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Capitán Ángel

Cine negro. Drama Johnny Angel, un capitán de barco, llega a puerto para vengar la muerte de su padre. Un taxista le ayudará a encontrar a una mujer que ha sido testigo del crimen. (FILMAFFINITY)
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
17 de enero de 2015
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Capitán Angel" es una discreta película dirigida por Edwin L. Marin. No se deje engañar como yo, que compré la cinta porque en la parte posterior de su cubierta aparece un fotograma la mar de chulo en el que se puede ver a George Raft y a dos rudos marineros subidos en un barco fantasma rodeados de niebla. Si encima leen el argumento... la trampa está servida. Pero, a la hora de la verdad, el barco sale muy poco, la pantalla se llena de nightclubs, y, de pronto, aparece un apartamento tipo parisino y romanticón absolutamente alejado de la ambientación de cine negro que iba envolviendo la historia. L. Marin termina por destrozar un guión pretencioso que hace aguas de manera ostentosa en su parte final. George Raft no es ni la sombra de lo que fue y actúa más envarado que el palo de la bandera y, por si esto fuera poco, el malo Guftason parece estar actuando en una película de coña.
el chulucu
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26 de abril de 2015
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la línea de los otros dos valiosos comentarios, añadir que la película presenta a buen ritmo dosis de intriga y drama como corresponde a este género. Johnny Angel, capitán de la marina mercante, aborda un barco fantasma en el que debía ir su padre, de regreso de Casablanca.
El capitán Angel es un tío duro, trabaja para Guftason, un hombre débil. La mujer de éste es rubia y es la típica para este estilo de películas. Le gusta la juerga y el dinero. Manda a su marido a la cama y ella se va de copas.
La película tiene música melodiosa y garitos acordes, como se ve, así que sigue entrando de lleno en el género Noir. Tenemos además a George Raft, un actor del que se podrá hablar mal de él, pero prefiero opinar que tiene carisma de sobra para el género y de ahí que viene el ser un tipo de recursos para lo que se busca en este género y un fijo con un montón de películas.
El capitán Angel no se quita los galones en toda la película y el taxista no deja de jugar con la chuchería nada más que cuando tiene que conducir. Desconcierta un poco el menda. A mí no me ha caído bien.
No hubiera estado mal mayor fuerza en la historia de amor con la francesa, pero eso ya es una opinión. Una película clásica a blanco y negro que no hay por qué desdeñar.
floïd blue
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10 de octubre de 2014
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicen de Capitán Ángel: Los espectadores que esperen simplemente una peli cual de serie B se van a llevar una grata sorpresa, pues Capitán Ángel logra lo muchas películas de la RKO también alcanzaban: conseguir hacer de la necesidad una virtud y, a través de unis guiones y actores de primera, entregar un producto de lujo en envoltorios que esconden la valía de lo que encierran. Ese comentario será si la vuelvo a ver, hasta entonces me parece una cinta con poco calado con un George Raft en el papel de George Raft.
Lloyd
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1 de octubre de 2018
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi un film, "Tall in the Saddle" con John Wayne, y me llamó la atención la puesta en escena y el desarrollo de la historia. Cuando fui a ver el nombre del director, Edwin L. Marin, pensando que habría hecho un par de películas desapareciendo del mundo de Holliwood, me quedé asombrado. Había realizado 58 films entre el año 32 y el 51; año en el que falleció a los 52 años. Alguna de ellas como "Colt 45", la había visto en mi infancia. Varias con George Raft, como "Johnny Angel", "Nocturne", "Mr. Ace", "Race Stree", ... y quizás el mejor "Cuento de Navidad", (1938) de Dickens con Reginald Owens. Podría pensarse que sólo era un hábil artesano a sueldo de los Estudios, pero la puesta en escena de todos estos films, muchos de cine negro, aunque trabajó igualmente la comedia y el western en varios films con Randolph Scott, es notable y deja traslucir eso tan difícil de obtener y de explicar: "el estilo". Despues de tantos años, al revisar toda la filmografía accesible que he encontrado, me he llevado una grata sorpresa, confieso que desconocía la existencia de Edwin L. Manin. "Johnny Angel", es un buen ejemplo del talento de este director. Un film "noir" con argumento convencional, que no malo, con Claire Trevor, George Raft en su típico rol, y con el maravilloso Hoagy Carmichael. En 79 minutos cuenta la historia con una puesta en escena estilizada, con movimientos de cámara funcionales y de gran expresividad, y que te mantiene el interés durante todo el film. Como ejemplo de estilo personal vease la escena inicial de "Nocturno" (1946), verdaderamente notable.
rocamadur01
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10 de enero de 2024
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Edwin L. Marin (1.899 – 1.951) fue un director especialmente adscrito al western, lo cierto es que mi escaso acercamiento a su obra me impide una valoración certera de la misma, aunque si he de hacerlo a partir de esta película tendría que señalar que nos encontramos con un director competente y dotado con ocasionales destellos de inventiva cinematográfica, un profesional aplicado y capaz de “cocinar” una apreciable película cine negro e incluso de configurar algunas secuencias y episodios de cierta intensidad. Nos encontramos ante un relato insertado dentro del noir con matices románticos, destinado al protagonismo de un simplemente eficaz George Raft, una película de clara serie B que se contempla con sumo agrado, aunque la verdad uno se podría imaginar lo que hubiera dado de sí la adaptación de esta obra de Charles Gordon Booth, transformada en guion de la mano de Steve Fisker, no solo en manos de un maestro como Jacques Tourneur o un cineasta capaz de tensar atmósferas opresivas como fue Edward Dmytryk, sino incluso evocando los nombres de los geniales Mark Robson o Robert Wise.

Vamos al meollo de la cuestión: En medio de la intensidad de una niebla nocturna, el capitán Johnny Angel (George Raft) descubre desde su barco la presencia de otro buque, al que accederá junto con algunos componentes de su tribulación, comprobarán que se encuentra desierto y atisbará la presencia de señales de sangre y de violencia y, para más desolación por parte de Angel, la certeza de la muerte de su progenitor que. para más inri, era capitán de dicho barco. El traslado del buque al puerto de Nueva Orleans será el inicio de una alambicada peripecia iniciada con el deseo de investigar de Johnny y la presencia de una joven que fue testigo privilegiado de la misteriosa situación, ella será Paulette (Signe Hasso). A partir de dichos mimbres se desarrolla un argumento arquetípico dentro del género que en su conjunto define un producto más que apreciable, con una notable y contrastada fotografía en blanco y negro de Harry J. Wild.

Si se pusiera a Humphrey Bogart en el papel principal, seguramente sería recordada como un verdadero clásico, con George Raft como protagonista, no es ningún clásico, por supuesto, pero aún así, es una más que atrayente muestra de cine negro. Raft, aunque sin duda era un actor limitado, tenía una presencia sólida y, en ocasiones, era innegablemente eficaz a pesar de sus limitaciones obvias. Está en su mejor momento cuando le piden que sea duro e implacable, tiene sus limitaciones durante esas escenas en las que se le exige que sea intrigante o reflexivo, decir una cosa mientras se piensa otra, digamos que no le gustan mucho los matices, esto sin duda perjudica a la película, especialmente en la segunda mitad, donde nosotros como espectadores necesitaríamos sentir su creciente indignación, impaciencia y sed de venganza, pero Raft está mucho más inspirado durante la primera parte y, de hecho, registra verdadero dolor y arrepentimiento por la muerte de su padre mientras deambula por el barco supuestamente desierto, además, en su búsqueda para encontrar al asesino, se muestra a Raft con sus mejores registros.

Una más que interesante película en la que todo es realmente negro, muy negro... Todos habitan un mundo cerrado, donde incluso los idilios apestan a claustrofobia y obsesión, los hombres luchan contra las imponentes sombras de sus padres, las mujeres son peligrosamente enigmáticas, y los muelles de Nueva Orleans brillan bajo la luz difusa de una sola farola. ¿Quieres cine negro? Esto es cine negro.
Juan Marey
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