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Nostalgia

Drama Andrei Gorchakov, un poeta ruso, recorre Italia en compañía de Eugenia con la intención de investigar la vida de un compositor del siglo XVI sobre el que está escribiendo. En su viaje se encontrarán con el apocalíptico Domenico. (FILMAFFINITY)
Críticas 51
Críticas ordenadas por utilidad
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7
7 de abril de 2024 Sé el primero en valorar esta crítica
No puedo ser muy objetiva: esta película es bastante insufrible, pero necesaria.

Se dice que el cine de Tarkovsky es poesía y no se equivocan. El ritmo de la poesía no va a la misma velocidad que el de la vida real, y podemos afirmar que Tarkovsky se toma su tiempo.

Todo tiene una finalidad, a pesar de su transcurso lento. Este es cine de imágenes y metáforas, de escenas teatrales en donde los edificios y la naturaleza tienen tanto, o más protagonismo que los humanos.

El uso de la música me llamó la atención bastante. Es una película de 1983 y reconozco esa "ranciedad" típica de la época en las melodías de la banda sonora, pero Tarkovsky me sorprende con el uso de sintetizadores - e incluso un par de "scratch" - en un par de ocasiones. Crea disrupción y violencia, y es altamente efectivo.

El foco de la trama es la nostalgia. Principalmente se busca mostrar el sufrimiento que causa ese sentimiento para el que algunos idiomas tienen palabras propias ("nostalgia de casa"), morriña, Heimweh, homesickness... Sin embargo, Tarkovsky amplía esta idea y la extiende a la soledad de la humanidad, a la desconexión con la naturaleza, con la patria propia incluso cuando se está dentro de ella, con el desamor, con el vacío existencial.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El protagonista, Andrej Gorchakov, es un exiliado ruso que ha dejado a su familia atrás y que persigue a otro exiliado artista que tiene el mismo sentimiento de nostalgia que él (se escriben correspondencia). Asimismo, Gorchakov tiene una amante italiana por tener, porque no la quiere y eso es evidente, hasta el punto en el que ella se cabrea y lo abandona (no la culpo, su amante se ha tirado 20 minutos mirándose a un espejo).

Hay ciertas imágenes poderosas (y alguna excesiva en metraje), como la de Gorchakov paseándose por unas ruinas inundadas manteniendo una vela encendida, como si fuera la llama de su propia vida. Esto lo hace en favor de un hermitaño, Domenico, "el loco del pueblo", que en su día tuvo encerrada a toda su familia dentro de su casa durante 7 años "porque quería protegerlos del fin del mundo". Finalmente lograron escapar y abandonarlo.
La segunda escena interesante es la del suicidio de Domenico en medio de la Piazza del Campidoglio en Roma. Da un discurso digno de Zaratustra, declarando que el mundo ha llegado a su fin, ya no hay grandes maestros, ya no podemos convivir entre nuestro cuerpo y la mente. Tanto él como el personaje de la amante de Gorchakov, Eugenia, mencionan la libertad: ¿para qué sirve si no sabemos qué hacer con ella?
Se dice que Tarkovsky no era mucho de expresar sus ideas políticas, pero yo creo ver más allá de lo que el nombra como nostalgia. Parece un director sumido en el dolor de la contradicción de haber vivido entre dos mundos, el comunista y el capitalista.

"La sociedad debe unirse de nuevo, no fragmentarse" dice Domenico.
"¿Qué solución sugieres para (que entendamos las obras en otros idiomas?)" pregunta Eugenia.
"Que dejen de existir las fronteras políticas" le responde Gorchakov, hastiado.

Comienza la película con "Kumushki", de Olga Sergeeva, y es con esta misma canción con la que cierra la última escena. Se dice que Tarkovsky era un "tradicionalista". Eso creo yo también. Tan defensor de la particularidad de la cultura rusa que desconfiaba totalmente de las traducciones literarias. Estaba convencido de que un italiano no podía entender a Dostoievsky de la misma forma en que un ruso jamás comprendería a Dante. Discrepo totalmente, pero hablamos de un señor muy escéptico con todo, y al mismo tiempo un romántico, como los nacionalistas del siglo XVIII. Imaginaros la contradicción.

Gorvachov aguanta paseando con su vela tanto tiempo como Tarkovsky le permite, hasta que finalmente se derrumba.
Eugenia nos dice que sale con un nuevo hombre y que es feliz, pronto se irán a la India. Mira a la cámara y sus ojos siguen tristes, como los de la esposa que Gorchakov ha dejado atrás.

Domenico y Andrej son unos incomprendidos, uno "lleno de fe", el otro falto de ella. Ambos se miran al espejo: uno encerró a su mujer y sus hijos, el otro abandonó a los suyos sin pena alguna. A pesar de proclamarse en pos de la verdad y la solidaridad, se convierten en hermitaños que alejan a todos aquellos a los que aman de su lado.

Nadie adopta al pastor alemán.
8
19 de febrero de 2025 Sé el primero en valorar esta crítica
Nostalgia es una película complicada: como ha pasado con muchos directores, es un film excesivamente personal, íntimo, cerrado. El expulsado Tarkovsky extrañaba la pachamama y nos muestra como él vive el exilio, una enfermedad para el ruso promedio.

A favor, quizás sea LA película más bella de la historia, o al menos en un Top Ten entra seguro. Cada plano es una pintura al óleo. Cuidadisimo cada centímetro de cada cuadro, cada sombra, cada color, se nota la experiencia del ruso en ya sus 15 años de carrera para ese entonces.

También es un proyecto donde se da todos los gustos: no le importa el ritmo, los diálogos, se lo siente "haciendo lo que quiere". El resultado es ambiguo: como dije antes, una película estéticamente implacable. Pero también una cuya trama es casi inexistente. Por supuesto que a un segundo o tercer visionado se desculan más cosas sobre su paso por la toscana, la censura que vivió, las simbologías que ya son costumbre (como la importancia del agua, acá más que nunca) pero si bien es hipnótica en su poesía visual se hace agotadora.

Tiene grandes momentos "Stalekereanos", va por la misma senda pero quizás con menos filosofía implícita. Es un ejercicio para aquellos que se estén adentrando en el cine de autor, que aquí compone un ejemplo cumbre.

Le iba a poner un 7 ya que, sinceramente, me parece un tanto pedante y pretenciosa por momentos. Pero el último acto retoma el ritmo y, como ya vasto dije acá, es tan bella e hipnótica que no pasa desapercibida. Y me paso algo similar a la gran Andrei Rublev (que pude apreciar más): me dejó pensando. Algo que no siempre pasa al terminar de ver una peli, y que uno valora cada vez más.
6
1 de marzo de 2023 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me cabe la más mínima duda de que Tarkovsky es un genio, un artista como pocos, capaz de componer una película como si fuera una impresionante composición de cuadros a cual más hermoso y sugerente. Dicho lo cual, poco más. Aparte de la impresionante hermosura de sus composiciones, tanto en grandes planos secuencia (hipnóticos a la par que eternos) como en esos pequeños bodegones (tan bellos como crípticos), muy poco se puede decir en favor de la película. Las interpretaciones, complejísimas, están muy buen resueltas por un elenco estupendo, pero cada vez que abren la boca es como si se detruyera toda la magia del conjunto: lugares comunes, vaciedades pretendidamente profundas, feminidades patéticamente ofendidas, discursos que se quieren profundos pero que son más simples que el mecanismo de un sonajero...

Tarkovsky es un genio de la imagen, pero se le va toda la fuerza en cuanto intenta contar algo (si es que de verdad quiere contar algo, que ésa es otra). Como una gaseosa diseñada maravillosamente: en cuanto la abres, se le va todo el gas.
5
10 de septiembre de 2021 0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya no quedan maestros
Solo estamos nosotros
¿Qué nos queda, luchar?
En el suelo, cristales rotos.

Volver al camino esencial
Tomamos el camino erróneo
Vuela en el cielo un gavilán
Retira el pan, te quedan trozos.

Se inmola en el mar
La vida en las piedras
Bebe un trago, piedad,
Yerbas, amad, manojos.

Una vela encendida
Un cáliz ardiente
Una bóveda altiva
El espejo silente.

El recuerdo lejano
La locura en tu mano
De edificios hermosos
Solo quedan despojos.



Fuera de categoría. ¿Un 5?. ¿Un 10?. Esto no es una película, es otra cosa. Desde ahí, le pondría un 10.
1 + 1 = 1
5 + 5 = 5
1
19 de agosto de 2011
31 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que el director se equivocó en el título, porque más que nostalgia lo que provoca este film es somnolencia.

Me considero un buen cinéfilo y me atrevo con todo tipo de géneros, de hecho me encanta el cine de autor, creativo y sugerente, en el que se realiza una apuesta arriesgada y se profundiza en temas nada fáciles, pero ante todo, no hay que olvidarse jamás del principal objetivo del 7º arte...ENTRETENER.

Este film puede ser todo lo profundo que tu mente te permita, arriesgado como el que más y con grandes derroches de creatividad pero no tiene ritmo (ojo, no digo que sea lento, porque hay films lentos como por ejemplo el piano que esa lentitud aún te cautiva más), es prácticamente incomprensible por el 99% de la población y las escenas alargadas por movimientos no lentos, lentísimos, de camara aún lo hacen más soporífero. En definitiva, no entretiene nada.

Mi recomendación es que lo veas 10 minutos, pero si en esos 10 minutos ya estás fuera del film y te aburre déjalo de ver, porque vas a sufrirlo más que disfrutarlo.

Para que no se diga que no digo nada bueno, la fotografía es excelente.
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