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España España · Madrid
Críticas de Nexus5
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
4
27 de abril de 2018
45 de 80 usuarios han encontrado esta crítica útil
La genialidad maestra de Marvel Studios ha sido desarrollar un nuevo formato cinematográfico, partiendo de su gran experiencia pasada en el género, donde aquí se culmina de forma novedosa.

El éxito de esta película se debe a la casi aniquilación total de la trama en favor de un documental de escenas encadenadas de interesantes efectos especiales, donde al socaire del acontecimiento puntual se cristaliza la propia fisicidad visual, mitománica y psicológica del deseo estético de ver de forma plástica nuestras propias fantasías inconscientes.

Es decir, los efectos especiales sirven de escape mítico y psicológico al modelo vital rutinario del espectador, donde más que el entretenimiento se busca el punto de fuga a la disipación de una sociedad aletargada y conformista por un buenísimo confuso. No se pretende entretener, pues sin apenas argumento lo que se obtiene es fuga y disipación y esto de alguna manera también tiene su valor.

Lo magistral reside en haber creado un producto novedoso de trama epidérmica que no molesta a nadie porque no profundiza en conflictos psíquicos profundos y por tanto no se puede construir un armazón de debate a su alrededor, dado que el mínimo que se le ha exigido es una grandiosa producción factórica. La forma fagocita la enjundia y por tanto no puede ser juzgada por su propia irrelevancia contextual.

El deseo de ser uno mismo un superhéroe en iniciar el viaje mítico con él, donde la función dramática de vivir por un rato en su piel y experiencia podría haber sido más significante, queda aquí exigua ante la débil y ligera catarsis del conjunto y resultado final, sustituyendo lo que podría haber sido una experiencia completa por un ejercicio de puerilidad sensorial.

La clave del producto es la disolución delirante del yo, que sostiene la imposibilidad del auto conocimiento, y niega la existencia y el valor de todas las cosas, que es la base del pensamiento nihilista, un ejercicio de cierta vacuidad y relativismo existencial.

Es pues una película de gran éxito y satisfacción porque está perfectamente amoldada a las expectativas de la sociedad actual generalizada en el perfil bajo de autocrítica y pensamiento propio, donde lo magistral reside en la magnífica elaboración de la conexión nihilista con su propio público, que es realmente muy amplio.
Nexus5
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7
21 de junio de 2014
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El nominado al Oscar Hossein Amini como guionista en "Las Alas de la Paloma (1997)" (y ahora se pone a la Dirección novel) se acerca bastante a lo que es hacer magia cinematográfica. Esto es extraer la esencia del elixir purgado, diferencial pero aditivo, entre textura, color, vestuario, encuadre, script, acting, música y movimiento cinético del proyecto cinematográfico. Es lo que de manera esotérica construye la química orgánica del "Kineloide" (la cinta en movimiento), que no es ni más ni menos que el alma propia de esta disertación visual (y el porqué más interesante de ir al cine).

Esta adaptación de la novela de Patricia Highsmith (tb escribió "El Talento de Mr. Ripley" entre otras) no es una obra maestra de cine clásico actual, ni tampoco su ambrosía es de Dios del Olimpo (aunque si tiene algo de enteógeno psicotrópico), más bien se entretiene en convenciones ya inventadas que son agradables y efectivas (funcionan). El resultado se acerca a algo óptimo porque parece que el Director maneja bien el conocimiento de la génesis del cine y lo que en realidad significa (usa también artefactos oníricos como los gatos, los laberintos, los efectos atmosféricos o el propio traje de Viggo, blanco roto de textura lienzo a juego con el sombrero de ala que neutraliza la pantalla). Se consigue uniformar los elementos que exprime bien hasta aparecer esa atmósfera vaporosa y atractiva que envuelve en cierta manera, a la par que sostiene el interés por la interpretación de los actores, soportado en un metraje estructurado y de duración equilibrada (menos es más, en este caso 1:36 min.).

Esta dirección clasicista viene intercalada con apropiada actualidad en el manejo de la cámara donde se usan (no siempre por fortuna) los archi-repetidos "cámara en mano" pero aquí con elegancia y oportunidad, con sentido estético y sintético. También utiliza el encuadre estrecho (planos cercanos de manera habitual) y poca profundidad de campo lo que hace que aumente el espacio visual (muchos directores reputados piensan lo contrario y se equivocan por cierto), y esto es típico del cine de poco presupuesto, pero que también se puede y se debería usar en proyectos de gran formato, dado que esta particularidad permite crear la sensación de atmósfera que esta película ha conseguido. Igualmente esto se combina con planos largos cuando son necesarios y todo el conjunto respira adecuadamente.

Esta cinta de pretendido estilo "film noir" (lo que ahora se define como "Neo Noir" por la técnica moderna que se usa a día de hoy), establece una agradable paradoja al ser filmada en digital con la Arri Alexa Plus 4:3, que usa el fotograma cuadrado para llenarlo con mayor calidad (rodaje con lentes anamórficas), como se hacía antaño en celuloide, y de alguna manera queda por ello también clásico en el proceso, aunque se trate de código binario post-moderno (el etalonaje digital hace el resto). Y es que este símil de pseudo-clásico se ve nutrido y fresco por la doble nacionalidad Iraní-Británica del Director o por cosas como la música, a cargo del reputado Español Alberto Iglesias, o el ecléctico reparto multinacional. La variación de razas suele enriquecer el gen, sobre todo cuando se organizan en un formato común y concreto con un vector director (recordemos que este largo está clasificado como género "Thriller", que es algo muy concreto y marca de por si el ritmo específico.)

Además, a nivel de guión (esto se le ha pasado a mucha gente) lo que relata esta película está vinculado al relato mitológico del "Minotauro", donde Mortensen es el propio híbrido bestia-hombre, Dunst es Ariadna e Isaac es Teseo. Ariadna se enamora de Teseo y éste finalmente acaba con el Minotauro. Recordemos que la película se desarrolla en Creta y el detonante de la acción es en la cuidad de Cnosos, donde además se visualizan laberintos y se habla de esta propia mitología. Todo ello es recogido tanto en la película como en el mito griego. De esta manera tenemos dos elementos simbólicos (estética formal y guión) que hacen retroceder al menos de manera inconsciente a ciertos atisbos clásicos lo que produce un buen efecto sinérgico.

Es por ello un producto interesante, más aún en los tiempos que corren, donde fácilmente se olvida que lo novedoso de una historia no es "qué" se cuenta sino "cómo", desde hace ya milenios.
Nexus5
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9
16 de mayo de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Abrochense los cinturones, el orfebre audiovisual George Miller se erige como un gigante cíclope y se sube con su potente ojo panorámico a un vehículo gigantiásico de pinchos con ruedas descomunales y nos da un garbeo centrífugo a match 3 propulsado por fusión en un planeta extraterrestre en el que cambia la gravedad.

Se aprecia contundentemente como el potente universo creativo de Miller puede ser excelentemente expresado a través de un buen presupuesto, donde se usa cada dólar australiano de manera óptima y respetuosa. Este nuevo enfoque austral se percibe realizado con preciosismo y esfuerzo, a la vez que su acento siempre novedoso de antípoda refresca intensamente, lo que hace ponerse por delante de las cintas Blockbusters de Hollywood, mucho más perezosas y ñoñas.

Visualmente, no hay palabras para describir lo que se llega a ver, la magistralidad operativa ofrece un precioso descubrimiento creativo lleno de hallazgos visuales y serendipias que provocan un zootropo catártico en proporciones Imax de secuencias cuánticas.

El alucinante sonido que envuelve la cinta (es de Oscar a mi entender) es una obra teatral auditiva paralela, donde los vehículos tienen sus propios diálogos y discurren durante mucho tiempo, siendo como un Hamlet construido con rugidos de motores con todos sus personajes llenos de mecanismos.

El espectáculo y catarsis intrínseca de esta cinta se fundamenta en visualizar un guión escueto de manera provocadora sobre la “psicosis social” de la civilización. Toda la estructura narrativa está sumergida en un denso y polvoriento vaho de neurosis en fondo y forma. El despegue de esta cualidad se basa en que solo hay “Ello” freudiano (bajos instintos), no hay “SuperYo” (la moral arcaica) y casi inexiste el “Yo” (la lucha entre ambos), y de esta forma es como el ser humano es expuesto, explorando esa veta de la psicosis y sociopatía que todos tenemos materializada con una fisicidad magistral. Digamos que conecta directamente con la psiquis del espectador en su placer inconsciente inconfesable.

Puede que este producto quizá no esté desarrollado al 110% en cuanto a guión superlativo de grandes hazañas de la historia fílmica pero contiene los elementos necesarios para empaquetar un resultado totalmente satisfactorio más si cabe en este tipo de géneros, que lo es sin duda en mayúsculas.
Nexus5
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3
10 de mayo de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No daremos cuenta, que esto no es un largometraje con estructura dramática al uso, en un video-clip-trailer de 141 minutos. Estructura que no solo no se esconde de esto, sino que se jacta de serlo incluso se ríe de si misma. Es un molde de barro que no está fabricado por un alfarero sino por un polígono industrial hipertrofiado, donde la preciosa vasija carece de preciosismo y de arte porque no lo necesita. El orfebre es aquí un reloj cuántico de nanorobots fabricando más robots o "ultrones".

La audiencia pediría seguramente, según los estudios de mercado, velocidad, simplismo, efimería, pirotécnica, misticismo, plasticismo, y socarronería de alta inversión . Esto es “Los Vengadores”. No importa nada, solo la brutal maquinaria de producción y marketing millonario entronizada dentro de un globo de titanio que se hincha e hincha y explota, saltando en pedazos pesados trozos de mecanismos que golpean nuestros globos oculares inyectados por la velocidad del carrusel cinético a 500 por hora. La forma lo es todo y el fondo se metamorfosea en forma de nuevo. A tal magnitud llega la maquinaria que incluso el carísimo metraje de efectos digitales está proyectado a cámara rápida, vaciando por segundos los 250 millones de dólares de presupuesto a velocidad ultrasónica. Es como beberse un vino de 250 años en un vaso de plástico de litro con cola light y hielo de un trago: un calimocho espectacular pero totalmente asíncrono de sentido.

Una de las medidas que se pueden tomar para obtener la calidad de un producto audiovisual es la “Curva de Mérito”, que en sus 2 ejes (X e Y) se meten factores como “esfuerzo<>tiempo” o “coste<>calidad”. Aquí se nos da la cúspide del gráfico donde por más dinero/esfuerzo invertido en el producto no puede haber más calidad. ¿Cuál hubiera sido el justiprecio para obtener lo mismo?. Viendo las críticas profesionales llego a sospechar que, entre tantos millones expulsados, han tenido que ser sobornadas en algún punto, pues es difícil valorar semejante espectáculo “sui generis”.

¿Cómo puede existir una crítica negativa si todo cumple su función y todos están contentos?
Pues efectivamente el problema está en olvidar el postulado aristotélico de la "catarsis”. Si no hay catarsis ¿como puede haber obra?. Lo que podemos hacer es convertir el templo visual (la sala de cine) en una sala experimental de pasatiempos; solo tendremos que cambiarle el nombre en este caso al séptimo arte, a este nuevo concepto de vacuidad de alto intercambio comercial y productivismo.
Nexus5
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4
22 de junio de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Les darás a los habitantes de la tierra un ideal por el que luchar. Se apresurarán a seguirte pero tropezarán, caerán, pero al final se unirán a ti en el sol. Al final les ayudarás a lograr grandes gestas".

Este es el discurso base de la "súper" premisa que hace en voice over Jor-El, el padre de Supermán, interpretado por un grueso, greñoso y un poco apagado Russell Crowe melancolizado en su propio formato expresivo de "siempre Gladiator" o héroe suicida. El traje de plástico no le queda nada bien. También está muy gordo el casi inexistente Director del Daily Planet, Laurence Fishburne que el rostro se sale de la pantalla por redondez lipídica. O también está grueso el General militar negro (Harry Lennix) que hace el mismo papel en Matrix 2 y 3. Ese grosor un poco decadente hace de contrapeso a las féminas, como una Lois Lane (Amy Adams) que hace de muñequita de ojos manga vidriosos-vibrantes aberrantes, mientras se bebe un gran vaso de whisky del tirón o habla de "a ver quien la tiene más grande" que ni el mismo John Wayne o Clint Eastwood se atreverían a decir sin más y por sorpresa. La madre adoptiva del hombre de acero (Diane Lane), mal envejecida y algo fuera del papel que no le acaba de pegar, y una Lara Lor-Van (Ayelet Zurer) que hace el mismo papel que la esposa de "300" pero mucho más escaso. Quizá solo se salvan protagonista y antagonista, un superhombre (el británico Henry Cavill) que está solvente y cubre bien tanta responsabilidad y un malo (Michael Shannon) al que le han sacado poco provecho y que podría haber sido impoluto. También se salva Kevin Costner (también gordo) porque le toca la única parte del guión afectiva real, pero que casi liquida su sentido ante la absurda forma de ser eliminado del metraje.

A nivel de tema visual sorprende ver tanta copia de otras películas como Avatar (Jor-El subido a un "Ikran" volador?), IronMan (Jor-El poniéndose su traje coraza automatizado?), Matrix (Superman y Zhor a puñetazos aéreos interminables por Matrix otra vez?), X-men (Superman itinerante con el macuto como Lobezno, o cómo Cíclope disparando rayos rojos sin control?), Aliens invadiendo la tierra para extraer sus recursos otra vez?, el tema de Gaia de nuevo?, etc., etc. etc. Vaya tema.

La pregunta aquí es "¿cuál es el ideal por el que luchar?. A Goyer y a Nolan se les llena la boca de grandes palabras y afirmaciones que jamás se responden en esta cinta, ni tampoco se aproximan a contestar. Casi que se hace el ridículo.

Se comete el error facilón de irse a los grandes temas visuales y filosóficos, donde los temas pequeños e importantes (las relaciones emocionales) se intercalan de manera breve para cumplir con el expediente del formato de guión, creando un efecto poco sustancial (de poca chica), que opaca la profundidad de la trama en favor de los caros efectos especiales. El contrapunto de tanta grandiosidad visual es el rodaje tipo cámara en mano desenfocado y desencuadrado, con inserción de metraje emocional de cortometraje amateur, para intentar darle realismo y ya de paso emborronar y agitar el encuadre para que no se vea todo claro y parezca más y mejor de lo que es. Pretencioso e inútil.

Encima, la manida e incoherente trama exterior se vuelve un conjunto de desatinos tal, que si se piensan bien, pueden llegar a ser tan veleidosos y extraterrestres como los seres de Krypton.

También cabe mencionar que es una película que tiene algunos momentos muy irritantes de la magnitud de querer levantarse y marcharse de la proyección, así como momentos próximos a la vergüenza ajena (en mi sala varios espectadores se reían de manera burlona con razón), que insistían en sacarte casi a propósito de la trama y misticismo de un superhéroe tan grande como es este.

Cada año que pasa se vuelve más complicado desarrollar un guión original y en su lugar se gastan todas las opciones y subtramas posibles del formato dentro de un mismo largometraje para recalcar y construir a los personajes lo "mejor posible", intentando además colar todas las escenas de acción viables que un super-presupuesto permite y obliga. De esta manera nos encontramos ante el problema de que se obtiene un producto de gran consumo comercial pero queriendo ser genial, original y profundo para "quedar bien" en el arte de hacer cine, lo que hace que todo se vuelva irracional y largo (casi 2 horas y media a embudo paroxista).

Asistimos pues, no ya a cine pretencioso (que esto es lo peor que le puede pasar a un cineasta), sino llegamos a un paso más, "cine pretencioso que intenta disimularlo pero no se esfuerza en ello", es decir, todos sabemos que es pretencioso pero ni siquiera se nos oculta porque hay tanto dinero y mercadeo invertido que todo da igual.

De esta manera, el super-traje del héroe cobra más y más relevancia, donde nos contentamos con intentar averiguar cómo lo han hecho y cuánto ha costado. Un traje que por muchas vueltas que le demos, es de plástico recauchutado.
Nexus5
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