A este rubio jovenzuelo que parece uno de los vástagos de los Duques de Palma (es igualito) lo hemos visto crecer y dar el estirón desde Las Chicas Gilmore. Ahora se convierte en protagonista de una serie que, si bien parece la típica de adolescentes americanos con problemas absurdos (ahí The OC se llleva el premio), al menos tiene ciertos visos de realidad y alguna que otra dosis de 'dramatismo' que la hace interesante y te engancha semana tras semana.

A destacar el reparto variado para todos los gustos. Los jóvenes y los más adultos se entremezclan en los argumentos de manera correcta. Y la banda sonora, algo bastante cuidado en las series USA.