1. Hay numerosos subrayados innecesarios. En la escena en la que acusan al cura por primera vez se aprecia claramente cómo los gustos del cura molestan al personaje de Meryl Streep, resulta muy poco sutil que luego el personaje de Amy Adams enumere uno a uno esos gustos molestos. Cuando el cura da el sermón de la almohada y las plumas ¿por qué poner una imagen de unas plumas volando por los tejados? Cuando las monjas conversan entre ellas sobre su intención de "cazar" al cura porque saben que sus superiores no van a mover un dedo, pasa una mujer con un ratón que acaba de cazar una gata y dice que las gatas [=las mujeres] son mucho mejores cazadoras que los gatos. ¿Demasiado obvia la metáfora, no? Las bombillas que estallan cuando la monja se muestra más terca en su antipatía hacia el cura o el viento que empuja hojas contra ella, como si algo desde arriba estuviese viendo lo poco crisitana que está siendo, son recursos demasiado obvios también.

2. La confesión final del personaje de Meryl Streep no es verosímil con respecto al proceder del personaje durante toda la película. Parece más un recurso para dar una supuesta "profundidad" reflexiva a la película.

3. El truco que usa la monja para arrancar la confesión al cura es de episodio de "Luz de luna" y ni siquiera entonces era demasiado original.

En definitiva, a veces da la impresión de que es una película más cercana al ensayo que a la narración, como si al guionista le interesase más tratar un tema (la fe) que contar una historia.