy hablando de esos encuentros casuales durante un viaje con otra pareja que se caen bien y se intercambian las parejas para tener una experiencia sexual diferente, total, jamás volverán a coincidir. De hecho ocurre más de lo que nos podemos imaginar.
La que no me creo es ésta. Un tipo paralítico con un bombón de mujer, que se dedica a contar sus hazañas sexuales con su mujer cuando estaba capacitado, como una especie de prueba a ver si da la talla para que sea el próximo en conquistar a su mujer y llevársela a la cama.
Si lo que quería conseguir es una historia con sexualidad y erotismo ha fracasado estrepitosamente, la rubia bailarina cañón (que es la mujer del director) sube la temperatura con sus bailes, pero luego su conducta es tan infantil que hace que se te baje aquello de forma instantánea.
Por otro lado, el descuidar a tu propia mujer, en lugar de investigar si ella es capaz de llegar a esos límites sexuales es otro camino por explorar, aunque en ésta ocasión por el narrador.
A mi personalmente me ha aburrido bastante.
13 de agosto de 2014
13 de agosto de 2014
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que me ha parecido una historia aburrida y en pocos momentos interesante. Pero sobretodo me ha parecido muy poco creible (explico en el spoiler). Además como película erótica también me defrauda, una película erótica no son dos escenas sensuales y mucho escote.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Decía que me parece poco creíble porque creo que una pareja enamorada no se hacen esas cosas. En el caso de la mujer lo entiendo más porque es lógico que devuelva todo lo que le hizo el otro gilipollas. Pero el tio, supuestamente enamorado de ella, cómo puede humillarla de tal forma? Entiendo que la chispa se vaya, que la llegue a ignorar incluso con el tiempo, ¿pero tratarla de esa manera? No me lo creo. Menos mal que el karma le devolvió al hijoputa lo que se merecía.
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