Lunas de hiel
1992 

7,1
12.417
Drama
Nigel (Hugh Grant) y su mujer Fiona (Kristin Scott-Thomas) son un matrimonio británico de crucero para celebrar su séptimo aniversario de boda. A bordo conocen a la atractiva y deshinibida Mimi (Emmanuelle Seigner) y a su marido Oscar (Peter Coyote), un norteamericano que está inválido en una silla de ruedas. Nigel empieza a sentirse atraído por Mimi, y Oscar, que se da cuenta, le propone que intente seducirla, pero antes le cuenta cómo ... [+]
21 de junio de 2011
21 de junio de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Apreciada ahora como uno de los grandes títulos de Roman Polanski, "Bitter Moon" ("Luna amarga" en su traducción literal) es un desaforado viaje desde la pasión al odio de las moralmente forjadas relaciones de pareja. Estrenada en 1992, Polanski, siempre situado en la frontera de los personajes conflictivos, tuvo que soportar como una corriente de críticas (sobre todo de medios conservadores llegados de los países anglosajones) se apresuraron a presagiar que con este título se llegaba al final de su carrera (evidenciando que les es un personaje incomodo al que no dudan en atacar siempre que la ocasión se lo permita). Para ellos la historia que contaba era sencillamente un despropósito que jugaba al morbo por el morbo. Sólo en el estado español, el francés, y en menor medida el alemán, la película funcionó económicamente.
Contemplada sin aspavientos "Lunas de Hiel" se nos revela como una de las visiones más fieras y certeras sobre la fogosidad efímera de las relaciones, y de lo natural que resulta, para mantener viva su llama, optar por el descenso a los infiernos del placer (personificada en la pareja de Peter Coyote y Emmanuelle Seigner), o, en contraste, intentar mantenerla asumiendo una pactada y finalmente aburrida rutina (personificada por la otra pareja protagonista: Hugh Grant y Kristin Scout), explorando con una mezcla de thriller, comedia negra y melodrama desatado, que es eso de la sensualidad, la pasión y la necesidad de lo que llamamos amor a partir del estupendo guión en el que trabajaron tanto el propio Polanski, como John Brownstain y Gérard Branch ("En busca del fuego", "El nombre de la rosa"...), consiguiendo un sabroso caramelo envenenado de final catártico.
Contemplada sin aspavientos "Lunas de Hiel" se nos revela como una de las visiones más fieras y certeras sobre la fogosidad efímera de las relaciones, y de lo natural que resulta, para mantener viva su llama, optar por el descenso a los infiernos del placer (personificada en la pareja de Peter Coyote y Emmanuelle Seigner), o, en contraste, intentar mantenerla asumiendo una pactada y finalmente aburrida rutina (personificada por la otra pareja protagonista: Hugh Grant y Kristin Scout), explorando con una mezcla de thriller, comedia negra y melodrama desatado, que es eso de la sensualidad, la pasión y la necesidad de lo que llamamos amor a partir del estupendo guión en el que trabajaron tanto el propio Polanski, como John Brownstain y Gérard Branch ("En busca del fuego", "El nombre de la rosa"...), consiguiendo un sabroso caramelo envenenado de final catártico.
1 de agosto de 2012
1 de agosto de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película duele en su guión retorcido, alcanzando cuotas maquiavélicas en su voracidad de sexo, humillaciones, perversidad… un maremagno de retrúcanos guionísticos que no dejan inmune a nadie. Refleja Polansky lo más ácido de su oscuro universo, a ratos encandila, a ratos repugna, pero sobre todo te hace seguir hasta el final, no puedes desengancharte de la historia, demasiado aberrante, por otro lado, para parecer real. Honestidad brutal, sexo sin cortapisas, fantasías, las de todos, es cruda, extrema y muestra a personajes en una constante evolución que te hace pegarte a la pantalla porque nada termina siendo lo que pudiera parecer en un primer momento. El guión es quirúrgico, desmenuza las relaciones humanas con una frialdad de forense en una autopsia, muestra en carne viva el odio, la pasión, el amor, la venganza… y todo se tatúa en el alma. El personaje del escritor fracasado paralítico permite además un buen puñado de frases geniales sin salirse de tono y con coherencia interna. Tiene además la película un ritmo y un montaje estupendo que hace olvidarse de lo largo del metraje. Este cocktail de pasiones, muy válido para quién no tenga problemas de moralidad, tiene dos problemas fundamentales, por un lado, la sensación de no terminar de creerte del todo el tema de la película, demasiado cruda, demasiado extrema y cuesta meterse en ese mundo de depravación y odio, donde toda humanidad parece perdida. El otro problema es uno típico de este director, el no saber rematar las películas, el de utilizar demasiados circunloquios para poner el fin lo que resulta algo pesado hacia el final pese a la destreza con la que utiliza cada uno de esos finales que n terminan de serlo.
http://palomitasconchoco.wordpress.com
http://palomitasconchoco.wordpress.com
11 de febrero de 2014
11 de febrero de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lunas de Hiel es una gran película, es entretenida de principio a fin, está muy bien realizada y sus personajes son interesantes.
Hay un argumento claro: del cómo funcionan las parejas, el paso del tiempo y las consecuencias de bordear el conformismo rutinario en pareja y la otra vertiente: superarlo para adentrarse en el lado mezquino del amor: la dependencia como motor que alimenta la degradación. El uso de una supuesta pasión, que no esconde más que los últimos cartuchos de una relación muerta por ese mismo afán de buscar el más allá.
Es una película con una música deliciosa, a cargo de Vangelis, dándole un are hipnótico e inocente. Porque al principio de la película, sus personajes muestran la primera fase del amor: de la ingenuidad, la frescura y la inocencia se pasa posteriormente a la pasión más desenfrenada y tras ese cauce finito, llega el aburrimiento, la rutina y la búsqueda de nuevas fronteras o como el mismo Nigel denomina: a travesar el Rubicón.
Los actores hacen una gran labor, tenemos a Peter Coyote, cuyo personaje te hace virar entre el desprecio, la simpatía o compadecerte de él. Luego está Emmanuelle Seigner, que viene a brindar un personaje pretendidamente vulnerable pero atroz tras el curso de la historia. Pues a través de las diferentes fases de su relación con Nigel: idealismo, inocencia y pasión, luego hay un descenso a los infiernos que vienen a alimentar a una pareja desigual pero plenamente complementaria. No hay un él sin un ella. Y sin ella, no hay un él.
Luego está Hugh Grant que aquí se limita a poner cara de gentlemant venido a menos, desencantado con la rutina y deseoso de enfrascarse en un nuevo vino que logre saciarle del conformismo y estabilidad que le aporta la encantadora y genial Kristin Scott Thomas.
Es una película, que por lo que sea, nunca ha logrado saltar a la liga de cine de culto o clásico. Pero es por ese aire malsano que envuelve la película hacia la mitad del metraje, así como el final totalmente inesperado, (o sí) según cómo se mire.
Lo que si es cierto, es que la película no defrauda y busca mostrar las consecuencias de transitar constantemente por el camino de la indefinición y la inseguridad, ya sea en la pasión más ardiente o el amor más anodino.
Hay un argumento claro: del cómo funcionan las parejas, el paso del tiempo y las consecuencias de bordear el conformismo rutinario en pareja y la otra vertiente: superarlo para adentrarse en el lado mezquino del amor: la dependencia como motor que alimenta la degradación. El uso de una supuesta pasión, que no esconde más que los últimos cartuchos de una relación muerta por ese mismo afán de buscar el más allá.
Es una película con una música deliciosa, a cargo de Vangelis, dándole un are hipnótico e inocente. Porque al principio de la película, sus personajes muestran la primera fase del amor: de la ingenuidad, la frescura y la inocencia se pasa posteriormente a la pasión más desenfrenada y tras ese cauce finito, llega el aburrimiento, la rutina y la búsqueda de nuevas fronteras o como el mismo Nigel denomina: a travesar el Rubicón.
Los actores hacen una gran labor, tenemos a Peter Coyote, cuyo personaje te hace virar entre el desprecio, la simpatía o compadecerte de él. Luego está Emmanuelle Seigner, que viene a brindar un personaje pretendidamente vulnerable pero atroz tras el curso de la historia. Pues a través de las diferentes fases de su relación con Nigel: idealismo, inocencia y pasión, luego hay un descenso a los infiernos que vienen a alimentar a una pareja desigual pero plenamente complementaria. No hay un él sin un ella. Y sin ella, no hay un él.
Luego está Hugh Grant que aquí se limita a poner cara de gentlemant venido a menos, desencantado con la rutina y deseoso de enfrascarse en un nuevo vino que logre saciarle del conformismo y estabilidad que le aporta la encantadora y genial Kristin Scott Thomas.
Es una película, que por lo que sea, nunca ha logrado saltar a la liga de cine de culto o clásico. Pero es por ese aire malsano que envuelve la película hacia la mitad del metraje, así como el final totalmente inesperado, (o sí) según cómo se mire.
Lo que si es cierto, es que la película no defrauda y busca mostrar las consecuencias de transitar constantemente por el camino de la indefinición y la inseguridad, ya sea en la pasión más ardiente o el amor más anodino.
19 de julio de 2018
19 de julio de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Polanski disecciona como nadie los entresijos de las relaciones sentimentales. Lo que comienza como una búsqueda incesante para llenar el vacio que sentimos en nuestros abigarrados corazones termina siendo, casi siempre, una tragedia entre gritos y lagrimas. El éxtasis del comienzo no suele durar mucho, y, anclados como estamos a una vida de pena y soledad, es bien probable que queramos aferrarnos a la otra persona a pesar de que todo nuestro sentimiento de amor hacia ella haya desaparecido.
Esta gran película es una pequeña vivisección de este auge y caída, el perseguir las nubes y tocar el cielo para después caer a los infiernos. Toda relación esta abocada a los abismos, y si bien los extremos de repugnancia y guerra a los que llegan los protagonistas aquí son debidos a unos temperamentos más que inestables, casi todos hemos vivido en nuestras carnes este tipo de hazañas bélicas, relaciones en pie de guerra.
En otro orden de cosas, destacar la labor actoral, con un Peter Coyote que llena la pantalla y un Hugh Grant en su época dorada. La presencia angelical de Emmanuelle Seigner y Kristin Scott Thomas le aporta el toque necesario para convertir esta cinta en un clásico. Eso si, a pesar del obvio atractivo de Emmanuelle, aceptaría un millón de años de condena por gozar de la discreta belleza de Kristin, increíble.
Esta gran película es una pequeña vivisección de este auge y caída, el perseguir las nubes y tocar el cielo para después caer a los infiernos. Toda relación esta abocada a los abismos, y si bien los extremos de repugnancia y guerra a los que llegan los protagonistas aquí son debidos a unos temperamentos más que inestables, casi todos hemos vivido en nuestras carnes este tipo de hazañas bélicas, relaciones en pie de guerra.
En otro orden de cosas, destacar la labor actoral, con un Peter Coyote que llena la pantalla y un Hugh Grant en su época dorada. La presencia angelical de Emmanuelle Seigner y Kristin Scott Thomas le aporta el toque necesario para convertir esta cinta en un clásico. Eso si, a pesar del obvio atractivo de Emmanuelle, aceptaría un millón de años de condena por gozar de la discreta belleza de Kristin, increíble.
24 de agosto de 2019
24 de agosto de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con mucha curiosidad desempolve de mi colección y empece a observar esta "Bitter Moon" dirigida por el controversial Roman Polanski y dicho sea de paso hay que darle bastante mérito al atrevimiento del veterano cineasta polaco porque cuando se estrenó (1992) este film fue recibido con mucha aspereza y hasta cierto repudio, mal fundamentado claro está.
Más allá de lo "morboso" de la historia hay mucha profundidad en el trasfondo de la misma, ya que trata de manera directa varios temas considerados (incluso hasta hoy en algunos estratos sociales) como "tabú", especialmente referentes a la sexualidad que van desde vivir una relación tóxica (amor/odio), pasando por los "fetiches", la importancia de la fidelidad, el sentido de la libertad, la convivencia y un amplio etc.
Aunque los rostros protagonistas en esta ocasión son Hugh Grant y Kristin Scott Thomas, interpretados correctamente, los verdaderos protagonistas son un inspirado (y algo desatado) Peter Coyote junto una cautivadora, sensual y poderosa Emmanuelle Seigner quienes se roban la función como una pareja disfuncional que poco a poco abrirá mucho mas que su corazón a la primera pareja en un crucero que será de total auto-descubrimiento y (sobre todo) morbo.
Sensacionalmente escrita, brillante fotografía, excelente y envolvente banda sonora de Vangelis (ojo que también suenan algunas canciones pop bastante buenas) y dirigida con pulso firme por el maestro Polanski, convierten a esta "Lunes de Fiel" en una propuesta muy interesante, especialmente para ver en pareja.
Recomendable título sin duda.
Más allá de lo "morboso" de la historia hay mucha profundidad en el trasfondo de la misma, ya que trata de manera directa varios temas considerados (incluso hasta hoy en algunos estratos sociales) como "tabú", especialmente referentes a la sexualidad que van desde vivir una relación tóxica (amor/odio), pasando por los "fetiches", la importancia de la fidelidad, el sentido de la libertad, la convivencia y un amplio etc.
Aunque los rostros protagonistas en esta ocasión son Hugh Grant y Kristin Scott Thomas, interpretados correctamente, los verdaderos protagonistas son un inspirado (y algo desatado) Peter Coyote junto una cautivadora, sensual y poderosa Emmanuelle Seigner quienes se roban la función como una pareja disfuncional que poco a poco abrirá mucho mas que su corazón a la primera pareja en un crucero que será de total auto-descubrimiento y (sobre todo) morbo.
Sensacionalmente escrita, brillante fotografía, excelente y envolvente banda sonora de Vangelis (ojo que también suenan algunas canciones pop bastante buenas) y dirigida con pulso firme por el maestro Polanski, convierten a esta "Lunes de Fiel" en una propuesta muy interesante, especialmente para ver en pareja.
Recomendable título sin duda.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here