Truman
7,0
30.083
4 de febrero de 2016
4 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una despedida dulce, no hay grandes adioses, ni lagrimas, ni frases para la eternidad, esa misma serenidad dulce como de hamaca mecida se cuela al espectador, que siente, que vive el trascurrir de los días con la misma calma, sin restarle un ápice de verdad, de dramatismo. La muerte se acerca, es ya una realidad y eso de morirse genera muchas incomodidades, con las que Cesc Gay juega magistralmente dando un toque cómico, irónico pero ni dejar de resultar verdadera, mención aparte merece su enfoque sobre las dificultades para el resto de tratar con un moribundo, nadie quiere hablarle a la muerte, nadie sabe bien que decir.
Ambos actores están inconmensurables, pero es imposible no destacar a un excelso Darín. Cámara nos mira con ojos apenados, pero siempre respetuoso, leal; un canto a la amistad, de amigos que se hablan con silencios, de relaciones que se dicen sin decir, un brindis por la vida que no es más que eso: vida y a ver con quien dejas a Truman.
Ambos actores están inconmensurables, pero es imposible no destacar a un excelso Darín. Cámara nos mira con ojos apenados, pero siempre respetuoso, leal; un canto a la amistad, de amigos que se hablan con silencios, de relaciones que se dicen sin decir, un brindis por la vida que no es más que eso: vida y a ver con quien dejas a Truman.
9 de febrero de 2016
9 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras su victoria en la gala de los Goya, era casi obligatorio visionar lo antes posible la película que se ha llevado los premios más importantes. La nueva película de Cesc Gay, ‘Truman’, nace de la idea de amistad entre hombres y entre estos y los animales, recibiendo especial importancia ante la enfermedad terminal del protagonista.
Y si bien uno puede deleitarse y admirar, con un ritmo lento, pausado, pero muy necesario, las dos magistrales interpretaciones de Ricardo Darín (del que siempre diré que está entre los cinco mejores actores del panorama mundial) y Javier Cámara. Tengo claro, cristalino, que esta película sin estos dos actores sería un mero entretenimiento. Ellos son la película y los que construyen la verdadera historia ideada por Cesc Gay.
A partir de ahí, pues no hay mucho más de dónde rascar. Surgen las pequeñas apariciones de intérpretes como Eduard Fernández o Elvira Mínguez que dan su pequeño toque a la trama. Pero incluso el desenlace lo vemos venir, el desarrollo es totalmente lógico y tampoco hay nada reseñable o muy original que añadir.
‘Truman’ es una película muy correcta, interesante, con su dosis de ternura y emoción pero sin pasarse. Pero merece ser vista más por sus dos actores principales que por el resto de la película en sí. Pero indudablemente es una floja mejor película para los Goya.
Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com
Y si bien uno puede deleitarse y admirar, con un ritmo lento, pausado, pero muy necesario, las dos magistrales interpretaciones de Ricardo Darín (del que siempre diré que está entre los cinco mejores actores del panorama mundial) y Javier Cámara. Tengo claro, cristalino, que esta película sin estos dos actores sería un mero entretenimiento. Ellos son la película y los que construyen la verdadera historia ideada por Cesc Gay.
A partir de ahí, pues no hay mucho más de dónde rascar. Surgen las pequeñas apariciones de intérpretes como Eduard Fernández o Elvira Mínguez que dan su pequeño toque a la trama. Pero incluso el desenlace lo vemos venir, el desarrollo es totalmente lógico y tampoco hay nada reseñable o muy original que añadir.
‘Truman’ es una película muy correcta, interesante, con su dosis de ternura y emoción pero sin pasarse. Pero merece ser vista más por sus dos actores principales que por el resto de la película en sí. Pero indudablemente es una floja mejor película para los Goya.
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14 de febrero de 2016
14 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿De qué va Truman? Pues de la amistad verdadera; de un amigo que vive en Canadá y decide visitar a su amigo de juventud quien padece una larga enfermedad y vive en Madrid. La película está bastante bien, aunque creo que algo por debajo de las expectativas, a tenor de los premios y críticas, que levanta.
¿Por qué levanta esas expectativas? Yo creo que es por la enorme diferencia que hay entre la amistad tal y como se presenta en la película y la realidad de la amistad que vivimos día a día. Un conflicto entre lo que es y lo que debería ser. En esta época donde en muchas ocasiones a los amigos les cuesta devolver las llamadas; en esta edad de la vida, la mía en los cincuenta tantos años, donde todo el mundo parece ocuparse de naderías y no encuentra un hueco para ver a un amigo al que quizás no vean hace tiempo y venga de lejos, gusta ver la historia de un amigo que es capaz de cruzar el Atlántico y dedicar cuatro días a ver a su amigo en Madrid, quien también le corresponderá, más allá de su enfermedad.
Por eso, la película se llama Truman, -hombre verdadero- porque el perro simboliza la amistad y Truman se llama el perro del protagonista argentino, a quien hay que encontrarle acomodo para cuando se vaya su dueño. No digo con todo esto que la película no esté bien, digamos que lo está sin más, pero lo está sobre todo gracias a sus dos magníficos protagonistas; aunque creo que es ese desfase entre el ideal de la amistad y la realidad el que acaba por enganchar tanta gente al film de Cesc Gay.
¿Por qué levanta esas expectativas? Yo creo que es por la enorme diferencia que hay entre la amistad tal y como se presenta en la película y la realidad de la amistad que vivimos día a día. Un conflicto entre lo que es y lo que debería ser. En esta época donde en muchas ocasiones a los amigos les cuesta devolver las llamadas; en esta edad de la vida, la mía en los cincuenta tantos años, donde todo el mundo parece ocuparse de naderías y no encuentra un hueco para ver a un amigo al que quizás no vean hace tiempo y venga de lejos, gusta ver la historia de un amigo que es capaz de cruzar el Atlántico y dedicar cuatro días a ver a su amigo en Madrid, quien también le corresponderá, más allá de su enfermedad.
Por eso, la película se llama Truman, -hombre verdadero- porque el perro simboliza la amistad y Truman se llama el perro del protagonista argentino, a quien hay que encontrarle acomodo para cuando se vaya su dueño. No digo con todo esto que la película no esté bien, digamos que lo está sin más, pero lo está sobre todo gracias a sus dos magníficos protagonistas; aunque creo que es ese desfase entre el ideal de la amistad y la realidad el que acaba por enganchar tanta gente al film de Cesc Gay.
11 de abril de 2016
11 de abril de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cesc Gay es uno de esos autores que nos hace creer que las relaciones humanas, al menos las que merecen la pena, consisten en el vaciado y el desnudamiento, hasta el hueso, que supone ir con la verdad por bandera. El espectador puede salir acomplejado de sus películas, rumiando: "... yo no soy asi y ya que lo siento, me dan envidia". Porque los amigos de los que nos habla Cesc, aún en los días que corren, son un monumento a la amistad; y la apología que hace de la sinceridad, como bálsamo curativo y única salida, es admirable y dificilmente creíble en fechas en las que el individualismo y el egoísmo están en sus más altas cotas, cotizando cerca de los fondos de inversión, bancos y energéticas.
Truman nos habla de la vida, la muerte y el cariño irracional hacia los seres que nos ayudan en esta dura travesía por la existencia. Y lo hace sin recargar en exceso las tintas en el aspecto dramático, que está presente, como no puede ser de otra manera cuando la de la aguadaña está esperando en la puerta. Es, posiblemente, este endulzamiento e intento de minimizar la inevitable despedida lo que hace que la historia sea todavía más conmovedora y amarga.
Obligado es hablar de las buenas interpretaciones de Ricardo Darín y Javier Cámara, y las valiosas aportaciones de secundarios de lujo; en las que, bajo mi punto de vista, lo borda José Luis Gómez: el empresario teatral que, de manera más que pragmática, cumple el trámite de despedir y despedirse para siempre de uno de los trabajadores de su compañía, antes de pasar a lo que importa: el destinatario o destinataria de ese regalito, o caja de bombones, que cuida con esmero.
Truman nos habla de la vida, la muerte y el cariño irracional hacia los seres que nos ayudan en esta dura travesía por la existencia. Y lo hace sin recargar en exceso las tintas en el aspecto dramático, que está presente, como no puede ser de otra manera cuando la de la aguadaña está esperando en la puerta. Es, posiblemente, este endulzamiento e intento de minimizar la inevitable despedida lo que hace que la historia sea todavía más conmovedora y amarga.
Obligado es hablar de las buenas interpretaciones de Ricardo Darín y Javier Cámara, y las valiosas aportaciones de secundarios de lujo; en las que, bajo mi punto de vista, lo borda José Luis Gómez: el empresario teatral que, de manera más que pragmática, cumple el trámite de despedir y despedirse para siempre de uno de los trabajadores de su compañía, antes de pasar a lo que importa: el destinatario o destinataria de ese regalito, o caja de bombones, que cuida con esmero.
7 de julio de 2016
7 de julio de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película que refleja la despedida de dos amigos de la infancia. El film no es bueno ni malo, más bien malo, realmente no hay por donde cogerlo. Más bien parece un episodio de una serie de televisión, ha veces es aburrido con ganas, pero también y durante algunos minutos del metraje, resulta lucido y con un cierto sentido. Tiene un guión mediocre y absolutamente gris, con unos diálogos muy forzados, un montaje bastante correcto, una buena dirección y unos intérpretes que actúan de manera desigual, y que se esfuerzan por sacar esta “cosa” adelante con escaso éxito. Muy buen trabajo de Ricardo Darín, Javier Cámara ausente y descolocado.
Conclusión: Escapa de mi comprensión el porque se ruedan este tipo de películas, que solo inducen al soberano bostezo, aunque no la desaconsejaría del todo, ya que también refleja la vida real. Siendo benévolo solo le puedo dar un 3.
Conclusión: Escapa de mi comprensión el porque se ruedan este tipo de películas, que solo inducen al soberano bostezo, aunque no la desaconsejaría del todo, ya que también refleja la vida real. Siendo benévolo solo le puedo dar un 3.
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