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Críticas de Roscas
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Críticas 22
Críticas ordenadas por utilidad
3
26 de octubre de 2011
11 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Leyendo las críticas de los medios de comunicación da la impresión de que con Jaume Balagueró el cine español ha encontrado a un nuevo mesías, encarnado en una especie de mejunje entre Polanski y Hitchcock; especialmente el primero, que queda más "cool". Y parece que Balagueró no le hace feos a tales adulaciones, pues no ha tenido reparos en tratar de calcar la ambientación y desarrollo de "El quimérico inquilino", al que le ha añadido el malo del motel de "Psicosis", cuchillo y madre incluídos -aunque ni Luis Tosar es ventríloco ni la madre parece que tenga nada que ver con la miseria humana que tiene por hijo, ahí sí hay que admitirle una pizca de originalidad al cineasta catalán-. Demasiado listón para un director que se ha atrevido a filmar por dos veces a ancianitas zombies cámara en mano, o lo que es más terrorífico, un ejército de triunfitos asesinos y torturadores de tímpanos.

En lo que primero que patina en su intento de acercarse a tan elevadas cotas es en la confección de los personajes. El solitario protagonista, interpretado por Tosar -bastante sobreactuado, por cierto- no goza de mayor profundidad que las cucarachas que fumiga. Lo único que sabemos de él es que es una especie de parásito repugnante que vive a costa de fagocitar la felicidad del primero al que se encuentra, y que se cuela cual tenia en el interior del apartamento de los inquilinos para hacerles una de gamberradas que superan con creces a las de Summers. A partir de ahí, el vacío infinito. Ni sabemos muy bien que pinta la madre, ni que es de su vida, ni si su ruindad es producto de la crisis de los 40. Él dice que es de nacimiento, pero cuesta creer que ande peinando coronilla y durante todo este tiempo haya estado cometiendo fechorías con total impunidad y sin terminar de tirarse nunca por la ventana del quinto.

No más creíble es la niña tocapelotas, Úrsula: una especie de Sonny Corleone con falditas que extorsiona como toda una "profesional" del hampa. Otro personaje que, al igual que la madre, el novio de Clara o el presidente de la comunidad, habría tenido su salsa con un guión a la altura de las pretensiones del film, que se hubiera centrado en los personajes para hacerlos más creíbles, más profundos y de esa forma, obtener la pretendida tensión en lugar de la indiferencia que se siente ante todo lo que acontece. Y es que prácticamente todo el metraje consiste en mostrarnos la imaginación desbordante de César, así como sus habilidades propias del mejor McGyver, pero no al César que se esconde detrás de sus actos. Lo mismo se puede decir del resto. Por ende, empatía nula, y con ella todo el suspense y la tensión al garete. A eso hay que añadir lo previsible de todo su desarrollo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Roscas
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8
29 de febrero de 2012
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay dos cosas que incomodan enormemente a aquellos que nos gobiernan: internet y la literatura. La posibilidad de que cualquiera con papel y una pluma (o en su defecto, un teclado) puedan plasmar sus pensamientos y divulgarlos con la misma facilidad que el viento, es una expresión de la libertad que irrita a nuestros mandamases, preocupados como están siempre de que no se les desmadre su rebaño y de manipular a las masas tratando de aislarles de aquello que les aleja de su pensamiento único. No hace falta pensar en regímenes totalitarios, ya que lo vemos en nuestro día a día "democrático". Manipulan la historia, manejan la opinión de los medios de comunicación mediante prebendas y subvenciones, y crean una corriente de opinión que pontifica sobre lo que está bien y lo que está mal.

La película de Truffaut es una perfecta alegoría del camino al que nos puede llevar el permitir que se violen nuestras libertades individuales, así como el dejar que nos adoctrinen en vez de "adoctrinarnos" a nosotros mismos. Internet y libros nos garantizan la libertad de pensamiento, pero muchos no usamos esa libertad y preferimos aborregarnos y que nos manipulen a través de "mass media" que sólo sirven a los intereses de los poderes. Esta inquietante película crea tal tensión y es tan inmersiva que no cuesta demasiado trabajo ponerse a leer un libro nada más terminar de verla; nunca se sabe si mañana ese libro ya no estará. Uno no para de pensar en las interminables veces que se ha visto a un político o un personaje de cierta influencia pidiendo la prohibición de determinados libros y hasta la quema (ver Cristina Almeida), o el control de internet con la excusa de que existen contenidos "inapropiados".

Incluso en la cinta encontramos términos que nos resultan familiares, como el mismo "inapropiados" o el igualitarismo absurdo que se fomenta desde los propios medios al servicio del gobierno, o noticias manipuladas descaradamente, que no está muy lejos de manipulaciones y tergiversaciones de noticias que vemos actualmente.

Una película que no sólo vale la pena, sino que es de imprescindible visionado, por la historia y por lo bien que la transmite y ambienta. El ritmo y la tensión no decae, y Truffaut logra crear un ambiente muy claustrofóbico y deprimente sin necesidad de tópicos; le basta con planos cercanos y unos decorados totalmente carentes de calidez, que contrastan con el calor que desprende la casa de la protagonista. Por decir algo malo: el guión deja bastantes incógnitas abiertas, aunque no es complicado deducirlas.
Roscas
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2
20 de mayo de 2012
16 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una de esas películas que sólo podrían hacerse en USA. Un sargento que bajo la pose de duro esconde un corazoncito que ni la madre Teresa de Calcuta, un ejército de mujeres desesperadas a la caza y captura de cualquiera que esté en camino de besar bandera, un presunto soldado en instrucción que parece que por eso ya sea Onassis, y una colección de frases patrióticas que no pintan demasiado en la historia pero que quedan muy bien de cara a la galería, es algo que ambientado y producido en España produciría hilaridad. Daría tanta risa que dejaría a Torrente en el paro. Pero USA es distinta (o lo somos nosotros) y este subproducto publicitario batió grandes registros de taquilla y ganó varios premios, premios serios para colmo.

En "Oficial y Caballero", Richard Gere demostraba que ya tenía amoldado ese personaje que iba a repetir una y otra vez en sus sucesivas películas (junto a su inexpresiva tez, por supuesto): el del príncipe azul con el pasado perfecto para dar lástima, que sabía hacer cualquier cosa, corría más que nadie, tenía lo que quería cuando quería, y tenía rendida a su damisela preferida, la cual le perdonaba todas y cada una de sus cabronadas. Era el yerno perfecto, la media naranja que debería tener cualquier vástago para sus suegras. En ninguna de sus películas le vi mear colonia, pero sería muy probable que eso también ocurriera. Y explotó ese personaje hasta la saciedad en todas y cada una de sus posteriores comedias y melodramas. Ha sido, en definitiva, al melodrama lo que Chuck Norris al cine de acción.

Y esto es todo lo que nos vamos a encontrar en este film. Richard Gere en el papel antes nombrado, en una América idílica, encuentra a una chica que por supuesto es rematadamente boba y no siente vergüenza alguna por serlo; y a partir de ahí empiezan todos los clichés que uno pueda imaginar en esta clase de películas y que no voy a nombrar porque son tan previsibles que no merecerían siquiera ser incluídos en un "spoiler". Ingredientes propios de una novela de Corín Tellado, suficientes para quinceañeras de la época y marujas del siglo XXI que se sientan a ver su reposición por la "tele" con su té y sus pastas. Pero tremendamente anodino para el resto, por no decir que se siente uno ridículo aguantando una hora y media esta sobredosis de edulcorante artificial, con forzadas situaciones pretendidamente dramáticas, vacuas e irreales.

Y para colmo, ni siquiera es romántica. Una tosca escena de sexo, un tal Mayo que se comporta como todo un cabronazo una y otra vez, y una "groupie" que traga con todo, es lo más parecido al amor que se puede ver aquí. Es más fácil encontrar una historia de amor en un documental del National Geographic sobre el apareamiento de la tortuga boba. Y para rematar, machismo a discreción, porque cualquiera diría que ella es vagabunda y él el nuevo Rockefeller, como para andar todas buscando carne de futuro piloto como si fuera un plan de pensiones.
Roscas
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5
23 de agosto de 2012
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puedo perdonarle a Nolan que permita a Batman vestir con el traje de Darth Vadder con retoques sacados de los soldados de Halo. Puedo perdonarle que el personaje de Talia al Ghul no tenga parecido alguno con el del comic. Incluso puedo perdonarle que Bane ya no se drogue. Pero hay dos cosas que no puedo perdonarle: una, que Gotham no tenga nada de Gotham y sea New York con el nombre cambiado. Y la otra, convertir a Catwoman, mi personaje favorito del cómic, en una caradura sin pasado conocido, simplona, ¿bisexual? y sueltilla. Una "yessi" de tres al cuarto, vaya. Y para colmo, después de Anne Hathaway, hasta hubiera preferido a Angelina Jolie.

La película aprueba (justito) como producto blockbuster veraniego de acción desenfrenada, tiritos y explosiones a mansalva, espectáculo visual digital, banderita gringa ondeando y guión inexistente. Pero suspende como adaptación de Batman. Yo no sé si Nolan odia profundamente a Batman o si el problema es que se ama demasiado a sí mismo. Pero la ambientación es inexistente. Es como si hubiera cogido a "Deception", perdón, "Inception" y le hubiera puesto a Di Caprio un traje negro. Una cosa es una versión un tanto particular y otra que a este Batman y al resto de personajes no los conozca ni su madre. Sería más honrado cambiarle el nombre. Hay que decir que eso no es una novedad, sino una constante en toda la trilogía, por lo que si alguien no ha visto esta tercera entrega pero sí las dos anteriores y quedó satisfecho con ambas, que no me haga ni puñetero caso y no dude ni un instante sobre si verla.

Lo que diferencia a "La Leyenda Renace" y "El Regreso del Caballero Oscuro", en detrimento de la primera, no es el tema de la ambientación y la fidelidad al Batman original, sino la falta de un guión estructurado que le dé a la historia cierto sentido y a los personajes una historia y una profundidad necesaria para generar cierta empatía, ya que Nolan ha considerado prioritario meterle una dosis extra de metralla y dinamita y fantasmadas a lo Steven Seagal. De ahí que falten personajes con el carisma del Joker o Harvey Dent que salven la película.
Roscas
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5
2 de junio de 2012
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si por algo puede pasar a la historia este film es por ser el capítulo de culebrón más largo jamás rodado. No veremos nada que cualquier ama de casa no haya contemplado ya en algún capítulo de Pasión de Gavilanes, Abigaíl o Yo Soy Bea. Las diferencias fundamentales entre esos engendros latinos rodados por el Anticristo y la película que nos ocupa son básicamente 3: a) Es gringa. b) Sus protagonistas son los ídolos pajilleros de machos y féminas del momento. c) La música y la fotografía le dan un aire modernillo que resulta chupiguay para cualquier intento de gafapasta que se precie. Por lo demás es muy parecido: relaciones de pareja poco creíbles, actores nefastos (ya sabemos que Julia Roberts, Jude Law y Clive Owen simplemente no dan para más, pero Natalia Portman rubrica aquí el papel más decepcionante de su carrera), diálogos estúpidos y un guión de pacotilla.

El gran éxito de la película es, quizá, ofrecer esta clase de producto tan típico de la sobremesa sin que se note demasiado. Seguramente porque se dirige en gran medida a un público más bien juvenil, treinteañero, con ínfulas de moderno y "chic". Y para evitar que alguna maruja logre destapar la estafa, le meten una buena colección de pollas, culos, caca, semen y un sinfín de vulgaridades más, para que las presuntas delatoras salgan corriendo al poco de llegar a la escena del chateo.

Para relaciones de pareja rocambolescas y disparatadas, ya tenemos a Woody Allen, que con menos recursos y menos pretensiones es capaz de retratar círculos amorosos de lo más variopinto llegando al espectador, algo que esta película no consigue en ningún momento. Huelga decir que la peor película del genio de Brooklyn es ampliamente superior a este fallido melodrama. Closer no aporta nada nuevo, y lo más original son algunas de sus críticas: una, dice que es una tragicomedia... ¿dónde está la comedia?; otra dice que aporta risas... ¿qué intento de gag hay, quitando la forzada escena del chat? a veces pienso que algunos ven otra película y se confunden con los nombres.

Le pongo un 5 porque no es mala, en verdad. Es simplemente aburrida e insípida. De hecho, esta es probablemente la crítica que más me ha costado hacer, porque produce tal indeferencia que uno se olvida de casi toda la película al cabo de media hora, como quien no quiere la cosa. Parece que nuestro hipotálamo, que por lo visto es más inteligente que la propia parte cognitiva de nuestro cerebro, conviene con mucho criterio que es más útil aprovechar la capacidad de almacenamiento de las neurosas para cosas más interesantes.
Roscas
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