El último capítulo de la serie, debo confesar, me resultó deslumbrante y catártico. La escena del pacto, específicamente la del restaurante, ha sido escrita con una inteligencia y con una sutileza de verdad hipnótica. Hacía tiempo que no me sentía tan satisfecho y conmovido con un final.

Debo señalar además que todas las actuaciones se encuentran a la altura. Tanto los roles principales como los secundarios ponen su grano de arena para que la trama alcance la profundidad y el tono de misterio que esta necesita. Destaco, no obstante, la interpretación de Carla Gugino (Verna; anagrama de Raven, que significa cuervo en español). Multifacética y siempre carismática; simpática y aterradora cuando así se requiere. Tanto ella como Bruce Greenwood (Roderick Usher) dan todo de sí por sus personajes. No es para menos, pues sobre ellos recae todo el peso dramático y gira toda la historia.

En definitiva, totalmente recomendable esta nueva versión de La Caída de la Casa Usher. Un producto que no solo disfrutarán los fanáticos de Poe y los estudiantes de Literatura, sino también todos aquellos que aman el terror gótico, el suspenso y, sobre todo, el drama.