Pesadilla en la calle del infierno
1984 

6,6
56.995
Terror
Varios jóvenes de una pequeña localidad tienen habitualmente pesadillas en las que son perseguidos por un hombre deformado por el fuego y que usa un guante terminado en afiladas cuchillas. Algunos de ellos comienzan a ser asesinados mientras duermen por este ser que resulta ser Freddy Krueger, un hombre con un pasado abominable. (FILMAFFINITY)
17 de abril de 2009
17 de abril de 2009
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Pesadilla en Elm Street" es una de las más originales propuestas del cine de terror ochentero, y Wes Craven (Scream) rara vez decepciona en eso.
Freddy Krueger es la hostia. Es terrorífico y amargado, y no deja títere (ni adolescente) con cabeza. Y además no es un personaje rodeado de soberanos imbéciles por víctimas como Jason Voorhees o Chucky.
Un hurra por Freddy y por su debut en el mundo del cine.
Y un hurra por su música.
Y otro hurra por su introducción, la primera escena de la película. ¡Magnífica! ¡Pavorosa!
Muy recomendable.
Freddy Krueger es la hostia. Es terrorífico y amargado, y no deja títere (ni adolescente) con cabeza. Y además no es un personaje rodeado de soberanos imbéciles por víctimas como Jason Voorhees o Chucky.
Un hurra por Freddy y por su debut en el mundo del cine.
Y un hurra por su música.
Y otro hurra por su introducción, la primera escena de la película. ¡Magnífica! ¡Pavorosa!
Muy recomendable.
9 de julio de 2010
9 de julio de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mítica e innovadora obra del terror de los 80 que fue un enorme éxito crítico y económico, encumbrando a Wes Craven como uno de los directores más influyentes del género gracias a un desborde talento en el que las buenas ideas valen más que un escaso presupuesto.
Varios jovenes empiezan a soñar con un sádico, Freddy Krueger, este ha vuelto para vengarze de su muerte, en el que fue quemado por parte de las madres de los niños que asesinó. Atacará a través de los sueños...
Impone un ritmo alto desde el comienzo, suministrándonos momentos de gran tensión y dosificando las apariciones de Krueger con total acierto, con mucha presencia pero sin empalagar, sugiriendo más que mostrando. Supone un soplo de aire fresco para los psychothrillers ya que ofrece un enfoque ficticio y fanstástico en el que el asesino ataca a través de los sueños, ahondando en nuestros miedos, ya que es un estado inevitable en el que nos mostramos indefensos. La tensión aflora de principio a fin debido a la duda entre sueño o realidad que suscita cada secuencia, jugando con esa baza para sorprendernos, convirtiendola en una obra atractivamente imprevisible.
F. Krueger es uno de los asesinos en serie más emblemáticos. Se alimenta de miedo, haciéndose más fuerte a medida que sus víctimas potenciales creen en su existencia, y se caracteriza por vislumbrar rostro quemado, fruto de su muerte en una caldera, cuchillas en las manos, arma implacable con la que corta a sus víctimas y produce un chirrio desagradable al arañar distintas superficies, sombrero y un chaleco a rayas verdes y rojas. Su originalidad estética se refuerza con su forma de actuar dado que maneja a su antojo los sueños de sus víctimas, convirtiendo en realidades sus más horribles temores, además su humor negro lo convierten en un enemigo carismático que disfruta haciendo sufrir y repugnando a sus víctimas, sin perder la seriedad de un asesino despiadado. En contra de los patrones típicos, como Viernes 13, los asesinatos se producen de las formas más diversas: engullido en la cama, sumergido en la bañera, ahorcado con una cuerda, quemado vivo...mostradas con sumo realismo gracias a unos efectos de calidad en el que Jim Doyle utiliza todo tipo de técnicas artesanas: cuando la joven se desangra y vuela hacia el techo, se consiguió invirtiendo la cámara y cambiando el escenario, o cuando Fredd traspasa unas rejas, se utilizaron decenas de planos y enfoques para dar esa ilusión.
La ambientación nos envuelve la historia de un aire tétrico y fantasmagórico fundamental en todo buen film de terror, logrando sumergirnos en un sentimiento de inquietud y tensión sobre todo en la sala de las calderas lugar donde desembocan las víctimas de Fredd. Escenas muy impactantes para el recuerdo como aquella en que unas niñas saltan la comba mientras enumeran frases rimantes, producto de que va a aparecer Fredd o aquella en la que una garra aparece en la bañera para arrastrar a un joven hacia dentro. (SIGUE SIN SP)
Varios jovenes empiezan a soñar con un sádico, Freddy Krueger, este ha vuelto para vengarze de su muerte, en el que fue quemado por parte de las madres de los niños que asesinó. Atacará a través de los sueños...
Impone un ritmo alto desde el comienzo, suministrándonos momentos de gran tensión y dosificando las apariciones de Krueger con total acierto, con mucha presencia pero sin empalagar, sugiriendo más que mostrando. Supone un soplo de aire fresco para los psychothrillers ya que ofrece un enfoque ficticio y fanstástico en el que el asesino ataca a través de los sueños, ahondando en nuestros miedos, ya que es un estado inevitable en el que nos mostramos indefensos. La tensión aflora de principio a fin debido a la duda entre sueño o realidad que suscita cada secuencia, jugando con esa baza para sorprendernos, convirtiendola en una obra atractivamente imprevisible.
F. Krueger es uno de los asesinos en serie más emblemáticos. Se alimenta de miedo, haciéndose más fuerte a medida que sus víctimas potenciales creen en su existencia, y se caracteriza por vislumbrar rostro quemado, fruto de su muerte en una caldera, cuchillas en las manos, arma implacable con la que corta a sus víctimas y produce un chirrio desagradable al arañar distintas superficies, sombrero y un chaleco a rayas verdes y rojas. Su originalidad estética se refuerza con su forma de actuar dado que maneja a su antojo los sueños de sus víctimas, convirtiendo en realidades sus más horribles temores, además su humor negro lo convierten en un enemigo carismático que disfruta haciendo sufrir y repugnando a sus víctimas, sin perder la seriedad de un asesino despiadado. En contra de los patrones típicos, como Viernes 13, los asesinatos se producen de las formas más diversas: engullido en la cama, sumergido en la bañera, ahorcado con una cuerda, quemado vivo...mostradas con sumo realismo gracias a unos efectos de calidad en el que Jim Doyle utiliza todo tipo de técnicas artesanas: cuando la joven se desangra y vuela hacia el techo, se consiguió invirtiendo la cámara y cambiando el escenario, o cuando Fredd traspasa unas rejas, se utilizaron decenas de planos y enfoques para dar esa ilusión.
La ambientación nos envuelve la historia de un aire tétrico y fantasmagórico fundamental en todo buen film de terror, logrando sumergirnos en un sentimiento de inquietud y tensión sobre todo en la sala de las calderas lugar donde desembocan las víctimas de Fredd. Escenas muy impactantes para el recuerdo como aquella en que unas niñas saltan la comba mientras enumeran frases rimantes, producto de que va a aparecer Fredd o aquella en la que una garra aparece en la bañera para arrastrar a un joven hacia dentro. (SIGUE SIN SP)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Una espeluznante y misteriosa B.S. excepcional, un guión solvente y unas interpretaciones creíbles de Heather Langenkamp (Nancy) como chica luchadora y valiente, un joven Johnny Depp que debutó con acierto, y un extravagante y sádico Robert Englund (Freddy) ponen el broche de oro a una joya del género. Por contra alguna incoherencia fruto de la compleja temática dual sueño-realidad salvable por la dificultad que supone.
Seis secuelas más salieron con nuevos giros de guión, observándose incoherencias con esta, en otras baja calidad y en otras la comicidad excesiva de Freddy lo aleja de causar el terror logrado en esta entrega. Convence por no dejar un segundo de respiro, por su imaginación, su originalidad, su impacto visual y la puesta en escena de Krueger, que aún en nuestros días no ha perdido fuelle. Terroríficamente genial.
Seis secuelas más salieron con nuevos giros de guión, observándose incoherencias con esta, en otras baja calidad y en otras la comicidad excesiva de Freddy lo aleja de causar el terror logrado en esta entrega. Convence por no dejar un segundo de respiro, por su imaginación, su originalidad, su impacto visual y la puesta en escena de Krueger, que aún en nuestros días no ha perdido fuelle. Terroríficamente genial.
22 de julio de 2010
22 de julio de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1984, el maestro del terror Wes Craven (Scream, Vuelo nocturno) ideó a uno de los psicokillers más famosos de la historia del subgénero slasher: Freddy Krueger. La idea del film era bastante ingeniosa: si alguien muere mientras sueña, fallecerá también en la vida real.
Todos sabemos que en las pesadillas, uno siempre despierta antes del posible fatal desenlace. Craven utiliza magistralmente este argumento con Freddy Krueger, un ser que persigue y aniquila adolescentes mientras sueñan.
Además de jugar con el miedo y los elementos oníricos, el guión, escrito también por Craven, explora otros ámbitos como la poca capacidad de entendimiento de los adultos ante los problemas manifestados por el grupo de adolescentes que padecen a Freddy. Tampoco descuida la desazón de estos muchachos que, en un principio, piensan que están siendo víctimas de algún tipo de posesión.
La principal fuente de terror del film radica en la aterradora idea de que si uno se queda dormido, morirá. Craven sabe explotarla en una narración firme que no decae, de manera que el espectador siempre sentirá la opresión que soportan los diferentes caracteres.
Pesadilla en Elm Street está considerada como película de culto. Por un lado tenemos la terrorífica idea de que un ser tan maligno como humorísticamente macabro, sea capaz de traspasar la frontera de los sueños; por otro, los clásicos sustos y escenas sangrientas están muy bien filmados, ya que la puesta en escena, la ambientación y la excelente banda sonora de Charles Bernstein generan, por sí mismas, un clima de tensión importante; en el apartado visual, aunque se nota la tecnología ochentera, goza de secuencias tan impactantes como bien elaboradas en sus diferentes crímenes y, como guinda final, supuso el debut en la interpretación de uno de los actores más conocidos en la actualidad: Johnny Depp.
Fue tal su éxito que, al igual que otras producciones de terror de la época como Viernes 13 o Halloween, contó con numerosas secuelas, algunas de ellas bastante dignas (en especial la cuarta parte) aunque otras, como era de esperar, resultaron horribles.
Su personaje principal, Robert Englung (el lagarto bueno de V) se hizo de oro con el papel, aunque acabó un tanto harto por una razón que convence: nadie le librará de quedar encasillado. Englund no participa en el remake que se estrena estos días, pero de eso ya hablaremos cuando toque.
Todos sabemos que en las pesadillas, uno siempre despierta antes del posible fatal desenlace. Craven utiliza magistralmente este argumento con Freddy Krueger, un ser que persigue y aniquila adolescentes mientras sueñan.
Además de jugar con el miedo y los elementos oníricos, el guión, escrito también por Craven, explora otros ámbitos como la poca capacidad de entendimiento de los adultos ante los problemas manifestados por el grupo de adolescentes que padecen a Freddy. Tampoco descuida la desazón de estos muchachos que, en un principio, piensan que están siendo víctimas de algún tipo de posesión.
La principal fuente de terror del film radica en la aterradora idea de que si uno se queda dormido, morirá. Craven sabe explotarla en una narración firme que no decae, de manera que el espectador siempre sentirá la opresión que soportan los diferentes caracteres.
Pesadilla en Elm Street está considerada como película de culto. Por un lado tenemos la terrorífica idea de que un ser tan maligno como humorísticamente macabro, sea capaz de traspasar la frontera de los sueños; por otro, los clásicos sustos y escenas sangrientas están muy bien filmados, ya que la puesta en escena, la ambientación y la excelente banda sonora de Charles Bernstein generan, por sí mismas, un clima de tensión importante; en el apartado visual, aunque se nota la tecnología ochentera, goza de secuencias tan impactantes como bien elaboradas en sus diferentes crímenes y, como guinda final, supuso el debut en la interpretación de uno de los actores más conocidos en la actualidad: Johnny Depp.
Fue tal su éxito que, al igual que otras producciones de terror de la época como Viernes 13 o Halloween, contó con numerosas secuelas, algunas de ellas bastante dignas (en especial la cuarta parte) aunque otras, como era de esperar, resultaron horribles.
Su personaje principal, Robert Englung (el lagarto bueno de V) se hizo de oro con el papel, aunque acabó un tanto harto por una razón que convence: nadie le librará de quedar encasillado. Englund no participa en el remake que se estrena estos días, pero de eso ya hablaremos cuando toque.
22 de julio de 2010
22 de julio de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dentro de la cámara de los horrores existen varios tipos que han hecho que el género de terror se convierta en uno de los más importantes. Wes Craven es un director que en su carrera ha sabido acertar con algunos de sus proyectos, y quizás éste es el mayor producto que Craven ha sabido aprovechar. Con Pesadilla en elm Street su vida iba a dar un vuelco insólito y eso que contaba con un bajísimo presupuesto para una película que allá por 1984 obtuvo grandes resultados.
Pesadilla en elm Street en los cines era algo nuevo, una cinta innovadora en muchos aspectos. La gente enseguida empezó a coger verdadera fobia al personaje protagonista, después de que algunos iconos a dia de hoy como lo son Drácula, Jason o Michael Myers ya se hicieran conocer en sus películas. Freddy Krueger no íba a ser menos y actualmente es considerado como uno de los personajes creados ficticiamente más originales.
Todo comienza con las pesadillas de una adolescente, donde un hombre misterioso la persigue para atemorizarla. Al día siguiente comparte sus horribles sueños con sus amigos y amigas, y la curiosidad del asunto es que los jóvenes sueñan con el mísmo individuo que resulta ser cuanto mucho menos encantador. Toda situación cambia cuando uno de ellos es brutalmente asesinado, a partir de ahí la vida de estos chicos cambiará bruscamente.
Wes Craven hace de Freddy Krueger una excelencia en cuanto a lo desconocido y al mismo instante perturbador. Su punto de originalidad recalca lo atractivo e interesante que es este filme. Lo que menos importa son los diálogos algo absurdos pero llevaderos que se encuentran en los protagonistas de la cinta, todo lo demás merece la pena. Junto a la historia que es un tanto atrayente, salen a la vista los efectos ferozmente bien hechos que con el toque tan terrorífico que plasma el director para aquellos tiempos son de lo mejor, incluso hoy poco existe de eso en las actuales producciones de terror. Los acordes musicales están magníficamente acoplados a cada escena y gracias a ellos el ambiente es de mayor intriga. Ahí es donde puede fallar, en lo que al suspense se refiere. Montajes creíbles, actuaciones aceptables, y una atmósfera tensa que no explota todo su potencial. Escenas bien cuidadas no terminan de acariciar la perfección, por eso las secuencias donde tiene que prevalecer el poder total del suspense, acaban perdiéndose en el desinterés por lo predecibles y también algo incoherentes que se vuelven. Aún asi no le robo la clara sensación de inquietud y agobio que producen algunas de ellas.
Robert Englund hace su trabajo lo mejor que puede encarnando por primera vez a Freddy Krueger, lástima que los demás no acompañen. Heather Langenkamp, la actriz que más aparece, no hace una mala interpretación pero tampoco llega a ser algo mayor. Y que decir de Johnny Depp, era su debut y tampoco se podían sacar muchas conclusiones, simplemente un trabajo correcto.
Pesadilla en elm Street en los cines era algo nuevo, una cinta innovadora en muchos aspectos. La gente enseguida empezó a coger verdadera fobia al personaje protagonista, después de que algunos iconos a dia de hoy como lo son Drácula, Jason o Michael Myers ya se hicieran conocer en sus películas. Freddy Krueger no íba a ser menos y actualmente es considerado como uno de los personajes creados ficticiamente más originales.
Todo comienza con las pesadillas de una adolescente, donde un hombre misterioso la persigue para atemorizarla. Al día siguiente comparte sus horribles sueños con sus amigos y amigas, y la curiosidad del asunto es que los jóvenes sueñan con el mísmo individuo que resulta ser cuanto mucho menos encantador. Toda situación cambia cuando uno de ellos es brutalmente asesinado, a partir de ahí la vida de estos chicos cambiará bruscamente.
Wes Craven hace de Freddy Krueger una excelencia en cuanto a lo desconocido y al mismo instante perturbador. Su punto de originalidad recalca lo atractivo e interesante que es este filme. Lo que menos importa son los diálogos algo absurdos pero llevaderos que se encuentran en los protagonistas de la cinta, todo lo demás merece la pena. Junto a la historia que es un tanto atrayente, salen a la vista los efectos ferozmente bien hechos que con el toque tan terrorífico que plasma el director para aquellos tiempos son de lo mejor, incluso hoy poco existe de eso en las actuales producciones de terror. Los acordes musicales están magníficamente acoplados a cada escena y gracias a ellos el ambiente es de mayor intriga. Ahí es donde puede fallar, en lo que al suspense se refiere. Montajes creíbles, actuaciones aceptables, y una atmósfera tensa que no explota todo su potencial. Escenas bien cuidadas no terminan de acariciar la perfección, por eso las secuencias donde tiene que prevalecer el poder total del suspense, acaban perdiéndose en el desinterés por lo predecibles y también algo incoherentes que se vuelven. Aún asi no le robo la clara sensación de inquietud y agobio que producen algunas de ellas.
Robert Englund hace su trabajo lo mejor que puede encarnando por primera vez a Freddy Krueger, lástima que los demás no acompañen. Heather Langenkamp, la actriz que más aparece, no hace una mala interpretación pero tampoco llega a ser algo mayor. Y que decir de Johnny Depp, era su debut y tampoco se podían sacar muchas conclusiones, simplemente un trabajo correcto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Queda claro que Pesadilla en elm Street es junto a Scream y alguna otra más, las joyas más revalorizadas de Wes Craven. Solo queda decir que ésta primera de muchas secuelas (algunas, dentro de lo que cabe, buenas y otras patéticas) que se hicieron después, es un descubrimiento en el género, superior incluso a cintas de terror que se hacen hoy en día por el cariño y la paciencia con la que la trató su realizador. De ahí a que se la trate como a una obra maestra, sinceramente queda muy lejos, solo hay que ser algo objetivo.
21 de diciembre de 2010
21 de diciembre de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gran película que catapultó definitivamente a la fama al director Wes Craven y supuso la aparición del que seguramente sea uno de los personajes más famosos de la historia del cine: ¿O acaso hay alguien que, aun sin haber visto la película, no reconozca a Freddy Krueger?
Dicen que Craven se basó en una historia real para crear pesadilla en Elm Street, por lo visto un grupo de jóvenes que se negaban a dormir a causa de unas pesadillas y que terminó en suicidio. Y para este personaje que te atacaba en los sueños escogió a un vagabundo de cara quemada que le había asustado de pequeño, y al que dio el nombre del matón de su colegio, Freddy.
Y mezclando todo esto consiguió una gran película, entretenida, muy bien ambientada, con escenas muy logradas y con una banda sonora sencilla pero sensacional (para mi gusto, a la altura de otras como "El exorcista" o "Halloween) y todo eso sin un gran presupuesto y con actores jóvenes y bastante novatos.
Destacaré el papel de Freddy Kruger como asesino implacable pero a la vez casi cómico con sus victimas y a la protagonista, Nancy, es su papel de joven víctima pero a la vez valiente, que debe vencer no solo a Freddy sino también a sus padres y amigos, que lejos de ayudarla la tratan como una loca.
Dicen que Craven se basó en una historia real para crear pesadilla en Elm Street, por lo visto un grupo de jóvenes que se negaban a dormir a causa de unas pesadillas y que terminó en suicidio. Y para este personaje que te atacaba en los sueños escogió a un vagabundo de cara quemada que le había asustado de pequeño, y al que dio el nombre del matón de su colegio, Freddy.
Y mezclando todo esto consiguió una gran película, entretenida, muy bien ambientada, con escenas muy logradas y con una banda sonora sencilla pero sensacional (para mi gusto, a la altura de otras como "El exorcista" o "Halloween) y todo eso sin un gran presupuesto y con actores jóvenes y bastante novatos.
Destacaré el papel de Freddy Kruger como asesino implacable pero a la vez casi cómico con sus victimas y a la protagonista, Nancy, es su papel de joven víctima pero a la vez valiente, que debe vencer no solo a Freddy sino también a sus padres y amigos, que lejos de ayudarla la tratan como una loca.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Destacar dos escenas de la película: 1-La primera pesadilla, con la que comienza la película, simplemnte genial. 2- La muerte de Tina, una de las más escalofriantes de la historia del cine de terror.
Si no le doy una nota mas alta a la película es porque no me gusta su final abierto con ese último ataque de Freddy Kruger, que creo solo tiene sentido para justificar las numerosas secuelas que se hicieron de este clásico.
Si no le doy una nota mas alta a la película es porque no me gusta su final abierto con ese último ataque de Freddy Kruger, que creo solo tiene sentido para justificar las numerosas secuelas que se hicieron de este clásico.
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