Qué jodídamente difícil es ver algo tan indigno cuando están implicados, en calidad de co-creador, director y guionista, dos profesionales por los que siento un importante grado de admiracion. Y en ningún caso me refiero a Diego San José ('8 Apellidos Vascos', 'Superlópez').
En fin, dejad que me explique. Si os digo que hay una serie de televisión sobre una política torpe, ególatra y mediocre -Vicepresidenta de los Estados Unidos, para más señas- cuya ambición es ser presidenta, que es ninguneada por sus compañeros de partido y los medios de comunicación, que vive una situación familiar complicada, que esconde a su hija de la vida pública porque se avergüenza de ella, que trata de escaquearse de todos los marrones que se le presentan -y, pese a todo, siempre hace el ridículo-, que se escuda constantemente en sus jefes de gabinete y prensa -una adicta al trabajo y un cínico-, además de un secretario lameculos que la acompaña a todas partes, y que absolutamente todo lo que he contado está aderezado con toneladas de acidez, mala baba y multitud de silencios incómodos. Si os dijera todo esto, enseguida pensariais en 'Veep'. Y acertariais de pleno.
Ahora, suponed que os digo que existe otra serie de televisión sobre un político torpe, ególatra y mediocre -Ministro de Agricultura, para escurrir un poco el bulto- cuya ambición es ser presidente, que es ninguneado por sus compañeros de partido y los medios de comunicación, que vive una situación familiar complicada, que esconde a su hija de la vida pública porque se avergüenza de ella, que trata de escaquearse de todos los marrones que se le presentan -y, pese a todo, siempre hace el ridículo-, que se escuda constantemente en sus jefas de gabinete y prensa -una adicta al trabajo y una cínica-, además de un secretario lameculos que le acompaña a todas partes, y que absolutamente todo lo que he contado está aderezado con situaciones y diálogos que tratan de resultar ácidos recurriendo a silencios incómodos. Si os dijera todo esto, enseguida pensaríais que os hablo de una fotocopia desinflada, sin ritmo y moderadamente pobre de 'Veep'. ¿Y sabéis qué? Acertariais de pleno.
En ocasiones podría parecer que me divierte escribir críticas negativas, y así es. Pero ésta no es una de esas ocasiones.