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España España · Madrid
Voto de Nexus5:
7
Thriller. Intriga Año 1962. Una glamorosa pareja norteamericana formada por el carismático Chester MacFarland (Viggo Mortensen) y la bella y joven Colette (Kirsten Dunst) se encuentra en Atenas durante unas vacaciones en las que recorren Europa. Durante una visita a la Acrópolis conocen a Rydal (Oscar Isaac), un joven estadounidense que habla griego y trabaja como guía turístico, situación que aprovecha para timar a turistas ricas. Atraído por la belleza ... [+]
21 de junio de 2014
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El nominado al Oscar Hossein Amini como guionista en "Las Alas de la Paloma (1997)" (y ahora se pone a la Dirección novel) se acerca bastante a lo que es hacer magia cinematográfica. Esto es extraer la esencia del elixir purgado, diferencial pero aditivo, entre textura, color, vestuario, encuadre, script, acting, música y movimiento cinético del proyecto cinematográfico. Es lo que de manera esotérica construye la química orgánica del "Kineloide" (la cinta en movimiento), que no es ni más ni menos que el alma propia de esta disertación visual (y el porqué más interesante de ir al cine).

Esta adaptación de la novela de Patricia Highsmith (tb escribió "El Talento de Mr. Ripley" entre otras) no es una obra maestra de cine clásico actual, ni tampoco su ambrosía es de Dios del Olimpo (aunque si tiene algo de enteógeno psicotrópico), más bien se entretiene en convenciones ya inventadas que son agradables y efectivas (funcionan). El resultado se acerca a algo óptimo porque parece que el Director maneja bien el conocimiento de la génesis del cine y lo que en realidad significa (usa también artefactos oníricos como los gatos, los laberintos, los efectos atmosféricos o el propio traje de Viggo, blanco roto de textura lienzo a juego con el sombrero de ala que neutraliza la pantalla). Se consigue uniformar los elementos que exprime bien hasta aparecer esa atmósfera vaporosa y atractiva que envuelve en cierta manera, a la par que sostiene el interés por la interpretación de los actores, soportado en un metraje estructurado y de duración equilibrada (menos es más, en este caso 1:36 min.).

Esta dirección clasicista viene intercalada con apropiada actualidad en el manejo de la cámara donde se usan (no siempre por fortuna) los archi-repetidos "cámara en mano" pero aquí con elegancia y oportunidad, con sentido estético y sintético. También utiliza el encuadre estrecho (planos cercanos de manera habitual) y poca profundidad de campo lo que hace que aumente el espacio visual (muchos directores reputados piensan lo contrario y se equivocan por cierto), y esto es típico del cine de poco presupuesto, pero que también se puede y se debería usar en proyectos de gran formato, dado que esta particularidad permite crear la sensación de atmósfera que esta película ha conseguido. Igualmente esto se combina con planos largos cuando son necesarios y todo el conjunto respira adecuadamente.

Esta cinta de pretendido estilo "film noir" (lo que ahora se define como "Neo Noir" por la técnica moderna que se usa a día de hoy), establece una agradable paradoja al ser filmada en digital con la Arri Alexa Plus 4:3, que usa el fotograma cuadrado para llenarlo con mayor calidad (rodaje con lentes anamórficas), como se hacía antaño en celuloide, y de alguna manera queda por ello también clásico en el proceso, aunque se trate de código binario post-moderno (el etalonaje digital hace el resto). Y es que este símil de pseudo-clásico se ve nutrido y fresco por la doble nacionalidad Iraní-Británica del Director o por cosas como la música, a cargo del reputado Español Alberto Iglesias, o el ecléctico reparto multinacional. La variación de razas suele enriquecer el gen, sobre todo cuando se organizan en un formato común y concreto con un vector director (recordemos que este largo está clasificado como género "Thriller", que es algo muy concreto y marca de por si el ritmo específico.)

Además, a nivel de guión (esto se le ha pasado a mucha gente) lo que relata esta película está vinculado al relato mitológico del "Minotauro", donde Mortensen es el propio híbrido bestia-hombre, Dunst es Ariadna e Isaac es Teseo. Ariadna se enamora de Teseo y éste finalmente acaba con el Minotauro. Recordemos que la película se desarrolla en Creta y el detonante de la acción es en la cuidad de Cnosos, donde además se visualizan laberintos y se habla de esta propia mitología. Todo ello es recogido tanto en la película como en el mito griego. De esta manera tenemos dos elementos simbólicos (estética formal y guión) que hacen retroceder al menos de manera inconsciente a ciertos atisbos clásicos lo que produce un buen efecto sinérgico.

Es por ello un producto interesante, más aún en los tiempos que corren, donde fácilmente se olvida que lo novedoso de una historia no es "qué" se cuenta sino "cómo", desde hace ya milenios.
Nexus5
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