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Heima

Documental El rodaje de Heima duró dos semanas y se llevó a cabo mientras la banda Sigur Ros hacía una gira de conciertos gratuitos por Islandia. Heima intenta mostrar lo que sucede detrás del escenario, mediante close-ups y una extraña relación de intimidad con los componentes de la banda. (FILMAFFINITY)
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Críticas 16
Críticas ordenadas por utilidad
17 de julio de 2008
45 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hasta hace 5 o 6 años, nunca me había interesado en exceso por la música. Sin embargo, aquel momento fue como una explosión, un reguero de grupos llegaron a mis manos, conseguía CD's, camisetas, iba a cualquier concierto que podía... en cambio, los videoclips o documentales sobre bandas nunca fueron lo mío, los veía y los aborrecía a los dos días, así que tras un periplo consiguiendo material videográfico acerca de cualquier grupo que me atrajese mínimamente, rompí con aquella costumbre.
Cuando me enteré, hace poco, que Sigur rós habían sacado un documental llamado "Heima", no dudé en conseguirlo rápidamente, y es que Sigur rós va más allá de todo aquello que llegué a creer algún día sobre que los videos en directo no servían para nada, que lo mejor era el directo de verdad, ya que pocas, poquísimas bandas me han logrado transmitir y transportar a los mismos lugares que estos islandeses. Y verles en su propio país, no podía tener desperdicio.

"Heima" es, pues, un documental que nos traslada a la gira exclusiva que realizaron por Islandia los propios Sigur rós, tocando en parajes de lo más inhóspitos y dejando que su repertorio se colase entre esos arroyos de agua pura, entre esas montañas heladas, entre esas briznas de hierba húmeda, y transformase toda esa fascinante música en una experiencia única y disfrutable para todos aquellos afortunados que, con una tímida sonrisa, acudieron al evento. Una de esas sonrisas que pasa de tímida a eufórica. Porque Sigur rós hacen que la música deje de ser música, que sea algo mágico y fascinante, precioso y totalmente cautivador.

Entre todos esos acordes, todos esos rostros de satisfacción, esos niños atendiendo con mirada curiosa a algo que todavía no comprenden, pero que reclama su atención, hallamos además un país arrebatador, donde los acordes no son necesarios para mostrar una belleza inaudita, donde las costumbres y las gentes podrían atraer al más pintado. Y cada visita a un lugar distinto, es una oportunidad nueva para conocer otra anécdota, otro punto de apoyo de esa cultura curiosa y recóndita, tan distinta a la nuestra, y tan seductora a su misma vez.

Probablemente, se note que tras "Heima" no esté ningún afamado documentalista, y aunque todos sus encuadres resulten bien realizados o sus imágenes bien cuadradas, algo nos dice que se le podría haber sacado mucho más partido a esa combinación de sugerentes temas con lugares más sugerentes todavía, pero, ¿quién quiere a un documentalista de verdad cuando tras todo ello se esconden músicos de verdad? ¿cuando tenemos la posibilidad de disfrutar de temas como Andvari o Glosoli al aire libre? ¿quién necesita algo así cuando tras de todo está una banda como Sigur rós? Impresionantes es poco.

Takk Sigur rós o, lo que vendría a ser lo mismo, gracias.
Grandine
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5 de noviembre de 2008
20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es decir, yo. Ni la más remota idea de la idiosincrasia de este nórdico grupo. Pero oye, dicen que la suerte hay que crearla, y uno de esos días que navegando a la deriva por la inmensidad del ciber espacio topé, Dios sabe cómo, con estos tipos. Si a esto le sumamos la dificultad que tengo para escuchar vanguardias modernas, dada mi inclinación clásica, lo más lógico es olvidar en medio segundo la sinapsis neuronal que te ha causado semejante pérdida de tiempo. Sin embargo... ese día... no me preguntéis... uno tiene sus contradicciones. Aparte, me gusta Islandia, ¡qué pasa!

Sigur Ros resulta ser uno de los grupos más importantes del llamado género "shoegazing"(Shoe=zapato; gazing=mirar fijamente), es decir, de esos músicos que tocan o se inspiran mirándose todo el concierto los zapatos, si es que se puede definir de esta manera.

El documental es toda una belleza formal. En él confluyen las inquietudes personales de nuestros músicos, parajes naturales en estado bruto, aldeanos, ciudadanos, y una música que da alma y vida a toda esta amalgama de sentimientos e imágenes. Y es que, Heima nos muestra una vez más que la mejor banda sonora es la que se integra con la imagen, no la que sobresale por encima de ella. Muy pocos son capaces de concebir esta unidad audiovisual, y Sigur Ros, junto con el director Dean DeBlois, abruman en su espectáculo.

Demos las gracias a estos pedazos de artistas, que siempre demuestran que se puede innovar en pleno S.XXI y rayar lo perfecto. Vedla sin falta.

Un saludo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Autillo
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21 de septiembre de 2008
21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Heima supone el retorno a los orígenes de los que han emigrado hacia el éxito, la vuelta a casa del hijo pródigo y el recibimiento de su padre con los brazos abiertos. La idea de partida es cojonuda, pues la música de Sigur Rós y los parajes islandeses son una mezcla con alto grado de conjunción, pues lo primero nace y recrea irremediablemente lo segundo.

Heima significa en casa, y me permito añadir que en casa del buen gusto. Porque se podrá tachar de muchas cosas a este documental, pero no se puede hacer mención de ninguna discordancia en su ritmo, estridencia en su montaje o falta de estilo en su composición. Heima es el buen gusto por la buena música, el buen gusto por los bonitos parajes y el buen gusto por su excelente mezcla. Heima es el buen gusto, ni más ni menos.

Y es que hasta dentro de lo frío que uno puede pensar que es el pueblo islandés, los componentes del grupo se hacen simpáticos según avanzan los minutos y se van abriendo ante los micrófonos. En su timidez, descubren facetas que jamás se habría uno imaginado escuchando esas melodías que te transportan a verdes prados, blancas nevadas y afilados acantilados. En su timidez se plantan en mitad de un desolado paraje y le devuelven la vida, delante de los lugareños que contemplan asombrados el renacer de lo que han visto morir año tras año. Sigur Rós reparte una sonrisa por toda la isla, en cada pueblo de esta gira eterna, porque la música que regalan siempre ha estado ahí, la desprenden sus rocas y su hielo, sólo han tenido que pasarla a un papel, interpretarla.

Porque si la música se trata de crear sentimientos, de transportar, Islandia es el lugar a donde irías a parar si cierras los ojos mientras escuchas a Sigur Rós; pero esto es Heima y está ante ti. Así que abre los ojos. Y disfruta.
aka IDIOT
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12 de enero de 2009
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
No soy fan incondicional de Sigur Ros (los que sí lo sean deben de haber construido un templo para guardar este DVD). Lo que demuestra que cualquiera puede disfrutar de esta obra maestra que está muy lejos de conformarse con ser un documental sobre una banda de música alternativa. El desarrollo de esta ¿película? ¿concierto? a priori es muy sencillo: opiniones de los miembros del grupo sobre su país, su música y sobre la gira de conciertos sorpresa gratuitos que ofrecieron en 2006 en Islandia se intercalan con grabaciones de las actuaciones y con preciosas imágenes de Islandia. Pero resulta que todo está hecho con una elegancia, sencillez y sensibilidad nórdicas dignas del maestro Bergman. Resulta que la música de Sigur Ros es magnífica y original. Y resulta que a tenor de lo que se muestra aquí Islandia es el lugar más bonito de la Tierra.

Los lugares escogidos para realizar los conciertos (la mayoría en espacios naturales), tienen una hermosa historia detrás, son siempre atípicos y están rodados de manera preciosista y original, destaca la brillante idea de centrarse en las reacciones del público, intentando desnudar sus almas. Estos detalles unidos a la belleza de la música y el ambiente de los lugares crean un clima de gran aliento poético que resulta realmente conmovedor. El preciosismo de los paisajes islandeses y la grandiosidad con la que están filmados y montados en perfecta armonía con las declaraciones de los músicos hacen de Heima una de las películas más bellas que se han hecho.

Lo dicho. Absolutamente recomendable para todo ser vivo, sea o no fan de la música de este grupo, aunque después de verla es fácil que te entren ganas de comprarte sus discos (muy recomendables, por cierto). Quizás la única pega sea la actuación final en Reikiaviv. Que es "simplemente" una actuación estándar en un gran escenario montado para la ocasión. Musicalmente grandiosa, pero no es el punto final más apropiado para una película que hasta entonces se mostraba en las antípodas de los convencionalismos del rock. Pero no hay que olvidar que por muy extraordinaria que sea, Heima es un DVD con actuaciones de un grupo. Aunque entre líneas se puede leer una carta de amor a la naturaleza y a la humanidad.
Pabloody
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7 de agosto de 2008
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con absoluta sinceridad diré que no conocía a Sigur Rós antes del visionado de "Heima". Me dejé llevar por las recomendaciones de un amigo que me conoce bastante bien, y el cual me dijo que el grupo no tenía desperdicio. Nunca podré recompensarle por lo que hizo, porque es imposible.
Y ahí estaba yo, sin haber oído ni una maldita canción de este grupo islandés (y es raro, pues suelo estar bastante metido en el mundillo musical) me planté delante de la pantalla sin ningún tipo de expectativas. A partir de ahí algo cambió.

En el instante en que las primeras imágenes son recibidas por tus ojos y tu mente quedas pegado irremediablemente a esta joya. Y más aún cuando dichas imágenes se intercalan con los primeros acordes de la grandiosa canción "Glósoli". Y sin cinturón de seguridad nos dejamos llevar por un viaje que no hemos pagado (bueno, si la has ido a ver al cine naturalmente que sí) por todo un paraíso. Pero un paraíso distinto al de las creencias que se nos inculcan desde pequeños. Éste es un paraíso congelado, de verdes e interminables praderas, de negras playas, de edificios de hielo plantados sólo dónde ellos quieren, y todo esto se contrasta con la calorífica gente del lugar. Y cuándo a éstos factores les sumamos las mejores piezas (aunque es dificilísimo dar ese veredicto) de Sigur Rós. El resultado es belleza y poesía visual. Ni más ni menos.

Porque amigos cómo éstos hay pocos...y películas y grupos cómo "Heima" y Sigur Rós son joyas que salen a la luz, cual meteorito, una vez cada muchos años.
Noah_Calhoun
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