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Voto de Ateistic:
3
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91
Serie de TV. Comedia. Drama. Romance
Betty es una joven latina en Nueva York que, rechazada en múltiples empleos, acepta uno por debajo de sus calificaciones en la industria de la moda. En medio del glamour y los negocios, de la guerra entre las bonitas y las feas, Betty crece y se enfrenta al mayor reto de su vida: el amor.
7 de agosto de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es lamentable que una telenovela que desde un inicio lo tenía todo para ser una excelente versión contemporánea de Yo soy Betty, la fea (buen elenco, buena producción, buena historia) haya terminado convirtiéndose en otra payasada más, muy al estilo de la mexicana La fea más bella. No se justifica, así de sencillo.
Para comenzar destaco las reiteradas sobreactuaciones de muchos de sus personajes, desde los principales hasta los secundarios. Ni siquiera Elyfer Torres (Betty) se salva. Hasta ahora, y hasta donde yo he visto, ninguna actriz ha logrado igualar esa dulzura y esa actitud de sumisión y pureza que tanto conmovía (por sentirse tan natural) en la interpretación Ana María Orozco. La actuación de Torres, a partir de cierto punto y por desgracia, se acerca más a las maneras llenas de muecas innecesarias y de obviedades que caracterizaban a la Letty mexicana. No se trataba de hacer una copia al carbón del personaje original (para nada), pero sí se hubiese agradecido que la innovación no hubiese estado cargada de actitudes y de gestos que buscaban una risa a como dé lugar.
En esta misma racha cae el personaje de don Armando, interpretado por Erick Elías. Se trata de una copia casi al calco del Armando de La fea más bella, lleno de muecas y falto de la contundencia y del peso escénico que el protagonista masculino requiere. No pedía la réplica de aquel Armando distante, duro y déspota de la versión original (magníficamente interpretado por Jorge Enrique Abello), pero sí pedía a un Armando cuya sola presencia impusiera autoridad. Autoridad que sí logra imponer, por ejemplo, el personaje de Daniel (interpretado por Rodolfo Salas). La actuación de Elías, por ende, resulta mediocre y poco contundente.
Para comenzar destaco las reiteradas sobreactuaciones de muchos de sus personajes, desde los principales hasta los secundarios. Ni siquiera Elyfer Torres (Betty) se salva. Hasta ahora, y hasta donde yo he visto, ninguna actriz ha logrado igualar esa dulzura y esa actitud de sumisión y pureza que tanto conmovía (por sentirse tan natural) en la interpretación Ana María Orozco. La actuación de Torres, a partir de cierto punto y por desgracia, se acerca más a las maneras llenas de muecas innecesarias y de obviedades que caracterizaban a la Letty mexicana. No se trataba de hacer una copia al carbón del personaje original (para nada), pero sí se hubiese agradecido que la innovación no hubiese estado cargada de actitudes y de gestos que buscaban una risa a como dé lugar.
En esta misma racha cae el personaje de don Armando, interpretado por Erick Elías. Se trata de una copia casi al calco del Armando de La fea más bella, lleno de muecas y falto de la contundencia y del peso escénico que el protagonista masculino requiere. No pedía la réplica de aquel Armando distante, duro y déspota de la versión original (magníficamente interpretado por Jorge Enrique Abello), pero sí pedía a un Armando cuya sola presencia impusiera autoridad. Autoridad que sí logra imponer, por ejemplo, el personaje de Daniel (interpretado por Rodolfo Salas). La actuación de Elías, por ende, resulta mediocre y poco contundente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En segundo lugar debo hacer referencia al desfile de escenas inverosímiles o poco creíbles que se fueron colando en la historia, en el afán de los libretistas de generar situaciones innovadoras. De verdad, no era necesario. Cito dos ejemplos:
1- Armando metiéndose por los ductos de aire acondicionado para escapar de Marcela. Esto sucede apenas iniciando la telenovela. ¿Realmente era necesario poner al personaje a hacer esto? Considero que no.
2- Jenny subiéndose a la pasarela de Hugo Lombardi, sin hacer las pertinentes averiguaciones, para modelar un vestido que, según el Giovas (quien era víctima de un engaño de Sofía), estaba diseñado para ella. Luego de ello la muchacha recibe el regaño de su vida de parte de su jefe. ¿Por qué no verificó antes la información? Si algo demuestra este personaje es que no tiene ni una pizca de tonta.
En fin, se trata de un conjunto muy numeroso de situaciones que no suman nada pero nada a la historia.
En tercer lugar destaco la actitud totalmente inverosímil del personaje de Marcela (interpretado por Sabrina Seara). ¿En realidad van a ligar a esta mujer celópata y tóxica con un personaje como Ricardo, todavía más mujeriego y machista que el propio Armando? Se trata pues de un personaje que, en el transcurso de la trama, pierde toda la seriedad y la sobriedad que en ella resultan tan necesarias. Otro personaje que termina convirtiéndose en una simple caricatura.
Por último, dos cosas más:
- El arco argumental de Sofía es lo más insoportable de todo. ¡Qué terrible cuando los libretistas se empeñan en hacer comedia a la fuerza! El resultado: más payasadas, más sobreactuaciones y más situaciones innecesarias. Si en la versión original detesté a Marcela, en esta versión he llegado a detestar con todas mis fuerzas a Sofía.
- Se extraña la presencia del personaje de Freddy. Es triste, pero el Giovas no logra generar la misma simpatía del recordado mensajero de Yo soy Betty, la fea.
En conclusión, Betty en NY, como lo dije, lamentablemente termina siendo una producción olvidable y que solo pasa a engrosar la larga lista de versiones de la memorable producción colombiana. Lo que en principio pareciera que va a brillar mucho, al final no brilla.
1- Armando metiéndose por los ductos de aire acondicionado para escapar de Marcela. Esto sucede apenas iniciando la telenovela. ¿Realmente era necesario poner al personaje a hacer esto? Considero que no.
2- Jenny subiéndose a la pasarela de Hugo Lombardi, sin hacer las pertinentes averiguaciones, para modelar un vestido que, según el Giovas (quien era víctima de un engaño de Sofía), estaba diseñado para ella. Luego de ello la muchacha recibe el regaño de su vida de parte de su jefe. ¿Por qué no verificó antes la información? Si algo demuestra este personaje es que no tiene ni una pizca de tonta.
En fin, se trata de un conjunto muy numeroso de situaciones que no suman nada pero nada a la historia.
En tercer lugar destaco la actitud totalmente inverosímil del personaje de Marcela (interpretado por Sabrina Seara). ¿En realidad van a ligar a esta mujer celópata y tóxica con un personaje como Ricardo, todavía más mujeriego y machista que el propio Armando? Se trata pues de un personaje que, en el transcurso de la trama, pierde toda la seriedad y la sobriedad que en ella resultan tan necesarias. Otro personaje que termina convirtiéndose en una simple caricatura.
Por último, dos cosas más:
- El arco argumental de Sofía es lo más insoportable de todo. ¡Qué terrible cuando los libretistas se empeñan en hacer comedia a la fuerza! El resultado: más payasadas, más sobreactuaciones y más situaciones innecesarias. Si en la versión original detesté a Marcela, en esta versión he llegado a detestar con todas mis fuerzas a Sofía.
- Se extraña la presencia del personaje de Freddy. Es triste, pero el Giovas no logra generar la misma simpatía del recordado mensajero de Yo soy Betty, la fea.
En conclusión, Betty en NY, como lo dije, lamentablemente termina siendo una producción olvidable y que solo pasa a engrosar la larga lista de versiones de la memorable producción colombiana. Lo que en principio pareciera que va a brillar mucho, al final no brilla.