Drama correcto con buena factura e interpretaciones, pero que adolece de un limitado y poco desarrollado guion. Y es que el argumento es muy básico y algo trillado en el cine de esta temática (cada vez más frecuente y con más filmografía), sin demasiada progresión ni subtramas que pudieran enriquecer el mismo, que da protagonismo a un joven polaco que comienza a trabajar en una fábrica de pescado en la Noruega rural y se enamora -luchando contra su autorrepresión sexual- de un compañero.

Las imágenes del tan gélido como hermoso paisaje escandinavo en el que transcurre la historia son un aliciente visual, del que se beneficia la película.

Es la película con la que he inaugurado mi personal Atlántida Film Fest, el muy destacado y atractivo festival online de Filmin, que cada verano supone una cita ineludible para el cinéfilo.

He tardado años en decidirme a verla. Admito que le tenía prejuicio, y de hecho la había descartado, por tanto como hay por ver, y porque aunque no dudaba de su calidad (por su prestigio, notas medias en webs como esta, altura del reparto, numerosos galardones recibidos...), me parecía que no sería mi serie, se me antojaba a priori excesivamente telenovelera, marujil incluso, muy "para señoras" (con perdón...). Pero gracias a la efusiva recomendación de compañeros de grupos cinéfilos, unido a mi voracidad seriéfila de los últimos tiempos... me decidí a darle una oportunidad. Y gracias a ello he descubierto con gran sorpresa y agrado la que ya es una de las series de mi vida.

Es muy fácil, por obvio y evidente, destacar su magnífica ambientación -escenográfica y musical-, su cuidadísima producción o la labor de tan británico reparto, así como jugosas pinceladas históricas (la historia comienza tras el hundimiento del Titanic, por ejemplo), pero ante todo y por encima de todo, lo que hace grande, muy grande, a esta seriaza es la concepción, desarrollo y arcos argumentales de unos personajes magníficos, que me acompañarán siempre. He estado en su piel, he padecido con ellos en sus desgracias y dificultades, y me he alegrado por ellos en sus momentos de felicidad. Los he comprendido incluso en sus maldades (incluso a los más negativos, puesto que aquí hay aristas y matices en todos, al tratarse de un producto adulto e inteligente), tanto a los de arriba como a los de abajo, señores y sirvientes, con sus apasionantes tramas propias y colectivas, y con su infinidad de subtramas a cual más interesante.

Tramas y personajes que conforman la historia -durante más de una década en los albores del siglo XX- de esa magnífica mansión que da nombre a tan bonita, disfrutable e inolvidable ya serie.

El aspecto más interesante de la primera película de Todd Field en 16 años (sí, ha pasado todo ese tiempo desde 'Juegos secretos'), es el del reflejo de la llamada -y muy a la orden del día por culpa del buenismo imbécil de nuestro tiempo- "cultura de la cancelación". Y quiero pensar, y creo ver en algunos detalles de tratamiento (esos manifestantes alienados y censores, jueces sumarísimos contaminados de pensamiento único, "momentum", corrección política e idiotez de masas) que Field es -sutilmente- crítico con todo esto que está pasando, pues hoy ser famoso es una condición de riesgo para ciertos sectores sociales (que todos sabemos quienes son hoy, y que curiosa y paradójicamente eran sus contrarios en el pasado...), que se muestran incapaces no sólo de separar al artista y su vida personal de su obra, sino que se sienten "ofendidos e indignados" ante cualquier aspecto que se salga de lo establecido, lo normativo (esta palabra la usan luego en negativo, curioso...), lo considerado socialmente aceptable en la coyuntura actual.

Como la película es inteligente y lo suficientemente ambigua, no estoy del todo seguro de las intenciones de Field al respecto, pero ya digo que quiero pensar que sí, pese a la en algunos aspectos cuestionable personalidad y actitud de su protagonista, que no sería incompatible con esta tesis, sino que la enriquecería, con inteligencia y complejidad.

Y por eso, pese a su frialdad y cierta aridez general, puedo decir que me ha gustado esta su nueva película (al igual que las dos anteriores, pues 'En la habitación' y 'Juegos secretos' también eran tan atractivas e inspiradas como interesantes), sumado a la gran labor de una soberbia -en todos los sentidos- Cate Blanchett, y a la filmación y edición de gran altura.

He acabado mi año cinematográfico con la última obra del mexicano Alejandro G. Iñárritu, uno de mis cineastas de cabecera en el cine contemporáneo, y uno de los más destacados, con una filmografía aun corta donde destacan obras maestras y/o peliculones como 'Amores perros', '21 gramos', 'El renacido' o 'Babel'.

Y... bueno, sentimientos encontrados. Las imágenes y los planos secuencia son poderosos, y contiene numerosas buenas ideas visuales (y también algunas narrativas), pero también el conjunto es autocomplaciente y pretencioso de más, y no siempre está en un punto muy alto de (mi) interés en su largo metraje.

Supongo que será más apreciada y comprendida por los espectadores mexicanos, al apelar la -tan particular como artística- propuesta al sentimiento de serlo, y escapársenos a los extranjeros varias claves relativas a la historia y vicisitudes sociopolíticas del país hispano(norte)americano.

En definitiva, tiene los suficientes alicientes cinéfilos (entre otras, su estilo recuerda a Fellini (inevitable no pensar en 'Otto e mezzo'), o Terrence Malick) como para que pueda seguir diciendo que Iñárritu me sigue sin fallar, pero es la que menos me ha gustado de su más que buena filmografía.

Ojalá todo el cine de terror moderno fuera parecido a esta tan sorprendente, atractiva, atmosférica y cautivadora película.

Y como es así, le perdono los defectos (que los tiene, claro) y una parte final mejorable y con decisiones discutibles. Pero todo lo que ha ofrecido antes, en cuanto a tensión, falta de previsibilidad (muy agradecible esto en este tan maltratado género) y continuas sorpresas... es muy de aplaudir.

En este género hay tanta basura que cuando aparece una así no hay que ponerle demasiadas pegas, y hasta hay que perdonarle cosas que en el fondo no son tan graves, como la estupidez de los personajes, que casi se podría decir -y aceptar- que ya es una licencia consustancial al mismo . Y en este caso no me parece exagerado esto, aunque hay decisiones que ponen nervioso y enervan momentáneamente... XD

El comienzo y toda la primera parte es fascinante por su gran sentido de la tensión, jugando muy inteligentemente con los prejuicios del espectador, y el cambio de tercio sorprende y mantiene estupefacto e intrigado hasta la médula a éste por saber cómo transcurrirá eso que está viendo, y cómo se hilará...

Tiene cosas inverosímiles, especialmente en el tercio final (esos policías, ese brazo del vagabundo, esa caída doble...) Pero. como decía antes, ante tal torrente de ideas y sorpresas... es fácilmente perdonable. Porque ofrece mucho más a cambio. No es de extrañar que esté llamando tanto la atención.

Ojalá todo el cine de terror moderno fuera parecido a esta tan sorprendente, atractiva, atmosférica y cautivadora película.