La lluvia del Diablo

Interesante aunque fallido filme, que no funciona del todo y mantiene el interés sólo a ratos. Tiene momentos bastante inquietantes y con una atmósfera opresiva bastante lograda. En ciertos momentos, me recuerda un western.

La escena más celebrada del filme, esa señora orgía 'blandibludera', no me extraña que fuese la 'base' para la escena final de 'Society', del señor Yuzna.

El cartel es una auténtica joyita.

Antes de ser estudioso del cine y sus técnicas, soy espectador; del mismo modo en que, antes de ser escritor de novelas, soy lector. Filmaffinitty es un punto de referencia para el espectador, y todo aficionado al cine que desea saber si un filme merece o no la pena; a pesar de que opiniones las hay como estrellas en el firmamento.De buena, buenísima, a mala, malísima, o simplemente pasable, la película que nos ocupa merece el calificativo de: FLOJA.
Me adscribo totalmente a la otra crítica, pergeñada por el Maestro de Marionetas. Es ésta una película fallida, con secuencias mal planificadas y encuadres faltos de pulso. Los mismo ocurre con el montaje: rápido cuando no debería serlo, y cansino cuando lo que prima es la abreviatura; lo que hace que las secuencias que protagoniza la secta se nos hagan interminables; por no hablar del dilatado y repetitivo final.
Ni Borgine, ni Skerrit, ni Shatner, logran salvar la función, sumiéndonos en el sueño de los justos.

No sé si pedir disculpas por añadir algo más a lo ya dicho... ¿Entretenida?, a ratos cuando no te acecha lo monótono de las secuencias satánicas. Curiosa diría yo, más bien en ciertos momentos, en la atmósfera opresiva de la persecución y acoso y poca cosa más. No es una película buena, sería pasable si hubieran recortado esa escena final de Blandiblub que hace la competencia a The Blob en lugar de aterrar. Si se saborea en blanco y negro y no en color hasta se hacen más creíbles. Penoso lo de la sangre de colorines variados, sin comentarios. En fin, lo verdaderamente curioso es que esta película fue asesorada técnicamente por Anton Lavey creador de la Iglesia de Satán. ¿Cómo haría prosélitos Anton Lavery con una escenografía como esta?. Eso sí es un misterio. Lo único realmente conseguido en este film son las cejas de Borgnine, lo mejor de toda la escenografía; la belleza de Joan Prather; y una coletilla final que es tal vez lo más inesperado.

Una cuestión: ¿Hasta dónde beben esos satánicos de Blandibub de los radioactivos encapuchados de The Omega Man de Boris Sagal de 1971?. Si las comparas entonces puedes entrar en depresión...y comienzas a odiar a Borgnine, Shatner y al satanismo sin querer. Y al fin y al cabo ellos no tienen la culpa de semejante film.

Un dilema moral: ¿Cómo volver a ver una del Oeste de Borgnine como Ana Caulder o Los Vengadores después de verlo travestido de chivo demoniaco en el Oeste?. Si Borgnine no fuera Borgnine su carrera se hubiera acabado con semejante disfraz. Verdaderamente aterrador.

Un reto: ¡Encuentra a John Travolta en el film...!. Ni Wally con su gorro y bufanda lo haría mejor.

Me parecía interesante, a priori, esta obra por su asunto y por su director, pero he de reconocer que no es una buena película, pese a algunos aciertos parciales y puntuales. El guión es un tanto confuso, Ernest Borgnine no era tal vez el actor más adecuado para el papel de líder de secta satánica, y del final trataré abajo.

Destaca, eso sí, la imaginería desplegada: los acólitos de la secta satánica van vestidos de negro, carecen de ojos, y, cuando las cosas se ponen mal, se derriten lentamente, convirtiéndose en cera líquida. El reparto es interesante, los escenarios desérticos son sorprendentes y misteriosos, y el argumento promete, pero todo se va al traste por una dirección, una producción, un guión y un montaje que no convencen y dejan mucho que desear.

Sucia, irregular, intrigante, llamativa, cutre, hortera, mediocre, siniestra y diabólica producción de serie B con toques de suspense y terror, en la que un grupo de individuos llegan a un poblado en el que ocurren cosas extrañas en lo que parece deberse todo a los movimientos de una secta diabólica.
Nos encontramos ante una producción de calidad técnica inferior, en una historia que deja espacio para el suspense, con terror y toques de humor que llegan a combinar de forma inteligente.
La lluvia del Diablo, queda como una interesante y peculiar muestra de serie B, en la que disfrutar de la presencia y capacidad para aceptar todo tipo de papeles del ganador del Oscar, Ernest Borgnine.