Viaje a Darjeeling
2007 

6,4
21.694
Comedia. Drama
Francis, Peter y Jack son tres hermanos que se han ido distanciando con el paso del tiempo y ya ni siquiera se hablan. La muerte de su padre los reúne de nuevo y de ese reencuentro surge la necesidad de volver a estrechar los lazos familiares. Francis, el mayor, propone un viaje en tren por la India a bordo del Darjeeling Limited, la línea ferroviaría que recorre el país de un extremo al otro. Ya en el tren, comienzan las disputas ... [+]
17 de noviembre de 2009
17 de noviembre de 2009
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Wes Anderson es sinónimo de película "rara", estrambótica, que roza el absurdo. Pero yo también asocio su nombre con una curiosa e innovadora manera de llegar al corazón del espectador, partiendo siempre de personajes estrafalarios y patéticos para ir, poco a poco, construyendo una historia con ellos que termina siempre conquistándonos. Ya lo hizo en Los Tenenbaums, lo hizo en Life Aquatic y ahora vuelve a hacerlo, aunque no tan brillantemente, en Viaje a Darjeeling.
El problema de las películas de Wes Anderson es que sus primeros compases suelen ser pruebas de paciencia para los espectadores menos curtidos. Los que ya lo conocemos le damos un poco más de cuello, pero aun así nos queda la sensación de que la película no termina de despegar, de que se entretiene demasiado en detalles sin importancia y que se preocupa poco en atraer la atención. Todo eso ocurre con Viaje a Darjeeling, que trata sobre tres hermanos (a cual más especial) que recorren la India a modo de "peregrinaje espiritual"; toda la película gira en torno a estos tres personajes (interpretados con mucha gracia y bastante feeling por Adrien Brody, Owen Wilson y Jason Schwartzmann), que al principio rayan lo estúpido y lo irritante y al final nos cautivan con su inocencia y la historia que esconden tras sus excentricidades.
Las películas de Wes Anderson suelen ser irregulares. En un momento tenemos una escena antológica (ya sea por su diálogo, por la situación que plantea, por las reacciones de los personajes, etc.) y luego tenemos momentos completamente intrascendentes que poco aportan al desarrollo de la trama. Eso también ocurre en Viaje en Darjeeling, que pasa de un extremo a otro en décimas de segundo. Esto suele desconcertar, para bien y para mal. Pero el bueno de Anderson, ya lo hemos dicho antes, sabe ingeniárselas para redondearlo todo, darle un sentido y enfocarlo de manera que seduzca al espectador paciente.
En cuanto a personajes y planteamiento recuerda a Life Aquatic, pero me gustó más aquélla por su carga onírica y su poderío visual. Lo que sí exhibe Darjeeling son buenas dosis de pintoresco exotismo, dado que toda la película se desarrolla en la India. En ese sentido me gustó mucho descubrir ambientes generalmente tan desconocidos, aunque sea de manera tan sui generis. En fin, son muchos los atractivos de Darjeeling, pero también son muchos los elementos que nos chirriarán en esta última película de Wes Anderson, al que siempre habrá que agradecerle, eso sí, su espíritu innovador y su particularísimo (y muy auténtico) modo de hacer cine.
El problema de las películas de Wes Anderson es que sus primeros compases suelen ser pruebas de paciencia para los espectadores menos curtidos. Los que ya lo conocemos le damos un poco más de cuello, pero aun así nos queda la sensación de que la película no termina de despegar, de que se entretiene demasiado en detalles sin importancia y que se preocupa poco en atraer la atención. Todo eso ocurre con Viaje a Darjeeling, que trata sobre tres hermanos (a cual más especial) que recorren la India a modo de "peregrinaje espiritual"; toda la película gira en torno a estos tres personajes (interpretados con mucha gracia y bastante feeling por Adrien Brody, Owen Wilson y Jason Schwartzmann), que al principio rayan lo estúpido y lo irritante y al final nos cautivan con su inocencia y la historia que esconden tras sus excentricidades.
Las películas de Wes Anderson suelen ser irregulares. En un momento tenemos una escena antológica (ya sea por su diálogo, por la situación que plantea, por las reacciones de los personajes, etc.) y luego tenemos momentos completamente intrascendentes que poco aportan al desarrollo de la trama. Eso también ocurre en Viaje en Darjeeling, que pasa de un extremo a otro en décimas de segundo. Esto suele desconcertar, para bien y para mal. Pero el bueno de Anderson, ya lo hemos dicho antes, sabe ingeniárselas para redondearlo todo, darle un sentido y enfocarlo de manera que seduzca al espectador paciente.
En cuanto a personajes y planteamiento recuerda a Life Aquatic, pero me gustó más aquélla por su carga onírica y su poderío visual. Lo que sí exhibe Darjeeling son buenas dosis de pintoresco exotismo, dado que toda la película se desarrolla en la India. En ese sentido me gustó mucho descubrir ambientes generalmente tan desconocidos, aunque sea de manera tan sui generis. En fin, son muchos los atractivos de Darjeeling, pero también son muchos los elementos que nos chirriarán en esta última película de Wes Anderson, al que siempre habrá que agradecerle, eso sí, su espíritu innovador y su particularísimo (y muy auténtico) modo de hacer cine.
2 de abril de 2010
2 de abril de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Anderson utiliza una realización y una puesta en escena de lo mas interesante, excesivamente publicitaria pero muy curiosa.
El uso de los planos frontales, casi siempre planos abiertos o americanos, los constantes paneos, que parecen barridos, para identificar los contenidos dentro del plano son muy acertados.
Lo que no me gusta tanto son los travellings laterales con los personajes ralentizados, eso si me suena a publicidad barata. Pero aun así el plano es el adecuado en cada momento eso le magnifica como buen director. El primer plano, es el plano que más se abusa en el cine actual sin ninguna justificación narrativa, esta perfectamente utilizado en cada momento.
La historia es banal, pero muy entretenida y por algunos momentos divertida. Hay que destacar la fantástica fotografía de la India, luminosa, amarilla y tremendamente sensorial.
El uso de los planos frontales, casi siempre planos abiertos o americanos, los constantes paneos, que parecen barridos, para identificar los contenidos dentro del plano son muy acertados.
Lo que no me gusta tanto son los travellings laterales con los personajes ralentizados, eso si me suena a publicidad barata. Pero aun así el plano es el adecuado en cada momento eso le magnifica como buen director. El primer plano, es el plano que más se abusa en el cine actual sin ninguna justificación narrativa, esta perfectamente utilizado en cada momento.
La historia es banal, pero muy entretenida y por algunos momentos divertida. Hay que destacar la fantástica fotografía de la India, luminosa, amarilla y tremendamente sensorial.
28 de julio de 2010
28 de julio de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizá estemos ante una filmación "popmodernista" o "pop-a-ver-qué-sale-de-todo-esto". Para mí que es más la segunda posibilidad.
Lo mejor de la historia es lo exótico del viaje a través de la India y de sus costumbres y coloridos siempre llamativos.
Lo mejor en cuanto a personajes o intérpretes es Amara Karan, es decir Rita la muchacha empleada del tren, por su belleza, su sensualidad y sobre todo por su boca; lástima que su papel sea tan reducido y la profundidad de su discurso no vaya más allá de un "no te corras dentro".
También cabe destacar después del fin, en los postcréditos, la secuencia lateral del tren avanzando por el paisaje de la India.
Aparte, como película no llega al aprobado; no obstante dada su excelente fotografía, no está de más dárselo.
Lo mejor de la historia es lo exótico del viaje a través de la India y de sus costumbres y coloridos siempre llamativos.
Lo mejor en cuanto a personajes o intérpretes es Amara Karan, es decir Rita la muchacha empleada del tren, por su belleza, su sensualidad y sobre todo por su boca; lástima que su papel sea tan reducido y la profundidad de su discurso no vaya más allá de un "no te corras dentro".
También cabe destacar después del fin, en los postcréditos, la secuencia lateral del tren avanzando por el paisaje de la India.
Aparte, como película no llega al aprobado; no obstante dada su excelente fotografía, no está de más dárselo.
15 de marzo de 2011
15 de marzo de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vi deseando hacerlo, dejándome llevar por un buen presentimiento, y no sólo no me equivoqué, si no que fue más de lo que me esperaba. Pensaba que sería la clase de película en la que los protagonistas terminan aprendiendo grandes valores y vuelven a casa, y aunque esa clase de películas también me suelen gustar, ésta fue mucho mejor de lo que esperaba. Es fantástico ver la naturalidad con la que actúan el trío de hermanos y aún así transmiten muchísima energía. No sólo las personalidades de cada uno son totalmente opuestas, si no que sus rasgos físicos son tan diferentes que al principio no te crees que den el pego. Pero Owen, Adrien y Jason logran tener una química de hermanos increíble; las muestras de afecto indirectas, las palabras de cariño y consuelo dichas con tanta normalidad, los diálogos a veces absurdos y las riñas entre ellos...es algo típico de hermanos. Cada uno de los actores cumple rigurosamente su papel.
Es una película que no me ha decepcionado y que me encanta ver siempre que tengo ganas de ver mundo desde mi casa.
Es una película que no me ha decepcionado y que me encanta ver siempre que tengo ganas de ver mundo desde mi casa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
- La primera escena, con Bill Murray haciéndonos creer que es el protagonista para luego ser desbancado por Adrien Brody que aparece con total indiferencia.
9 de junio de 2011
9 de junio de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Viaje a Darjeeling usa música de las películas de Satyajit Ray y algunas canciones pop-rock que pueden dar a entender la extraña mezcolanza que Wes Anderson parió en su cabeza a la hora de escribir su historia. La que más me gusta por ahora de su filmografía. Si dijéramos que contiene un humor intelectual y pseudo gafapasta quizá no faltaríamos a la verdad. Pero lo que me diferencia en cuanto a mi valoración a esta película es, por ejemplo, las rimas que contiene de guión, las coñas entre actores de la factoría Anderson, y las tres interpretaciones (¿o habría que hablar de una actuación conjunta?) del trío Wilson-Brody-Schwartzman.
Para empezar, su inicio, ¿un guiño a la elección de protagonistas en un casting? (Spoiler) Luego el juego de miradas, gestos, palabras, golpes, etc, entre los tres viajeros del tren. Y la azafata hindú, el revisor, el secretario de Wilson, las paradas del tren, las formas de solucionar los problemas de los hermanos, a veces democráticas, otras no tanto, los objetos que cual Harpo se saca de la manga Brody y que pertenecieron a su padre. Caigo ahora: tres hermanos, ¿homenaje a los Marx? Aunque todos hablen, en este caso.
O a los Beatles, aunque fueran cuatro y éstos tres. También los de Liverpool hicieron su pasaje a la India. Por cierto, poco que ver con la visión de otros directores sobre el país asiático. Ni Renoir, ni Lean. Anderson. No es poco decir eso. Tono aséptico y planos largos donde la cara de los tres actores tiene mucho que decir.
Historias previas a la película (ver corto Hotel Chevalier, y cierta muerte familiar) desencadenan este viaje a trasmano, accidentado y para nada aburrido. Que pasen tantas cosas en la trama y que choquen frontalmente (y se adapten sin dificultad) con el habitual estilo de humor negro-irónico de Anderson cabe meterlo en el haber del director: una historia tan limitada espacialmente (ah, los trenes en el cine, una más) pero con interés notable.
Para empezar, su inicio, ¿un guiño a la elección de protagonistas en un casting? (Spoiler) Luego el juego de miradas, gestos, palabras, golpes, etc, entre los tres viajeros del tren. Y la azafata hindú, el revisor, el secretario de Wilson, las paradas del tren, las formas de solucionar los problemas de los hermanos, a veces democráticas, otras no tanto, los objetos que cual Harpo se saca de la manga Brody y que pertenecieron a su padre. Caigo ahora: tres hermanos, ¿homenaje a los Marx? Aunque todos hablen, en este caso.
O a los Beatles, aunque fueran cuatro y éstos tres. También los de Liverpool hicieron su pasaje a la India. Por cierto, poco que ver con la visión de otros directores sobre el país asiático. Ni Renoir, ni Lean. Anderson. No es poco decir eso. Tono aséptico y planos largos donde la cara de los tres actores tiene mucho que decir.
Historias previas a la película (ver corto Hotel Chevalier, y cierta muerte familiar) desencadenan este viaje a trasmano, accidentado y para nada aburrido. Que pasen tantas cosas en la trama y que choquen frontalmente (y se adapten sin dificultad) con el habitual estilo de humor negro-irónico de Anderson cabe meterlo en el haber del director: una historia tan limitada espacialmente (ah, los trenes en el cine, una más) pero con interés notable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La carrera por alcanzar el tren por parte de Murray, el superarle Brody, alcanzar Brody el tren, dejar a Murray (protagonista de la anterior película de Anderson) en la estacada, y todo a cámara lenta, mientras suena una maravillosa canción. Así, Mr. Anderson, así se inicia (y te atrapa) una película. Maravilloso guiño cinematográfico.
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