Ready Player One: Comienza el juego
6,7
40.570
Ciencia ficción. Aventuras. Acción
Año 2045. Wade Watts es un adolescente al que le gusta evadirse del cada vez más sombrío mundo real a través de una popular utopía virtual a escala global llamada "Oasis". Un día, su excéntrico y multimillonario creador muere, pero antes ofrece su fortuna y el destino de su empresa al ganador de una elaborada búsqueda del tesoro a través de los rincones más inhóspitos de su creación. Será el punto de partida para que Wade se enfrente a ... [+]
6 de abril de 2018
6 de abril de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de Stephen Spielberg está regido por la mirada del asombro, ello hace que cada vez que estamos ante una de sus películas, de una forma u otra, volvemos a sentirnos niños frente a su propuesta. Esa mirada recorre casi todo su cine, incluso su cine más serio, aquel que ha narrado desde acontecimientos históricos como La Lista de Schindler o Lincoln o las fantasías más increíbles como las de ET o Jurasic Park. Siempre en él hay un elemento que conduce a nuestro asombro.
En Ready Player One esa mirada también está presente desde la primera hasta la última escena. Al principio, recreando un mundo absolutamente decadente en la ciudad de Columbus, Ohio en 2045, y luego, durante el desarrollo de la trama, mostrando un mundo virtual al que nos sumerge desde el juego que da título a su película.
La trama es simple aunque a la vez, compleja. Se trata de encontrar al creador del juego, que ya muerto en la vida real, vive en forma virtual dentro del juego donde esconde un secreto que develará una fortuna para el ganador del mismo. Quien encuentre las tres llaves perdidas en el laberinto virtual, encontrará al creador, y con él, su fortuna personal. El juego se llama Oasis y su creador, James Hallyday. El ganador se transformará en nuevo el dueño de Oasis y en el hombre más rico de ese mundo decadente y real.
Los personajes eligen su avatar dentro de un juego donde buenos y malos compiten por un premio expresando todo aquello que cada uno hubiera querido ser. Así Wade Watts se transforma en Percival, un personaje que alude a los Caballeros de la Mesa Redonda del Rey Arturo en busca del Santo Grial. En el nombre hay una búsqueda de la luz.
Spielberg maneja este material con su maestría y habilidad habitual. No deja de asombrar su capacidad para pasar del mundo real al mundo virtual y viceversa sin que se noten caídas en el ritmo narrativo ni confusiones conceptuales respecto de las dos realidades que simultáneamente está manejando.
También es impresionante su viaje por el tiempo y su estadía en los años 80, con un explícito homenaje a Stephen King y a su obra El Resplandor, como así también a Stanley Kubrick y la recreación cinematográfica de algunas escenas de la película como la ola de sangre saliendo de los ascensores, el terror de la madre en la bañadera y el final en el laberinto, al a vez que pasa revista a los mayores iconos de esa década, incluyendo temas musicales de Duran, Duran, Prince o Van Halen.
No obstante la calidad formal y conceptual de la obra que indudablemente marcará un hito, cabe preguntarse en que categoría calificaremos ese hito. Porque claramente, y aunque lo parezca, no es un film de ciencia ficción sino un cine sobre la futura realidad de una época y la posibilidad de meternos en una realidad paralela como la realidad virtual que es todo un hecho (ciertas estadísticas y predicciones no alumbran un mundo mejor sino decadente y empobrecido).
Hacia el final, Spielberg, casi como un abuelo que acaba de mostrar su maestría cinematográfica realizando una obra trascendente, coloca en pantalla una especie de aviso en el cual advierte sobre los peligros de sumergirnos en la realidad virtual e ignorar la realidad real. Es que el film presenta una cruel paradoja en la cual la realidad que describe es absolutamente desechable y por el contrario, la realidad virtual no solo nos deparará alegría sino que nos transformará en héroes y nos llenará de felicidad, incluso nos permitirá ser millonarios. Es como poder tener una doble vida en la cual por un lado podemos ser unos pobres desgraciados, y por el otro, ser capaces de vivir una vida absolutamente excitante como héroes de una novela, triunfar en un juego y ganar dinero. Dos mundos que se oponen tal como ocurre con el consumo de drogas. Esto nos lleva a preguntarnos qué tan dependientes nos volvemos de esa realidad virtual como dependientes nos volvemos de sustancias toxicas ignorando la realidad de cada día a la vez que dejamos de ser nosotros mismos. Sin lugar a dudas, el viejo maestro, además de entretener durante más de dos horas, me dejó pensando.
En Ready Player One esa mirada también está presente desde la primera hasta la última escena. Al principio, recreando un mundo absolutamente decadente en la ciudad de Columbus, Ohio en 2045, y luego, durante el desarrollo de la trama, mostrando un mundo virtual al que nos sumerge desde el juego que da título a su película.
La trama es simple aunque a la vez, compleja. Se trata de encontrar al creador del juego, que ya muerto en la vida real, vive en forma virtual dentro del juego donde esconde un secreto que develará una fortuna para el ganador del mismo. Quien encuentre las tres llaves perdidas en el laberinto virtual, encontrará al creador, y con él, su fortuna personal. El juego se llama Oasis y su creador, James Hallyday. El ganador se transformará en nuevo el dueño de Oasis y en el hombre más rico de ese mundo decadente y real.
Los personajes eligen su avatar dentro de un juego donde buenos y malos compiten por un premio expresando todo aquello que cada uno hubiera querido ser. Así Wade Watts se transforma en Percival, un personaje que alude a los Caballeros de la Mesa Redonda del Rey Arturo en busca del Santo Grial. En el nombre hay una búsqueda de la luz.
Spielberg maneja este material con su maestría y habilidad habitual. No deja de asombrar su capacidad para pasar del mundo real al mundo virtual y viceversa sin que se noten caídas en el ritmo narrativo ni confusiones conceptuales respecto de las dos realidades que simultáneamente está manejando.
También es impresionante su viaje por el tiempo y su estadía en los años 80, con un explícito homenaje a Stephen King y a su obra El Resplandor, como así también a Stanley Kubrick y la recreación cinematográfica de algunas escenas de la película como la ola de sangre saliendo de los ascensores, el terror de la madre en la bañadera y el final en el laberinto, al a vez que pasa revista a los mayores iconos de esa década, incluyendo temas musicales de Duran, Duran, Prince o Van Halen.
No obstante la calidad formal y conceptual de la obra que indudablemente marcará un hito, cabe preguntarse en que categoría calificaremos ese hito. Porque claramente, y aunque lo parezca, no es un film de ciencia ficción sino un cine sobre la futura realidad de una época y la posibilidad de meternos en una realidad paralela como la realidad virtual que es todo un hecho (ciertas estadísticas y predicciones no alumbran un mundo mejor sino decadente y empobrecido).
Hacia el final, Spielberg, casi como un abuelo que acaba de mostrar su maestría cinematográfica realizando una obra trascendente, coloca en pantalla una especie de aviso en el cual advierte sobre los peligros de sumergirnos en la realidad virtual e ignorar la realidad real. Es que el film presenta una cruel paradoja en la cual la realidad que describe es absolutamente desechable y por el contrario, la realidad virtual no solo nos deparará alegría sino que nos transformará en héroes y nos llenará de felicidad, incluso nos permitirá ser millonarios. Es como poder tener una doble vida en la cual por un lado podemos ser unos pobres desgraciados, y por el otro, ser capaces de vivir una vida absolutamente excitante como héroes de una novela, triunfar en un juego y ganar dinero. Dos mundos que se oponen tal como ocurre con el consumo de drogas. Esto nos lleva a preguntarnos qué tan dependientes nos volvemos de esa realidad virtual como dependientes nos volvemos de sustancias toxicas ignorando la realidad de cada día a la vez que dejamos de ser nosotros mismos. Sin lugar a dudas, el viejo maestro, además de entretener durante más de dos horas, me dejó pensando.
7 de abril de 2018
7 de abril de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy a empezar la crítica de la película enumerando sus aspectos positivos: he llorado. Es un producto diseñado para mí, es natural que me haya emocionado.
Nos he visto a mi hermano y a mí, en nuestro Pentium 3.8.6, descubriendo el mundo de los videojuegos de la mano de la aventura gráfica inmortal que es Monkey Island, del Tetris, del Pacman. He visto a mi hermano ese día que lloraba enfadado y mi padre lo llamó para que viese Regreso al Futuro y cómo se le pasó el enfado de golpe al FLIPAR con el Delorean. Me he visto a mí con el corazón roto viendo como el Terminator se autodestruía en el magma de lava, y cómo nos encanta que mi gato lleve un chip implantado en el cerebro como el personaje de Chuacheneguer. Miles de referencias, mi infancia en una película. ¿Cómo no iba a emocionarme? Es un gozo puro si fuiste niño en los 80 y los 90.
Ahora la parte negativa: no es una película perfecta ni redonda, se trata de un entretenimiento adolescente. Los personajes principales no están excesivamente desarrollados, así como sus lazos de vínculo.
Yo he visto amistades de hierro forjarse entre personas que vivían a miles de kilómetros. Gracias a jugar a un mismo videojuego online. Esto no ocurre en la película, donde la relación entre los personajes pasa a un segundo plano, lo que considero un error.
El ritmo es esquizofrénico. Termina cansando un poco. Y ahora, para mí, lo que condena a la película:
UNA PELÍCULA ES TAN BUENA COMO CARISMÁTICO SEA SU VILLANO.
Esto es así. Villano inolvidable, película buena. Joker, Darh Vader, Lord Voldemort, Annibal Lecter, Drácula, Davy Jones, Don Vito Corleone, el Agente Smith, etc.
Aquí el villano es tan olvidable que ya se me ha olvidado su cara.
De todos modos, una gran película y definitivamente merece un visionado (o dos).
LO MEJOR:
La sensibilidad con la que se aborda la vida del creador y la relación del artista con su obra.
LO PEOR:
El ritmo de videoclip y los momentos de nula empatía con los protagonistas.
Nos he visto a mi hermano y a mí, en nuestro Pentium 3.8.6, descubriendo el mundo de los videojuegos de la mano de la aventura gráfica inmortal que es Monkey Island, del Tetris, del Pacman. He visto a mi hermano ese día que lloraba enfadado y mi padre lo llamó para que viese Regreso al Futuro y cómo se le pasó el enfado de golpe al FLIPAR con el Delorean. Me he visto a mí con el corazón roto viendo como el Terminator se autodestruía en el magma de lava, y cómo nos encanta que mi gato lleve un chip implantado en el cerebro como el personaje de Chuacheneguer. Miles de referencias, mi infancia en una película. ¿Cómo no iba a emocionarme? Es un gozo puro si fuiste niño en los 80 y los 90.
Ahora la parte negativa: no es una película perfecta ni redonda, se trata de un entretenimiento adolescente. Los personajes principales no están excesivamente desarrollados, así como sus lazos de vínculo.
Yo he visto amistades de hierro forjarse entre personas que vivían a miles de kilómetros. Gracias a jugar a un mismo videojuego online. Esto no ocurre en la película, donde la relación entre los personajes pasa a un segundo plano, lo que considero un error.
El ritmo es esquizofrénico. Termina cansando un poco. Y ahora, para mí, lo que condena a la película:
UNA PELÍCULA ES TAN BUENA COMO CARISMÁTICO SEA SU VILLANO.
Esto es así. Villano inolvidable, película buena. Joker, Darh Vader, Lord Voldemort, Annibal Lecter, Drácula, Davy Jones, Don Vito Corleone, el Agente Smith, etc.
Aquí el villano es tan olvidable que ya se me ha olvidado su cara.
De todos modos, una gran película y definitivamente merece un visionado (o dos).
LO MEJOR:
La sensibilidad con la que se aborda la vida del creador y la relación del artista con su obra.
LO PEOR:
El ritmo de videoclip y los momentos de nula empatía con los protagonistas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La capacidad de Wade para entender a Halliday es asombrosa. Empatiza con él como miles de personas no logran hacerlo. Debería haber ALGO en la vida de Wade que le hiciese comprender a Halliday como nadie supo.
10 de abril de 2018
10 de abril de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En una época (cinematográfica) en la que las películas de superhéroes se suceden año tras año, no puedo dejar de pensar en quién las escribe, siempre acabo con la sensación de que ya lo he visto antes o directamente no encuentro coherente lo que ocurre. En este caso, por supuesto que he visto cosas que pueden recordarme a esta película (TRON, Elysium...), claro que cumple una estructura narrativa clásica que no sale de lo tradicional (conflicto y posterior resolución), pero todo ello queda atrás cuando ves que cada giro argumentativo está fascinantemente autoconcluido.
Así que dicho esto, aclaro que todas las referencias que contiene la película en referencia a videojuegos u otras películas, me dan un poco igual, salvo algunas que juegan con mi propia nostalgia. Lo bueno entre todo este caos de efectos especiales, luces, artificios y conflictos mundiales, es la coherencia.
Así que dicho esto, aclaro que todas las referencias que contiene la película en referencia a videojuegos u otras películas, me dan un poco igual, salvo algunas que juegan con mi propia nostalgia. Lo bueno entre todo este caos de efectos especiales, luces, artificios y conflictos mundiales, es la coherencia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Para quién se meta en esta zona de spoiler con el objeto de saber que ocurre en la peli sin ir a verla, no les daré el gusto. Y para aquellos que hayan salido fascinados de las salas de cine, y quieran comprobar que es lo que más ha flipado al resto de personas, aquí dejo lo que más me ha fascinado a mí. La parte de la segunda prueba o la segunda llave (El resplandor), sencillamente me ha parecido fascinante. ¿Cómo mezclar una película que trata sobre la locura de un hombre que intenta asesinar a su familia con otra en la que un grupo de jóvenes intentan conservar y salvar la esencia de la cultura pop de los 80 frente a las élites económicas?, pues os propongo que vayáis a ver Ready Player One, no os dejará indiferente.
11 de abril de 2018
11 de abril de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Van Halen y todavía no ha empezado la peli? :O
Sí, ¿qué pasa? Me explota la cabeza de entusiasmo y se me ponen los ojos brillantes como platos viendo "Los goonies", "Regreso al futuro" etc...etc...etc...
Y sí, ¿qué pasa? También soy un jodido friki de los videojuegos y todavía me flipa el "doom", el "pang" etc...etc...etc...
No puede no enamorarme esta peli. Gracias Steven por hacerme esto.
Sí, ¿qué pasa? Me explota la cabeza de entusiasmo y se me ponen los ojos brillantes como platos viendo "Los goonies", "Regreso al futuro" etc...etc...etc...
Y sí, ¿qué pasa? También soy un jodido friki de los videojuegos y todavía me flipa el "doom", el "pang" etc...etc...etc...
No puede no enamorarme esta peli. Gracias Steven por hacerme esto.
12 de abril de 2018
12 de abril de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
He visto "Ready Player One" dos veces en la pantalla grande, y el segundo visionado no pierde fuerza, esto es algo que hace años no me pasaba con una película (con un revisionado en tan poco tiempo)
Steven Spielberg nos muestra un futuro en el que la humanidad está sumergida en la realidad virtual y este futuro a día de hoy no es tan descabellado como parece. Dejando aparte todo esto, Spielberg nos enseña su amor por la cultura pop, algo que cada vez gana más adeptos. La multitud de referencias culturales de las últimas décadas del siglo pasado, incluso algunas de este siglo, acompañan a nuestro protagonista, Wade Watts( o Parzival), en esta gran aventura.
En esta aventura, tenemos la parte virtual y la parte de la realidad. El montaje es un acierto ya que se compaginan a la perfección las dos partes. Lo visual destaca sobre un guión plano y lineal, y aunque tiene un bajonazo en la parte central de la película, dónde toda la acción se frena en seco, poco importa, porque al final, como producto, es pura magia y entretenimiento.
No te dejes engañar por las pegas, las quejas, "le falta algo", dirán. Ya nada será como antes, el concepto de película buena o mala lo dictan las masas y las redes sociales, el odio en internet está a la orden del día. Ten tu propio criterio, ves al cine y disfruta.
Destaco el esfuerzo y el cariño de Steven Spielberg de intentar hacer una película para todo el mundo.
Steven Spielberg nos muestra un futuro en el que la humanidad está sumergida en la realidad virtual y este futuro a día de hoy no es tan descabellado como parece. Dejando aparte todo esto, Spielberg nos enseña su amor por la cultura pop, algo que cada vez gana más adeptos. La multitud de referencias culturales de las últimas décadas del siglo pasado, incluso algunas de este siglo, acompañan a nuestro protagonista, Wade Watts( o Parzival), en esta gran aventura.
En esta aventura, tenemos la parte virtual y la parte de la realidad. El montaje es un acierto ya que se compaginan a la perfección las dos partes. Lo visual destaca sobre un guión plano y lineal, y aunque tiene un bajonazo en la parte central de la película, dónde toda la acción se frena en seco, poco importa, porque al final, como producto, es pura magia y entretenimiento.
No te dejes engañar por las pegas, las quejas, "le falta algo", dirán. Ya nada será como antes, el concepto de película buena o mala lo dictan las masas y las redes sociales, el odio en internet está a la orden del día. Ten tu propio criterio, ves al cine y disfruta.
Destaco el esfuerzo y el cariño de Steven Spielberg de intentar hacer una película para todo el mundo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
2 cosas:
-Cuándo entran en la película de "El Resplandor".
-Cuándo ha salido el póster de Zelda en la habitación.
SUBLIME!!!
-Cuándo entran en la película de "El Resplandor".
-Cuándo ha salido el póster de Zelda en la habitación.
SUBLIME!!!
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