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Holmes & Watson. Madrid Days

Intriga Película inspirada en las novelas del escritor inglés Arthur Conan Doyle. El célebre detective Sherlock Holmes y su fiel compañero Watson viajan a Madrid para investigar unos crímenes que parecen estar relacionados con el mítico asesino Jack el Destripador. Severa denuncia de la corrupción que anida en todos los centros de poder. (FILMAFFINITY)
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Críticas 30
Críticas ordenadas por utilidad
6 de septiembre de 2012
150 de 223 usuarios han encontrado esta crítica útil
Haré lo que no ha podido hacer su director: escribir algo conciso y directo que no dueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeerma al lector. “Holmes & Watson. MadriZzzZzzzZzzz Days” es puro formol en vena aunque se agradece que tenga tantos momentos ridículos, diálogos que provocan vergüenza ajena y cameos inenarrables: Alberto Ruiz-Gallardón con la peor barba postiza de la historia del séptimo arte levanta del asiento hasta a un tetrapléjico para gritar violentamente. Son desbarajustes necesarios… necesarios para evitar demandas por inducir a espectadores al coma irreversible.

Garci, como Belén Esteban o Charles Manson, tendrá sus fans. Bueno, tenía… porque una cosa es “Asignatura pendiente” o “El crack” y otra muy diferente esta obra de teatrillo low-cost, dirigida con el mismo pulso de unos dedos en unos mantecosos guantes de látex en el interior de un recto, montada como lo haría un abuelo de 95 años ciego y con tembleque y guionizada con el fervor y el magnetismo de una babosa de una película de Juan Piquer Simón.

La cinta habla de sueños, futuro y perros policía —los gatos, recordemos, fueron vetados desde el Siglo XIX para desempeñar esas funciones por el Concilio de Baskerville—, pero también marca constantes a través del tiempo y temas que resuenan en el presente como la maldad. La maldad que tendrán muchos espectadores desde que vieron el primer trailer de esta película. La maldad que se confirma en una sucesión de cameos y recursos sonrojantes para abaratar los costes de producción. La maldad al contemplar el horror que cobra forma entre inenarrables insertos de fotocopias de ilustraciones —seguramente eyaculadas antes de ser filmadas— para marcar el recorrido de los viajes y exteriores en un claro homenaje a “La hora chanante”. Efectivamente “Holmes & Watson. MadriZzzZzzzZzzz Days” es una película que habla de la maldad porque es mala de cojoHolmes.

Lo mejor: La película iba a durar 3 horas pero finalmente 2 horas y 12 minutos... ¿Aleluya?

Lo peor: Voy a tener que ver la película de Sherlock Holmes de The Asylum para comparar…
Maldito Bastardo
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5 de septiembre de 2012
78 de 98 usuarios han encontrado esta crítica útil
José Luis Garci ha sido siempre uno de los pocos directores del panorama nacional que han conseguido mostrar a través de su cine una imagen muy especial de un Madrid único, una ciudad tan particular como irrepetible, que combina su carácter cosmopolita con lo campechano y tradicional de sus gentes. Lo hizo en el díptico de “El crack”, lo fotografió con mucho acierto en el “Tiovivo c.1950” y tiró de mucha Historia para hablar de héroes y revoluciones en la notable “Sangre de Mayo”, entre otras cintas que siempre han dejado ver buena parte de la idiosincrasia madrileña. Con “Holmes & Watson: Madrid Days” sus intenciones caminaban por el mismo sendero, pero lamentablemente el resultado del film deja más espacio para las malas sensaciones que para lo que él hubiera pretendido.

Garci rescata a los dos famosos personajes de Sir Arthur Conan Doyle para enviarlos a Madrid para investigar una serie de crímenes que pueden guardar relación con Jack el Destripador. La primera vez que tragué saliva al contemplar lo que estaba viendo en la película (si no contamos una de las primeras escenas pésimamente interpretadas por Leticia Dolera) fue al escuchar cómo los dos protagonistas, encarnados por Gary Piquer y José Luis García Pérez, combinaban su perfecto español natal con un inglés que sólo aparecía por sorpresa y de manera exagerada entre sus frases para pronunciar nombres de personas o lugares. Este hecho desconcertante, que nos muestra a dos personajes británicos hablando un perfecto español que sólo disimulan con alguna perla salteada de inglés (más que nada para que no se nos olvide de dónde son…), nos saca completamente de situación e incluso casi nos dibuja una situación cómica que al menos en el pase de prensa arrancó las risas de muchos de los asistentes.

Gary Piquer (“Mal día para pescar“, 2009), español nacido en Glasgow y que estudió Artes Dramáticas en Londres, habla un perfecto inglés, y por ello tengo que preguntar ¿tanto costaba haberle dado todas las líneas de su guión en inglés y ofrecer la película subtitulada?. Tanto a él como a cualquiera de los otros “británicos” que aparecen en escena. De todos modos, lo peor desgraciadamente es que dudo que aún arreglando ese punto, la película hubiera podido salvarse de la quema. Garci intenta ofrecernos a unos personajes tan sofisticados como profundamente cargantes por repipis y forzados, encargados de reproducir una serie de diálogos sin mucha trascendencia que sólo se ocupan de intentar retratar la época en la que la se desarrolla el argumento. El pretendido carácter de intriga de la cinta también se diluye por el camino, mostrándonos a unos Holmes y Watson que no investigan absolutamente nada y cuya única función es la de ir alternando mesas y lugares en los que charlar para, a veces, encontrarse de pura casualidad con alguna pista caída del cielo, y nunca fruto del ingenio al que siempre nos ha acostumbrado Sherlock Holmes. Todo se investiga solo.

De alguna forma, aún con todo lo reprochado desde estas líneas, la película se deja ver e incluso disfrutar por momentos, gracias también en buena parte a un magnífico trabajo en la dirección artística por cuenta del maestro Gil Parrondo (“Patton“, 1970), su ambientación y a varias secuencias que sí logran contemplarse con interés, como aquellas que nos acercan a personajes históricos o nos dejan ver los oscuros entresijos de la alta sociedad. Aunque los citados Gary Piquer y José Luis García Pérez (“Cachorro“, 2004) hayan sido víctimas de la equivocación de Garci, cumplen con su cometido ejecutando unas correctas interpretaciones. Lo mejor que he visto en el plantel han sido los papeles del siempre notable Carlos Hipólito (“Ninette“, 2005), un Enrique Villén (“Barrio“, 1998) que aporta muchísima naturalidad a la cinta, sublime Manuel Tejada (“La comunidad“, 2000) como el Marqués de Simancas y, en la parte de los cameos, a un más que correcto Inocencio Arias, diplomático que colabora por segunda vez con José Luis Garci. Victor Clavijo (“Silencio en la nieve“, 2011) también raya a buen nivel.

Después de ver esta película, creo firmemente que su director ha cometido un grave error queriendo que los protagonistas de su historia fueran, a toda costa, los personajes de Conan Doyle. Todo hubiera encajado muchísimo mejor de haberse arriesgado creando él mismo a dos detectives españoles de la época, con los que además no chirriarían tanto las alusiones jamoneras y folclóricas a los churros, los toros y el cocido, que oído en boca de Holmes y Watson cuesta demasiado digerir. Garci ha sido aquí demasiado valiente, pero su jugada no ha ido a parar a buen puerto y el resultado ha sido una floja e irregular película que se desinfla progresivamente (su tramo final se hace demasiado largo) y que en el fondo se deja ver, pero que no es, ni de lejos, ni uno de los trabajos más destacables del realizador madrileño ni, desde luego, una buena película, aunque sea muy digno el esfuerzo de hacer un trabajo elegante y diferente, que apuesta por un tipo de cine que ya no se hace. Y lo siento, lo siento por Garci y la admiración que tengo por él. Le deseo mucha suerte para la próxima vez y, que al menos entonces, sepa escoger una mejor trama y cree él mismo a sus personajes, sin necesidad de tener que recurrir a los de nadie, y menos de esta manera.
Sandro Fiorito
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28 de enero de 2014
66 de 101 usuarios han encontrado esta crítica útil
Escribir una crítica sobre una película que no te gusta, por el motivo que sea, me parece aceptable, siempre que sea con argumentos sólidos y razonables, también puedo aceptar adjetivos descalificatorios, siempre dentro del buen gusto y la educación. Lo que no me parece admisible es que desde el desconocimiento más atroz de lo que se juzga, con unos cuantos chistes fáciles y unas palabras supuestamente ingeniosas, se descalifique una película por ser modesta en su producción, no entender la propuesta del cineasta o simplemente se utilicen adjetivos peyorativos rozando la grosería, con el fin de saciar su ego, convenciendo a la “parroquia” y salir a hombros por la puerta grande, permítanme utilizar este símil taurino. Jamás leeré ese tipo de críticas porque no me parecen honestas.

Garci aborda el personaje de Holmes y Watson, desde su personal forma de hacer cine, pausado y reflexivo, una apuesta arriesgada y original. Puedo entender que para los no iniciados en el universo de Garci, pueda resultar extraño el tratamiento que de la pareja británica, alejada de los tópicos habituales que se han reflejado en el cine de gran presupuesto últimamente, además para ese tipo de cine, ya están los americanos... También es evidente en la película, que es una producción humilde, lo cual da al cineasta la libertad que precisa para llevar a cabo su propuesta. El buen cine no siempre va unido al gran presupuesto.

El cineasta apuesta por el pretexto de unos crímenes en el Madrid galdosiano, para recrear ese Madrid decimonónico, castizo al que llega la pareja británica siguiendo la pista de Jack el destripador. Garci nos presenta a un Holmes y un Watson más humanos y menos estereotipados, con una profundidad psicológica más compleja de lo habitual. Pero siendo fiel al espíritu de Conan Doyle en el fondo, el Holmes de Garci es atípico y heterodoxo, pero sigue siendo inteligente, misántropo, romántico y victoriano, le gustan las mujeres, pero valora más su independencia. Del mismo modo Watson es diferente del habitual, pues tampoco está escrito que tenga que ser gordito y con bigote. La ambientación y el vestuario son excelentes, teniendo en cuenta, que es una producción modesta.

En cuanto al idioma inglés que sólo aparece en un par de ocasiones, me parece que ahí se equivoca Garci, o hablan inglés todo el tiempo, o español, pues la mayoría del público ve las películas dobladas siempre, es más, apostaría a que la mayoría prefiere el doblaje. Lo del cocido y los churros que tanto agradan a Watson, no entiendo la crítica peyorativa de algunos, ¿no presumen ellos del té y el “roastbeef”?…, me parece absurdo. La novedosa propuesta de Garci amplia una nueva visión de uno de los más famosos personajes de la literatura universal, una mirada enriquecedora que podría llegar a convertirse en una película de culto.
Antonio Morales
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27 de febrero de 2017
18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque a estas alturas de la vida José Luis Garci no necesita que nadie le defienda (y le trae al pairo) quisiera romper una modesta lanza por él, a raíz de ésta, su despedida como cineasta y que ha sido masacrada por crítica y público.
Ciertamente sorprende la bajísima nota media (3,6) resultante de la media de los 646 votos (reflejo de la escasa taquilla que cosechó) de una película que, si bien no es ni una obra maestra ni las cinco mejores de su director, tampoco es la basura mediocre que dicen tantos (por cierto, me sigue asombrando que algo como "Airbag" siga teniendo un 6,6). O el ruin comentario de Jordi Costa en "El País", más una reseña política que cinematográfica, que se explica por el profundo sectarismo del crítico catalán, uno de los más partidistas del panorama nacional, quien hace tiempo perdió el oremus y que clasifica a los cineastas en buenos o malos según sean de izquierdas o no.

Y es por eso, justamente y como señalan muchos compañeros de Filmaffinity, por el que se ataca y desprecia a Garci desde hace tiempo; siendo un gran director, tampoco se valora su Oscar por ser supuestamente "de derechas", por no abominar abiertamente de lo español y lo tradicional y no reírle las gracias a la izquierda militante (y eso incluye a la inmensa mayoría del establishment cinematográfico español); por ir siempre de maverick, y no ser tan sectario como buena parte de la izquierda y la derecha de nuestro país. Yo, que cuando veo cine veo cine, no me detengo a ver si el director carga a diestra o a siniestra, y prefiero disfrutar; no le doy mayor importancia a si Garci pone en boca de Fulano pensamientos de su cosecha (soy antitaurino y no desprecio a Garci por su defensa de los toros), o si le da un papel a un político del PP (Alberto Ruiz Gallardón, quien por cierto encarna a su propio antepasado, Isaac Albéniz, y por eso se lo pidió a Garci). Sobra añadir que si el político fuera de izquierdas el detalle se vería como "simpático" por parte de Jordi Costa.

En cuanto a la película en sí (aunque su Holmes no deja de ser el típico personaje de Garci solitario, noctámbulo y de tormentosas relaciones con las mujeres), es una apuesta arriesgada del director al combinar literatura con rigor histórico y aportaciones fantasiosas, pero lo más apreciable de "Madrid Days" es el trabajo que se esconde detrás de las limitaciones presupuestarias, con una notable ambientación de la época; además, hay que tener un par de narices para, en plena era digital y cuando se abusa tanto del croma, usar postales y hacer una película tan clásica, tan estática, tan arcaica y tan lenta. Eso, mal que le pese a muchos, sigue siendo cine. Personalmente ahí reside parte de su encanto.
Dicen de Garci que si es algo, aparte de culto, es leal con los amistades; y eso se aprecia en la película, con sus típicas dedicatorias del comienzo y el recurso a los amigos (desde la maestría del director artístico Gil Parrondo, en su último trabajo con 90 años, a Enrique Villén, Jorge Roelas, Carlos Hipólito, el diplomático Inocencio Arias o los periodistas Pedro Cuartango y David Gistau).

Lo mejor de todo es que con 73 años a Garci le importa un pimiento todo y está encantado en su papel de John Wayne, despreciado por el pueblo mientras bebe whisky frente a la hoguera en el desierto.
Ferdin
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9 de septiembre de 2012
34 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
La pelicula que nos brinda Garci, no es una película de misterio. Ni pretende serlo. Desde un principio, y quien conozca el cine del director lo ve claramente, se ve que no es más que un retrato de una época. Sin embargo, para que ese retrato sea más claro y no tenga los vicios que se pudieran esperar de un español, el retrato lo hace el segundo mejor detective de todos los tiempos (el primero es Hercules Poirot), una persona analítica que no se deja llevar por corrientes, ideologías u otros defectos.

En mi opinión hay que amar madrid para disfrutar esta película, y quien no ame madrid esta película puede ser un buen punto de partida, que puede continuar con otras películas del director.
Calvero
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