Sexy por accidente
2018 

4,9
3.277
Comedia
Una chica corriente (Amy Schumer), que se enfrenta cada día a sus inseguridades, despierta de una caída creyendo que de repente es la mujer más bella y segura del planeta. Con esta nueva confianza en sí misma se siente capaz de vivir su vida sin complejos ni limitaciones pero, ¿qué pasará cuando se dé cuenta de que su apariencia en realidad no ha cambiado?
22 de julio de 2018
22 de julio de 2018
45 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi mente no entiende nada. Amy Schumer es una mujer guapa, para los standard de la sociedad esquelética es una mujer con curvas, pero atractiva, guapa y real. Entonces toda la película se basa en hacer bromas en las que va a un clip de striptease y nos tenemos que reír porque está "gorda" (que no lo está) y ¡Dios nos libre! ¡Cómo osa una gorda creerse guapa y sexy! Ella cree que es guapa porque se ha dado un golpe en la cabeza y nosotros nos reímos porque ¡¡¡¡Tiene una talla 40!!!! jajajajaja en una talla 40 se cree que puede bailar!!
Si encontrais en esa frase humor está película es para vosotros, pero antes visitad un psicólogo o tiraos por el puente más cercano (lo dejo a libre elección) porque realmente tenéis un problema. La película también se ríe de hombres que hacen Zumba, porque eso es de mujeres (no sé si gordas o no, la verdad), y de la gente con confianza en sí mismo (y ahi ponen una música inspiradora y triste) porque cómo te atreves a estar seguro de quién eres si eres gorda o haces Zumba.
Verdaderamente insultante, tóxica, dañina, venenosa, irritante, denigrante, vergonzosa y lo peor de todo: es que encima no hace gracia. La peor película del año y de mucho tiempo. Sus creadores deberían estar avergonzados de sí mismos
Si encontrais en esa frase humor está película es para vosotros, pero antes visitad un psicólogo o tiraos por el puente más cercano (lo dejo a libre elección) porque realmente tenéis un problema. La película también se ríe de hombres que hacen Zumba, porque eso es de mujeres (no sé si gordas o no, la verdad), y de la gente con confianza en sí mismo (y ahi ponen una música inspiradora y triste) porque cómo te atreves a estar seguro de quién eres si eres gorda o haces Zumba.
Verdaderamente insultante, tóxica, dañina, venenosa, irritante, denigrante, vergonzosa y lo peor de todo: es que encima no hace gracia. La peor película del año y de mucho tiempo. Sus creadores deberían estar avergonzados de sí mismos
19 de junio de 2018
19 de junio de 2018
24 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues mirar ¿Qué queréis que "sus" diga? Como dice un alma gemela de esta página. A mi me ha gustao... fundamentalmente al principio, así cuando la vida no le sonríe hasta que se lleva el osti... en el gimnasio.
Uno tiene que aceptar su realidad personal de persona humana, sea como sea. Mi abuela siempre decía: "La suerte de la fea la guapa la desea" Tampoco hay que exagerar.
Amy Schumer encarna con soltura su personaje, teniendo esos kilos justos para que la entendamos pero sin resultar grotesca.
Uno tiene que aceptar su realidad personal de persona humana, sea como sea. Mi abuela siempre decía: "La suerte de la fea la guapa la desea" Tampoco hay que exagerar.
Amy Schumer encarna con soltura su personaje, teniendo esos kilos justos para que la entendamos pero sin resultar grotesca.
15 de octubre de 2018
15 de octubre de 2018
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película tiene un mensaje importante (que hay que tener confianza en uno mismo, y aceptarse uno tal como es) lo que hay que saber valorar. Pero como película en sí no es una maravilla. A veces baja el ritmo y tiene momentos con poca lógica. Es cierto que me ha hecho gracia algunas bromas, y he pasado el rato. No esperes mucho de ella y seguro que la disfrutarás
16 de junio de 2018
16 de junio de 2018
13 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede que no estemos ante una super producción de Hollywood como las recientes Han Solo (Ron Howard, 2018) o Jurassic World: El Reino Caído (J.A. Bayona, 2018), pero, sin duda alguna, el visionado de este cinta protagonizada por la comediante y monologuista Amy Schumer me ha supuesto un soplo de aire fresco en la cartelera. El aire fresco va muy bien a veces, no siempre, pero sí cuando el calor hace estragos. La verdad es que he salido de la sala muy contento, me he divertido. No es una obra maestra, pero me ha resultado muy entretenida y encima contiene moraleja.
Como he dicho antes, la película está protagonizada por Amy Schumer, que no es precisamente un símbolo de belleza, pero consigue hacer suyo y creíble su personaje, el de una chica con dos buenas amigas que siempre la apoyan y que se siente insegura con ella misma hasta que un buen día, mientras está en una clase de bicicleta estática, sufre una caída desafortunada. Al despertarse y mirarse en el espejo se ve como una chica completamente diferente, una la mar de guapa y decidida. A partir de aquí, su vida va a dar un gran giro inesperado.
Como he dicho antes, la película está protagonizada por Amy Schumer, que no es precisamente un símbolo de belleza, pero consigue hacer suyo y creíble su personaje, el de una chica con dos buenas amigas que siempre la apoyan y que se siente insegura con ella misma hasta que un buen día, mientras está en una clase de bicicleta estática, sufre una caída desafortunada. Al despertarse y mirarse en el espejo se ve como una chica completamente diferente, una la mar de guapa y decidida. A partir de aquí, su vida va a dar un gran giro inesperado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Junto a ella la acompañan, dejando de lado las maravillosas modelos que aparecen de tanto en tanto a lo largo del metraje, Michelle Williams como la jefa de la protagonista (me ha gustado la voz de doblaje, no sé qué tal estará en versión original en inglés, pero la voz en español es hilarante), Rory Scovel como el novio de la Schumer en la película y un santo de chico, Emily Ratajkowski (sale muy guapa, aquí su personaje le va como anillo al dedo, y encima tiene más diálogo que en aquella película titulada Perdida con Ben Affleck), y Naomi Campbell, que se podría considerar a su personaje a modo de cameo, ya que aparece en contadas ocasiones.
Lo poco que he visto con la Schumer en el reparto no me ha disgutado, así que la película que ahora nos ocupa cumple con su objetivo que es el de hacer pasar cerca de dos horas la mar de entretenidas. Cierto es que, y siendo sinceros, habría pedido a los directores que hubieran reducido el metraje a hora y media o a cien minutos. Dos horas para una comedia lo encuentro algo largo. Aunque, siempre hay casos como los de las películas de Judd Apatow tipo Hazme reír (Funny People, 2009) y que se le puede perdonar su metraje. Schumer no es una chica delgada, pero sí que sabe sentirse bien con ella misma y no tiene ninguna clase de pudor en mostrar su cuerpo. Hay mucha gente en el mundo real que se siente igual que la protagonista, y seguro que podrán darse cuenta de la bonita moraleja final de esta película. Mi nota final es de 7/10.
Lo poco que he visto con la Schumer en el reparto no me ha disgutado, así que la película que ahora nos ocupa cumple con su objetivo que es el de hacer pasar cerca de dos horas la mar de entretenidas. Cierto es que, y siendo sinceros, habría pedido a los directores que hubieran reducido el metraje a hora y media o a cien minutos. Dos horas para una comedia lo encuentro algo largo. Aunque, siempre hay casos como los de las películas de Judd Apatow tipo Hazme reír (Funny People, 2009) y que se le puede perdonar su metraje. Schumer no es una chica delgada, pero sí que sabe sentirse bien con ella misma y no tiene ninguna clase de pudor en mostrar su cuerpo. Hay mucha gente en el mundo real que se siente igual que la protagonista, y seguro que podrán darse cuenta de la bonita moraleja final de esta película. Mi nota final es de 7/10.
14 de junio de 2018
14 de junio de 2018
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las intenciones no bastan. Las de los cineastas y guionistas Abby Kohn y Marc Silverstein y la comediante americana de Stand-Up Amy Schumer pudieron ser potables, también muy estratégicas, pero su más nueva comedia mainstream “I Feel Pretty” visita tantos lugares y caminos comunes del género tratando sus propósitos apológicos que acaba por girar en círculos, atascándose y perdiendo cuan mínimo ápice de efecto trasformador o conexión con la audiencia.
La nominada al Globo de Oro Amy Schumer principió en el mundo de las artes audiovisuales con series americanas de inclinación humorística que le sirvieron como pausada catapulta a la fama, un gran reconocimiento que vino en nombre de “Saturday Night Live.” Años después, se gestó el rol salvador, aquel volvió a sacarla a flote, esta vez alejada de la pantalla chica, era su tercera incursión en el cine Hollywoodense, una grande. Muchos coinciden en que el meteórico deterioro corresponde a una selección incorrecta de trabajos, pues la actriz y guionista conoce como brillar con roles e ideas personales, con las que se relaciona y entiende. Por tal motivo, se pensaba que su más reciente película, aun no estando escrita por ella, sería la excusa perfecta para regresar a las masas para pronunciar un importante y personalizado mensaje de amor propio, empoderamiento femenino y aceptación corporal por medio de un largometraje lo suficientemente inteligente e irreverentemente diferente que defendiera el pensamiento de que un gran cast femenino puede sacar adelante productos con propósito social y moral; decepcionantemente, esta es una excepción.
Schumer impregna a Renee de la malicia, afabilidad y magnetismo necesarios como para tejer un nexo solido entre la historia, el personaje y la audiencia, conllevando a que este mini-universo adquiera un liviano código de congruencia, es decir, los personajes y sus acciones no son ajenas o insertadas gracias a, amén de la siempre correcta protagonista, el trasfondo “distinto” del galán en función interpretado por Rory Scovel, asimismo del grupo actoral de soporte que proporciona interpretaciones que rozan lo aceptable, en especial Michelle Williams, ¿Qué haces tú aquí?
El gran problema no radica en sus actores, reside en un lugar mucho más perverso: su guion. El punto de partida para el filme es más que sugestivo, aunque un poco ventajoso teniendo en cuenta el acalorado panorama de género hoy en día en la industria, aunque, sin vistas demasiado profundas, se concluye que eso fue lo que motivó principalmente a STX Entertainment y a las dos casas productoras para formar, lo más rápido posible, un filme de tal calibre con una dama de amplia influencia social en primera plana, pues desde sus inicios la actriz ha sido una ferviente defensora de los derechos de la mujer, reflejando sus pensamientos en la mayoría de los roles que crea. La historia concebida a cuatro manos por los mismo directores, quienes ya pueden hacer gala de una experiencia medianamente aplaudible en el género de la comedia romántica, se conforma con presentar los puntos requeridos para hacer funcionar una típica comedia de amor sorprendentemente extensa, sin embargo, es apreciable que la historia hace sus mejores esfuerzos por no quedarse embarrada en medio de tal género, pues desde el inicio su principal móvil es esclarecer el dilema y, por tanto, el desorientado mensaje de aceptación que bombardea valiosas críticas hacia las compañías de “belleza.” Intentando lidiar con la imparable cascada de estereotipos, la película deja caer, sin recuperación, grandes oportunidades que se quedan en insulsas exposiciones mientras con el tiempo, aproximadamente en el interminable tercer acto, la situación se agrava ya que es perceptible como los guionistas luchan por dar con una resolución clara, precisa y supuestamente audaz al leitmotiv, discursos y charlas motivacionales con demasiadas mujeres entre la multitud ya no son suficientes para un verdadero impacto. Hay un pathos deleble y, sin rodeos, la esencia del filme es tan distorsionada y estirada que el poderoso debate que pudo haber provocado se esfuma en el caluroso y divertido aire matiné. Se vuelve excesivamente larga y narrativamente farragosa debido a que los guionistas optan por cerrar cuan mínima sub-trama infradesarrollada— sí, les hablamos a ustedes Emily Ratajkowski y Michelle Williams,— una decisión perjudicial e infundamentada.
No sería una película de Amy Schumer sin sus característicos gags visuales, que, a propósito, son de alcance desternillante, no obstante, la verdadera comedia yace en su premisa como tal, el propulsor de la historia es tan inherentemente cómico que miles de mejor aprovechadas situaciones hubieran reaccionado si se extrajera de la fórmula el “interés amoroso,” pero aun así, a costa de la innegable fuerza de la propuesta, cada momento adquiere un aire preestablecido de jocosidad, despreocupación y ocurrencia; la primera hora es un disfrute de intermitentes carcajadas que más allá de convertirse en la gran enseñanza (hazaña) femenina del 2018, consigue ser una cinta disfrutable, que basa sus fortalezas nuevamente en una glamurosa comediante.
“I Feel Pretty” de Abby Kohn y Marc Silverstein extravía su raison d'être a mitad de camino y revuelve sus propósitos neurálgicos, pero en recompensa, propone un regocijante pasatiempo en gran parte por el innegable carisma de su actriz protagonista y la absurdamente hilarante historia central. No es su nueva “Trainwreck,” ni tampoco el largometraje que redireccionará el alto índice de hombres y mujeres que presentan una baja autoestima a causa de una cada vez más superficial e indolente sociedad, pues derrocha sobremanera los poderosos mensajes que pudo haber producido. Al menos, no estamos en frente de un aparatoso bodrio cinematográfico, este es un filme desorientado que nunca se mira al espejo para conoce cuáles son sus principales fortalezas, unas que sabe aprovechar, otras que dejar pasar.
La nominada al Globo de Oro Amy Schumer principió en el mundo de las artes audiovisuales con series americanas de inclinación humorística que le sirvieron como pausada catapulta a la fama, un gran reconocimiento que vino en nombre de “Saturday Night Live.” Años después, se gestó el rol salvador, aquel volvió a sacarla a flote, esta vez alejada de la pantalla chica, era su tercera incursión en el cine Hollywoodense, una grande. Muchos coinciden en que el meteórico deterioro corresponde a una selección incorrecta de trabajos, pues la actriz y guionista conoce como brillar con roles e ideas personales, con las que se relaciona y entiende. Por tal motivo, se pensaba que su más reciente película, aun no estando escrita por ella, sería la excusa perfecta para regresar a las masas para pronunciar un importante y personalizado mensaje de amor propio, empoderamiento femenino y aceptación corporal por medio de un largometraje lo suficientemente inteligente e irreverentemente diferente que defendiera el pensamiento de que un gran cast femenino puede sacar adelante productos con propósito social y moral; decepcionantemente, esta es una excepción.
Schumer impregna a Renee de la malicia, afabilidad y magnetismo necesarios como para tejer un nexo solido entre la historia, el personaje y la audiencia, conllevando a que este mini-universo adquiera un liviano código de congruencia, es decir, los personajes y sus acciones no son ajenas o insertadas gracias a, amén de la siempre correcta protagonista, el trasfondo “distinto” del galán en función interpretado por Rory Scovel, asimismo del grupo actoral de soporte que proporciona interpretaciones que rozan lo aceptable, en especial Michelle Williams, ¿Qué haces tú aquí?
El gran problema no radica en sus actores, reside en un lugar mucho más perverso: su guion. El punto de partida para el filme es más que sugestivo, aunque un poco ventajoso teniendo en cuenta el acalorado panorama de género hoy en día en la industria, aunque, sin vistas demasiado profundas, se concluye que eso fue lo que motivó principalmente a STX Entertainment y a las dos casas productoras para formar, lo más rápido posible, un filme de tal calibre con una dama de amplia influencia social en primera plana, pues desde sus inicios la actriz ha sido una ferviente defensora de los derechos de la mujer, reflejando sus pensamientos en la mayoría de los roles que crea. La historia concebida a cuatro manos por los mismo directores, quienes ya pueden hacer gala de una experiencia medianamente aplaudible en el género de la comedia romántica, se conforma con presentar los puntos requeridos para hacer funcionar una típica comedia de amor sorprendentemente extensa, sin embargo, es apreciable que la historia hace sus mejores esfuerzos por no quedarse embarrada en medio de tal género, pues desde el inicio su principal móvil es esclarecer el dilema y, por tanto, el desorientado mensaje de aceptación que bombardea valiosas críticas hacia las compañías de “belleza.” Intentando lidiar con la imparable cascada de estereotipos, la película deja caer, sin recuperación, grandes oportunidades que se quedan en insulsas exposiciones mientras con el tiempo, aproximadamente en el interminable tercer acto, la situación se agrava ya que es perceptible como los guionistas luchan por dar con una resolución clara, precisa y supuestamente audaz al leitmotiv, discursos y charlas motivacionales con demasiadas mujeres entre la multitud ya no son suficientes para un verdadero impacto. Hay un pathos deleble y, sin rodeos, la esencia del filme es tan distorsionada y estirada que el poderoso debate que pudo haber provocado se esfuma en el caluroso y divertido aire matiné. Se vuelve excesivamente larga y narrativamente farragosa debido a que los guionistas optan por cerrar cuan mínima sub-trama infradesarrollada— sí, les hablamos a ustedes Emily Ratajkowski y Michelle Williams,— una decisión perjudicial e infundamentada.
No sería una película de Amy Schumer sin sus característicos gags visuales, que, a propósito, son de alcance desternillante, no obstante, la verdadera comedia yace en su premisa como tal, el propulsor de la historia es tan inherentemente cómico que miles de mejor aprovechadas situaciones hubieran reaccionado si se extrajera de la fórmula el “interés amoroso,” pero aun así, a costa de la innegable fuerza de la propuesta, cada momento adquiere un aire preestablecido de jocosidad, despreocupación y ocurrencia; la primera hora es un disfrute de intermitentes carcajadas que más allá de convertirse en la gran enseñanza (hazaña) femenina del 2018, consigue ser una cinta disfrutable, que basa sus fortalezas nuevamente en una glamurosa comediante.
“I Feel Pretty” de Abby Kohn y Marc Silverstein extravía su raison d'être a mitad de camino y revuelve sus propósitos neurálgicos, pero en recompensa, propone un regocijante pasatiempo en gran parte por el innegable carisma de su actriz protagonista y la absurdamente hilarante historia central. No es su nueva “Trainwreck,” ni tampoco el largometraje que redireccionará el alto índice de hombres y mujeres que presentan una baja autoestima a causa de una cada vez más superficial e indolente sociedad, pues derrocha sobremanera los poderosos mensajes que pudo haber producido. Al menos, no estamos en frente de un aparatoso bodrio cinematográfico, este es un filme desorientado que nunca se mira al espejo para conoce cuáles son sus principales fortalezas, unas que sabe aprovechar, otras que dejar pasar.
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