Thriller de trama adolescente, en el que grupo de estudiante que viven en un colegio interno, impulsados por el aburrimiento, deciden inventar un juego de mentiras y apariencias en el que implicar y asustar a todo el colegio, con la existencia de un asesino en serie que actúa la noche de Halloween.

Un planteamiento muy convencional que se convierte en algo mas interesante, lo que en principio era un juego acaba siendo una realidad de que hay que salir corriendo.

Lo mejor de la película: Una fotografía y un intercalo de imágenes en forma de flash muy inteligente y estimulante, presentado con una música minimalista, estridente que funciona en su conjunto. Cabe destacar la enigmática y sugerente interpretación de Lindy Booth. (Spoiler abajo)

El planteamiento de la película resulta interesante como una mentira puede reafirmarse como una verdad generalizada, si así lo cree todo el mundo. Aunque claro no es un argumento nuevo, ya que se trato con mas acierto en "Rumores que matan".

Lo peor: Su continuos giros, lo que consiguen finalmente es marear sin llegar a un final que este a la altura de las circunstancias de aguantar la incertidumbre y de no saber realmente que esta pasando durante toda la película. El retrato de algunos personajes, no de sus principales, estan trazados torpemente con una personalidad estúpida propias de estas películas de adolescentes.

A pesar de sus pros y sus contras es una película que me gusta ver de vez en cuando, aunque sea por disfrutar de su estética particular y por su entretenido desarrollo.