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Pacto de sangre

Cine negro. Intriga. Thriller Un agente de seguros (Fred MacMurray) y la mujer de uno de sus clientes (Bárbara Stanwyck) traman asesinarlo para cobrar un cuantioso seguro de accidentes suscrito a sus espaldas. Todo se complica cuando entra en acción Barton Keyes (Edward G. Robinson), investigador de la empresa de seguros. (FILMAFFINITY)
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9
6 de abril de 2012
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
69/23(28/03/12) En el décimo aniversario de la muerte de Billy Wilder he querido homenajearlo con la visión y crítica de su gloriosa ‘Perdición’, un clásico film noir, una monumental radiografía sobre la pasión, la lujuria, la avaricia, la traición y la maldad, basado en una novela de James M. Cain, el especialista en el hard-boiled (novela negra americana), que a su vez se basa en un hecho real acaecido en Queens-Nueva York a finales en 1927, con guión de Raymond Chandler (‘El Sueño Eterno’ o ‘Extraños en un tren) y del realizador. La cinta arranca con un tipo choreando sangre, Walter Neff (gran Fred Macmurray), entrando a altas horas de la noche al despacho de unas grandes oficinas, cogiendo un dictáfono y se pone a grabar una confesión, entonces se produce un flash-back (esto es original de los guionistas, en el libro no está) y nos enteramos que es un vendedor de seguros que conoce a la mujer de un cliente, Phyllis Dietrichson (gran Barbara Stamwyck), femme-fatale icono, una bella manipuladora, entre los dos saltaran chispas de lujuria, derivando en un plan para asegurar la vida del esposo sin que este lo sepa y posteriormente asesinarlo, para conseguir doble indemnización (‘Double Indemnity’, título original de la película), deciden complicarlo, el problema viene del jefe de Walter, Barton Keyes (magno Edward G. Robinson), un implacable investigador de estafas al seguro, tipo que presume de tener un enanito en el cerebro que le guía (sensacional metáfora de mosca tras la oreja). La cinta es un prodigio comenzando por su excelente guión del que manan situaciones y diálogos sensacionales (no en vano se podrá discutir quien ha sido el mejor director de la historia del cine, si Ford, si Welles, si Kubrick, si Kurosawa, si Hitchcock, etc, pero lo que no se discute es que el mejor guionista ha sido este austriaco, Billy Wilder), una obra de relojería en que las piezas encajan cual puzle, sensacional el running-gag que tienen Barton y Walter con con el encendido de cigarrillos, presentación de personajes brillantísimos, espléndida la primera secuencia en la que aparece Phillys, un alarde de ingenio, desde lo alto de unas escaleras, envuelta en una toalla, sugiriendo la posición de dominio sobre Walter que está abajo, luego viene la antológica conversación en el salón, donde los dobles sentidos son manejados de modo mordaz, jamás una pulsera-tobillera ha sido más sensual, la química entre los dos es sublime, son el yin y el yang, con un desarrollo fluido, y es que ninguno de los dos jamás ha estado mejor, fue el trabajo cúspide de sus carreras, la labor por la que serán recordados. La narración posee un increscendo dramático sofocante, donde ya no se puede escapar del destino, ayudado por de puesta en escena simplemente magnífica, la extraordinaria fotografía de John F. Seitz (‘Los Viajes de Sullivan’, ‘Días Sin Huella’ o ‘Sunset Boulevard’), un punto y aparte en Hollywood, el uso del expresionismo alemán, ... (continua en spoiler sin)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
... donde los encuadres se hunden en una nebulosa oscura, un tenebroso juego de sombras que transmiten la negrura del relato, teniendo su zenit en el último encuentro entre Phillys y Walter, todo un prodigio de emisión de tinieblas, una atmósfera asfixiante se nos proyecta, donde los protagonistas cual vampiros del averno sacan sus emponzoñadas almas a relucir, escena cumbre en la Historia del Séptimo Arte, reseñar los decorados, donde sobresalen las oficinas de la Pacific All-Risk Insurance Company (copian las de la Central de Paramount Pictures en Nueva York), todo un fastuoso antecedente de las de ‘El Apartamento’. Punto y aparte merece el otro vértice del triángulo actoral el carismático Edward G. Robinson, su poderosa personalidad ensombrece a todos, su mirada penetrante, su lenguaje gestual, su porte, su contención, un alarde de lo que debe ser un actor. Wilder rompió reglas con esta obra, como lo de que un moribundo cuente su historia voz en off(elemento que recuperó para su Obra Maestra ‘Sunset Boulevard’, rizando el rizo, pues la voz es de un muerto), esto se suponía veneno para la taquilla al restar misterio al film, pero lo que pretendía y alcanzó es que nos centráramos en estos mezquinos protagonistas y su sordidez, en su frialdad, en la evolución que despliegan, excelente. Wilder demuestra gran maestría a la hora de plasmar escenas de gran tensión, ejemplo la visita de Barton a Walter mientras Phillys está escondida tras la puerta, o la de la visita del testigo del tren a las oficinas hablando con Walter, cortante, y donde el manejo de las elipsis es una delicia, el asesinato a sangre fría del marido se nos muestra fuera de plano con la escalofriante mirada de Phillys, , y más y más. En mi afán de buscar la perfección, le pongo un nimio pero y son los dos personajes Lola (Jean Heather), hijastra de Phillys, y su novio Nino (Byron Barr), están muy difusos, no poseen fuerza, son meras caricaturas, pero esto es una gota de agua en el mar. La preproducción en sí merecería otra película, Cain llevaba años intentando vender su novela a Hollywood pero el nefasto Código Hayes de censura cinematográfica se lo impedía, un adulterio con descripción de plan de asesinato era inadmisible, años después se volvió a publicar y despertó el interés de Wilder que se propuso sortear el Código, para ello el guión quería escribirlo con Cain, pero no estaba disponible por lo que tiró de otro escritor de novela negra, el creador del mítico detective Philip Marlowe, Raymond Chandler, este apareció borracho, fumaba en una apestosa pipa y no sabía nada de guiones de cine, se llevaron a matar, siendo un milagro su magno resultado, en la novela los amantes huyen juntos y se suicidan, la censura no lo pasaría, Wilder ideó dos finales distintos, los dos los rodó, en el descartado Neff es ejecutado en la cámara de gas, lo consideró demasiado moralista se quedó con el que ha pasado a la posterioridad y acertó. Clásico recomendable a TODOS. Fuerza y honor!!!
8
19 de abril de 2012
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bienvenidos a un mundo de lobos y de estafas que van más allá de prender fuego a tu propio camión, seguros de accidente con primas dobles por defunción en tren, pequeños errores que sentencian por matar por dinero y por la mujer, demostrando que no es posible conseguirlo, una confesión que convierte a "Perdición" en un clásico del cine negro en todos sus aspectos, acercamiento, proposición y el sabor agrio del té, meditar con cerveza, borrarse del plan, un anzuelo tan duro que no existe refugio, queda atrapado de una manera tan natural que la tentación se apodera del alma para cambiar definitivamente el destino de las personas.

Su perfume y su pulsera, la mujer fatal entra en el ránking y pone la máquina en marcha, la póliza, la firma y el testigo, una doble indemnización y la esperanza de encontrar el amor en medio de la mugre y el fango, un traslado en tren y un tono puesto al máximo, una familia de desagradables relaciones y un cobrador que entra en el juego de mentiras, todo es cuestión de tiempo, muchos detalles que controlar en una historia retorcida que destroza a todos sus personajes.

No es el más listo, es menos tonto y más alto, muchas preocauciones para muchas complicaciones, una investigación con nervio, no oir sus pasos, sino los de un muerto, un accidente, un suicidio y un asesinato, el enanito no deja hacer la digestión, pregunta, especula, resuelve, los lleva al escenario, ellos no son los mismos, no pueden, ni la moral ni la presión ni la vigilancia los deja, un acto policial que genera pánico hasta para volverse a ver, llega hasta el final, un tranvía hacia el cementerio del que no se pueden bajar por separado.
10
5 de mayo de 2012
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eran sobre las 23:30 de la noche del viernes, acaba de cenar un buen plato de arroz hervido ya que mi estómago no estaba para muchas batallas. Estaba cansado porque apenas había dormido entre la resaca y mi sistema digestivo que me estuvieron dando la lata toda la noche anterior, y encima, solo hacía media hora que llegara a casa después de una hora y media de viaje desde Santiago de Compostela hasta mi pueblo natal, Fisterra. Ante estos avatares pensé en sentarme en el sillón, ante la fuerte y cálida mirada del fuego desde la chimenea, y ver un gran clásico del cine, algo que me alegrase la noche, y entonces pensé en “Perdición”, pensé que era la ocasión idónea para ver un clásico al que le tenía muchas ganas, ya que de Wilder solo vi “el apartamento” y “el crepúsculo de los dioses” y pareciéndome grandes películas no me produjeron la sensación que me produjo este metraje de Wilder, es perfecto, todo, desde el principio hasta el fin. Antes de verlo, mientras lo estaba cargando en el pen drive, iba con miedo, temía que fuese una decepción, pero minutos después de que estaba visionando la cinta solo pensaba en que estaba ante un 10 en el filmaffiny, nota que se mantuvo hasta el final.
10
27 de agosto de 2019
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cine negro en estado puro. Obra maestra del genio vienés, Billy Wilder, -una más- que se visiona sin pestañear. Difícil encontrar un pero como no sea las puertas que se abren hacia fuera -hasta eso tiene explicación. Humo en las habitaciones, todo el mundo con sombrero, poca luz, cortinas. Ese ambiente gris, agorero.

De los mejores guiones de la Historia del cine. Y del cine negro. Todos y cada uno de los actores lo hacen bien, ni falta ni sobra nada. Diálogos excelentes, agudos, rápidos. Barbara Stanwyck encarna a la auténtica femme fatale, lo tiene todo, es la femme fatale por antonomasia, te encandila, te hipnotiza.

Marcó la pauta para todas las películas del género que vinieron detrás.

Nadie debería morir sin ver Perdición.
10
11 de julio de 2021
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Perdición no es una película de cine negro. Es la película del cine negro por excelencia. Nadie puede decir que conoce este género sin haber visto esta obra maestra absoluta. Tiene todas sus características típicas pero esta vez perfeccionados a niveles inimaginables.

Es la historia de un agente de seguros que planea asesinar al marido de una cliente para recibir una doble indemnización. Ahí es cuando el personaje encarnado por Edward G. Robinson empieza a sospechar del asesinato. La historia es aparentemente sencilla, pero el guion verdaderamente complejo la convierte en una maravilla.

La película en sí, es la quintaesencia del cine noir. En cada escena y fotograma se saborea ese toque inolvidable. No se puede hacer más oscuro, atmosférico y maestro. Flashbacks, diálogos fríos, narración fragmentaria, crimen, femme fatale, iluminación expresionista... Un mix perfecto.

Cómo no, creo que esta película no sería la que es sin los actores. Barbara Stanwyck tiene una presencia inigualable, Edward G. Robinson es absolutamente magistral y no hay palabras para MacMurray (simplemente bestial).

En resumen, una obra maestra redonda. A falta de ver algunas más, es probable que sea objetivamente la mejor película de cine negro jamás hecha. Por lo tanto, esa la hace uno de los cúlmenes de la historia del cine en general. Imprescindible.
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