La importancia de llamarse Ernesto y la gilipollez de llamarse Eric

*Ernesto versus Eric

Ernesto Jiménez Linares en la vida personal y Eric su alter ego musical, batería de conocidos grupos granadinos como Lagartija Nick y Los Planetas. La importancia de llamarse Ernesto y la gilipollez de llamarse Eric resume en su largo título el doble contenido sobre éste personaje único, tan interesante en su faceta musical como aún más en su vida.

El guion del también director del largometraje, César Martínez Herrada, desarrolla en paralelo la vida de Ernesto desde la infancia junto a su larga carrera musical en varios grupos de Granada. Cuenta con mucho gracejo, sus orígenes familiares bastante peculiares, por lo que creció desde pequeño viviendo con su madre y su único hermano algo mayor que él, viendo al padre muy ocasionalmente.

Desde pequeño aprende en la universidad de la calle y la vida, demostrando grandes dosis de exitoso buscavidas. Comienza a tocar la trompeta en la banda de la OJE, desenvolviéndose después en los ambientes musicales granadinos tratando de abrirse paso. Se casa a los dieciséis años, como manera de independizarse y vivir su vida acelerada.

Ernesto va comentando con mucha chispa su ajetreada vida, desde su admiración y estrecha relación con su madre Dora, Adoración, su conocimiento de los tranquilos de los portales y el pintoresco personaje que fue su padre. Aunque fue un padre distante sin embargo influyó en su manera de tomarse la vida, era un terrateniente casado con una francesa, que puso a su madre como modo de ganarse la vida una pensión de huéspedes, para no tener que pagarle una pensión económica.

Por el relato pasan sus primeros devaneos con las drogas al borde del precipicio, así como sus pasos por el Albaicín y las cuevas del Sacromonte, más en los ambientes alternativos de la época en Granada.

*Desde KGB a Lagartija Nick y Los Planetas

La importancia de llamarse Ernesto y la gilipollez de llamarse Eric se alimenta de muchas grabaciones y material de archivo que el buen montaje de Pablo Barce engarza con soltura, coherencia y sin disonancias narrativas. La cámara de Juan Pérez Fajardo contribuye también adecuadamente a la unidad de imagen del documental.

Describe sus comienzos musicales, siguiendo el estilo del momento del punk en los años ochenta tocando la batería en la banda KGB. Luego pasa al que más tarde sería mítico grupo Lagartija Nick, formando parte de la banda hasta 1998. De ésta época son las conocidas grabaciones de los discos con los temas Inercia, Su, Omega y Val del Omar. Omega contó con el cantaor flamenco Enrique Morente, convirtiéndose éste canción en un gran referente de la música a nivel nacional.

La importancia de llamarse Ernesto y la gilipollez de llamarse Eric recoge cortes de muchas actuaciones de ésta etapa musical, así como de la siguiente cuando pasa a formar parte de manera estable como batería de Los Planetas. Paralelamente Eric hizo colaboraciones puntuales con otros grupos granadinos menos conocidos, donde siempre se caracterizó por su gran fuerza en la batería con la que se convirtió en uno de los mejores músicos a nivel nacional.

Sus testimonios personales, narrados con mucha desenvoltura y humor, dan brillo y entretenimiento durante el largometraje, siendo un personaje atrayente por sí mismo. También se mencionan los libros autobiográficos que ha escrito, “Cuatro millones de golpes. La insólita y emocionante historia del batería de Lagartija Nick y Los Planetas” y “Viaje al centro de mi cerebro”, ambos en Plaza& Janés.

*La nueva vida de Ernesto y Eric

La divertida narración del viaje por su intensa vida llega hasta la actualidad, donde se confiesa “morentiano sin ser flamenco”, por su gran admiración hacia el fallecido Enrique Morente. Ahora mucho más reposado en su manera de vivir que hace veinte años, sigue tocando la batería con su gran intensidad y maestría, continuando haciendo colaboraciones con otros grupos.

Sobre su vida actual, con su nueva compañera Guille Rubio y la única hija de su temprano matrimonio, se ocupa el documental cuando reconoce que se siente totalmente feliz y muy completo. La importancia de llamarse Ernesto y la gilipollez de llamarse Eric, es un intenso recorrido por sus tres vidas, apurando cada momento, que abarca su larga trayectoria desde niño hasta el momento actual.

La suya es una vida de libro y de cine, muy bien narrada en el documental gracias al guion elaborado por su director César Martínez Herrada. Pieza única para conocer y sobretodo entender a éste personaje camaleónico llamado Eric. Personaje surrealista que se abre ante la cámara con ironía y total sinceridad, en lo público y en lo privado.

Reconoce haber aprendido de todo el mundo, incluido su padre maestro de la mentira que le ha hecho ahora querer ser con su hija el padre que él no tuvo. Su hermano también nos complementa el conocimiento y la visión de Ernesto, desde su buena relación y convivencia desde niños.

La importancia de llamarse Ernesto y la gilipollez de llamarse Eric redondo financiado por Canal Sur, que de manera entretenida hace el relato completo de Ernesto y Eric, que aunque paralelos confluyen equilibradamente en la misma persona durante su larga trayectoria.

*Conclusión

La importancia de llamarse Ernesto y la gilipollez de llamarse Eric, es un documental del guionista y director César Martínez Herrada, que recorre en paralelo las vidas complementarias de Ernesto Jiménez Linares y Eric, batería de Lagartija Nick y Los Planetas. En su narración descubrimos muchos aspectos desconocidos de su vida y carrera musical, siendo considerado uno de los mejores baterías de España. El largometraje resume de manera bastante completa éste personaje carismático que sigue muy activo actualmente.

Escrito por Fernando Gálligo Estévez