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España España · JEREZ DE LA FRONTERA
Críticas de jaime salado
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Críticas 215
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
5 de abril de 2024
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Los musicales no me gustan en exceso. Quizás ese sea el motivo por el que un cinéfilo empedernido como yo haya tardado 49 años en ver Jesucristo Superstar, un musical -o una Ópera-rock, para ser más precisos- sobre la vida de Cristo. Vaya esta consideración por delante de la crítica, pues me temo que no seré excesivamente benévolo con ella, aunque reconozco que más por mi animadversión al género que por la calidad del producto.
"Y ahora, la película", es el slogan promocional de un film que adaptó el exitoso musical de Brodway a la gran pantalla. En España fue durante años interpretado genialmente por Camilo Sexto, pero en el Cine nos tenemos que conformar con la versión anglosajona subtitulada.

La película fue dirigida por Norman Jewison, quien ha muerto este pasado mes de enero a la edad de 97 años. El longevo cineasta estuvo activo hasta comienzos del milenio, con obras reseñables como Huracán Carter (1999). El elenco de actores es más desconocido, pues casi todos ellos -debido al éxito del film- consagraron su carrera a seguir interpretando el musical en los teatros, caso de Ted Neeley (50 años haciendo el papel de Cristo, apenas tuvo tiempo para aparecer en 8 películas como secundario) Carl Anderson (Judas Iscariote) o Yvonne Elliman (María Magdalena). Escapó de este encasillamiento Barry Dennen (Pilato), quien apareció posteriormente en 14 largometrajes dilatando así su carrera cinematográfica.

Rodada integramente en Israel, el paisaje desértico dell Mar Muerto es casi un personaje más de la película. La aridez, el calor, el viento y la polvareda son elemento común de toda la trama. Con temperaturas cercanas a los 40º, el elenco necesitaba refrescarse continuamente para evitar deshidrataciones. Los decorados y el vestuario son intencionadamente anacrónicos, reflejando un conjunto hippie de los años 70 que se traslada a la tierra que vio nacer a Jesús. El pacifismo imperante en la cultura hippie es el contexto en el que deben ser entendidos los elementos bélicos del siglo XX que aparecen en el film (tanques, ametralladoras, aviones) así como numerosos elementos del atrezzo. En una de las canciones hay también una crítica feroz a los manipuladores medios de comunicación. Un autobús con matrícula 666 (el número de la bestia) traslada a los miembros del conjunto. Entre ellos destacan un Judas Iscariote de raza afroamericana y una María Magdalena con facciones asiáticas.

Vamos con el apartado espiritual, con bastantes cosas que comentar.

En primer lugar, el papel principal está bastante repartido entre Cristo y Judas Iscariote. Protagonista y antagonista se reparten los duelos interpretativos más interesantes. Cristo es tratado con bastante fidelidad a los relatos bíblicos, aunque es criticado por Pilato como querer su auto-sacrificio a toda costa. En esta línea, Judas aparece más como una víctima de los planes sádicos de Dios. Es presentado como un apóstol desencantado del liderazgo de Cristo ("Todos tus seguidores están ciegos, demasiado Cielo en sus mentes, era hermoso pero ahora es amargo, sí, todo se ha vuelto amargo"). Su libertad queda en entredicho y es presentado más como víctima que como verdugo. María Magdalena, por su parte, asume el rol femenino del film, sin que en éste aparezca María, la Madre de Cristo. Enamorada platónicamente de Cristo, se la identifica con la prostituta que cambió de vida al conocerlo ("Es un hombre, es sólo un hombre. Y he tenido tantos hombres antes, en muchos sentidos, que él es sólo uno más"). El papel de San Pedro es bastante secundario (en línea con la teología protestante) y completamente irrelevante el de San Juan. Anás, Caifás, el díscolo Herodes (en el musical una Drag Queen, en el film más suavizado) y Pilato configuran a los jueces y responsables de la muerte de Cristo, con un orden en el proceso muy cercano al evangélico. Todo ello encaja bastante bien en las corrientes teologicas de los años 70 dentro de la llamada "Teología ascendente".
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jaime salado
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6
30 de marzo de 2024
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Aprovecho esta Semana Santa lluviosa para seguir viendo cine religioso. No sé si la figura de Moisés es una de las que más películas han proporcionado a la historia del séptimo arte, pero que es la figura del Antiguo Testamento que más veces ha sido llevada a la gran pantalla creo que es una realidad.

Esta película de animación de escasos 80 minutos, dirigida por Bill Boyce y John Stronach, es una prueba más de ello. Bastante fiel al relato bíblico, es inferior en calidad a El Príncipe de Egipto (1998) y aporta muy pocas novedades respecto a esta, salvo que la animación utiliza técnicas modernas de 3D.

Su argumento es archiconocido, pues no es otro que la vida de Moisés, desde su nacimiento hasta su muerte. Para abreviar la historia -y contextualizarla- un narrador va contando con una voz en off algunos detalles importantes.

Se comienza con el mandato del faraón de matar a los varones israelitas, motivo por el que Moisés (que significa "Salvado de las aguas") es abandonado en el río Nilo y recogido por la hermana del faraón, quien lo criará en palacio. Tras esta primera escena llegan los títulos de crédito, bastante originales y dispuestos en una especie de marco con escenas animadas de Egipto.

Tras ese comienzo, la acción en sí nos presenta a un Moisés ya adulto, que rivaliza en importancia con Ramsés en palacio, hasta que un día el primero conoce su origen hebreo, asesina a un soldado egipcio y huye a Madian, donde conoce y desposa a Séfora. Dedicado al pastoreo, se produce allí la teofanía de la zarza, con un diálogo fiel al relato bíblico -con algunas licencias- bastante interesante:
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jaime salado
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Renacidos del Padre Pío
Documental
España2019
5,6
39
Documental
6
18 de marzo de 2024
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Termino mi particular Triduo Cuaresmal cinematográfico sobre el Padre Pío con este documental de José María Zavala sobre el santo de Pietrelcina. Tras conocer mejor su vida con los telefilmes "Padre Pío. Entre el Cielo y la Tierra" y "Padre Pío" hoy ha tocado el turno a conocer la vida de varias personas a las que la figura del santo cambió la vida.

Su director, José María Zavala, es a su vez uno de los protagonistas de la historia. Tras rodar en 2018 el documental "El misterio del Padre Pío" (que aún no he visto) el año siguiente dirigió este documental que puede considerarse una continuación del mismo. En el momento en el que escribo estas líneas son ya 7 los documentales de temática religiosa que ha dirigido, convirtiéndose, por lo tanto, en un experto en la materia, siguiendo el camino comenzado en 2010 por Juan Manuel Cotelo con "La Última Cima". Unas palabras escritas sobre fondo negro al comienzo del film hablan a las claras de la intención del mismo: "Renacidos tiene como misión dar a conocer y amar al Padre Pío como gran intercesor de nuestro tiempo" (Franco Moscone, Obispo de San Giovanni Rotondo). A continuación vemos los rostros sonrientes de 25 personas, los protagonistas de las historias relacionadas con el santo, en una escenografía que a mi juicio parece copiada de la que Philip Gröning realizara con los monjes cartujos en "El Gran Silencio" en 2005. Enriquecen el documental un abundante material fortográfico y audiovisual de la época del santo, conservados en muy buen estado.

Antes de analizar el contenido del documental merece una mención la canción con la que concluye el mismo, "Pero a tu lado" del grupo madrileño Los Secretos. Álvaro Urquijo canta la canción que su hermano Enrique dedicó en 1995 a su hija María. Una letra perfecta para el documental, que habla de redención y de perdón, comienzando con estas líneas:

"He muerto y he resucitado
Con mis cenizas un árbol he plantado
Su fruto ha dado y desde hoy algo ha empezado"

El documental presenta los testimonios de 25 personas que afirman que han sido bendecidos por el Padre Pío de una forma u otra. Suelen estar presentados en parejas que se van alternando en la narración. El conjunto puede llegar a parecer repetitivo, provocando una saturación de alabanzas a la figura del santo. Como es normal, algunos testimonios resultan más impactantes que otros, pero creo que la idea es recoger diferentes experiencias de todas las edades, países y culturas para intentar transmitir el convencimiento de que el Padre Pío puede cambiar la existencia de cualquiera. La mayor parte de estas experiencias están relacionadas con enfermedades incurables, pérdida del sentido de la vida o vacíos existenciales. Otros afirman incluso que han visto al santo, han escuchado su voz o se han emocionado hasta límites insospechados al observar su cuerpo incorrupto. No faltan menciones a la lucha del Padre Pío contra el demonio, así como de su amiga la Madre Esperanza, quien también sufría ataques físicos del demonio y afirmaba irónicamente del maligno: “Este solo hace lo que puede, lo que le dejan hacer”. No obstante la pluralidad de testimonios, hay un factor común: Los relatos son todos de personas de clase media-alta. El motivo no es otro que el económico, ya que todos ellos han experimentado "algo" en sus peregrinaciones a San Giovanni Rotondo, lo cual no está al alcance de cualquier bolsillo. En su mayor parte se trata de experiencias interiores difíciles de explicar con palabras, lo que convierte al documental en un refuerzo de la fe para los creyentes y un ejercicio de neurosis colectiva para ateos y agnósticos. Sea como fuere, 25 personas que cambian sus vidas tras un encuentro espiritual con un santo creo que merecen -al menos- el beneficio de la duda.
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jaime salado
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6
4 de marzo de 2024
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Comentamos hoy "Padre Pío. Entre el Cielo y la Tierra", dirigida por Giulio Base (Su primera experiencia en el cine religioso, después vendrían En busca de la tumba de Cristo, San Pedro y María Goretti) y protagonizada por Michele Placido (Karol II. El Papa. El hombre). Lo más destacado -de lejos-es la magnífica Banda Sonora de Ennio Morricone, que me atrevería a decir es una variación de La Misión, con muchas reminiscencias de esta si bien los instrumentos y la orquestación son distintas.

Vaya por delante que no se trata de un largometraje, sino de dos capítulos de 90 minutos cada uno destinados a ser emitidos en televisión, en este caso, por la Radio Televisión Italiana (RAI) en noviembre del año 2.000. Otra versión de la vida del santo se había estrenado en Mediaset Italia en abril de ese mismo año, por lo que a nivel de audiencias quedó muy por debajo de esta.

La teoría de la manta es perfecta para esta película. En cinco minutos te das cuenta de que la música es excelsa, los vestuarios y decorados decentes y el maquillaje muy deficiente. El presupuesto es el que es y si te lo gastas en un concepto tienes que recortarlo de otro. Dicho esto, el conjunto es visualmente agradable, la trama está bien hilvanada y las interpretaciones son convincentes. Únicamente el detalle de envejecer 50 años a la actriz que narra la trama se me antoja desafortunado. Es como si a Kate Winslet le hubieran hecho lo mismo en Titanic. Ridículo. Mejor contratar a una actriz anciana, que las hay y muy buenas.

El argumento está narrado a forma de flashback por Emilia Sanguinetti (interpretada por Barbora Bobulova), hija espiritual del Padre Pío y esposa de Guglielmo, un médico colaborador del capuchino (se puede decir que su brazo derecho) y testigo de todos los hechos que se narran. La acción comienza en 1918, en San Giovanni Rotondo, un pueblo del este de Italia, en el que un fraile de 31 años proveniente de una familia humilde, Pío de Pietrelcina (Michele Placido), se ofrece ante un crucificado a sufrir en sus carnes todo el dolor de la Primera Guerra Mundial, recibiendo a cambio de esa oración los estigmas de Cristo. A partir de ahí se narra una sucesión de hechos sorprendentes tales como el desarrollo de las propias heridas, la capacidad del Padre Pío para predecir el futuro, averiguar lo que le los penitentes le ocultan en confesión, los milagros que se le atribuyen, exorcismos, luchas con el diablo... Esta primera parte termina con un informe bastante negativo del Padre Agostino Gemelli sobre los hechos sucedidos y el intento infructuoso de cambiar al Padre Pío de convento. La segunda parte, sin dejar a un lado muchos de estos temas, está más enfocada a la construcción de la Casa Solievo (Alivio), la relación personal y epistolar con Karol Wojtyla (el futuro Juan Pablo II) así como la persecución que tuvo que sufrir por parte de compañeros, del Santo Oficio y de algunos miembros de la autoridad eclesiástica.

Los detalles religiosos del film están tremendamente cuidados, con la ropa litúrgica y las posturas adecuadas, el uso del latín en los momentos litúrgicos y devocionales (Misas, avemarías, exorcismo, bautismo, padrenuestro, confesión, extremaunción (su nombre antes del Concilio Vaticano II). No en vano, al comienzo de cada capitúlo se puede leer "Con el asesoramiento de los padres menores capuchinos". En este sentido, no se le puede reprochar nada a la labor de contextualización de la obra.

A nivel espiritual, un par de claves son fundamentales para interpretar la figura del santo, que reservo para la zona spoiler...

Para quien no quiera leerlo, resumirle diciendo que el visionado de la teleserie es una buena manera de comprender una figura tan controvertida, odiada y amada a partes iguales, y que el tiempo y la Iglesia han puesto en su sitio. La canonización del Padre Pío en 2002, dos años después del estreno de esta teleserie, supuso el espaldarazo definitivo al reconocimiento de su vida y de su mensaje, fomentando una devoción que ya por aquel entonces era bastante poderosa.

Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
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jaime salado
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6
27 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me dispongo a ver una película española de la que me han hablado muy bien y de la que me han dicho que deja a un grupo de sacerdotes en muy buen lugar. El tema me es familiar: El asesinato en El Salvador de seis sacerdotes jesuítas. Recuerdo perfectamente haber visto la noticia en el Telediario cuando apenas tenía 14 años, una de esas historias que se te quedan grabadas en la memoria. Comienzo el visualizado. Lo primero desconcertante ocurre antes incluso de los créditos iniciales, donde se puede leer que el film está subvencionado por el Ministerio de Cultura de España. "Un momento. Algo no va bien. Tiene que haber truco, seguro hay gato encerrado por alguna parte". Es lo primero que uno recelosamente piensa. "No cuadra que cuando la industria cinematográfica española está más secularizada, politizada e ideologizada que nunca saque un producto como este". Los interrogantes me asaltan la cabeza mientras leo el reparto, al tiempo que oigo de fondo una bonita música religiosa con tonos latinos. Terminado el film, se confirma la gran sorpresa: Los sacerdotes son las víctimas del asunto y no se dice nada malo acerca de ellos en toda la película, todo lo contrario, son ensalzados constantemente. ¿Dónde estaba el quid de la cuestión?, ¿Por qué se habla bien de una institución que es odiada por la industria cinematográfica de este país? Las respuestas a estas preguntas están en la zona spoiler, pero antes vamos a analizar la película más detenidamente.

De entrada, el comentario técnico. La dirección corre a cargo de Imanol Uribe, contrastado director de cine con doble nacionalidad española y salvadoreña, educado además en escuelas jesuítas del País Vasco. Obviamente y con este background, no parece haber nadie más cualificado para ponerse delante de una cámara en este proyecto, si bien es cierto que desde Días contados se han sucedido en su filmografía una serie de películas intrascendentes con más pena que gloria. En el reparto destacan Carmelo Gómez (el actor fetiche que lo acompaña en casi todas sus películas), Juana Acosta en el papel principal (aunque está más acostumbrada a papeles secundarios) y el polifacético Karra Elejalde, quien por su inexpresividad sirve tanto para una comedia como para un drama. La banda sonora te mete en todo momento en el contexto cultural, destacando la pegadiza canción "La verdad quiere ser dicha" de Javier Ruibal.

Premios no obtuvo ninguno, a pesar de estar muy bien hilvanada y con actuaciones sobrias. El hecho de tener una temática religiosa la excluye de cualquier reconocimiento por parte de una industria bastante sesgada como hemos mencionado anteriormente. "Hasta aquí podía llegar la broma", pensarían en la selección de los nominados de ese año a los Goya, mientras optaban a buen seguro por otros títulos de inferior calidad pero más acordes con el pensamiento único reinante.

Vamos con el argumento. Los acontecimientos descritos (a pesar de continuos flashbacks) se sitúan en el interrogatorio al que es sometido Lucía Barrera, perteneciente al servicio doméstico de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) de San Salvador. La noche del 16 de noviembre de 1989 presencia la irrupción del ejército en el campus universitario para asesinar a seis sacerdotes jesuítas y dos refugiadas. El gobierno afirma que la autoría es de la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), pero la testigo afirma una y otra vez que eso no se corresponde con lo que ella vió esa noche. "Mentir le hubiera resultado más fácil", reza el slogan promocional de la película, ya que ciertamente (según se desarrolla la película) con su actitud se complica tanto su vida como la de su familia, permaneciendo testarudamente fiel a la verdad y deseando que triunfe una justicia que para ella -más que nunca- es completamente ciega.

Vamos con el apartado espiritual, religioso y teológico, que al tiempo nos sirve para esclarecer el porqué de esta película en el panorama actual cinematográfico español.

Como primer elemento nuclear el film propone la defensa de la verdad como unico camino de felicidad posible. En este sentido, nada que reprochar. Como su director indica, pretende ensalzar este valor fundamental frente a un mundo cada vez más dominado por las fake news y donde la mentira se presenta como el camino más corto para la resolución de los problemas. La verdad, sin embargo, es la coherencia entre lo que se predica y lo que se vive. Una verdad que exige sacrificios y renuncias. Una verdad que es adalid de la justicia y que implica toda la existencia de quien la defiende. La verdad de los seis sacerdotes jesuítas y también la de la protagonista principal de la trama, Lucía. La verdad que requiere, en última instancia, entregar la vida por aquello en lo que se cree. "He venido para dar testimonio de la verdad" (Juan 18,37) son precisamente las palabras de Jesucristo con las que comenzaba la homilía de los funerales de los seis sacerdotes asesinados.

Jaime Salado de la Riva
Crítica para Reflexiones cristianas: https://creoendios.blogspot.com/
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jaime salado
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