Siempre dan mal rollo las películas donde los niños (evitando la inocencia que les caracteriza) son malvados y asesinos, siempre recordaremos la película de Narciso Ibañez Serrador como referencia. En esta ocasión son dos pequeños los que reciben algún tipo de posesión hipnótica, como ocurría en "El pueblo de los malditos" convirtiéndose en unos maléficos infantes.

Dos parejas se van de viaje y alquilan un par de cabañas en un bosque. Ben y Margaret tienen dos hijos pequeños. En una de las muchas caminatas por senderos encuentran una caverna con un misterioso pozo, los niños parecen que perciben algún tipo de conexión o atracción y a la noche solos vuelven a regresar al mismo sitio. A la mañana siguiente aparecen, pero ya no son los mismos... 

Sin embargo, el principal problema de que la película no funcione es la presencia de los niños, simplemente no dan miedo. Sin escenas que puedan inquietar, todo se traduce a algún susto esporádico a merced de un guion poco consistente para un film de terror de Blumhouse.

La directora Roxanne Benjamin (Body at Brighton Rock) trata el tema con demasiada sensibilidad para un film de género, divagando también en torno a la salud mental, intentando inquietar en una trama que poco a poco se diluye. 

Una pena que resulte fallido en toda su estructura, ya que podría haber dado de sí y quedar en un film de serie B mucho más aceptable.
Destino Arrakis.com