El hombre de paja

Sólido drama afectivo-social. Sin fisuras, siempre al grano, sin escatimar crudezas, ni caer en edulcoraciones que lo hiciesen más digerible.
Dosifica sabiamente:
Alegrías, penas, dureza, situaciones triviales, dramatismo; formando un conglomerado homogéneo de cotidianidad que transpira, suda humanidad.
La Italia de los 50'; una familia obrera y su entorno social, las pequeñas miserias y alegrías de cada día.
Rezuma Verdad, evita juzgar. Muestra unos hechos y sus consecuencias en una época determinada.
Grandes interpretaciones en un acertado blanco y negro. Pietro Germi dominaba el tempo narrativo como pocos. Es infrecuente en su filmografía que alargue una escena más de lo debido, la concisión narrativa e ir al meollo, a lo que importa era otro de sus puntos fuertes como cineasta.
Solía colaborar en los guiones.
Aparte de su consabida faceta como actor temperamental, de carácter. Un director mucho menos reconocido de lo que debería, aunque eso para mí, lo hace más grande.
P.D. No es ninguna adolescente, como se dice en la sinopsis de Filmaffinity.
Eso es un error, en un momento de la historia dicen su edad, 22 años.
Lo curioso es que era su verdadera edad también cuando rodó la película; Franca Bettoia, la que fuera cónyuge del mítico Ugo Tognazzi durante casi dos décadas, tuvieron una hija en común. Y aclarado esto. Pues a verla y Disfrutarla.

Pietro Germi es un realizador sin duda reconocido, pero no todo lo valorado que debiera. Su filmografía, no muy extensa, es en conjunto coherente y compacta como pocas aunque carezca, tal vez, de alguna de esas obras maestras que suelen distinguir a los encumbrados como genios.
Realizada dos años después de 'El ferroviario' (retrato duro y sin concesiones de la vida y el entorno familiar de un trabajador en la Italia de los '50), Germi vuelve a retomar ese contexto socio-afectivo para observarlo ahora desde una clave siempre pos-neorrealista, pero diferente y complementaria: la del triángulo amoroso.
Curiosamente, Luisa della Noce y Eduardo Nevola retoman los papeles de esposa e hijo del protagonista (el propio Germi en ambas ocasiones) que jugaron ya en la citada 'El ferroviario', pero sin otra identificación argumental entre aquellos y estos personajes. Amor y desamor se convierten ahora en los verdaderos protagonistas de una trama que el cine y la literatura han situado reiteradamente en ambientes burgueses pero que, en esta ocasión, mudan de ambiente, sujetos y clase social. El obrero fabril, instalado en su confortable rutina familiar, la secretaria vitalmente insatisfecha e inestable (una soberbia Franca Bettoia) y la esposa, abnegada en su papel, van a encontrarse y desencontrarse tejiendo un conflicto dramático que huele a sinceridad y destila buen cine.
Construido con tanta sensibilidad como contención, acertando siempre en las actuaciones y las parálisis de unos personajes tan cercanos como creíbles, Germi crea con ''El hombre de paja'' una obra emotiva, inteligente y de aplastante madurez.
Pd.- Como curioso ejercicio de gimnasia cinéfila, compárense los tratamientos dados a una historia con notables coincidencias por el Billy Wilder de ''La tentación vive arriba'' (1955) y el Pietro Germi de ''El hombre de paja'', tres años más tarde.

Felizmente casado con Luisa desde hace 10 años, y con un hijo pequeño al que ambos adoran, Andrea Zaccardi es empleado de una empresa metalmecánica donde sostiene una gran amistad con Beppe Colamonici, Pero, quizás, la relación con su esposa ya ha entrado en ese estado de rutina donde el enamoramiento se enfría y ya todo es “tan normal” que, el hombre -y también la mujer- quedan expuestos a que, de repente, entre en su vida un nuevo aire amoroso que traiga alguien que se cruza en el camino.

Tras una repentina enfermedad de Giulio, el hijo de los Zaccardi, el médico aconseja que el niño sea llevado a tomar el cálido sol de una playa, y en vista de que el padre debe seguir laborando, Luisa se va con su hijo durante varias semanas y, Andrea, se ocupará de visitarlos los fines de semana. En la primera ida de visita y mientras juega con su hijo a la orilla del mar, Andrea conoce a una muchacha de 22 años llamada, Rita Fabiani -novia de un joven recluta- de la que queda prendado y resulta ser una vecina que no conocía más que de vista.

La galantería, la madurez, la insistencia… y el excelente gesto que tiene con su hermano Gino, hará que Rita se sienta atraída por este cuarentón de lecho ajeno, y así comienza una furtiva historia de amor imposible que el director, Pietro Germi, consigue plasmar con un apreciable romanticismo y con una composición de imágenes del más hondo significado. Lo que se dice en silencio, pesa más que lo que se dice en palabras; una toma distante es tan precisa como un primer plano; y lo que sucede a cada instante está tan cargado de fuerza interior, que nos es dado penetrar en el alma de Andrea, Luisa y Rita, con solo mirarlos.

¡Cuán absorbente es esta ‘sencilla’, pero profunda historia que escribieran, Alfredo Giannetti y Pietro Germi, con la valiosa colaboración de, Leo Benvenutti y Piero De Bernardi. Creo que, para aquellos que ya alcanzamos la edad de Andrea en esta historia, o incluso la superamos, ponernos en sus zapatos es mucho más fácil y bien que podemos comprender las tribulaciones a las que se ve abocado.

Me gusta que, el director, plasma a Andrea (personaje que él mismo interpreta) como un hombre tocado de defectos: Es un asiduo fumador; ve con buenos ojos la cacería; a veces es tan sincero que se torna burdo; puede volverse explosivo… y su aspecto no es precisamente el de ningún galán. Pero hay en él otra serie de poderosos valores que iremos identificando a medida que lo conocemos.

Rememorando en algo su éxito con, “Il Ferroviere”, cabe resaltar las eficientes actuaciones de: Luisa Della Noce, de nuevo como la abnegada esposa; Franca Bettoia, una Rita encantadora que va perdiendo el control de sus sentimientos; y Saro Urzí, es el amigo leal que sabe ver y callar cuando es debido. Mención para el niño, Edoardo Nevola, quien vuelve a lucir admirable en su rol de Giulio.

Solo me hizo falta una pequeña escena tras la secuencia de Nochevieja, pero quedo con la sensación de haber visto con, <<EL HOMBRE DE PAJA>>, una preciosa película.

Adenda: El título surgió derivado de un poema de, T.S. Eliot, titulado, “The Hollow Men” (1925) que en uno de sus versos dice:
“Somos los hombres huecos / Somos los hombres disecados / Inclinados juntos / Tocado relleno con paja. ¡Pobre de mí!”